Disclaimer : Beyblade no me pertenece. Es propiedad y creación del maestro Takao Aoki.


Han tenido uno de esos días perfectos? Pues bien, este no es uno de esos días: Por la mañana, mi maravilloso despertador se descompuso y no pude desayunar algo antes de partir rumbo a la escuela. En el camino, un grupo de niños no me dejaban pasar, insistían en que les comprara unos dulces y para que me dejaran pasar, ya que tenía el tiempo contado, les di mi dinero sin darme cuenta que eso era todo lo que tenía. Creo que hoy tampoco no podré comer nada en el almuerzo. Ahora estoy sentado en mi pupitre del salón 5º "B", haciendo la tarea de Historia universal, que no pude hacer gracias a un molesto mosquito que no me dejaba en paz.

De todo esto, he llegado a una conclusión: Odio a los mosquitos... quiero decir, hoy no es mi día.

-Los efectos de la primera guerra mundial se sintieron con fuerza a finales de la década de 1920... -Leo en voz alta para poder ignorar el escándalo que hace el resto del grupo.

-Muy mal...-Me giro para ver a quien habla a mi lado, o más bien para probar que estoy en lo correcto, y que esa voz tan fuerte sólo puede ser de una persona.. -La tarea se hace en casa.

Lo es.

-Oh, Hola, Kai. -Mi compañero de laboratorio se sienta con una sonrisa, casi imperceptible. Aún recuerdo como es que terminó sentándose frente a mi.

Casi al inicio del curso, Yuriy le pidió que intercambiara lugares con él, ya que Kai estaba frente a Kuznetsov. Olvidé mencionar que Yuriy, Boris y Kai son amigos de la infancia, o bueno, algo parecido a compañeros, así que tenían la confianza suficiente para decir las cosas claras y con decencia:

-Cámbiate a mi lugar. -Espetó Yura con aquel rostro serio del que es poseedor. Parece un maniquí que nunca concede a los simples mortales el percibir sus emociones, y lo comparo con un muñeco por aquel rostro tan nítido y satinado y aquellos hielos que lleva por ojos, casi de un color tan frío como puede ser su expresión.

-¿Tú me lo ordenas a mi? ¡Jah! No me hagas reir.- No movió ni un sólo músculo después de haberse cruzado de brazos.

-No te lo pediré dos veces, Kai.- Arriscó la nariz mostrando que ya estaba molesto.

-Así es, porque te irás antes de pedirmelo de nuevo. -Hiwatari Kai... Es uno de esos chicos que son elegantemente orgullosos y seguros de sus palabras y actos. Tal vez por eso era pretendido por tantas personas, en especial chicas, aunque nunca faltó uno que otro cordero descarriado, pero siempre se trataba de chicos con apariencia frágil como de una chica.

Sí, ya sé que están pensando: "como tú". Tengo que admitir que sí he llegado a pensar que se trata de un joven atractivo para tener diecisiete años, pero somos grandes amigos, y creo que para él, simplemente quedará ahí.

-¿Podrías hacerlo, por favor, Kai? - Boris se interpuso pidiendo ese intercambio con una mirada en código. La verdad no estoy seguro de que significa, pero presiento que ellos dos, Yura y Bryan - como le llaman a Kuznetsov- , existe un "algo", aunque tampoco sé que es.-Además, te llevas bien con nuestro kot, ¿no?

Volviendo a su plática civilizada, Kai se puso de pie ante ese último comentario y de muy mala manera tomó sus cosas. Aquella muñeca de cabellos grana satinado se sentó triunfante, con una ligera sonrisa en su rostro.

-Espero que mueras. -Los cabellos bicolor del que ahora se sienta frente a mí se detuvieron al igual que el resto de su cuerpo atlético y entonces, él arqueó los labios.

Cuando me percaté del corto trecho que le faltaba por recorrer antes de llegar a su nuevo lugar, desvié la mirada de ellos. Podrían haber mencionado que esa no era una situación de mi incumbencia, así que fingí estar dibujando algo que ya había dibujado antes.

Sí. Cuando se sentó fue que noté que era un chico muy atractivo: Al igual que su "amigo" pelirrojo, su piel era tersa y nívea, pero con un toque de Sol en ella. A pesar de sólo medir algunos centimetros más que yo, su cuerpo se ve trabajado y con solidez, incluso es de las pocas personas a las que se les ve bien este uniforme. Y ni que decir de su cabello: bicolor. En aquel momento-cuando intercambió de lugar- lo llevaba un poco más corto, pero ahora, la parte más larga llega al inicio de su espalda.

Desperté de todo ese analisís encantador cuando me llamó.

-¿Rei?- Arqueaba una ceja, probablemente me llamó varias veces antes.-¿Te encuentras bien?

-¿Sí?- Sonreí como normalmente lo hacía. Llevaba toda la escuela secundaria de conocer a Boris y dos años de amistad con Kai y Yuriy, así que eramos, practicamente, del mismo grupo de amigos. -Lo siento. Es que no dormí bien anoche.

