La noche.
Solo era una simple noche, solo se necesitaba una linda pareja para acompañarla. Unas dulces nubes decoraban el cielo azul marino con unas particulares estrellas que parecían galletas; así son las noches en el dulce reino, con olor a chocolate y vainilla que muestran paz y tranquilidad.
En la entrada hecha de pan y leche se encontraba una chica con un esponjoso gorro blanco con orejas de conejo, que dejaba salir un mechón de su rubio cabello; una playera polo azul cielo, sudadera blanca con letras amarillas que decía ``love´´ en la espalda y unos skinny jeans que le daba una buena forma a sus piernas y glúteos. A su lado estaba su gata que llevaba un moño de color azul bebé en una de sus orejas, Cake es su nombre, ella le daba un beso mientras se alejaba y se iba con su novio, Lord Monochromicorn, una creatura tipo caballo, negro como la oscuridad y con pelaje grisáceo.
La humana decidió vagar por la ciudad, hipnotizada por el olor a menta y hierba buena, fue hacia una pequeña fuente hecha de azúcar, de la que salía mermelada de fresa, contemplo su rostro por unos segundos y miro las estrellas, tomo aire y hablo secamente.
¿Qué te trae por aquí, Marshall Lee?-
Lo que fue una sombra se transformo en criatura, un poco sorprendida se acercó flotando con una sonrisa llena de malicia, deja caer lentamente sus pies para quedarse enfrente de la chica.
Fiona, ¿Por qué tan sola? Tu no eres así… -agarra su gran mechón de cabello rubio y empieza a jugar con este .
Ella solo lo miraba a los ojos sin miedo, su mirada estaba llena de indiferencia, no tenia ganas de hablar con el vampiro, solo lo agarro de la camisa y dijo.
-Mar, mira no quiero que me vean hablando contigo, alguien… alguien le puede decir a Gumball y no te quiero meter en problemas- suelta la camisa lentamente, se da la vuelta y empieza a caminar con pasos pesados.
El chico se quedo quieto por un momento, después camina hacia la chica, la agarra del brazo y empieza a volar con ella, alejándose del dulce reino, alejándose de todo aquel que impida su amor. La humana intento zafarse de él, pero fue en vano, ya no puso más resistencia, llegaron a un bosque, donde finalmente la soltó en la rama más alta de un árbol. Marshall se sentó al lado de ella y le confeso:
-¿Acaso no crees que mi amor es verdadero? ¿Qué le viste a esa bola de chicle? Yo te puedo dar más cosas que él, yo-guarda silencio- no sé como hacer para que regreses a mí…- Fiona siente como su fría cabeza se recarga en su hombro.
-Nunca fue mi intención lastimarte, yo no quiero que sufras por mí, siento el mismo sentimiento igual que tu, pero no es justo para los tres- Tragó saliva y continuó.
-Pero tampoco quiero ser engañada, que después de cortar a PG tu me olvides y me quede con nada, que la soledad se apodere de mí. Además no quiero crear un triangulo amoroso.
Marshall levanto la mirada, agarró la mano de la chica y le contesto.
-Tu no lo creaste Fi, fuimos Bubba y yo quienes lo empezamos, y solo uno de nosotros tendrá que terminarlo-
-No quiero que salgan lastimados por mi culpa, además, el no va a ser el único hombre de mi vida-le da un beso en la mejilla
lo dices tan fácil, como si al decirlo piensas que lo solucionarás-
si te digo que me esperes, ¿Lo harías?
Es lo que hecho desde hace años, a mi no me afecta esperar- ríe irónicamente-pero a ti, los años te golpean y no quiero perderte por la muerte-
Solo salió una risita nerviosa de parte de la chica
Tampoco vas a esperar mucho, no exageres dude-
El cielo se oscurece más, un negro como el cabello de Marshall, pero a diferencia de este, su cabello muestra un brillo más vivo, como si volviera a ser humano, se quedan viendo con cariño y amor.
Marshall al ver que tenia una oportunidad, le da un beso. Fiona, al no haber previsto esto, lo aparta y baja del árbol, un poco enojada.
El vampiro viendo que rechaza el beso y se aleja de él, ofendido, se empieza a enojar y flota hacia la dirección de ella y le grita.
¡Fiona…!- Lleno de ira y coraje, la agarra del cuello, ya no tiene control de si mismo y sus instintos salen a flote, sus ojos rojos como la sangre aterrorizan a la chica, el vampiro cada vez aprieta con más fuerza del cuello a la chica.
Vuelve a sentir un sentimiento que desde hace siglos no sentía, y era el rechazo, sentía traición, todavía que para el es muy difícil mostrar los sentimientos y cuando los dice, lo ignoran, es como si le dieran un golpe en la espalda, imprevisto frio y con tanta desconsideración.
