Estos personajes no son mios, son de JKR, pero si son mis amigos, me caen bien, y me gusta creer que la historia pudo ser diferente.
Esta historia tiene mucho slash, ademas de violencia, y cosas (a mi parecer) fuertes, asi que si alguna de ellas te molesta, por fis no leas...(guerra avisada no mata gente... decia mi mama)
Disfruten... y no olviden, un Review alegra mi dia
Pao
CAPITULO 1
…CUATRO AÑOS DESPUES
Draco ajustó mas su abrigo y suspiró cansado, recorriendo el mismo camino por quinta vez en esa noche, se sentó en una de las bancas y miró a ambos lados, hizo una mueca de disconformidad, y sacó del bolsillo un paquete de cigarros, tiritaba levemente, por el frió, cuando por fin pudo prender el cigarrillo dio una larga calada, dejando escapar el humo y viendo como se confundía con la humedad del ambiente.
El cielo estaba gris, mucho mas gris que de costumbre –seguro que llueve pronto- pensó con desesperación el rubio, miró hacia ambos lados nuevamente, no había absolutamente nadie alrededor de aquel parque, -solo a un loco se le ocurriría venir a esta hora- miró el reloj una vez mas 1:37 AM, -no creo que venga- pensó apesadumbrado, sabia que debía esperar hasta las 2AM, dio una nueva calada a su cigarro –lo que daría por una chimenea caliente- pensó sintiéndose mas molesto aun –¿Vamos donde estas!!?- renegó dando una última calada al cigarro antes de dejarlo caer al suelo.
Trato de mirar su reloj nuevamente, cuando sintió los ruidos de unos pasos acercándose, levantó la vista y al fin lo pudo ver, era alto, muy pálido, delgado, y tenia cierta gracia al caminar, una gracia aristocrática, conforme se acercaba, Draco pudo ver que sus ojos eran de color celeste, un celeste bastante claro, y el cabello oscuro le caía sobre la frente y los hombros de una manera que, al parecer del rubio, era realmente sexy
-Hola- dijo el extraño sentándose al lado del rubio, su voz era suave, y en cierta forma hasta melodiosa.
-Que hay- respondió Draco, tratando de parecer casual y despreocupado
-No es un poco tarde para que un chico de tu edad ande solo por aquí?- preguntó el extraño
-Bueno… tu también andas por aquí solo ¿no?- dijo Draco encogiéndose de hombros.
-Chico listo- le respondió el extraño dándole una sonrisa, aquella sonrisa era realmente encantadora pensó Draco antes de desviar la mirada y buscar un nuevo cigarro en su bolsillo.
-¿Esperas a alguien?- continuó aquel extraño
-A un amigo- respondió Draco luego de dar una calada al cigarro, -aunque creo que no vendrá, me preguntó si le habrá pasado algo- murmuró
-Oh, bueno tal vez deberías volver a tu casa- sugirió el extraño, arreglando despreocupadamente sus guantes –ya es bastante tarde-
Draco se acomodo el gorro que tenia puesto y dio una mirada evaluadora al extraño, como dudando antes de contestar –lo sé, pero…. – empezó a explicarse el rubio, sin embargo se detuvo cuando sintió una mano sobre su muslo, acariciándolo de una manera por demás sugerente, bajo la vista para cerciorarse de que la mano estaba allí, levantó la vista lentamente hasta encontrarse con esos ojos tan claros.
-Shh... No te asustes – dijo el extraño en voz mas baja y sensual aun, con la otra mano acaricio suavemente la mejilla de Draco, -se que no tienes donde quedarte, y tu amigo, con el que te quedarías, al menos esta noche te plantó¿no es cierto?-
Draco solo asintió, sin dejar de mostrar sorpresa en la mirada –¿Como…?- intentó preguntar pero el extraño lo interrumpió nuevamente
-Eres un niño muy lindo ¿sabes?- le dijo el extraño acercándose mas a el
-Yo…-
-¿Por que no vienes conmigo?, tendrás donde quedarte y la pasaremos realmente bien- dijo el extraño, sin perder el contacto con los ojos de Draco, y acariciándole con un dedo suavemente los labios.
