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Serpiente marina

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1: Fulgor celeste

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Tucker había tenido la idea primero. A Sam y a Danny les pareció una excelente idea, y ése mismo día empezaron a implementarla. Registraban la actividad fantasmal, su frecuencia, las horas en que más aparecían y los lugares, además de quiénes aparecían. Después de dos años de registro, al grupo se le hacía mucho más fácil el proteger Amity Park de los fantasmas. Además, se daban cuenta antes –y con un método mucho más fiable que su intuición, su experiencia y su sentido común- de cuándo sucedía algo extraño.

Como, por ejemplo, ésa noche.

Según lo registrado por Tucker, en ésos días la actividad fantasmal solía ser alta. Pero en la última semana los pocos fantasmas que habían aparecido ni siquiera intentaban asustar a las personas: parecían estar de paso, como buscando algo, y todos parecían muy inquietos. Danny también lo sentía, con más intensidad que los humanos pero con menos que los fantasmas; y estaba seguro que Vlad también lo sentía.

Dicho sea de paso, Vlad también había estado muy tranquilo.

Danny ya estaba pensando en volver a casa después de otra tranquila noche de patrullaje, cuando creyó ver algo de reojo. No era el clásico brillo fantasmal verde, sino que parecía más bien celeste. El mitad-fantasma voló hasta que hubo un edificio entre él y el brillo celeste, y se volvió invisible, dando un giro para poder ver de qué se trataba desde arriba.

Lo primero que vio le hizo pensar en un nuevo tipo de fantasma: después de todo, si bien no era verde, parecía tener una cola fantasmal como cualquier otro fantasma, aunque más estática y con tres puntas en vez de una. Luego, cuando la cosa celeste se movió, saliendo a un lugar menos cubierto, Danny pudo ver que era algo con una larga cabellera ondulada, que pasaba por la cintura y seguía hacia abajo, o hacia donde la llevara el movimiento de su poseedor.

Danny bajó un poco, intentando ponerse a la altura de la cosa, y vio que tenía un rostro extraño. Era muy andrógino, y no podía decir con certeza si se trataba de un o de una fantasma. Parecía estar buscando algo, porque se detenía seguido y miraba a todos lados, para luego seguir hasta el siguiente punto de observación, sin preocuparse si era visible o no.

El muchacho arqueó una ceja. ¿Qué le pasaba a este fantasma? No parecía tener intenciones agresivas, ni el más mínimo cuidado en ser discreto, o en asustar a la gente. Había unas pocas personas en la calle, algunos trabajadores que volvían tarde a sus casas, pero parecían no ver al espectro, y Danny se mantenía invisible. El fantasma no pasaba más de dos segundos en el mismo lugar, y se movía como si estuviera bajo el agua.

Lo que no era muy diferente al resto de los fantasmas, pensó Danny.

Justo cuando pensaba en volverse visible y preguntarle quién era y qué estaba haciendo allí, el fantasma entró en un edificio de departamentos, a la altura del tercer piso, y desapareció en el interior de un departamento con la luz encendida. Danny no sabía si seguirlo o no, pero no fue necesario: el resplandor celeste ahogó la luz del departamento, para luego desaparecer sin dejar rastro. El mitad fantasma creyó que el fantasma había seguido viaje, pero su sentido fantasmal –que se había activado cuando vio al fantasma- seguía diciéndole que aún había un fantasma por las cercanías.

La luz celeste se había ido, pero la que tenía el departamento seguía brillando, tan común como la de cualquier otro del edificio. Danny decidió entrar aunque fuera a comprobar que todo estaba bien, y empezó a flotar hacia la ventana, pensando que, quizás, el vidrio estuviese abierto y sólo echaría una miradita por si las dudas. No le gustaba la idea de espiar a la gente en casas ajenas pero…

La ventana se abrió.

Danny paró en seco, aún invisible, viendo cómo el muchacho que había corrido las cortinas y abierto una hoja de la ventana abría la otra hoja, mirando hacia el cielo y, luego, hacia la ciudad. Pareció convencerse que allí no había nada, y fijó su vista al frente, justo en donde estaba Danny. El mitad-fantasma se quedó quieto, nervioso y confundido. El muchacho del departamento era muy pálido, de pelo negro y corto que le tapaba la mitad derecha de la cara, y ojos rojos. Llevaba puesto un pijama escarlata con peces negros pintados, y por la cama sin deshacer que veía detrás, supo que estaba a punto de dormir.

