Little Cherry
Capítulo 1: Abismo en los recuerdos.
*Nya! Hola a todos. Ha pasado mucho tiempo desde que subí una historia ¿No? ^v^
*Prince Of Tennis no me pertenece, le pertenece a Konomi Takeshi.
* Vuelvo a la carga con otra historia de esta PAREJA PERFECTA. Pero no me he olvidado de las otras historias que tengo incompletas.
Lo siento, pero prefiero que esperéis un poco más antes que subir un capítulo rápido, corriendo y sin inspiración. Eso no sería justo para vosotros.
Sin nada más que decir. ¡Espero que disfrutéis de esta nueva historia!
Supe que estaba viva cuando note algo frío acariciar mi cuerpo.
"Qu…que… ocurre…"
La luz del sol quemaba una parte de mí.
Intenté mover los dedos de la mano derecha sin éxito. Los ojos me pesaban y por más que lo intentara no conseguía abrirlos. Hice una mueca de dolor. El líquido se acercaba y se alejaba tímidamente una vez me acunaba durante unos segundos.
Ni siquiera podía saber dónde me encontraba. Tan solo oía una especie de susurro muy lejano…
¿Qué había pasado? ¿Por qué no me respondía el cuerpo? ¿Por qué sentía que se volvía cada vez más pesado?
El líquido frío arrastró mi cuerpo hacia sí. Tal vez me encontraba en una playa o cerca de la costa.
De un momento a otro dejé de sentir la rugosa superficie en la que me encontraba. Alguien me había tomado en sus brazos y me apartaba de los rayos del sol.
"¿Quién eres?" Intenté preguntarle.
-…-
Me sorprendí al darme cuenta de que ningún sonido fue producido por mi garganta. Comencé a angustiarme. Lo intenté nuevamente sin éxito. Era como si mi cuerpo estuviese completamente entumecido y no podía moverlo.
Sin embargo, el dolor se encontraba presente en cada una de las partes de mi cuerpo. Y eso sí podía sentirlo por completo.
-¡…!- Lo volví a intentar varias veces en vano hasta el punto de poder saborear el sabor metálico y salado de mi propia sangre.
Una brisa fría hizo estremecer todo mi cuerpo inconscientemente.
La brisa trajo consigo un extraño aroma. ¿Podía el aire tener olor propio? Tal vez. Pero hasta ahora nunca me había percatado de ello. Haciendo un esfuerzo que me resultó sobrehumano conseguí entreabrir los ojos. Al menos quería ver el rostro de la persona que me estaba salvando, pero lo único que pude ver fue una imagen borrosa y difuminada del lugar en el que me encontraba.
-Ay…- El primer sonido que conseguí emitir de la garganta fue un lastimero quejido de dolor al intentar mover mi mano para poder tocar el rostro de esa persona.
En ese instante sentí cómo me apretaba hacia su cálido y desnudo pecho. Impidiendo que me moviera.
-Si sigues intentando moverte y hablar en tu estado actual no vivirás mucho.-
Sentí de forma automática como un mal presentimiento recorría cada fibra de mí ser. No recordaba el motivo, pero sentía que debía alejarme de toda voz masculina. A pesar de que esta voz no emitía emoción alguna. Era como si el muchacho estuviera vacío por dentro.
Entre el miedo sentí un poco de lástima por él.
El muchacho se detuvo de improviso y se me quedó mirando durante un instante. El aire movió con gracia mis largos cabellos y los rebeldes cabellos de él.
-¿Qué… ocurre…?-No sé cómo lo hice, pero conseguí articular una pregunta.
-No hables- Dijo con su voz vacía de emoción.
-No lo entiendo.- Comentó de repente el chico con un punto de confusión.-Tu cara se ha vuelto roja.-
"¿Qué? ¿De qué está hablando este extraño chico?"
Pensé confusa antes de verificar lo que decía el chico de penetrante mirada. No podía tocarme el rostro. Pero podía notar que la sangre de mi organismo se acumulaba en mi cabeza.
