Antes de leer: este fic tiene temática omegaverse (hombres-lobo) si no sabes al respecto, ps infórmate Jajaja.
Aclaraciones: shingeki no Kyojin no me pertenece, si no que, ah Isayama, yo solo los "uso" por diversión :D.
Capítulo 1
—vamos Eren limpia con más ganas—sonrio Mike mientras pisoteaba la cara del adolescente sin vergüenza,—para algo te pagamos pedazo de mierda—rugio el rubio tirando un escupitajo al suelo que cayó justo a la mejilla derecha del Omega.
Eren solo asintió con los dientes apretados, sabía que tenía que esperar su paga antes de mandarle un puñetazo a aquel hombre repugnante que siempre lo fastidiaba.
Volvió a su labor sin inmutarse, cuando Mike iba a abrir su apestosa boca de nuevo alguien entro a la cocina para la suerte de el castaño, lamentablemente no podía ver de frente a los Alfas, pero por su olor dedujo que era Hanji que traía por fin su dinero.
—espero que no le hayas echo nada a Eren en mi ausencias Canijo—menciono Hanji con esa voz entre sombría y inusualmente infantil, mientras Eren en el piso juraba escuchar como la castaña apretaba su puño.
—va, que le voy a hacer yo a la ratita—balbuceo Mike por fin saliendo de la cocina dejando solos a Hanji y a Eren, cuando el Alfa se fue por fin pudo levantar la vista y mirar a la chica con una bolsa de dinero.
—ten, no le hagas caso a ese imbécil—decreta Zoe con amabilidad.
Ella siempre había sido así de considera con él, además siempre le regalaba cosas útiles acambio de favores fáciles e su paga era considerablemente más alta que la que le daba la mayoria, por lo que había llegado a considerar a la castaña una amiga.
Se limpio las manos en el delantal que solía darle para no manchar su ropa, para luego tomar la bolsa entre sus manos sintiendo el peso de las monedas.
—muchas gracias por todo Hanji-san—vocifera con cariño el adolescente guardando las monedas.
—no me agradezcas, te las mereces por aguantar al imbécil de Mike—comenta la chica ajustándose los lentes que resbalan con frecuencia gracias a su nariz respingada, con los dedos largos e delgados que posee.
Eren solo asintió frenético mientras se despedía con su mano derecha e sintiendo como su estómago se retorcía de hambre.
Y se dio cuenta de que no había comido en una semana, por el horario inflexible que tenía.
Salió de la cocina, atravesando los largos pasillos de la mansión con prisa, luego abrió la puerta principal de madera sintiéndose más libre que nunca.
Al salir sus pies de inmediato lo guiaron al lugar al cual acostumbra ir, un local de comida donde trabajan sus mejores amigos.
Armin sale con una sonrisa amigable saludandolo con la mano tímidamente.
—lo mismo de siempre?—interpela Armin con las mejillas sonrojadas, pareciendo agitado, como si hubiese corrido una maratón o algo.
Él castaño solo asintió.
—no te he visto en un buen tiempo Eren—comenta Mikasa, aparececiendo de detrás de la barra, su otra preciada amiga, que seria como siempre le trajó algo de beber.
—ah, lo siento Mikasa pero no me alcanza para la soda—balbucea apenado Jaeger corriendo el vaso que la mujer puso en frente suyo.
—tomala, te la regaló—la chica la tiro de nuevo hacía él con voz amenazadora y a Eren no le quedó más que recibirla, porque sentía que si no bebía algo se iba a desmayar.
Una de las cosas que más odiaba era que le regalaran las cosas, con frecuencia recordaba aquellos añorados años donde su madre, la mujer que dio todo por Eren, incluso su vida, le decia que él tenía que ganar las cosas con esfuerzo e sudor, enseñadole valores que hasta ahora respetaba por el estimado recuerdo de la mujer que amo y que ahora solo eran memorables luciérnagas que lo ayudaban a seguir adelante.
La tomó solo por la sed que sentía y prometiéndole a su preciada amiga que en cuanto le dieran la paga de su segundo trabajo se lo compensaria; el líquido cayó de su garganta directo a su estómago que se sintió más cálido, las burbujas trapiqueteaba en su boca, dejando una agradable sensación al final.
La comida estuvo lista unos minutos después, una rica sopa de cerdo con verduras, la especialidad del rubio por cierto, Eren agradeció la comida y sin perder más tiempo se la llevó a la boca.
Siempre que comía lo hacía en ese lugar, sus amigos siempre lo reciben con mucho alegría, a pesar de su naturaleza.