Draco parpadeó un par de veces, esa mirada era realmente hipnótica –yo… no se quien eres…- murmuró tímidamente al final
-Soy Gabriel- dijo con una sonrisa –Ya no soy un desconocido- dijo tomando por la barbilla a Draco y obligándolo a mirarlo nuevamente –Vamos a mi casa, aquí hace mucho frío, en mi casa tengo una chimenea que nos calentará¿Qué dices?-
Draco solo pudo asentir, sintiéndose bastante extraño, esos ojos y esa sonrisa eran bastante convincentes.
Ambos se pusieron de pie y en silencio, el extraño guió a Draco por un par de calles, hasta llegar a un oscuro callejón, Draco miró interrogante, sin embargo el extraño le sonrió y con un brazo rodeo los hombros del rubio, antes de murmurarle –No te preocupes, no todo es lo que parece, confía en mi si?-
Draco tomo un poco de aire y se dejo llevar hacia dentro del callejón, su corazón empezaba a latir con mayor fuerza, aunque trató que eso no se reflejara en su rostro ni en sus movimientos.
Cuando estaban más o menos a la mitad del callejón el extraño se detuvo de pronto y toco un par de ladrillos, una puerta de madera, muy antigua, se materializó en donde había estado la pared.
-¿Como… como hiciste eso?- interrogó fascinado el rubio
-Es solo un pequeño truco… de magia- respondió sonriendo el extraño.
-Vaya…- murmuró el rubio pasando la mano sobre la puerta, apreciando la madera, el extraño murmuró algo in entendible para el rubio y la puerta se abrió, invitándolo a entrar, el rubio dudo un par de segundos, antes de entrar, había una gran escalera que iba hacia abajo, las escaleras eran de piedra, y la iluminación era muy tenue, lo suficiente para bajar las escaleras sin peligro, bajó lentamente, escuchando la puerta cerrándose, y los pasos del extraño detrás suyo, cuando llegó al final de las escaleras pudo ver un gran salón, lleno de muebles antiguos.
-Es un sitio muy…- empezó a hablar el rubio, antes de sentir como era tomado por el cuello y empujado contra una pared
-Me alegra que te guste- le susurró el extraño al oído,
-¡Hey!… no tienes que ser tan agresivo, podemos ir un poco mas suave- le recriminó el rubio, tratando de deshacerse del abrazo.
-mmm… no lo creo, a mi me gusta lo rudo- dijo el extraño antes de hundir su nariz en el cuello del rubio y aspirar fuerte –hueles muy bien-
-A mi no me gusta lo rudo- dijo Draco con voz mas fuerte aún
-Oh, veras que si te gustara – jadeó el extraño dando una lamida al cuello del rubio, el cual sintió un fuerte escalofrío recorriéndole la espalda.
-¿No prefieres tomar un trago primero?- dijo Draco, con una voz ya no tan firme, los latidos de su corazón estaban ahora a mil por hora, podía sentir como sus piernas temblaban, pensó que si no estuviera apoyado contra la pared, sujeto por el peso de Gabriel, se hubiera caído al piso.
-Para que esperar…- gimió el extraño acercándose nuevamente al cuello del rubio, el cual empujo con más fuerza aún, tratando de recuperar el aplomo, a la vez que trataba de sacar algo del bolsillo
-No me gusta lo que haces – murmuró aún forcejeando
-¡Demonios!!!!- gruñó el extraño – ¡No seas niño!-
-No soy niño- dijo Draco sacando finalmente del bolsillo la varita –EXPELIMAUS- gritó, a la vez una voz detrás de ellos había gritado el mismo hechizo, dándole Draco en el pecho, y el otro en la espalda, el extraño se desplomó inconsciente en el piso.