Sacudió la cabeza de un lado a otro un par de veces antes de reanudar la marcha.
-Duérmete…-
Agotada cerré los ojos completamente y me "acurruqué" en sus brazos. El aroma de la brisa que se respiraba alrededor de ese chico me ayudó a conciliar mejor el sueño.
La dulce caricia de alguien recorriendo con extrema delicadeza mí rostro me despertó del sueño en el que me encontraba sumida.
Me froté un poco los ojos antes de ver el lugar en el que me encontraba. Me destapé rápidamente.
-¡Pu-puedo moverme!- Grité sin querer. Maravillada me miraba los brazos y movía las piernas. Sentí una pequeña punzada de dolor en algunas partes de mi cuerpo, pero en ese momento era lo que menos me importaba. ¡Podía moverlas! Me llevé la mano izquierda a la garganta ¡Podía hablar!
Cuando conseguí calmarme me di cuenta de que mi pecho se encontraba vendado con vendas blancas. Mi hombro izquierdo se encontraba también vendado, al igual que la mitad de mi brazo derecho. Del codo hasta la muñeca. Así mismo, llevaba un parche que cubría mi mejilla derecha. Entendí entonces la punzada de dolor de antes. Al parecer me había hecho daño y aún mis heridas no se habían cerrado. Miré la cama hecha con madera cubierta de sábanas blancas en la que me encontraba.
Aproveché para echar una ojeada al lugar en el que me encontraba. Pestañeé varias veces. Estaba en una habitación hecha con madera, ramas gruesas y altas, hojas secas y más objetos. Diversas lianas y cuerdas gruesas mantenían en pie toda la estructura.
Me levante con un poco de dificultad de la cama y miré por el hueco que había en la pared haciendo la función de una pequeña ventana.
Abrí los ojos impresionada por el paisaje que ante mis ojos se mostraba.
Un hermoso cielo estrellado se extendía por todos lados. El océano transparente se unía con el cielo más allá del horizonte. La costa de arena limpia era tapada por la extensa vegetación de la selva. Me di cuenta entonces de que me encontraba en una isla. Si era de noche… ¿Cuántas horas había estado inconsciente?
Un sonido extraño me hizo levantar la vista hacia el frente. Pegué un grito al cielo inevitablemente al ver el rostro de un chico de más o menos mi edad boca abajo a escasos centímetros del mío. Asustada retrocedí hacia atrás de forma brusca. De tal forma que perdí el equilibrio y me caí de culo al suelo con un ruido seco. El joven no había movido ni un músculo. Seguía cruzado de brazos, boca abajo y serio. Se me aceleró el corazón al ver como mantenía su dorada mirada fija en mí.
Seguí retrocediendo hasta dar con la puerta de ese cuarto, la cual estaba hecha con una robusta corteza de árbol.
Me quedé con las manos apoyadas en la desigual corteza. El corazón me iba a mil, mi respiración se encontraba muy agitada y el sonrojo en mi rostro era notorio.
Nos quedamos así durante un instante. Después, él entró de forma acrobática en la habitación y se fue acercado hacia mí con paso ligero y rostro inexpresivo.
Con un rápido movimiento tomó la sábana blanca de la cama y la echó con desinterés sobre mí.
"¿Pero qué?"
Aparté un poco la sábana de mi rostro y lo miré asustada y sorprendida. En ese período de tiempo pude ver al muchacho con más atención.
Me miraba de una forma tan intimidante… iba vestido con una camiseta de manga larga azul muy clarito. De sus mangas largas quedaban únicamente algunos trozos de tela rota y desgarrada que dejaban casi a la vista los brazos del chico. El cuello de la camisa estaba dado de sí y se le ajustaba a la altura de los hombros.
Llevaba unos pantalones del mismo color que la camisa. Trozos de tela deshilachada caían y se movían al compás de los movimientos que el chico hacía. Iba descalzo.
El aire movió sus cabellos negros de verdes reflejos haciendo más complicado el contacto visual entre ambos.