Ninguno de los dos eran hombres lobos, a pesar de estar en un condado repleto de esta especie, aunque algunos humanos también vivían allí de todos modos.
Y así transcurría un día bueno para Eren, la comida siempre le asentaba bien, se sentía mucho mejor, por fin podría descansar con el estómago llenó.
Se sentó en una de la bancada del parque a observar las estrellas que pasaban por allí, le asombraban cuántas eran, al final termino totalmente recostado en la banca, puso su manos detrás de su cabeza para apoyarla en algo, sus ojos ya pesaban y no hacía tanto frío como para no soportar una noche a la intemperie.
Todo estaba en total silencio, se permitió cerrar los ojos y tomar una gran bocanada de aire, para cuando se quiso dar cuenta ya estaba dormido.
Un ruido extraño lo hizo volver a despertar, ya era de madrugada y el frío se hacía presente, la neblina tapaba casi todo, sin poder contenerse estornudo por el frío.
Calle arriba apareció un hombre de negro que se tambaleaba, su mano derecha estaba en su costado del cual salía sangre a borbotones, Eren gruño sintiendo como sus sentidos afloraban en su interior, estaba listo para tirarse encima del hombre cuando su olor llegó al adolescente.
Ese hombre olía a desesperación, literalmente, Eren dejo de gruñir e se levantó de el asiento.
—esta bien señor?—cuestiono el castaño caminado hacía él y ahora el que gruñía era ese hombre de baja estatura, cuando estuvo debajo de la luz de un faro por fin pudo verlo mejor.
El hombre tenía el pelo negro e brillante, los lados rapados, su flequillo no alcanzaba a tapar sus ojos color oliva y achinados, sus labios finos hacían una mueca de dolor y sus cejas estaban fruncidas, parecía de los tipos que eran mafiosos; de echo Eren juraría que era uno, ¿porque otra razón le harían una herida de esa magnitud?
—como sea, solo pasaba por acá mocoso, ni siquiera te acerques—bramo el hombre, haciendo que el castaño ladeara la cabeza con curiosidad, su tono de voz era grave y profundo, le extrañaba lo agresivo que era aquel sujeto a pesar de estar mal herido e de su baja estatura y su delgado cuerpo.
—eh, tranquilo, no pretendo pelear, como se hizo esa herida señor?—interpelo. no sabía con exactitud porque, pero el hombre le daba confianza, se acercó a él sin tener miedo, aunque definitivamente fuera un Alfa rudo.
—tsk, no te importa—replica el Alfa chasqueó la lengua.
—vamos, puedo ayudarlo—ofrecio Eren tomando su mochila buscando algunas vendas e alcohol que Hanji le había regalado.
El hombre lo dudo, pero al final se acercó y se sentó al lado del muchacho, mirando a la lejanía los juegos del parque que estaban oxidados; se quitó la chaqueta sin titubear, después de todo no tenía nada que perder.
Eren abrió un poco la camisa blanca del hombre mirando la herida, parecía que era reciente y que había sido echa con un cuchillo bastante filoso por la profundidad.
Echo el alcohol en la herida, luego la vendo algo torpe, la verdad sus manos estaban congeladas por el frío que hacía.
—que hacías dormido aquí mocoso?—interpelo el hombre con voz fuerte, parecía el tipo de persona mandona.
—me pareció una noche agradable para dormir afuera—menciono Eren envolviéndo más la herida con cuidado.
—eres raro—declaro el mayor—como te llamas mocoso?—pregunto al final removiéndose incomodo en el asiento.
—Eren, Eren Jaeger y usted?—interroga separándose algo del hombre viendo con satisfacción el trabajo que había echo él mismo.
—Levi Ackerman, ni se te ocurra olvidarlo—sentencio y así como llegó, se fue, silencioso como la noche y frío como la madrugada, para si mismo Eren repetía el nombre de el desconocido y se decía lo guapo que era.
Volvió a acostarse en la banca mirando el cielo nublado, sabía en demasía que nunca más vería a aquel hombre, pero algo dentro de él le decía que estába equivocado, su lobo interno estaba más agitado de lo común, parecía querer correr detrás de Levi.
Se dió vuelta avergonzado de si mismo, Levi Ackerman era demasiado atractivo como para pensar si quiera para considerar que había mirado atrás o si quiera que lo recordara.
y vaya que estaba equivocado.
nota de autora: espero que les haya gustado, es uno de mis proyectos más antiguos y me gustaría mucho saber su opinión las respecto, desde ahora comenzaré a subir los fics que tengo guardados :).
~july :D.
[editado]