-¡Porque demoraron tanto!!!- rugió Draco, a la vez que pasaba una mano limpiando su cuello con asco.
-Lo siento… ¿Estas bien?... tuvimos problemas para desactivar los escudos protectores, pero tu rastro de magia nos sirvió para ubicarlos mas rápido- explicó Harry lo mas rápido que pudo, acercándose al rubio –pero tú… ¿estas bien?-
-Si y no gracias a ustedes- murmuró de mal humor acercándose a donde Hermione aplicaba los hechizos anti-desaparición para el extraño.
-Draco, lo sentimos, en serio – se excusó la chica, -es que fue más complicado de lo que pensamos-
-Ya… y el fue mas complicado de manejar de lo que creí¡casi me muerde!!!-
-Oh... no te pongas así, no hubiéramos dejado que eso pase, además te querría igual si hubiera sido así- dijo Harry mientras con una mano empezaba a acariciar el cuello del rubio, pero se detuvo en cuanto Draco le dio una mirada que, Harry sabia, significaba, "!detente o puedes perder la mano!".
Una voz interrumpió la discusión -¡Chicos! Aquí están los demás- gritó Ron desde el interior de una de las habitaciones, cuando Harry, Hermione y Draco le dieron el alcance pudieron ver que se trataba de un cuarto lleno de jaulas, colgadas en las paredes, daba la sensación de estar en un macabro zoológico, las jaulas estaban llenas en su mayoría, los chicos que las ocupaban tenían entre 16 y 18 años, algunos lucían aterrorizados y otros estaban inconscientes.
-¿Vaya, desde hace cuanto que hará esto?- preguntó Hermione mientras examinaba las jaulas y podía ver la mirada asustada de los chicos encerrados allí.
-Una vez que los llevemos a San Mugo los mendimagos los podrán interrogar, y nos darán una línea de tiempo- empezó a explicar Ron, y luego agregó casi en un murmullo para que solo pueda ser escuchado por la chica – todos son muggles, estoy seguro de ello –
La chica solo asintió antes de acercarse a la jaula de uno de los chicos inconscientes y murmurar un hechizo.
-Pues no se en que pensaban al estar deambulando solos por las calles tan tarde- dijo Draco aún de mal humor.
-Draco, hola… ¿todo bien compañero?- preguntó Ron a modo de saludo para el rubio
-Casi me muerde- respondió fríamente el rubio, Harry puso los ojos en blanco y pensó que lo mejor era alejarse, conocía a Draco, sabía que lo mejor era dejarlo solo hasta que se calmara, estaba seguro que se había asustado, y la mejor forma de evitar demostrarlo era tomándoselas contra todos, así que se alejó y fue a ver lo que Hermione examinaba, dejando solos a Ron y a Draco.
-Harry estaba muy asustado- le murmuró Ron al rubio una vez que el moreno se había alejado lo suficiente para no escucharlos –casi hecha abajo medio callejón, Hermione tuvo que contenerlo mientras Daniel y yo desactivábamos los hechizos protectores- le explicó el pelirrojo a Draco, quien lo escuchaba y miraba de reojo a Harry y Hermione.
-Todo fue muy rápido, el idiota ese se me tiró encima ni bien entramos- explicó Draco, -Fue difícil poder sacar mi varita, me agarró de improviso…-
Todos giraron al escuchar a alguien mas en la puerta, era el jefe Jhonson, acompañado de Terry, uno de los chicos nuevos de la unidad de Harry, Terry era un chico de la misma estatura que Harry y Draco, tenia el cabello castaño, con algunos reflejos rubios, lo usaba ni tan largo ni tan corto, dejando que cayera sobre sus hombros y frente de una manera desordenada, pero que le daba un aire muy sexy, sus ojos eran de color miel, su piel era bronceada, era delgado, pero con los músculos bien definidos, un par de años menor que ellos, un buen estudiante de Hogwarts, un Ravenclaw muy inteligente, y un graduado con honores en la escuela de Aurores, además de un gay declarado, era un conquistador nato, y desde que había llegado a la unidad había demostrado su gusto por Draco, siempre que podía se acercaba a conversar con el, lo ayudaba, o simplemente estaba alrededor de el, Harry detestaba a ese chico, en cambio a Draco solo le causaba gracia, solía decirle al moreno que solo estaba celoso por que al fin había encontrado a alguien que no se dejara deslumbrar por su fama de el-niño-que-vivió, y aunque Harry confiaba ciegamente en el rubio, no podía dejar de sentirse incomodo con el descaro de Terry, que sabia de la relación que había entre el rubio y Harry, y sin embargo eso no era impedimento para coquetear.