En ese momento me pareció vislumbrar que sonreía de forma arrogante antes de volver a su rostro inexpresivo.
-Tu cuerpo…- No necesité oír nada más. Bajé la vista hacia mi ser. Me sonrojé como nunca creí hacerlo. Por decirlo de alguna forma delicada… digamos que lo único que se encontraba tapando mi delgado cuerpo eran unas vendas tapando mi pecho, mi hombro izquierdo y la mitad de mi brazo derecho.
Se encogió de hombros.
-Tu cuerpo es raro. No es como el mío.-
Apreté la sábana contra mí y lo miré con miedo.
-¿C-Cómo pensabas que era? Soy una chica-
Aparté la mirada. Ruborizada.
-Y-Y tú… ¿Qu-Quién eres?-
Me miró sorprendido durante un instante. Luego se acercó un poco más a mí y se me quedó mirando en cuclillas. Acercó su rostro a mi cuello y comenzó a olfatearme.
-¿Hnn…? Hueles a cereza…-
"E-Es como un animal…"
-Un chico- Contestó simplón mirando un mechón de mis rojizos cabellos con atención. Me apreté más contra la puerta. ¿Qué me quería hacer este chico? Tenía miedo. Mucho miedo de él. A pesar de que él fue el que me salvó en la playa. No podía recordarlo, pero el hecho de tener un hombre cerca de mí me hacía temblar de miedo.
Luego aumentó un poco la distancia entre él y yo al ver que estaba temblando. Sin embargo, tomo un mechón de mi pelo y lo inspeccionó con curiosidad. Se sentó y apoyó la cabeza en su mano derecha mientras seguía mirando con curiosidad mi pelo.
-Huele a ti.- Comentó señalándome con la mano.
Me quedé sin palabras.
-Cl-claro que hu-huele como yo, es una parte de mí- Me tapé la cara con la sábana. ¿Qué pretendía este chico?
Me alarmé al ver como se acercaba a mí de nuevo.
-¡No te acerques a mí!- Exclamé.
Presa del pánico abrí la puerta y me dispuse a salir corriendo de allí, pero me choqué bruscamente con una chica de cortos cabellos castaños.
-Qu…- Me miró sorprendida al ver cómo estaba a punto de llorar.
En ese momento me abracé a aquella desconocida y comencé a llorar desconsoladamente.
-¡¿Qué le has hecho a la chica, Ryoma?!- Le reprochó enfadada la chica.
Pude ver cómo me asesinaba con la mirada. Luego sin hacer caso a la chica de cortos cabellos saltó y desapareció entre las ramas de los árboles.
Yo ya sabía que él no tenía la culpa de nada, pero no había podido evitar esa reacción. El solo hecho de tener a una persona del sexo masculino cerca hacía que todo mi cuerpo se estremeciera de terror.
-Tranquila. Ahora estás a salvo…-La voz de esa chica sonaba amable y dulce. Asentí y me abracé con más fuerza.
-Me llamo Ann. Perdona a Ryoma si se ha portado de una forma extraña contigo.- Me acarició la cabeza con delicadeza.
-Es que estaba muy preocupado por ti, Little Cherry.-
La miré sorprendida.
-¿Li-little Cerry?- Asintió y sonrió.
-Ryoma dijo que ése era tu nombre.- Me miró esta vez con un punto de duda.- ¿No es ese tú nombre?- Negué con la cabeza.
-Entonces ¿Cómo te llamas?-
-…- Me quedé en blanco.
-¿Y bien?-
-Y-Yo… no, no lo sé.-
Continuará...
*¡Me disculpo con las personas que esperan que suba el sexto capítulo de "El plan RyoSaku"! ¡Lo siento muchísimo! Sé que no tengo derecho a pedirlo, pero… ¿podríais esperar un poquito más?
*Prometo que no subiré otra historia hasta que haya subido el capítulo. .·
*Hasta entonces... espero seguir contando con vuestro apoyo.
Hasta que suba el 2do capítulo...
SAYONARA! REVIEWS, POR FAVOR