El muchacho siguió mirando al frente, con una mano en la hoja de la ventana y la otra en el marco. Danny no sabía por qué no se iba volando en silencio en vez de seguir espiando al muchacho –quien, obviamente, no era el fantasma que había perseguido antes- y no sabía por qué, pero estaba seguro que ése muchacho era un gótico de verdad. No como los adolescentes que se vestían de negro por moda, o cantantes que lo hacían por vender; tenía un aire extraño, aunque "aire" no era la palabra adecuada.

El muchacho movió un poco la cabeza, como si no entendiera algo, y cerró la ventana despacio, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Roto el contacto visual, Danny salió de su parálisis y volvió a su casa, muy confundido.

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-¿Qué resultados tuviste anoche, amigo?- le preguntó Tucker a la mañana siguiente, apenas se vieron.

-¿Algo interesante o pura rutina?- preguntó Sam, al lado del moreno.

-Digamos que tuve algo de cada cosa- dijo Danny, todavía sin saber bien qué había visto –Al parecer, estaba todo tranquilo, pero después vi un fantasma que parecía… algo raro, como una serpiente marina-

-Quizás es una nueva forma de Plasmius- sugirió el moreno, y la chica se rió con ganas.

-No lo creo, Tuk, no pude comprobar si era hombre o mujer-

-¿Andrógino?- preguntó Sam.

-Supongo- dijo Danny, suspirando –Y parecía buscar algo, y pasaba sobre la gente sin que nadie lo notara-

-Oh, ése debe ser nuevo- dijo Tucker, y abrió un nuevo archivo de fantasmas.

-¿Qué nombre le podríamos poner, para identificarlo?- preguntó Sam, mirando a Danny.

-Serpiente marina, por ahora- dijo Danny, inclinándose hacia la pantalla del PDA de Tucker -¿Estos días no eran de gran actividad fantasmal?-

-Eran, al parecer- dijo el moreno –Pero siempre pueden haber variables extrañas, o sucesos extraordinarios que modifiquen el resultado final…-

-Bien, al menos fue una noche tranquila- dijo el mitad fantasma.

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El día fue de todo, menos tranquilo.

Para empezar, la primera clase que tenían era la de Lancer, quien les presentó a un nuevo alumno. Danny se quedó estático al ver al mismo muchacho de ojos rojos de la noche anterior al frente, quien, al parecer era Drarko Moon. El nuevo alumno terminó sentándose tras Danny, para desgracia del mitad-fantasma, quien estaba seguro que el nuevo lo estaba taladrando con su roja mirada.

Luego, en gimnasia, Dash había decidido cambiar su tradición de golpear al chico nuevo, después de diez intentos con las pelotas del gimnasio. Entonces fijó su vista en Danny y Tucker.

Más tarde, durante el almuerzo, vio con desagrado que el nuevo estaba con Sam, al parecer, hablando acerca de los beneficios de la alimentación vegetariana. Drarko sólo tenía verduras en su bandeja y cuando Danny se acercó a la mesa de siempre, se encontró odiando al nuevo. Contestó con evasivas cuando le preguntaban algo, concentrándose en masticar.

Por si eso fuera poco, Dash decidió que lo que había hecho en gimnasia no había sido suficiente. Encerró a Danny en su casillero y cerró la puerta con un golpe, destrozando la precaria cerradura y riéndose ante la novedad.

Para terminar, se perdió de la gloriosa patada que le dio Sam -en las partes nobles- al rubio. La gótica le chilló cuatro cosas acerca de los imbéciles que pensaban que el físico y los deportes lo eran todo, y de lo feliz que era de no ser una bimbo (1) superficial que le daban tanta mala fama a las mujeres, ni un varón estúpido, machista y vulgar de ésos que hacen que a los adolescentes se los tuviera que vigilar como a monstruos sin cerebro.

Por lo que Danny pudo oír, más de uno había aplaudido.

Pero la fiesta se terminó cuando llegó la entrenadora, quien necesitaba a Dash para un partido ésa misma noche. Envió a Sam a detención, a Dash a la enfermería y al resto a lo que fuera que estaban haciendo antes, y golpeó la puerta del casillero.

-¡Fentom! ¿Estás aquí?-

-Gracias a Dash, sí profesora- dijo el muchacho, conteniendo las ganas de morder algo.