-Muchachos… me alegra ver que todos están bien… siempre un buen trabajo… - dijo Jhonson extendiendo los brazos como si quisiera abrazarlos a todos a la vez.
-Gracias señor- murmuraron los cuatro.
-¿Draco estas bien?- pregunto Terry acercándose al rubio –Lo que hiciste fue fantástico, engañar así al vampiro y hacerlo que te traiga hasta aquí-
-Si, bueno… gracias Terry, no es nada espectacular ¿sabes?, solo me usaron como carnada- explicó el rubio con una mirada fría.
-Muchachos, ya los demás se han llevado al ministerio a Gabriel, hemos recibido una lechuza de Alemania, hace unos minutos, allá lo están buscando también, por cargos similares, así que debemos enviarles un informe al respecto, San Mugo esta mandando a recoger a las demás victimas- terminó de informarles el jefe, -Felicidades de nuevo a todos, Malfoy, muy buen trabajo encubierto, Potter, espero el informe en mi oficina el día de mañana en la tarde-
-Si señor, allí estará- respondió Harry aun sin quitarle la vista a Terry que seguía junto a Draco, el cual solo asintió como agradecimiento.
-Entonces… nos vemos pronto- se despidió Jhonson.
-¿Ustedes creen que esto salga en el profeta mañana?- preguntó Terry dirigiéndose esta vez a los cuatro chicos.
Harry puso los ojos en blanco y lo ignoró, saliendo de la habitación para investigar un poco mas por la casa antes de irse, fue seguido rápidamente por Ron.
Terry miro interrogante a Hermione y Draco, fue la chica la que hablo –No trabajamos para que las cosas que hacemos salgan en el profeta, Harry ya te lo había dicho antes, Terry, el detesta salir en el diario, y nosotros también-
-Yo… lo siento, no lo dije por molestarlo- murmuró Terry
-Déjalo, ha sido una noche difícil para todos, por que no vas a ver que lleguen los de San Mugo, así todos nos podremos largar de aquí- respondió Hermione dándole una palmada en la espalda.
-Si, buena idea- dijo Terry abandonando la habitación.
-¿En serio seguirás molesto con Harry solo por que demoramos en entrar?- preguntó Hermione una vez que se quedaron solos.
Draco masajeó con un par de dedos su frente antes de contestar –No, sabes que no… -
-¿Sabes que nosotros también nos preocupamos mucho por ti cuando no pudimos entrar no?
Draco solo asintió mientras Hermione miraba con ojos críticos una de las jaulas, unos segundos después fueron interrumpidos nuevamente por los sanadores de San Mugo, que empezaron a sacar y examinar a los muchachos.
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-¡Harry espera!!!- pidió Ron para que el moreno se detuviera.
-Hay que terminar de examinar la casa antes de irnos- explicó el moreno antes de ponerse nuevamente en marcha, al lado de Ron esta vez.
-¿Estas bien?-
-Por que no habría de estarlo- preguntó fríamente el moreno
-Eh... no lo sé, creo que el conocernos desde hace más de 10 años me da cierta experiencia para saber cuando algo anda mal por esa cabeza tuya- explico Ron encogiéndose de hombros.
