Disclaimer: Tokyo Ghoul no me pertenece. Es propiedad de Sui Ishida.

Advertencias: Leve SPOILER del primer capítulo de la 2da temporada de Tokyo Ghoul. Poco dialogo. LEMON…a no ser…*mirada malvada*

Nota de la autora: Descubrí que estoy obsesionada con esta pareja y desde hace tiempo quería hacer Lemon de estos dos, así que, ¿Por qué no? Nos leemos abajo.


I

Mi ropa de descanso constaba de una camisa holgada negra y sus bóxers de dormir. Mi pequeño departamento estaba en absoluto silencio, salvo por el sonido de mis movimientos para preparar café. Ahora entendía muy bien la técnica del jefe para que el café supiera mejor, dependía de cada esfuerzo que le pusiera una persona. Yo me esmeraba porque de algún modo mi vida se había vuelto monótona y frágil, y el café era el único sabor agradable en esa vida. Algo que ni la carne humana podría comparar. El mundo de Aogiri era más independiente y cada ghoul hacia su vida como quisiera, mientras no quebrantara ninguna ley de la organización. Fuera de eso, haz tu vida lo que se te dé la gana, esa era la condición. El dinero que me era ofrecido por mis "servicios" en Aogiri lo ocupaba para mis bienes comunes. Tal es como el departamento, mis novelas, mi café.

Fuera de eso, mi vida seguía de largo, pasando como un reloj lento, sincronizándose sin sentido alguno, un robot humano. Pero esa tarde había sido diferente. Siempre usaba una peluca negra para salir, y con eso, alguien conocido me saludo.

-¡O-Oye!

A pesar de que mis intenciones eran continuar con mi camino, una mano se aferro con fuerza a la manga de mi camisa, llamándome la atención de inmediato. Con completa tranquilidad me giro sobre mis talones viendo finalmente una figura femenina, jadeando de cansancio. Ya la había visto, era amiga de Touka, la misma que le dejo comida el día en que yo estaba ahí, junto con Hinami. La mire en un modo de interrogación, esperando pacientemente a que recobrara el aire.

-Yo…-comenzó ella-Quería comprobarlo…Tu eres Kaneki-kun, ¿cierto?

Yo enarque una ceja confundido, preguntándome qué diablos quería esa chica y cuál era la razón de su espera. Al parecer ella noto mi molestia, su voz se torno más nerviosa pero se apresuro a hablar.

-L-Lo siento…Es solo que, me gustaría hablar contigo. Es sobre Touka-chan…Bueno…ella

¿Touka-chan? Al escuchar su nombre mi mente se puso alerta, al igual que mis sentidos.

-¿P-Podemos hablar en otro lado?

-No

Pude notar como ella saltaba de sorpresa o de miedo, quizás utilice un tono demasiado brusco, pero la situación con Touka me estaba poniendo alerta. Porque había una razón para alejarme de ella y de todo Anteiku, no podía echarme para atrás ahora.

-Lo siento, tengo prisa

-¡Espera!

Pude notar como su tono de voz se hacía más firme, dejo de titubear y tartamudear sin sentido, y solo por eso, me detuvo y me gire a verla de nuevo.

-Yo… ¡Me gustaría que vieras a Touka una vez más!

Su tono infantil. Sus ojos cerrados fuertemente, al igual que sus puños, con un ligero rubor en sus mejillas y el tono de voz exageradamente elevado. La mire por un largo momento, esperando continuación a las palabras que ella tuviera que decirme. Tenía cierta curiosidad de lo que estaba pasando.

-Touka me comento que te estabas alejando. Pero no quiere decirme porque se separaron. Ella, casi nunca habla sobre ti, pero cada vez que te menciono, ella se altera y se pone muy seria.-hizo una breve pausa para recuperar el aire-Yo no sé lo que paso entre los dos, pero sé que necesitan verse de nuevo. Aunque ella no me lo diga, yo sé lo que siente. Yo sé…que de algún modo extraña algo y si no eres tú, no sé que más podría ser.-

Hubo un largo silencio, en el que ella no pronuncio nada más, mirando al suelo, con su flequillo… ¿anaranjado? Cubriéndole la frente. Intentaba deducir una palabra de mentira, una trampa disfrazada, una acción forzada, no había nada. Por otro lado, mi corazón se estremeció al ver a Touka sufrir en silencio. Cuando yo vivía en Anteiku, podía ver el sufrimiento que Touka-chan llevaba en silencio. Nunca escuche sobre su pasado, ni tampoco sobre sus heridas abiertas, porque temía meter el dedo en la llaga, pero hubo unas cosas que aprendí de Touka. Una de ellas, era que tenía una actitud sumamente orgullosa, nunca se rebajaría a rogarme, ni mucho menos a llorar por mí. Pero por dentro, desconocía sus emociones.

