"... Umm, Dirk… Sólo me preguntaba si me ibas a decir aquél secreto." Jade preguntó, con una expresión de curiosidad.

"Yo no quemaría mis manos por algo tan trivial como eso. No creo que sea de mucha importancia." Respondí, intentando escapar de aquella pregunta.

Según tengo entendido, el fuego ni siquiera es capaz de matar a alguien si no se aplica con densidad, aunque claro, si planeas matar a una persona, siempre es una buena forma de hacerlo, ¿No lo crees?

Es cierto, si quieres matar a alguien de una manera más limpia, puedes envenenarlo, pero la mayoría de la gente no tiene esa clase de veneno en sus cocinas. Sin embargo, hay una caja de fósforos en ella.

"¿Qué clase de respuesta es esa, Dirk? " Preguntó con un tono serio, mirando el suelo con inquietud.

"Pero... Puedo decirte lo que pensaba." Respondí. Su expresión era demasiado tierna.

Estoy siendo irracional. Estoy haciendo una elección completa y absolutamente irracional de esto, alguna veces me gustaría ser capaz de descartar toda emoción negativa dentro de mí. Realmente quiero terminar con todo esto.

Hay personas que nos llenan aquél espacio, como en mi caso, Jade lo es, pero ya no puedo seguir haciendo esto, no es bueno para ninguno de los dos.

Una luz comienza a hacerse presente. El lúgubre lugar, ahora se ve un poco mejor de lo que antes estaba.

"¿Entonces?" Jade amplió su sonrisa al oírme. Parece impaciente, no es extraño en ella.

"Aunque, déjame advertirte que es una larga historia." Respondí, ajustando mis guantes. Dibujé una pequeña sonrisa en mi rostro, tratando de sonar cómico.

¿Acaso esta será mi última contribución al mundo? Quién sabe.

Supongo que cada uno tiene su punto de vista ante las cosas. Cada uno idolatra algo distinto, así como el fuego que corroe mis manos, ¿Este será mi último recuerdo? Patético.

O también, este podría ser mi último recuerdo. Uno de la apatía y la alegría.

"En fin." Me arrodillé frente a ella, y de mi bolsillo derecho saco una pequeña caja y decido abrirla frente a ella. Sus ojos esmeraldas se llena de alegría. "¿Te gustaría dejar de ser Jade Harley para pasar a ser Jade Strider?"

"Oh, Dirk…" De su rostro comienzan a salir pequeñas lágrimas de felicidad. La había tomado por sorpresa. "Por supuesto."

Me desperté en el hospital con casi ningún recuerdo de cómo había llegado allí. Las enfermeras parecían un poco extrañadas, siento que algo arde en mi mano, es aquél anillo. Recordé sus últimas palabras: "Algún día seremos felices, pero hoy, no."