-Ese Terry me saca de quicio, y no se, hay algo que me inquieta acerca de el-
-Oh, eso… bueno, es obvio que esta detrás de Draco, pero sabes que el no le hace el mínimo caso-
-No, no es eso- Ron le dedicó una mirada de incredulidad –Bueno, eso también, pero hay algo mas… no sé… tal vez me estoy volviendo paranoico-
-Vamos Harry, esto es trabajo, no puedes dejarte llevar por tus celos-
-No es eso Ron, en serio, me parece que es demasiado obsesivo…bah, no lo se… déjalo allí quieres?- dijo Harry haciendo un gesto con la mano.
Ron negó con la cabeza –celoso- murmuró, lo que provocó que Harry le diera un pequeño golpe en el brazo antes de seguir caminando e investigando por la casa.
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Eran casi las 6 de la mañana cuando finalmente Harry y Draco pudieron aparecerse en su departamento, quedaba en una zona muggle de Londres, vivían en el ultimo piso de un pequeño edificio de 4 pisos, el departamento era espacioso, tenia grandes ventanas, para que llegara luz en los días de verano, y una gran chimenea, frente a la cual Draco y Harry solían pasar muchas horas durante el invierno, la cocina era moderna, y la sala de estar estaba equipada con lo ultimo en tecnología, pues según Draco, si debían vivir como muggles, deberían hacerlo bien, el rubio había recuperado toda su fortuna finalmente, y si por el fuera vivirían en la mansión Malfoy, pero a Harry no le gustaba esa idea, así que después de muchas discusiones y reconciliaciones habían llegado a un acuerdo, vivirían en Londres muggle, pero con las mayores comodidades, además de que uno de los elfos de la mansión Malfoy vendría a limpiar el departamento.
Después de mas de un año de juicios, Draco, con la ayuda especialmente de Hermione, quien se leyó, literalmente, todos los libros de leyes mágica que pudo conseguir, había al fin recuperado la fortuna de los Malfoy, sin embargo Draco no deseaba dedicarse solo a administrarla, deseaba poder seguir haciendo lo que hizo con la orden del fénix, así que decidió, postular a la escuela de Aurores, junto con Ron, Hermione y Harry, pese a la cantidad de exámenes que les pidieron y las difíciles pruebas, los cuatro ingresaron y terminaron el curso de un año con excelentes notas, ayudándose entre ellos.
Cuando llegó el momento de ejercer Harry movió sus influencias para hacer que los cuatro formaran parte de la misma unidad, la unidad del jefe Jhonson, la que se dedicaba a ver los casos de magia oscura y atentados contra muggles, si alguien le hubiera dicho a Draco que finalmente se dedicaría a proteger a muggles, y luchar contra la magia oscura, hubiera reído durante mucho tiempo.
Los chicos se aparecieron directamente en la sala del departamento, Harry tomó de la mano a Draco y lo guió hacia el dormitorio, ambos caminaron en silencio, cansados, pues no habían podido dormir en mas de 24 horas.
Draco entro rápidamente a la ducha mientras Harry se dedicaba a revisar el correo, el rubio abrió el agua caliente y dejo que el calor invadiera su cuerpo, lentamente fue esparciendo jabón por sus brazos y piernas, y con mas fuerza por su cuello, pensaba aun en Gabriel, hipnotizaba a sus victimas, era así como los convencía de ir a su casa, sería bueno poner eso en el informe, hizo una nota mental para comentárselo a Harry, cuando salió de la ducha no encontró a Harry en la habitación, lo cual le pareció extraño, así que aun envuelto solo en una toalla salió del cuarto y caminó por el pasillo, hasta que escucho ruidos en la cocina, Harry estaba de pie junto a la estufa, en donde había puesto agua y buscaba entre los estantes.
-Hey… ¿tienes hambre?- preguntó el rubio haciendo sobresaltar ligeramente al moreno.
