- ¡Oye! ¡Victorique!
- ¿Que quieres...? -voltie preguntandole molesta- No vez que interumpes mi lectura.. -segui mirandolo, quien se creia ese idiota de Kujo
- ¿Eh? Bu..bueno... -nego verme a los ojos, mientras se rascaba la mejilla con uno de sus dedos
- No tengo tu tiempo -segui dirigiendome a el molesta, que no veia que estaba interumpiedo con mi lectura
- Vamos Victorique, al fin eres libre para salir a donde tu quieras y en vez de hacer eso mismo siges aqui metida como refujiada -empezo a regañarme
- Encerrio que eres valiente Kazuya Kujo -dije poco despues te que aquel idiota terminara que hablar, no sin quitar ese tono molesto mio. El solo que me quedo viendo sorprendido- No eres mi madre para decirme que debo o no hacer...
- ¿Madre? -repitio con tu tonito de siempre
- Si madre no eres merecido de llamar hombre
- ¡Victorique! -grito en modo quejumbroso
- Esta bien, si tanto lo pides saldre... -cerre mi libro logrando que al cerrarse se escuchara un sonido proviniente de este.
Al fin despues de todo lo que habia pasado, toda mi vida encerrada sin poder salir cuando yo quisiera. Aunque lo quiera negar fue gracias a el que pude lograr ser libre y ver a mi madre... algunas veces Kujo es de mucho servicio.
- Bueno ven.. -se levanto el del suelo para despues ofrecerme su mano para levantarme.
- No se como logras combencerme.. -sonrei cansada mientras negaba tomar su mano.
Nunca iba entender como este tipo me pudo haber salvador de la maldad de mi padre, ni yo misma lo he podido saber el porque de como lo logro salverme de mi aislamiento, que yo pensaba que era para toda la vida. No era que no yo demostrara mi valor para vivir pero en cierta y extraña forma todo habia sido gracias a el justamente.
- Nos vemos abajo.. -dije sonriendo maliciosamente mientras que yo me encontraba dentro del acensor. El solo me empezo a gritar que porque le hacia eso y no lo dejaba irse con migo- A ver quien de nosotros llega antes -volvi a sonreirle con maldad bajando la palanca del elevador lo ultimo que logre escuchar fue mi nombre siendo gritado por aquel idiota.
Detuve el funcionamiento del acensor y me recarge en las paredes de metal pintado de color dorado, iba a llegar mucho antes que el asi que no tenia sentido llegar rapido abajo.
- Kujo... -susure su nombre, viendo el anillo que me habia regalado mi madre hace tiempo atras, amaba ese anillo era mi objeto más presiado, no porque fuera de mi madre si no porque quien me lo habia dado...- Ja~ encerrio Victorique, si que eres patetica... -me dije a mi misma cuando mi mente se lleno de recuerdos de el.
Antes me preguntaba ¿Cual era el significado de amor? ¿De amar a algien? Era ridiculo que nunca pudiese saber que significado tenia, ni me fuente de sabiduria me podia decir que era... o por lo menos en los libros que leia...
- Victorique si que eres cruel por no dejarme ir en el acensor -Kujo se quejaba como mujer, mientras que caminabamos por la escuela.
- Olvidas que solo yo y el personal de la escuela puede usarlo.. ¬¬
- Claro que no, pero... estaba con tigo no creo que se molestaran... ademas nadie veia -habeces este chico desesperaba, ya tenia ganas de golpearlo
- Oye, oye quien es esa niña que viendo con el Kuroy Sinigami -decian los otros estupidos estudiantes de esta escuela al verme caminar al lado de Kujo. Quienes se creian para decirme a mi niña, soy mucho más madura mentalmente que toda la bola de aristocratas de aqui.
- Eres muy famoso verdad Kazuya.. -le voltie a ver de reojo
- Y tu llamas mucho la atención -me contesto el como lo hacia normalmente
- Claro, en cambio a ti te tiene miedo la gente -sonrei, el solo me contesto con un "Que cruel eres Victorique"
Segimos caminando hasta llegar a la salida de la escuela, vestia yo como siempre unos de mis vestidos de color rojo vino con blanco.
