Una violación, es un tema serio.

No lo puedes controlar. Es un acto cruel por parte de una persona, temiendo sexo con otra, sin quererlo ambos. Las mujeres violadas son en su mayoría chicas pobres, sin armas o defensas posibles. Son chicas humildes sin un centavo.

Por eso, cuando Hermione Granger fue violada por primera vez, se sorprendió. Y le dolió. Las heridas fueron grandes. Dos fracturas, mordeduras en el cuelo, y una abertura sangrante en la pierna. Decepción, desolación, angustia, y asqueo. No supo que le dolió más. Por que fue su esposo quien lo hizo.

Hermione no había tenido razones para sospechar que seria el quien lo haría. No lo había supuesto. Observo los moretones violetas, la sangre e la cama, su cabello enmarañado, y el rostro de su atacante. En ese momento tan insulso, ridiculo, y doloroso solo pudo reirse. Reirse de todo. Por que reirse era mil veces mejor que llorar.

Por que su marido, Ronald Weasley, la había violado.