-No, solo estoy buscando un poco de te relajante, pensé que podrías necesitarlo para dormir, dijo con una sonrisa
-Oh, gracias, tal vez, aunque estoy muerto-
-Ve a vestirte y métete en la cama, en dos minutos te alcanzo-
Draco solo asintió, y caminó de regreso a la habitación, meditando, Harry era así, siempre anticipándose a el, preocupándose por el, por lo que le estuviera pasando, por lo que estuviera pensando o sintiendo, aun recordaba como después de la guerra, la alegría de aquella victoria estaba teñida de traición para el rubio, pues sus padres habían decidido entregarlo a Voldemort, y no solo como un mortífago mas, eso le había dolido demasiado al rubio, ni siquiera quería hablar con Severus, pues el verlo le recordaba todo lo sucedido, fue Harry quien después de mucho esfuerzo había logrado un acercamiento, pues el moreno sabia el cariño que se tenían entre ambos.
Harry entró unos minutos después con una taza humeante en las manos, la dejo en la mesa junto al rubio –Te la tomas ¿vale?, me voy a bañar-
Harry se sacó la ropa rápidamente, la dejó en el cesto de ropa sucia y se metió en la ducha, aun podía recordar como había bajado los escalones de tres en tres para llegar hasta donde estaba Draco, y como había visto a aquel vampiro empujando al rubio contra la pared y acercándose a su cuello, el miedo de que lo pudieran lastimar, el miedo de que pudiera llegar demasiado tarde, por suerte el rubio había sacado la varita justo a tiempo, pero de todas maneras el miedo que se instaló en su corazón en ese momento le hizo recordar años atrás cuando Voldemort le había dado aquella visión, la última trampa en la que lo hizo caer, pensando seguro que su reacción sería diferente, sin embargo fue ello lo que le dio las fuerzas para llegar hasta el y matarlo, cuando vio al rubio sano y salvo sintió mas alivio que el que sintió al haber por fin eliminado a aquel que le quitó a sus padres, y a tanta gente que quería. Harry le contó a grandes rasgos lo que había visto en la visión, y Draco le contó a el todo lo ocurrido, vio con pena como su novio se derrumbaba lentamente por lo que consideraba una traición, el haber sido entregado como un objeto, fue demasiado para el, después de la euforia de la victoria, las pesadillas volvieron, y esta vez peores, el rubio empezaba a dejarse envolver por un caparazón de frialdad, así que, pese a no ser agradable para el, tuvo que buscar a Snape y entre los dos lo habían logrado sacar a adelante nuevamente, Harry siempre se sorprendía de lo frágil que podía ser Draco, pese a siempre aparentar lo contrario, y esa faceta, el verdadero Draco era algo que solo podía ver el, pues el rubio se protegía muy bien, no mostraría debilidad frente a nadie, como hoy, que seguro estaba asustado, sin embargo se mostró molesto por lo que en sus propias palabras era la incompetencia del grupo.
Cuando Harry regresó a la habitación encontró a Draco ya dormido, se había tomado todo contenido de la taza, así que en el mayor silencio posible se puso el pijama y se acostó a su lado,
-¿Harry?-
-Lo siento no quise despertarte, duerme, mañana tenemos que redactar informes… ya sabes la parte aburrida del trabajo-
-Si lo sé- dijo el rubio dando un bostezo –Tenemos que traducirlos a alemán también-
Harry se abrazó al cuerpo del rubio –Lo sé, eso lo harás tú-
-Abusan de mi y de mis cualidades- respondió Draco en tono burlón.
-Si, y tienes muchas-
-¿Si, además de ser carnada...?-
-Draco…-
-Claro, es decir, además de ser utilizado por mis encantos personales, que son muchos dicho sea de paso, también me pueden utilizar como diccionario, traductor e intérprete-
-OK, aquí vamos- dijo Harry soltándose del abrazo y sentándose en la cama con los brazos cruzados.
-¿Que quieres decir con que aquí vamos?- respondió el rubio también sentándose en la cama
-Que sigues… molesto por lo que pasó- por un momento Harry pensó en decir asustado, pero a último momento cambió de idea, pues no era la forma de hacer que Draco se calmara.