Suspire derrotado, mirando a mí alrededor disimuladamente, esperando que nadie en ese callejón oscuro nos observara o espiara. Me acerque a esa chica con paso firme y le extendí la mano.

-¿Tienes pluma y papel?

Ella salto de nuevo por la sorpresa, mirándome con un rostro confundido. Supe que no debía de repetir la pregunta, pues ella busco entre sus cosas, sacando una hoja de papel arrancada de algún cuaderno suyo y una pluma. Me los entrego algo dudosa.

-Date la vuelta-ordene fríamente.

-¿Eh?

-Por favor-suavicé mi tono de voz.

De nuevo, la tome desprevenida y con algo de temor se dio la vuelta lentamente. Recargue la hoja de papel en su espalda, ella se tenso al instante pero no se quejo, y empecé a escribir en ese trozo de papel. Finalmente me separe de ella y lo doble en varias partes. Ella se dio la vuelta y yo le entregue la hoja doblada y el bolígrafo.

-Dale esto a Touka, por favor…

Ella los tomo pero de inmediato asintió con un efusivo: "¡Sí!"

-Nos vemos-dije a modo de despedida, al mismo tiempo que me gire de nuevo y emprendí mi camino, alejándome, antes de que esa chica hiciera más preguntas.

No supe si ella vio el mensaje, pero no importaba, no contenía la gran información en el. Solo la dirección de mi departamento y un: "Todavía pienso en ti"-Kaneki

La verdad no esperaba que viniera, ni tampoco esperaba que me perdonara, pero con el simple hecho de que le di ese mensaje le estaba dando a entender que aun la tenia presente en mis pensamientos. Esperaba que lo entendiera.

Me senté en mi cómodo sofá, tomando mi café con lentitud, degustando el sabor dulce y agrio combinados. Tome mi novela de mi autora favorita. Me hubiera gustado traerme mis novelas favoritas pero todas se habían quedado en Anteiku y no podría recuperarlas. La abrí en la página donde estaba el separador, comenzando a leer de nuevo, esperando a que dieran las doce y yo me iría a dormir por un largo rato, para volver a Aogiri por la tarde del día siguiente. Solo pasaron unos minutos cuando escuche que alguien tocaba el timbre. Detuve mi lectura, agudizando mis oídos un poco mejor. Fueron solo segundos en los que el timbre volvió a sonar, obligándome a dejar mi libro y mi café en espera. Me dirigí a la puerta, cauteloso con el olor, sabiendo que no era un humano lo que me esperaba afuera. Podía suponer que era Ayato o Noro, llamándome para una nueva misión, y claro que si fuera Ayato le diría que se largara él solo, pues no desperdiciaría mi día libre en matar a más gente.

Pero fue grande la sorpresa cuando abrí la puerta. No era Ayato, pero se acercaba bastante. Una figura ligeramente más baja que yo, con un cabello negro azulado, y unos ojos que miraban el suelo donde sus pies estaban. Yo la mire por largos segundos, esperando algún insulto o incluso algún saludo de su parte, cosa que no llego. La verdad, yo también estaba sorprendido, no creí que realmente accediera a venir y mucho menos más rápido. Como esa noche donde me uní a Aogiri, no nos dijimos nada y yo me aparte de la puerta, como invitación a pasar.

Ella accedió unos segundos después, dejándome cerrar la puerta detrás de ella. Tenía su ropa civil de siempre, pero con un toque abrigador. A su lado tenía una mochila café, la cual se quito del hombro y rebusco entre ella.

-Toma

La mire con más atención, notando lo que sostenía en las manos. Eran tres de mis novelas que habían quedado en Anteiku, ella me las estaba dando, extendiéndolas con sus manos sin mirarme en ningún momento, rehuyendo de mi mirada. Por alguna razón el hecho de que las haya guardado, hizo que mi corazón diera un vuelco. Lo sentí palpitar más fuerte y mis manos me temblaron levemente. Las tome, de sus finas y delicadas manos, haciendo contacto con las de ella. Touka se estremeció, pero no dijo nada. Yo las tome delicadamente, admirando las portadas tan añoradas por mí.

-Tú…Las guardaste, ¿cierto?

Recibí un asentimiento como respuesta, y sentimientos mudos de voz.

-Ya veo-pronuncie de nuevo.

