Los personajes de Katekyo Hitman Reborn! no me pertenecen.


Perdiendo una guerra.

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Puedo sentir el latido de mi corazón con fuerza en mi pecho, bombeando la sangre con más fuerza de la habitual, todo parece distinto desde aquí, desde el suelo.

Mis músculos están tensos y no los puedo mover, intento en vano gemir para llamar la atención pero nadie me escucha, sonrió con tristeza y cierto temor.

¿Moriré sola?

La sola idea me aterra, me dolería morir sola en medio del charco de sangre que hay en mi alrededor, de esa viscosa y rojiza sustancia. Mis ojos buscan desesperadamente ayuda, socorro.

Nadie me oye.

Estúpida guerra que calla mis reclamos de socorro.

Miro como Tsuna está luchando con Byakuran, como él golpea sin dañar a Byakuran, como intenta en vano salvarnos a todos pero en mi caso sé que no me salvará, porque mi príncipe azul ahora está salvando a su princesa que es Kyoko-chan. Las lágrimas quieren salir y hasta olvido que tengo una herida mortal en el vientre. Mis manos quieren tocar a Tsuna.

Levantó ligeramente los parpados para verlo de nuevo. Él no me hace caso. Él está luchando por otra cosa, y esa cosa no soy yo.

Me lástima más que la herida saber que nunca podré decirle a Tsuna seriamente que mis sentimientos de amor no son ninguna tontería, que no es broma, que no es solo amistad, es amor.

Amor dolorosamente no correspondido.

La presión que siento al respirar me dice que no podré volver a respirar en poco minutos, el tiempo se me agota, escucho la risita del enemigo cerca de mí.

El enemigo me ve con lastima absurda, camuflando su recogijo en el brillo de sus ojos, para él soy una mujer olvidada por los demás, soy un trozo humano que podría ser remplazado facilmente, es cierto, aunque duela es cierto, porque yo siempre podré ser remplazada facilmente.

Los pasos del que me hirió se alejan como un zumbido, escucho su últimas palabras antes de que el se marche.

—Morir sola. Que lástima.—emplea un tono sarcástico, yo lloro en silencio. El no me oirá, y si me oye pasara de mí.
Mis dedos temblorosos tocan mi vientre y alzo las manos para ver la sangre, mi sangre.

Quiero pasar mis últimos momentos de vida pensando que tuve una familia feliz, un amor juvenil que duraría para siempre, aunque el siempre se muriese conmigo, pero no podía. Algo dolía en mi corazón y no era la herida precisamente. Con angustia cerré los ojos de nuevo.

¿Alguien se acordaría de mi? ¿Me echarían de menos?

Tal vez. Tal vez no.

Y la sola idea de un 'no' aplasto mis esperanzas de morir con una sonrisa. Sentí como mis parpados pesaban, como el calor abandonaba mi cuerpo, el aire empezó a no llegar a mis pulmones.

Cuando reuní las agallas para morir sola vi como los ojos naranjas y amarillos de Tsuna me veían, me quedé con esos ojos el último segundo de mi vida, un segundo que llegue a amar aunque muriera.

Tsuna lleva en su mirada un dolor profundo, él me había visto pero no vino a mi por proteger a los demás. Tsuna estaba muriendo conmigo en espíritu.

Sonreí.


N/A: ¡Lo admito! Soy una loca amante de las parejas de KHR. No puedo pasar días sin pensar en las parejas que haré, mi ordenado tiene un montón de documentos para subir... Ché. En fin, sobre el pequeño drable, ¿Nunca habéis sentido cuando X persona no es correspondida es como una guerra perdida y menos aún luchada? Yo lo siento así.

Bien me despido. ¡Adiós!