—¡Otra vez! —exclama.
Al momento en que se ve en el espejo, sus manos ya están buscando el maquillaje para cubrirlos. Levanta su cuello y sigue observando las marcas rojas mientras se aplica la base por ese sector, clavícula y hombros. ¡Ese gato se había pasado! Recordando como la boca del minino y su lengua pasaba por su piel, viajando por su cuello, dejándole ocasionalmente manchas rojas a causa de las mordeduras.
Por lo que había pasado anoche sin mirar sabe que marcas de sus dientes, están presentes por toda su piel, por sus piernas, abdomen, muslos, omóplatos... Un rubor invade sus mejillas, al recordar sus garras por su espalda, su lengua por sus partes íntimas... ¡Detente! (se dice ella misma) y sin rememorar mas, termina por cubrirlos.
Se enlista y baja a desayunar ¡Llegaría tarde al colegio!
...
—Siempre terminas ocultándolos.
Marinette se asusta. Chat Noir estaba en su habitación, sentado en el sofá, su mirada esta fija en ella, en su piel, en su cuello. La forma en que la observa, la paraliza.
—¡No puedo dejar que los demás lo vean! —replica avergonzándose, al imaginarse ese suceso.
—¿Por qué lo decís como si fuera algo malo? Ser mía, es un privilegio —espeta— ¿No puedes simplemente alardear?
—¡Pues claro que no!
Chat Noir hace un mohín con sus labios.
—Eres muy cruel —dice y levantándose. Añade:"Debería hacerte otra marca"
Comienza a dar pasos hacia ella.
—¡Para! —Espeta estirando su brazo, las palmas de sus manos chocan con su pecho— No quiero más chupones.
—No son chupones —contesta el gatito.
Marinette resopla.
—Claramente lo son.
La sonrisa de Chat Noir se ensancha, expresando diversión.
—No son chupones —asegura a Marinette— Son mordiscos de amor.
—¿Uh?
—Los chupones es solo marchas hechas por posesividad, deseo y lujuria —explicó— Lo mordiscos de amor, es eso, pero también están hechas de amor.
—Es solo una forma diferente de llamarlo —objeta— Pero en los dos, son marcas rojas que se quedan varios días en la piel y estos son causados por un minino que quiere aparearse.
—Tampoco lo digas tan brusco —aparta las manos de la chica y toma su cintura con una mano, atrayéndola hacia él— Lo hago porque quiero jugar, demostrar afecto, llamar tu atención, entregarte muestras de amor —la otra mano libre, corre un mechón de su pelo— Solo quiero darte un pellizco de cariño con mis dientes...
Los ojos verdes de Chat Noir están en un contacto visual con los ojos azules de Marinette, ella tiene las mejillas rosadas por lo que dice, por su cercanía.
Centímetros lo separaban para que sus labios se toquen.
—Como ahora... —termina de decir el felino.
Su boca se abre y sus colmillos se clavan en el cuello blanco de la chica, suavemente, ella jadea. De nuevo, le había hecho un chupón, no, fue un mordisco de amor.