Fue cuando note tu cuerpo temblar levemente, tu mirada fija, tus manos tiritando. Tu cuerpo hablaba por ti misma. Me acerque aun más a ti, tú no te moviste. Acerque mi mano hasta que hizo contacto con tu mejilla, pero en cuanto lo hice, tú me diste un manotazo a mi mano, alejándola de tu mejilla.

-¡No me toques!-fue lo único que gritaste.

-Touka…-susurre más para mí que para ti misma, porque la situación se estaba volviendo confusa.

-No vuelvas a tocarme…

Y antes de que consiguiera contestarte, caminaste a paso veloz y brusco a la salida. No entendía lo que pasaba. Sabía que estarías furiosa, molesta, dolida, pero si ese era el caso, ¿Por qué viniste a mí? No me tragaba el cuento de que fueron solo por las novelas. Tan rápido como tu llegaste a la salida y tomaste la perilla de la puerta yo te alcance. Ya la había abierto y estabas a punto de salir, pero yo la cerré con mi mano firmemente, evitando que escaparas, tú te negabas a verme a la cara.

-¡Déjame en paz!-gritaste tu-¡Déjame ir, maldita sea!

-Touka-intente tomarte de los hombros y girarse, pero tú oponías resistencia

-¡¿Qué quieres?! ¡No quiero que me toques, me das asco! ¡Maldición, aléjate de mí! ¡Aléjate!-la ansiedad en tu garganta era impresa con ligeros temblores en tu cuerpo.

-¡Touka-chan!

No fue hasta que grite tu nombre como solía hacerlo dejaste de moverte. Me dio oportunidad para girarte de nuevo y ver tu rostro compungido en una expresión de dolor.

De tus ojos descendían lágrimas gruesas, dejando un rastro brillando de agua. Yo ya te había tomado de los antebrazos, esperando a que te calmaras. Yo también me sentía triste y confuso. Vienes, me das unos libros y luego me dices que me aleje de ti. Yo soy idiota y tú no me explicas nada, por eso no puedo comprender que pasa.

-Touka-chan…-susurro de nuevo.

Tú intentas aguantar el dolor, tragándote tus sollozos y bajando la vista, evitando que te vea bien.

Y me retuerzo. Me maldigo interiormente, me odio y me deseo a mi mismo la muerte por haberte hecho esto. Porque no importa que tanto intente negarlo, yo te he lastimado. Soy yo el causante de estas lágrimas, soy yo quien te esta lastimando. Al final, siempre lastimo a alguien. Mis ojos vuelven a ser los de antes, ya no son esos ojos fríos e impasibles que les importa una mierda lo que pasa alrededor. Vuelven a tener su toque infantil e inocente de antes. Por un momento, el Kaneki que era yo, sale dejando salir su lado más débil y más vulnerables. Porque solo tú puedes sacar esa lado de mi.

Tú levantas la vista, cuando sientes que ya no te detengo o quizás es porque he empezado a temblar contigo. Noto tu expresión de sorpresa, cuando ves una solitaria lágrima descendiendo de mi ojo derecho, el ojo humano, la parte humana de mí. Ahora soy el que no quiere levantar la vista, apenado de mi lado vergonzoso e idiota. Pero todo cambia cuando siento un toque cálida en mi fría mejilla, sintiendo como su mano se deshace de la lágrima delicadamente. Levanto los ojos sorprendido, mirando cómo has dejado de llorar y que ahora, eres tu quien soporta mis lagrimas, quien soporta mi dolor.

-Lo siento-susurro, tú me miras con atención-Lo siento, Touka-chan…

-Idiota-fue lo único que tu respondiste, mientras ocultabas tu rostro y te acurrucabas en mi pecho-¿Qué es lo que estas planeando, Kaneki imbécil?

Yo te recibo en un abrazo protector, brindándote todo mi apoyo posible, intentando transmitirte todo mi arrepentimiento por haberte herido, justo cuando era lo que quería evitar. Sin poder evitarlo, beso tu frente con delicadeza, acariciando tu espalda y tus brazos en el proceso. Tú levantas el rostro, mostrándome un nuevo brillo en tus ojos. Aun tienes lágrimas en ellos, pero con un toque más alegre. Con el toque que la Touka-chan ponía cada vez que estudiaba o cuando cuidaba a Hinami o se molestaba a insultos con Nishiki. Esa la Touka que yo añoraba ver, con una vida realizada, quizás con una carrera terminada, rodeada de la familia Anteiku.