- ¿Y donde vamos Kujo?
- ¿Eh? ¿Bueno? -Oh perfecto al bueno para nada no se le habia ocurrido a donde podiamos ir que perfecto- ¿Que te parece pasear por la ciudad? -bueno si no quedaba nada mas que hacer..
- Si esta bien -sonrei levemente sin que el lo notara mucho.
Paseamos por muchos lugares de la ciudad lo que significaba que mi sirviente, Kujo ya no traia dinero para un año entero, eso le pasaba por llevarme de paseo, me conoce perfectamente y sabe que le pedire cualquier dulce que vea.
- Victorique.. ¿Te encuentras bien? -me pregunto ya que habiamos caminado mucho.
- Claro, por quien me tomas yo puedo aguantar todo lo que tu quieras -mentira, mis pies me dolian demaciado y como no si los zapatos que traia tenian tacon. Y no era muy buena para caminar grandes distancias
- Mmm... encerrio, no te creo, te vez muy cansada -se paro frente a mi, estaba como a 1 centimetro de mi cara de la suya, viendome a los ojos muy fijamente
- Claro que lo estoy -voltie la cara para tratar de contener mis nervios. Maldito Kazuya quien se creia para ponerce a esa cercania mia
- No te creo para nada Victorique, asi que ven -senti como me tomaba con ambas manos cargandome, casi como una bebe
- Ku...kujo sueltame qui...quien te crees, sueltame -le grite molesta.. o más bien nerviosa, muy nerviosa.
- Te llevare cargada porque esta cansada, asi que no reproches -me decia viendome a los ojos, con una sonrisa en su rostro.
Yo rodie su cuello con ambos brazos, porque era claro que no me iba a soltar para nada del mundo.
Kujo, siempre estubo alli protegiendome en todo momento sin importar lo muy peligrosa que fuera la situacion, me agrada por lo que es, la unica persona por la cual no senti miedo al ver que entraba a la biblioteca y subia todas las escaleras hasta llegar el invernadero, de alguna forma no me dio miedo que el llegara a verme, ya que tuve el presentimiento de que era buena persona, mi fuente de sabiduria me lo decia y tambien mi propio corazón.
"Kujo... " Creo que ya habia quedado dormida, no sabia donde me encontraba pero sabia que estaba dormida y que me sentia muy feliz de haber pasado un dia tan increible a su lado "Kujo... " Pronunciaba su nombre sin detenerme en mi sueño, creo que hasta ahora ese habia sido el mejor sueño que habia tenido hasta ahora.
Senti como los rayos de sol topaban con mis ojos probocando que me despertara, los abri lentamente parpadeando unas cuantas veces. Me encontraba en mi casa... esta en mi casa, se la debio habar complicado Kujo en traerme hasta aca, ¿Como pudo haber llegado? Ya habia estado unas veces aqui talvez... se habia aprendido el camino. Seguia trayendo el mismo vestido con el que sali que bueno que al pervertido ese no se le ocurrio cambiarme de ropa.
- ¡Hola Victorique, ya despertastes! -¡¿Q...q...QUE HACE AQUI KUJO?
- ¿Que haces aqui?
- Estaba lloviendo demaciado fuerte y no pude regresar a los dormitorios -me decia sonriendo avergonzadamente. Espero no haber hablado dormida, porque si lo hize me mato ahora mismo.
- Pues te ubieras quedado afuera -respondi molesta
- ¡Vi..victorique, no seas cruel! -se quejo como mujer, ¿porque hace eso?
- Ah~ sal del cuarto... -me levante de la cama
- ¿Por que?
- Me voy a cambiar, ¿Quieres ver o que? -segui hablandole molesta. ¿Tenia que darle el porque de todo?
- N... no, te espero afuera.. -me decia nerviosamente para despues salir del cuarto yo solamente lanze un suspiro.
Al terminar de cambiarme sali del cuarto para encontrarme con Kujo que estaba fuera de este, esperandome sentado en una silla
- ¿Y... esa ropa? -pregunto viendome algo sorprendido
