Capitulo 1: Encuentro
"Me han salvado y les estaré eternamente agradecida"
Dos niños en una especie de jardín, un niño y una niña. El pequeño tiene el pelo castaño, una cara gentil, los ojos de color plata y una ropa un tanto sucia, un niño totalmente normal exceptuando por su mano izquierda era… diferente aquella mano le había causado un montón de problemas, en cambio la niña tenía el cabello negro igual que sus ojos, tenía un rostro angelical y llevaba un pequeño vestido negro, nadie adivinaría el secreto que cargaba la pequeña.
-Nni-san, tu vas estar siempre conmigo ¿verdad?-le pregunto la infante al que parecía ser su hermano
-Claro que si, Onne-san, siempre…siempre…siempre
En algún lugar una muchacha se despertó de golpe. Esa señorita era la réplica exacta de la del sueño solo que con 4 años mas de edad de hecho ella era la niña y se llamaba Lidya.
-Otra vez ese sueño-se quejo poniéndose en pie y saliendo del edificio donde había pasado la noche- lo más triste de esto es que "el" ni siquiera sabe que existo a menos de que "ese" tarado le haya dicho algo lo cual dudo mucho
Por fin llego a su trabajo en las minas, tomo un pico y se puso a trabajar mientras pensaba en su sueño recurrente. Muchas horas después encontró algo brillante en la piedra así que lo tomo no era la gran cosa solo era una adamantina, que a pesar de ser muy hermosa no valía mucho, repentinamente sintió que alguien la jalaba del brazo: el jefe de la mina.
-Déjame ver que tienes ahí-le exigió el jefe todavía sujetándola
-¡Suélteme!-más que una petición era una orden, de un tirón soltó su brazo- cálmese que no es oro y aunque lo fuera se lo daría a gente pobre que lo necesita no a un pez gordo como usted- y sin decir más se fue airada sin dejar que nadie reaccionara
Solía hacer ese tipo de cosas pues odiaba a la gente que utilizaba a otra para su propio beneficio, ella prefería compartir lo poco que tenia con la gente que era igual o más pobre que ella, pero casi siempre sus enojos la metían en problemas como ahora que la habían llevado a un callejón oscuro ya entrada la noche y para cuando se dio cuenta tenía un grupo de hombres de aspecto no muy amigable detrás de ella.
-Miren lo que tenemos aquí-dijo el que parecía el jefe
-Una inocente señorita-agrego otro
Uno más se acerco a ella y la apreso por el brazo arrastrándola a pesar de que ella se resistía, en un intento por soltarse araño al hombre en el brazo del que corrió un hilillo de sangre. Al oler la sangre sintió una punzada y intento soltarse con mas ansiedad.
-No…no, esto no puede estarme pasando-pensó con desesperación
-Déjala ir-ordeno una voz detrás de los hombres los cuales se voltearon para encararse a cuatro sujetos
-"Los he visto antes en las minas"-pensó identificando a los individuos
El que había hablado de una sola patada hizo que el sujeto que la apresaba la soltara y después la ayudo a levantarse. El hombre al que había golpeado no se rindió tan fácilmente y regreso tomando a su salvador por la espalda.
-¡Agáchate!-le grito al sujeto y en el momento que se agacho le soltó un puñetazo en el rostro al atacante dejándolo tendido en el suelo.
Ya todo había acabado alrededor los hombres que la habían atacado yacían en el suelo o habían huido, los demás integrantes de los cuatro hombres se acercaron: uno que llevaba una gorra de lana, otro era rubio, un niño con un tapabocas y por ultimo el que había hablado un hombre de pelo negro y rizado que llevaba lentes todos vestidos con ropa andrajosa.
-Miren que bonita señorita nos hemos encontramos- comento el de pelo negro
-Y pequeña-dijo el de la gorra de lana
-E indefensa-agrego el rubio
-Y frágil-apunto el niño
-No me digan que me han salvado solo para tomar el lugar de esos tipos-pregunto temiendo haber salido de una para meterse en otra
-¿Crees que somos capaces de eso?- le pregunto el del pelo negro
-No los conozco así que no se dé que son capaces-replicó- pero me han salvado así que yo invito la cena-dijo reconociendo que se los debía
-¿Tienes dinero después de cómo te peleaste con el jefe?-le pregunto el rubio
-Así que me vieron, hay otras formas de conseguir comida-explico y los guió a un lago donde planeaba atrapar algunos peces. Tomo un poco de madera algo húmeda pero después de unos cuantos intentos logro encender el fuego- vuelvo en un momento-les dijo dirigiéndose al lago y cuando volvió tenía suficientes pescados para que todos repitieran.
Cenaron en silencio, les había dado el pescado en una especie de brocheta hecha con una varita de madera, después de cenar les pregunto un tanto burlona:
-¿Y bien? Quisiera que me dijeran los nombres de mis salvadores
-No hasta que nos digas el tuyo-le respondió el de lentes
-Está bien-acepto a regañadientes- me llamo Lidya, ahora díganme sus nombres
-Momo-respondió el rubio
-Mi nombre es Crack-contesto el de la gorra de lana
-Yo me llamo Izu- respondió el pequeño niño
-Tiky-respondió sencillamente el hombre de cabello negro.
