Lo seeeee… Tengo muchas historias pendientes y lo único que se me ocurre es crear otra nueva. Tengo pensado continuarlas, tranquilos. Estoy escribiendo el último capítulo de por cuidar a un chao – ¡EH! ¿Lo lo habías terminado?- Sí… solo que se me ocurrieron nuevas cosas, además de que alguien sugirió que hiciera la luna de miel. También continuaré el resto de series, solo os pido: Tiempo y paciencia ^_^U

No sé cómo se me ocurrió la trama de esta historia, pero, aun así, aquí la tenéis:

¡A leer!

Capítulo 1: Hay algo extraño en ti…

El zorro accionó un par de palancas dentro del avión. Le encantaba volar, era de sus pasatiempos favoritos, sino era el que más. Pero… había algo… mejor dicho: "alguien" que le encantaba mucho más. Su hermano mayor. Era un héroe para él. Quien, por cierto, estaba viéndolo pilotar desde tierra firme, dándole indicaciones.

-Vale, Tails, haz un tirabuzón quíntuple, veamos si el Tornado lo soporta ahora.-Le ordenó por el comunicador.

-Recibido.- Acto seguido, el avión comenzó a hacer dicha acrobacia perfectamente, iba a las mil maravillas.

Tails le había puesto propulsores nuevos al Tornado X, haciéndolo más rápido que antes. Nuevos alerones, así sería más estable. Turbinas, para surcar el cielo rozando la barrera del sonido. Una nueva estructura que combinaba el aluminio y el titanio. Tanques de combustibles más grandes. Era una pasada. Llevaba dos meses trabajando en el avión, y le gustaba el resultado.

-¡Woah!- Se asombró el pequeño piloto.

-Gran trabajo, coleguita.- Lo felicitó el mayor. Le encantaba ver como el menor cumplía sus metas y sueños. –Solo te falta añadirle una esmeralda para aumentarle la velocidad.-

-¡Cuando la consiga te echo una carrera!- Lo informó sacando el tren de aterrizaje. Desde siempre, el menor quería correr a la velocidad de su hermano, y si no era corriendo en tierra, lo haría vía aérea.

-Lo esperaré con ansias, hermanito.-Le informó el cobalto alejándose de la pista de aterrizaje. Una vez el avión aterrizó y sus turbinas se detuvieron, el menor de ambos salió de la cabina. Su hermano se acercó.

-Le falta algo, quizás añada un par de cosas…- El zorro miró al cobalto, quien tenía una mirada fría. -¿Pasa algo?- Preguntó algo asustado, nunca lo había visto con esa mirada.

-Nada, ¿Por qué?- Preguntó algo confundido.

-Hay… algo extraño en ti… ¿a qué se debe esa mirada?-

-Em… a nada… es solo que… tengo… ¡Sueño! Tengo sueño, anoche no dormí bien… jeje…- Rió un tanto nervioso. –Voy a dormir… hasta… luego.- Se despidió y acto seguido, lo único que se vio, fue un rayo azul metiéndose en la casa.

El zorro se sobó la cabeza, cada vez que Sonic corría así, el menor prefería estar lejos para no oír cómo se rompía la barrera del sonido. Era doloroso oír eso.

Suspiró, y acto seguido, se metió el también dentro de la casa. Juraba que los ojos de Sonic se parecían al de los gatos cuando se enfadan…

Mientras tanto, Sonic no paraba de ir de un lado al otro de la habitación repitiendo: "Cálmate… cálmate…" Sus manos temblaban, y él también…Inconscientemente, se llevó una de sus manos a la boca y se mordió a sí mismo. No lo terminaba de tranquilizar, pero, al menos, estaba más relajado. Se sentó en la cama y se puso a mirar el techo. Ya eran dos semanas que no veía a su (no muy querida) novia; Amy. Ella era la única que sabía su secreto (y quien le proporcionaba sangre) a parte de ese impostor que lo intentaba matar por ello. No es fácil ser "amigo" entre comillas de alguien que se dedica a cazar a tu especie. ¿Cazador de erizos? Ni de coña, él también lo era. ¿Cazador… de vampiros? Eso sí. Menos mal que le perdonó la vida porque en múltiples ocasiones el cobalto se la salvo a él. Pero, aun así, lo tenía en el punto de mira por si acaso. Ser un vampiro no es malo, lo malo es como te alimentas, porque, vale, Sonic era un vampiro mestizo, podía comer comida normal también, pero… la sangre es necesaria. También, algo en contra de un vampiro, es que tienes que ocultarlo. Pero… lo peor es si se lo ocultas a tu hermano menor, a quien nunca le ocultas nada.

Otra vez con Tails.

El zorrito miró la hora; eran las siete y media de la tarde-noche. Decidió empezar a hacer la cena. Tardó cinco minutos, bueno, lo que tardaba en hacer un chili dog. (7 en total) Todavía era temprano para cenar, además, de que Sonic dormía, o eso pensaba. Bostezó cansado, echarse una siesta no le sentaría mal…

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El erizo se levantó y miró por la casa, Tails no estaba. Quizás lo asusto… Suspiró. Entró en el cuarto del menor y se lo encontró dormido. Se acercó a él.

Se veía tranquilo. Estaba tapado hasta los hombros con una manta azul cobalto. Sonic lo miró un rato, la verdad, era bastante lindo. Fracciones delicadas y una tez con suave pelaje, pero… algo lo obligó a acercarse… Sus colmillos crecieron, y sin darse cuenta, tenía el cuello del menor a menos de un centímetro. Su respiración se volvió agitada. Estaba a punto de morder a su hermanito pequeño, a quien más quería. Se puso en pie automáticamente. ¡No no noo! ¡Eso nunca! Se vio en un espejo… Sus colmillos eran enormes, él era de color azul marino… casi negro. Sus ojos eran de color rojo carmesí. Y sus pupilas eran una línea fina. Salió corriendo del cuarto, si Tails lo veía así… Salió fuera de la casa, pero, según la luz lo tocó, empezó a sentir muchísimo dolor. Solo a él se le ocurría salir en su forma vampiro a la calle, ¡venga! ¡Vampiro a la parrilla! ¿Alguien quiere? De golpe el dolor se detuvo, estaba debajo de un árbol… ¿Cómo? Miró a su izquierda.

-Eso no fue nada prudente por tu parte… ¿Acaso querías acabar como una chuleta a la barbacoa?- Dijo el azabache.

-… Gracias, Shads.-

-¿Por qué saliste así?-

-…- Sonic solo pudo dar un golpe al suelo. –Por poco… por poco muerdo… a… a…-

-Déjame adivinar. Como Rose está de viaje, no te puede dar sangre por lo que por poco te cenas a Tails con un chorrito de aceite.-

-Menos coñas.-

-Pse…- Chasqueó la lengua. –Propio de un sucio vampiro.-

-¿¡Te crees que me gusta ser así!? ¡Pues no! ¡NO ME GUSTA EN NADA!- Gritó volviendo a golpear a suelo un par de veces más.

-Hey, o te relajas o te tiro agua bendita por encima.-

-…-Paró los golpes. –Ojalá pudiera ser completamente normal.-

-Créeme, si no fueras un vampiro, tampoco serías normal, bicho azul.- Se burló el azabache.

-¡PERO SERÁS!-

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¡Bye! *Kisu*