Prologo

En un lugar distante a cualquier civilización actual existían varios reinos que eran cuidados por diferentes criaturas mitológicas, pero 2 de estos reinos mantenían una rivalidad bastante grande. Estos reinos eran conocidos como los más poderosos, por su guardián, el reino del dragón y del fénix. Pero un día en especial algo extraño pasó en uno de los dos reinos

En el reino del fénix festejaban el primer cumpleaños de la princesa Kagome Higurashi, que había nacido un año atrás. Todos los residentes armaron una gran fiesta en su honor, pues aparte de eso, los pequeños mostrarían a sus fénix ante todo el reino. Uno de estos niños era el menor de la familia Taisho, InuYasha Taisho, de 5 años, el más pequeño de los jóvenes que participarían en el evento que se llevaba a cabo. Lo que no contaban era con la llegada de un extraño a la ciudad.

Este hombre se hacía llamar Onigumo, proveniente del reino del dragón, con

Dos misiones. Se escabullo disfrazado con el traje típico del lugar, y entro al palacio evitando a los guardias, subió hasta lo más alto y contemplo el acontecimiento que ese día se llevaba. Solo había una cosa que lo ayudaría a cumplir con su cometido, que una catástrofe surgiera.

Mientras tanto los pequeños ya se encontraban demostrando las habilidades de sus fénix. Era el turno del más pequeño, que subió al escenario de piedra y chiflo llamando a su fénix. El hombre que se encontraba en el palacio aprovecho la oportunidad para cumplir su primera misión. Levanto sus brazos y dijo en voz baja – que la furia de los guerreros dragón caiga en la familia más odiada de nuestro reino – y espero un momento.

De repente, justo en frente del pequeño InuYasha todo pasó. Una extraña ráfaga llego hacia su fénix llevándolo hacia él, para luego adentrarse en su cuerpo. Todos, incluso el rey y la reina, se acercaron al pequeño, que al abrir los ojos mostraban un color rojo sangre y en un parpadear volvieron a la normalidad.

Al terminar la ceremonia, el rey y la reina regresaron al palacio y subieron a la habitación de la pequeña, pero al entrar la habitación estaba destrozada y la pequeña no se encontraba en ese lugar.