-¿Trix?- llamó Eli a su puerta.
-Pasa.- Al entrar, el chico vió como ella intentaba acercar un poco de algodón con algo de medicina a su brazo.
-¿Y eso?- le preguntó al ver el raspón cerca de su codo.
-Alguien falló el tiro de su babosa polaro y me hizo caer.- respondió sarcástica.
-Jeje, lo siento de nuevo.- dijo él.- ¿Puedo...?- preguntó intentando tomar el algodón. Ella asintió seria y se lo entregó.
-Tremenda estada fue ese club, ¿no?- preguntó mientras él humedecía el material.
-Ni me digas, pero aprendimos una lección.
-¿Cual?
-No pongas a un topoide que hacer con tu dinero.- Ambos rieron divertidos, hasta que ella chilló al contacto del algodón con su herida.- Disculpa.
-No importa.- murmuró ella.
-Ya está.- dijo Eli. Tomó una pequeña curita y la pegó en su brazo.
-Me siento como una niña, ¿sabes?
-Bueno, has sido una paciente muy buena.- dijo él en burla.
-Gracias.- exclamó la chica imitando la voz de una niña pequeña antes de que ambos soltaran a reir.
-¿Me perdonas por el tiro fallido?- preguntó Eli al verla más tranquila.
-Claro.- dijo ella golpeando su hombro divertida.
Seis...
Y las ideas se acaban.. :(