-¿Se puede saber cómo te metes en estos líos?- preguntó la profesora, intentando abrir el casillero –Está roto-

-Ya lo noté, profesora. Y, por lo general, Dash es quien me ataca. ¿Podría enviarlo una semana al Sahara?-

-Muy gracioso, Fentom. Con la patada que le dio Manson, creo que no podrá caminar en una semana-

-Al menos ella hizo algo-

-Fentom, quédate quieto, o no podré abrir la puerta-

-No me gusta la violencia, pero no le dan detención porque es la estrella del equipo, y si está en detención no puede jugar. ¿Los adultos no deberían ayudar a crear un mundo más justo para las próximas generaciones?-

-Iré a buscar al conserje. De seguro tiene algunas herramientas para abrir la puerta. No te muevas, Fentom, o podrías empeorarlo-

-No lo creo- dijo Danny, al no escuchar más pisadas.

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Ya estaba. El día no podía ser peor de lo que ya era, a menos que Murphy aún le guardara alguna sorpresa en el sombrero. Después de salir del casillero, y que la directora le hubiese dado una detención a Dash (que equivalía al mismo tiempo que iba a necesitar en la enfermería, calculó Danny), fue al aula de los detenidos y se encontró con que Sam ya no estaba. A Tucker no lo veía por ningún lado.

Así que volvió caminando a su casa, pensando que, si volaba, alguien lo vería, y así coronaría un malísimo día. Tomó su celular y llamó a Sam, preguntándole cómo había sido la gloriosa patada de la justicia. La chica dijo que la semana sin salidas de su casa había valido la pena, y más porque sabía que Dash no iba a intentar hacerse el idiota frente a ella.

-Ya es un idiota, Sam- dijo Danny, animándose un poco.

-Lo sé, peor al menos ahora sabe lo que puede doler el ofender a un amigo mío- dijo la gótica, riéndose.

-La próxima vez, déjame que le pegue yo-

-Fue un impulso justiciero, Danny, si quieres, la próxima vez es todo tuyo-

-De acuerdo-

-¿Estás bien? Mamá y papá me buscaron de la escuela y no pude ir a ver cómo estabas-

-Salí gracias a la ayuda del conserje. Una semana de castigo para Dash, lo mismo que va a demorar en poder caminar sin problemas-

-Al menos, es un avance-

-Al menos- dijo Danny, y suspiró.

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Danny decidió hablar de forma más directa con Tucker, así que encendió su computadora apenas llegó a su casa, cerró la puerta para que nadie los interrumpiera, y se conectó a su programa de mensajería instantánea. Tucker estaba en línea, y conectaron las cámaras para verse las caras.

-¿Estás bien, viejo? No te vimos más desde el incidente con Dash-

-Estoy mejor al saber que va a recordar este día con dolor- dijo Danny -¿Y dónde estabas?-

-Intentando sujetar a Sam y ganándome una semana de detención por impedir un asesinato-

-Si la hubieras dejado, de seguro el mundo te lo hubiese agradecido-

-Así es a vida, viejo. Pero al menos vivimos para contarla-

-¿Qué has logrado averiguar acerca del fantasma nuevo?-

-Si lo que me dijiste es cierto, encontré algunas cosas interesantes- dijo el moreno, y le envió unos archivos –Mira esto-

Danny abrió los archivos. Al parecer, era un espíritu de la mitología china, si lo que le había dicho Danny era cierto, que tomaban formas andróginas al anochecer. Las ilustraciones mostraban a seres con ropa larga, ideal para esconder una cola de serpiente, y cabello aún más largo. A veces sólo se les podía ver la cara, más blanca que la nieve y más fría que el hielo, según decía el artículo. Por lo general, cuando aparecían buscaban a alguien, aunque los motivos variaban: para devolverle un favor, para matar, para acompañar, para aprender algo o enseñar: todos eran motivos válidos para ésos seres.

-Las imágenes no son exactas, pero quizás se deba a que parecía no ser tan viejo como los de las ilustraciones- dijo Danny.

-Al menos es algo, Danny- dijo Tucker -¿Y qué te pasó en el almuerzo?-

-No estaba de humor para hacer sociales- dijo el mitad-fantasma, poniendo mala cara.

-Se te notaba-

-¿Y qué hacía el nuevo con Sam?-

-Hablaban sobre vegetarianismo, ya sabes, es otro bicho raro que no come carne-

-¿Y no viste sus ojos?-

-¿Rojos? Es gótico, y no es difícil encontrar lentes de contacto del color que quieras hoy en día-

-No me genera confianza-

-Oh, vamos Danny. Sería demasiada coincidencia que apareciera justo la noche después de la aparición de un nuevo fantasma. Quizás no lo vimos antes por la ciudad, o quizás iba a otra escuela. Amity Park no es pequeño-

-¿Puedes comprobarlo?-

-¿Qué?-

-Sólo para sacarnos la duda. ¿Puedes comprobar si fue a otra escuela de Amity Park?-

-Viejo, no te obsesiones-

-No es una obsesión, es sólo para sacarnos la duda-

-Eso no nos diría nada- dijo el moreno.