-Hm...- Me miró con una ligera sonrisa y se dió la vuelta. -Olvídalo.

Ahí comenzó el lazo con la vida social de los chicos rusos. Oh, nunca lo mencioné. Los tres vivían en Rusia-su pais natal- cuando pequeños, pero a los doce años volaron hasta Japón, teniendo una casa para ellos tres. Ingresaron a la misma escuela que yo y ahí fue donde los conocí. Una historia parecida a la mia: Nacido en China, viviendo con unos amigos en Japón. La única diferencia es que mis amigos y yo vivimos en este país con recursos limitados y ellos poseen todos los bienes que desean, incluso tienen doncellas y mayordomos, mientras mis amigos- que han sido mi familia desde siempre- y yo debemos trabajar, incluso, para mantenernos aquí.

-¡Kot! -Sentí unos brazos fornidos abrazarme por el cuello. Bryan siempre había sido el más eufórico conmigo, tal vez porque nos conociamos mejor.- ¿Irás con nosotros a la fiesta del viernes?

Ellos siempre me invitaban a sus reuniones, pero por el trabajo y la situación económica en mi hogar, nunca podía ir.

-No lo sé. -Sonreí justificándome con una mano en la nuca.- Mao está enferma y no ha ido a trabajar, así que estamos trabajando horas extra para...

-¡Vamos! Nosotros los ayudaremos a recuperarse-¡Me interrumpio!-¿Qué no, Kai?- El mencionado no dijo nada, nunca lo hacía.

-Lo siento, pero no puedo. Será para la próxima.

-Siempre dices lo mismo, Rei, pero nunca nos acompañas. -Se retiró a su lugar mientras entraba el profesor de Historia. ¡Rayos! No terminé la tarea.

Justamente, toda la semana intenté hacerla, pero no pude por lo que mencioné de mi 'hermana', Mao. Bueno, no es mi hermana, pero es como si lo fuera. Ahora tendré que hacer una tarea de compensación para el maestro, y perfectamente sé como son esas tareas: "cuarenta cuartillas a mano de la Guerra fria", "exposición para mañana de la guerra civil española"... Tal vez si explico la situación, lo entienda.

Al fin vuelvo en mi y veo un papel doblado en pedazos pequeños sobre mi pupitre. ¿De quién será y cuando llegó ahí?

Veamos:

"¿Irás a la fiesta del viernes?"

Seguramente fue Bryan. Ya conoce perfectamente mi situación y aún así insiste en que vaya.

"No lo creo. Necesitamos ese dinero para que Mao se mejore y también para mantenernos"

Busco la mirada de mi amigo de cabellos lilas y cuando al fin la encuentro señalo el papel, pero parece no comprender de que se trata. Es raro, porque él siempre capta nuestras señales, incluso tenemos una clave para "papel". Pero bueno, si no es suyo, ¿De quién es? No. No puede ser de Kai. Pero... nadie más que Yuriy- pero él más bien, se hubiera puesto de pie, ignorando al maestro-, Boris, él y yo sabíamos de esto en el salón, después de todo, se trata de una reunión que organizó la chica popular de la generación y nunca de los nuncas invitaría a los simples mortales corrientes -como yo, sólo que yo tengo unos amigos muy folclóricos que siempre me invitan, aunque, aún ahora, no he tenido el gusto de conocer esas fiestas.

-Mio.-Escuché la voz de Kai murmurar desde su lugar. Eso sí que fue una sorpresa.

Entregué el papel por debajo de la banca y ya nunca regresó hacia mí. Debo admitir que esperé durante toda la clase a que me respondiera, pero nunca lo hizo, y aunque no sé el porque, sentí una desilusión. Era como un escalofrio que me hacía perder fuerza y me obligaba a sentirme mal. Nunca pensé que eso existía, hasta este momento.

No sé como, pero ha terminado la clase. Ahora, toca la clase de Matemáticas V, le sigue una hora libre, Italiano, hora libre y después inglés. Podría irme dos horas antes, pero cuando me dieron a decidir entre Italiano e Inglés, preferí Inglés, ellos no. Era de esperarse: Ellos hablan a la perfección el inglés y yo con trabajo y puedo conjugar verbos regulares (1).

Me atrevería a decir que ya no vería a los chicos rusos -van adelantados un año en matemáticas por un examen de colocación que sólo ellos y otros tres chicos y una chica pasaron- pero siempre me esperaban y a veces, ¡hasta al trabajo me acompañan!

En fin. Me despido rapidamente de mis amigos y corro hacia el salón de matemáticas. Dos aburridas horas con un descanso de cinco minutos entre cada una. Ni siquiera tengo idea de lo que mi maestra habla. Por cinco años he faltado a las fiestas de mis amigos, y aunque los chicos en casa me dicen que está bien, que debería ir, no me atrevo a dejarlos solos y mucho menos cuando enferman.