-¡¿Qué te pasa?! ¡Su- Suéltame idiota! No me obligues a atacarte…- al decir esto, y a la presión que le impone por la fuerza al agarrarla del cuello, la joven va perdiendo oxigeno y lentamente va cerrando los ojos.
Los instintos del Rey vampiro se van desapareciendo al ver como se desmayaba su amada, la pone en su espalda para cargarla y llevarla al dulce reino, al castillo del príncipe chicle, la deja en la entrada, le da un beso en la mejilla.
Lo lamento tanto, espero que me perdones- se vuelve invisible y flota hacia la casa del árbol.
¿Cómo pudiste?- fue lo único que pudo decir antes de quedar inconsciente otra vez.
Una especie de bosque se encuentra la aventurera, pero no sabe como llego ahí. Ve que hay tres secciones de este, un camino con toda clases de plantas hechas de dulce, los animales que Vivian ahí estaban felices y nada les preocupaba, en el segundo camino, todo era oscuro, toda la vegetación estaba sin vida todo triste y lleno de monstruos, la muerte representaba el lugar y el último lugar era de fuego, un calor infernal se reflejaba, y aunque se veía hermoso, solo le haría daño con solo acercarse.
Un brujo se le acerca, con la ropa blanca y un tipo de sombrero en forma de pato.
-Niña, vez estos caminos, esas son tus opciones de tu destino- Dijo, su voz era ronca, pero llena de paciencia, que solo tranquilizaba.
Con duda y temor le pregunta:
-¿Usted Quién es?-
- Eso es lo que menos importa, yo solo te voy a decir tus opciones de vida- dijo el brujo con voz pasiva.
-¿ A qué se refiere?- Respondió Fi, alzando la ceja.
-¿Ves los caminos?- Pregunto señalando las 3 opciones a lo cual la humana asintió- bueno estos representan a los que quieres, a los que cautivaste y se enamoraron de ti, cada uno representa a tus amados, y tienes que escoger.-
Trono los dedos y en cada camino había una diferente Fiona, cada una diferente a ella. Ella no podía creerlo se impresiono al ver a cada una.
-Mira pequeña- El hombre guardo silencio y continuó– Si escoges al príncipe Chicle, te convertirás Reina de Chuchelandia, tendrás todo, nunca te faltará nada, una vida llena de lujos, mujer respetada.- Dejo de hablar, la chica pensaba:
-¡Qué sueños tan raros tengo!- vio al brujo y se dio cuenta que cada vez se veía, ¿Anaranjado?
-Chamaca, no me ignores- dijo un poco disgustado- Tu otra opción es ser la Reina Vampiro, el chico te transformaría y vivirías eternamente con el, pero con la desgracia de vivir en un mundo muerto, ver como mueren tus seres queridos y sin volver a salir al sol.
Tragó saliva, no tiene nada que ver esto, ella nunca había pensado casarse con alguien, hasta ahora. Un poco desesperada le hablo al viejo.
-Ay chiquilla, la ultima opción es el Príncipe Flama, sufrirás por no besarlo, por no tocarlo, pero al final si superas eso, habrá algo que los una y seas su bella reina- Resumió todo para que ya se pudiera ir.
-Pero ninguna se parece a la verdadera yo- Replico la muchacha rubia un poco desorientada.
- De eso no te preocupes, son solo representaciones- Lo que él no quería decir era que cada una sufría, soledad, odio, impotencia.
Esas no deben de ser mis opciones, yo hago mi propio destino, yo no dependo de ningún hombre- Apretó los puños y se acerco al viejo, que ahora estaba de color verde.
Estas más equivocada de lo que piensas niña, sin un hombre a tu lado nadie se dará cuenta de ti-
¡Claro que si!- saca la espada y ataca al viejo brujo en el estomago, haciendo que todo se desvanezca.
No quiero depender de nadie, yo puedo cuidarme sola.
Escucha una voz conocida dice su nombre, esa persona estaba preocupada, siente como la carga y le lleva a un lugar con mucha iluminación, empieza a escuchar su voz más cerca, rápidamente abre los ojos y se da cuenta que es su novio, el dulce príncipe.
-Amor, ¿Estas bien?- se acerca a abrazarla, ella se da cuenta que estaban en la sala real, le da un beso en la mejilla.
-Claro que estoy bien, solo me desmaye amorcito-
El respira de alivio, se abstiene a preguntarle algo, después tendría tiempo; le da un beso en la boca, ella le responde, pero el chico la siente diferente.
Te amo Fi, siempre lo haré- Ella se ruborizó, sonrió y le contesto con voz dulce.
Yo también te amo Bubba - En ese momento sintió un golpe en el corazón, como si hubiera dicho algo malo.