-Ya lo sé, hazlo para que descanse mi alma-

Silencio.

-Como quieras viejo, pero no creo que haya nada raro en Drarko-

-Lo mismo pensaste de Dora, cuando vino a organizar el concurso de Princesa Adolescente Feliz-

-Tú tampoco lo pensabas, Danny-

-Ok, tú ganas, pero hazlo de todos modos, ¿sí?-

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Ésa misma noche, Danny Phantom volvió a surcar el cielo. Invisible, vigilaba en todas las direcciones, buscando cualquier indicio que le dijera que la serpiente marina estaba por allí. Voló por calles dormidas, atento a cualquier anomalía, y pronto se encontró con un fulgor celeste.

Giró hacia la luz, volando despacio y atento. El brillo venía del centro comercial, del segundo piso, y Danny entró en el edificio atravesando las ventanas. El fantasma estaba allí, de nuevo buscando, sin detenerse en un solo lugar. El mitad-fantasma lo siguió hasta una fuente central, en donde el fantasma se metió hasta la cintura y empezó a jugar con el agua.

Quizás fuera inofensivo, después de todo.

Al prestar atención, Danny notó que el fantasma estaba haciendo algo con hielo. Parecían obeliscos con púas en la punta, y luego le siguieron otros más bajos, como los pueblos de arena hechos alrededor de un castillo de arena. Después de haber llenado la fuente de hielo, el fantasma salió de la fuente, sin levantar la vista y sin dejar, en ningún momento, de darle la espalda a Danny, y el pueblo de hielo empezó a quebrarse.

El fantasma se elevó, flotando sin pausa y sin prisa, volviendo a su búsqueda. Danny lo siguió, preguntándose si de verdad valía la pena hacerlo: después de todo, no parecía agresivo y no tenía antecedentes, al menos que supiera. Quizás sólo buscaba a alguien para devolverle un favor, en el mejor de los casos, y podía irse a dormir a su cama blandita…

Una alarma empezó a sonar a lo lejos, y pronto le siguió otra y otra más, hasta que el coro de sirenas se escuchó en toda la ciudad. Danny había apartado la vista un par de segundos y, cuando volvió a mirar al frente, delante de un edificio de departamentos que ya le era conocido, el fantasma se había ido. Desvió la mirada, preguntándose qué podría ser todo ése ruido, y se encontró con una montaña de pantallas de computadora saliendo de una tienda de computación.

-¡Tiemblen ante el poder de Tecnius!- anunciaron todos los monitores, con la imagen de Tecnius 2.0 en cada uno.

-Oh, bien, ya me estaba aburriendo- dijo Danny.

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(1) Bimbo es como se denomina a las chicas lindas, pero completamente estúpidas.

¡He vuelto!

Después de un período de estudio intensivo, he vuelto con otro fanfic de Danny Phantom. Tuve varias ideas inconclusas, pero al final esta fue la que más me gustó, y la que mejor rumbo tomó. No tiene capítulos fijos, pero sí final establecido, y vuelvo a la rutina de un capítulo por semana. ¿Y qué hice todo este tiempo, se preguntarán ustedes?

1- Estudiar para las mesas de exámenes. Me presenté a cuatro mesas (dos en diciembre, una en febrero y otra en marzo), en cada una para rendir una materia. Aprobé las cuatro.

2- Disfrutar de mis vacaciones.

3- Celebrar mi cumpleaños (el nueve de marzo, ahora tengo veintidós años)

4- Ir a un Shuffle (un evento friki) en una ciudad vecina, en donde concursé con un cosplay de Desirée –fotos en mi página de Deviantart-

5- Pensar en nuevas ideas.

6- Empezar de nuevo las clases de la facultad…

7- …y sufrir una crisis por el estrés del último año.

8- Calmarme y organizarme en lo académico, lo creativo y personal.

Como ven, no me estuve rascando la barriga, y cada día de descanso fue aprovechado. Pero al final me encontré con que extrañaba escribir fanfics, y como encontré una manera de organizarme este año, decidí volver a la carga. Vamos a ver cómo me va.

Nos leemos

Nakokun