Advertencia: todos los personajes son propiedad intelectual de George R.R. Martin.
Born for this
Ser el perro fiel de sus amos era lo único que sabía hacer: cumplir órdenes, obediencia ciega, nada que cuestionar; el deber de quien se siente inferior, de quien se siente indefenso y a quien no le queda nada más en la vida.
Le habían amaestrado, enseñado a ser leal, a cumplir con los cometidos que le mandaban, a ser eficiente, eficaz. A no ladrar y dejarse humillar cuando era necesario, a cargar con las culpas de sus propietarios, porque él no tenía vida propia, no era más que una mascota, alguien para ejecutar sus mandatos, certero, letal, peligroso. Oscuro y tenebroso como la muerte misma, a quien todos temían, a quien todos rechazaban. Pero no importaba, vivía sólo por una cosa y la ira latía en su interior, llenándolo todo, invadiendo su ser, y no terminaría hasta matarle, hasta vengar su infancia perdida entre las llamas, hasta hacerle sentir a su hermano el mismo infierno sobre su piel, lento y agónico, mortal.
Porque le habían hecho así, porque había nacido para ello y no iba a cambiar. El perro más fiero pero que moriría por proteger a su señor, a los únicos que le habían mostrado algo de amor. Y, tal vez, por ella, la pequeña chica Stark.