-Casi me muerde… ¿te imaginas lo que hubiera pasado si me mordía??-
-No Draco, no me lo imagino, pero no pasó, así que ahora podemos estar tranquilos, deberías agradecer que no pasó así y pasar a otra cosa-
-Tú eres el que ha traído el tema aquí, yo no lo mencioné-
Harry suspiró cansado, ellos llevaban ejerciendo cerca de año y medio, y, en cierta forma era la primera vez, en todo ese tiempo que Draco había estado tan cerca de ser lastimado, y lo comprendía – ¿Recuerdas aquella vez en que a Hermione y Ron casi los apedrean en aquel pueblo muggle en el que desaparecían los niños?-
-Bueno si pero eso fue…-
-Ya, y la vez en que Susan estuvo dos semanas internada en San Mugo por que se intoxicó tratando de capturar a aquel tipo que vendía pociones alucinógenas a los muggles-
-Si pero…-
-Ah, y a vez en que a Ron y a mi casi nos matan cuando atrapamos a los contrabandistas de criaturas XXXX-
-Ya pero…-
-Y no hay que olvidar la vez en que Daniel…-
-OK, entiendo tu punto- interrumpió Draco en voz alta a Harry
-Draco, créeme, nunca dejaré que nada te pase, pero esto es lo que hacemos, nos arriesgamos, no sabes cuanto daría por que no tuvieras que arriesgarte, pero tú eres el que decidió hacerse auror, y yo te apoyé, y te apoyaré, por que se que en el fondo esto es lo que te gusta hacer-
Draco devolvió una tímida sonrisa ante lo último que dijo el moreno –Lo se… es solo que… no se…yo…-
-Te asustaste-
Draco solo asintió
-Vamos eso esta bien, todo lo hacemos- le dijo Harry jalándolo un poco para abrazarse a el.
-Es solo que ese tipo estaba tan cerca, sentí su aliento en mi cuello- gimoteó Draco con voz ahogada en el cuello de Harry
-Ya pasó- dijo Harry acariciándole el cabello –Además hubieras sido un vampiro muy sexy ¿sabes?-
Draco se separó del abrazo y lo miró con un brillo travieso en los ojos –Eso lo sé-
Harry puso los ojos en blanco –Y muy presumido-
Draco rió ante la respuesta, y se acercó a besarlo –Lo primero que hubiera hecho sería haberte mordido- murmuró casi sobre los labios del moreno
-¿Así? – murmuró muy suavemente Harry antes de volver a besarlo
-Si…, aquí- dijo el rubio bajando de los labios del moreno hacia su cuello, y dando una pequeña y suave mordida –y aquí- otra mordida –también aquí- dijo besando ahora la oreja, lo cual hizo que Harry emitiera un pequeño gemido. Draco volvió a subir a los labios del moreno y empezó a besar con mas pasión que al inicio, empujándolo contra la cama, se acomodó encima de el, y empezó a besar nuevamente el cuello, metiendo las manos debajo de la camiseta del moreno, mientras sentía unas manos recorriéndole la espalda y el cuerpo de Harry arqueándose cada vez mas, para que sus cada vez mas despiertas erecciones se frotaran.
Draco no tardó mas que un par de segundos en deshacerse del pijama del moreno y el suyo propio, y volvió a acomodarse encima del cuerpo del moreno, dejándose envolver por el calor del cuerpo de Harry, besando lentamente, bajando por el tórax, atrapando con sus labios los pezones, mordiéndolos y haciendo que Harry se arqueara mas aun, bajó y dejó un rastro de besos hasta que llego a la ya muy despierta erección, sin embargo siguió de largo, dedicándose a lamer y dar pequeñas mordidas a las partes internas de los muslos de Harry, acercándose poco a poco a su erección, mientras que con una mano había empezado a acariciar los testículos, Harry tenia los puños cerrados apretando con fuerza las sabanas y respiraba entrecortadamente.