Clase tras clase, ha terminado el día. Lo último que ví, fue a un chico de cabellos lilas decirme adiós por afuera de la puerta.

Podría decir que soy libre al fin, si no fuera por mi trabajo. Horas y horas de acomodar libros por género, editorial, autor, titulo y no sólo eso. Buscar el libro para los clientes. No es ese el problema, realmente no me molesta, lo que me molesta es el horario: de dos y media de la tarde a las diez de la noche. Cuando llego a casa apenas tengo tiempo de hacer alguna tarea y dormir unas cuantas horas.

Pero, no hay de otra. Lo veré del lado positivo: Hoy tengo tiempo de ir a casa antes del trabajo y podré comer algo casero. Ya me harté de la comida callejera barata.

Como vivimos cerca de la escuela no he tardado en ver mi casa a lo lejos. ¿Qué es eso? ¡Dios mio! Es una ambulancia, ¿acaso habrá empeorado Mao?

No hay tiempo, debo llegar a casa lo más pronto posible. Comienzo a correr pero algo hace demasiado peso y me frena. ¡Al demonio con mi mochila! Se ha quedado tirada unas casas atrás. Cuando al fin abro la puerta, ni siquiera me molesto en cerrarla, ya que corro a toda prisa hasta la habitación de Mao.

-¡Mao! -He gritado sin pensar mientras abro la puerta.- ¿Estás...bien?- ¿Qué es esto? Está sentada en la cama con un sujeto un poco anciano y regordete que se acompaña de una muchacha de cabellos dorados y rizados. Al parecer, una enfermera.

-Hola, Rei...- Un poco de tos evita que pueda seguir hablando, pero de inmediato la chica se encarga de ella.

-Soy el Doctor Yamaguchi y esta es la señorita Orochi Mai.-Me extiende la mano y sólo atino a estrecharla.- Estamos al cuidado de su novia.

-Es mi hermana...-Por alguna extraña razón, el que haya pronunciado esas palabras me produjo un escalofrio. Una sensasión desagradable qu eme ha obligado a negarlo de inmediato.

-Oh... Ya veo. -El silencio está sobre nosotros.

-Rei Kon- Nuestras manos siguen unidas. -Soy Rei Kon.

-Mucho gusto. Su amigo nos pidió que vinieramos.

-¿Mi amigo?- Me alejó un poco para desenlazar nuestras manos.

-Sí. El señor Hiwatari...- Kai... No lo esperaba en realidad.

Dejé de escuchar a los diez segundos. ¡No puede ser! Debo agradecéselo. No sé como, ni cuando, pero ya voy corriendo por la calle rumbo a casa de los chicos rusos. Es increible que Kai haga esto, aunque seguramente lo convencieron entre los otros dos. Es imposible que él haga eso por su voluntad.

Al fin llego a su casa. A pie está más lejos de lo que creía. Toco el timbre un par de veces y apenas escucho el sonido del altavoz activándose cuando ya solté un grito para que me abran. No ha tardado ni cinco segundo desde eso y ya abrieron la reja de su lujosa mansión. Realmente tienen dinero.

-¡Kot! -Boris se adelantó para recibirme, pero por más que quiero, no me puedo detener. Quiero agradecerle a Kai este lindo detalle.- ¿Estás bien?

-¿Y Kai?- Preguntó mientras paso.

-Su cuarto...

Abro la puerta de golpe y ahí está. Se encuentra sentado en su escritorio y me mira con asombro y quizás, un poco de ira por irrumpir así.

-Gracias, Kai, pero creo que no puedo aceptarlo. -Arquea una ceja. Creo que me precipité.- Es decir, no creo que sea correcto.

-Fiesta.

-¿Qué?

-Es para que vayas a la fiesta. -Se gira a seguir leyendo en su mesa. -Nunca nos acompañas.-Tardo un tiempo en razonarlo, pero es verdad, creo que lo merezco.

-¡Oh, gracias, Kai! -Verdaderamente quiere que vaya con ellos. Además, ¡es gratis!- ¿Cómo podría pagarte?

-Se mi pareja. -¿Perdón?

-¿Cómo? -Me acercó un poco.- ¿Tu pareja?

-Así es. -Mi corazón se acelera de una forma inesperada. ¿Será que...? No. No puede ser. -En la fiesta de mañana se mi pareja.

-¿He?- Mañana... no entiendo.

-A ver...-Suelta un suspiro.-Quiero que finjas ser mi pareja mañana, para que no me estén acosando las niñas del colegio.

-Fingir...-Claro. Para él todo es negocio.-Pero, ¿porqué yo?

-Rei Kon es el indicado. -Sonríe.- Porque me agradas.

-Claro -Somos amigos...- Somos amigos, ¿no?


Yume Notez:

(1)Los verbos regulares, en inglés, se conjugan agregando la terminación "ed".

En fin, esto va para todos =P un cap peque pero con amor... En especial para la niña Naunet XDDDD

Dejen Reviews D: o no sigo ¬¬

No, no es cierto, aunque no quieran seguiré XD