Finalmente me digno a mirarte a los ojos, porque soy yo quien debe hacerlo, soy yo por haberte hecho sufrir mucho tiempo. Tú también lo haces y algo estalla dentro de mí. Un naciente calor se extiende por mi cuerpo, me envía vibraciones y mi juicio se nubla. De repente, ya no controlo mi cuerpo. Empiezo a abandonar la razón por la que te deje, empiezo a olvidar el porqué tome las decisiones pasadas. Me acerco lentamente a tu bello y fino rostro, tú no te apartas, mi aliento se mezcla con el tuyo, mi corazón de acelera fuertemente, al notar expuestos esos labios que infinidad de veces me he imaginado su sabor.

Noto como un ligero rubor cubre tus mejillas, mientras tus ojos parecen ser nublados de la vista de igual modo. Y simplemente, estallo, es algo que ya no puedo controlar. Uno mis labios contra los tuyos de una forma brusca, estrepitosa, fuerte, algo que ni tú te esperabas y sinceramente, yo tampoco. Pero fue grande mi necesidad al verte de este modo, solo pensé en poseer lo que nadie más ha hecho, porque estoy seguro de que soy el primero en probar tu deliciosa esencia, al igual que tu eres la primera que ha probado la mía.

Sé que estoy siendo muy salvaje, pero no puedo forzarlo, es mi forma de expresar lo desesperado que me he sentido lejos de ti, lejos de lo que me definía como humano. Mis labios se mueven con avidez sobre los tuyos, forzándote a abrirlos aun más y aunque no obligo a mi lengua a acceder dentro de tu cavidad bucal, quiero besarte hasta la muerte. Ese delicioso. Tienen una combinación dulce, pero carnosa a la vez. Tus labios son tan sensibles que me incitan a ser corrompidos solo por mí.

Pero mi mente me juga una mala pasada. Un poco de razonamiento llega a mí y me obligo a separarme de ti de forma brusca y cortante. Ambos jadeamos, intentamos recobrar el aire que hemos perdido. Es cuando me doy cuenta de que mis manos rodean tu cintura y tú sujetas mis antebrazos con fuerza, creándome marcas rojas en ellos. Bajas la mirada, yo pienso que estas molesta, así que prefiero separarme de ti, antes de que pierda el control de nuevo. Sin embargo, apenas hago ademan de alejarme de tu cuerpo, tú me aprietas con más fuerza. Siento como tus brazos rodean mi cuello, acercándome de nuevo a ti, paseas tus labios cerca de los míos, incitándome, quieres que lo haga, deseas que lo haga. Y yo no puedo aguantar por mucho tiempo. Afianzo mi agarre en tus caderas y vuelvo a embestir tus labios con los míos, en un arrebatador beso, que de nuevo nos quita el aliento a ambos.

Tú fuerzas tu lengua a entrar en mi boca y me obligas a participar en esa danza invisible. Es gracioso, ya que se supone que debía pedirlo de nuevo soy yo. Pero me alegra, porque me hace entender que no era el único desesperado por este encuentro, por este reencuentro, mejor dicho. Succiono tu lengua, tú jadeas dentro de mi boca, recolecto quejidos placenteros tuyos. Mis manos se pasean desesperadamente por tus caderas y tu cintura. De repente tengo calor, y sé que tu también. Sin dejar de probarte, busco el cierre de tu suéter o lo que sea que traigas puesto, tú me ayudas a quitártelo, dejando libre tu camisa verde que deja a relucir un lindo escote, una fascinante vista para mí. Continuamos con el beso, estas roja a más no poder y yo apenas tengo un sonrojo en mis mejillas. Sin esperar mucho mi mano viaja a tu espalda, quiero sentir tu piel desnuda, mi cuerpo me lo pide a gritos y yo ya no hago ningún intento por frenarlo. Noto que afianzas tu agarre a mi cuello.

Es cuando mi necesidad aumenta. Soy un hombre o bueno…un ghoul macho. Un calor excitante me hace pedir más y me obliga a no detenerme. Así que te separo de la puerta y comenzamos a caminar torpemente hasta la habitación, sin querer separarnos uno del otro. Maldigo mentalmente que mi habitación este al fondo de la casa, porque mi deseo se hace cada vez más fuerte.

No sé lo que vaya a pasar. Pero de algo estoy seguro.

Ya no hay vuelta atrás.


Nota de la autora: Oh, yeah mañana subiré el Lemon. Ya sé que soy una maldita por cortar el rollo de esta forma, pero quiero ajustar detalles en el Lemon para que sea más sensual :3 Nos leemos en el siguiente y último capítulo. Saludos.