-¡Oh Dios!!!- gimió Harry cuando sintió que su miembro era introducido completamente a la boca del rubio,
Draco chupó con mucha fuerza, sintió las manos de Harry en su cabello, tirando de el, queriendo marcar un ritmo, y levantando mas las piernas, dándole mayor acceso, acceso que aprovechó el rubio para empezar a prepararlo, invocó del cajón de la mesa de noche un pequeño frasco de lubricante, y untó sus dedos, los cuales fue introduciendo uno a uno en la estrechez del moreno, preparándolo.
Harry se dejo hacer, sintiendo como el placer aumentaba a cada segundo, sentía que pronto terminaría si es que Draco no se detenía.
-Draco… ven ya…-
El rubio dejó de succionar, y sacó sus dedos, levantó mas las piernas de Harry y se posicionó frente a su entrada, poco a poco fue ingresando, hasta que estuvo completamente dentro, lo cual hizo que ambos soltaran un pequeño gemido, esperó un poco hasta sentir que Harry se adaptaba, y empezó a entrar y salir, lentamente, poco a poco, llegando en cada una de las embestidas a golpear la próstata de Harry, el cual solo se arqueaba y gemía.
-Si, sigue así…. Oh!-
-Harry, me encanta como te pones… eres tan sexy…-
Harry estaba completamente sonrojado, los labios rojos y entre abiertos, el cabello cayéndole sobre la frente, y arqueándose, era una imagen que siempre volvía loco a Draco.
-Draco… mas… mas fuerte…-
Draco bajó la velocidad de sus embestidas, a pesar suyo, por que le encantaba escuchar a Harry pedir más, suplicarle por más.
-¡Demonios…!- gruñó Harry levantando las caderas y tratando de moverse mas rápido.
-¿Quieres más?- preguntó entrecortadamente Draco, que sabía que no soportaría mucho tiempo más aquel juego, estaba tan cerca del final, y su cuerpo empezaba a exigir más movimiento.
Harry apretaba los labios, tratando de contenerse, sabía cual era el juego de Draco, y sabía que de todas maneras terminaría pidiendo más, pero aun así no quería darle el gusto tan rápido.
Draco sonrió, sabia que Harry lo pediría tarde o temprano –¿Qué es lo que quieres, Harry?- preguntó con voz entrecortada.
Harry gruñó, y trato de moverse, pero Draco sujeto sus caderas de tal forma que le era imposible, así que rendido no le quedo mas que pedir -Por fa…vor… dámelo… mas rápido- las palabras salieron de su garganta como un sollozo.
Draco se acercó un poco mas, y con una mano tomo la erección del moreno, quien se arqueó nuevamente y gimió algo que Draco ya no alcanzó a comprender, el rubio empezó a embestir mucho mas rápido, en unos cuantos minutos Draco sintió como Harry terminaba en su mano, y su interior empezaba a apretar mucho mas, lo cual hizo que llegara al orgasmo segundos después, aun jadeante se dejó caer encima del cuerpo del moreno, y repartió unos cuantos besos mas.
-Draco… te amo… amo cuando me follas de esa manera…- murmuró Harry con voz cansada.
Draco sonrió y dio un par de besos mas, -Yo también amo follarte de esta manera…- respondió el rubio, como respuesta sintió un golpe en el brazo, y soltó una pequeña carcajada -también te amo- dijo finalmente dando un último beso antes de salir del cuerpo del moreno y tumbarse a su lado, llevó su mano hasta donde estaba la del moreno y la sujeto entrelazando los dedos.
Harry tomó la varita y murmuró un hechizo de limpieza, Draco jaló la manta que había caído al piso, y la puso sobre ambos, se pegó mas al cuerpo del moreno, y cerró los ojos, dejándose arrullar por los latidos del corazón y la respiración de su novio, pronto cayó en un sueño profundo, Harry se sentía reconfortado por aquel cuerpo caliente a su lado, era realmente feliz y no podía pedir nada mas para serlo, se dijo antes de dejarse vencer por el sueño
