Hola! Dios este es mi primer fic de One Piece^^

One Piece no me pertenece, es propiedad de Oda-sensei.


Law observo el techo pintado de un azul ligero simulando ser el cielo mientras, tirado en el suelo, soltaba un largo suspiro. Ese había sido un día duro… ¿Pero cuando las mudanzas han sido fáciles? El personalmente las odiaba, por lo que, el episodio de esta mañana no le ayudaba nada a su huraño humor.

Todo lo que recordaba era, aparte de las miradas curiosas de los vecinos (que se asemejaban más a la forma en que un depredador vigila a su presa más que a una mera mirada de curiosidad), que él había subido las escaleras hacia el 3° piso a toda velocidad con sus horriblemente pesadas maletas y con la vista en el suelo tratando de evadir contacto con cualquier otro par de ojos humanos.

Estiro los brazos aun sintiendo punzadas de dolor gracias a su pequeño sobreesfuerzo y tratando de ignorarlo completamente; de todos modos en su mente no cabía espacio para quejas como esas ya que estaba perdido en sus pensamientos mientras miraba el techo. Estiro el brazo reprimiendo una mueca.

-Cora-san…-

TOC TOC

Law se levantó tan precipitadamente que tropezó con sus propios pies y cayó al suelo dándose en la cabeza y lanzando un quejido de dolor tan vergonzoso que no se podría saber si su cara estaba roja por el golpe o por la pena. Se levantó, esta vez más cuidadosamente y se dirigió a la puerta murmurando un sinfín de maldiciones hacia cualquiera que hubiera tocado su maldita puerta.

Abrió poniendo la cara más fría y de pocos amigos que pudo pero la quito al instante al ver que se trataba de alguien a quien una simple mueca como esa no le afectaría para nada.

Nami.

Miro a la jefa de vecinos fijamente. De estatura baja y cabellera pelirroja finamente atada en un moño no parecía a simple vista alguien poderoso, pero Law no era de esos que se guían por la apariencia, después de todo el tampoco es que luciera muy bien a ojos de los demás a menos claro que un tipo alto con ojeras, cara de muerto y antisocial (así lo había descrito Kid, uno de sus ex-compañeros de clase, el muy bastardo) te parezca un respetable miembro de la sociedad.

-¡Buenos Días!- saludo cordialmente Nami con una sonrisa amable y un deje de curiosidad en la mirada, no todos los días alguien se muda a uno de aquellos apartamentos -Quería saber si había algún problema...pero por el sonido que he oído parece que estas ocupado-

-No, yo no estaba...- farfullo Law intentando que su sangre no se le fuera a la cabeza –No estaba haciendo nada-

-Oh bueno, si pasa algo házmelo saber inmediatamente- los ojos de la chica bajaron y Law se dio cuenta por primera vez que tenía una canasta llena de naranjas en las manos, por su parte Nami se la entrego –Esto es un regalo por parte de mi tienda, está en el piso de abajo-

-Uh… Gracias- esas palabras no expresaban su completa gratitud, él no tenía ni un centavo en ese momento y en realidad se había empezado a preguntar cómo iba a sobrevivir la semana a base de agua y aire; estas naranjas le habían salvado de una muerte prematura por inanición.

-¡No hay problema! Espero que te lleves bien con los vecinos, son un poco problemáticos pero…. – se calló de repente como si hubiera dicho algo que no debiera, a Law no le gusto eso.

-¿Qué pasa con los veci…?- per Nami ya estaba lejos caminando apresuradamente hacia las escaleras.

-¡Recuerda visitar mi tienda!- y entonces la voz junto con la cabellera naranja desaparecieron escaleras abajo.

Suspiro, bueno era mejor simplemente no pensar en eso, miro las naranjas y su estómago gruño reclamando alimento; entro a su departamento mientras cerraba la puerta y después se dirigió a su habitación tratando de reprimir el ferviente deseo de zamparse todas las naranjas y recordándose una y otra vez que esa era su comida de toda la semana.

Su cuarto era una habitación estrecha pintada de un blanco un poco sucio con una pequeña cama, un armario demasiado antiguo (que hizo que recordara aquella vez que se quedó atrapado en uno de esos), una mesita de noche y un poster gigante de una banda de rock que él no conocía y que supuso era del inquilino anterior.

-Una naranja en la mañana, otra en la tarde y otra en la noche- se repetía en voz baja una y otra vez mientras se sentaba en su cama, su estómago protesto más fuerte –¡Con un…! ¡Ya te dije que no me voy a comer ninguna naranja ahora!- se sentía estúpido por gritarle a uno de sus órganos internos como si fuera una persona pero el hambre estaba cobrando factura.

De repente oyó unas risitas sutiles, se levanto mirando hacia todas direcciones, las risas desaparecieron y el frunció el seño, ¿Habían sido reales o simplemente se estaba volviendo loco? Las risas volvieron y pudo escuchar aparte algunos susurros de los cuales no entendía nada. Law empezó a caminar alrededor del cuarto buscando la fuente del sonido que definitivamente no era producto de su imaginación; empezó a sospecha de algún niño que, queriendo hacer una broma al nuevo vecino, se hubiera escabullido en la casa, pero la descarto ya que se necesitaba llave para entrar y no creía que Nami fuera tan descuidada como para dejar a alguien entrar a una habitación ajena.

Las risas continuaban así que pudo descubrir que venían de la pared donde se encontraba aquel poster de mal gusto y pego la oreja en ella; entonces se dio cuenta que nadie le estaba tomando el pelo, solo eran unos vecinos ruidosos que se reían lo suficientemente fuerte como para traspasar la pared, genial ahora se sentía como un tonto.

-Bueno, menos mal que no era...-Law que se había apoyado en el poster no pudo terminar la frase ya que como si se hubiera apoyado en el aire cayo de trompa en el suelo... por segunda vez en el día, mientras se quejaba alzo la mirada para saber qué diantres pasaba con su pared -!¿QUE DEMONIOS?!-

En frente de el estaba sentado un chico con el cabello negro despeinado saliendo de un muy viejo sombrero de paja, ojos muy grandes con una cicatriz por debajo de uno de ellos y con la boca llena de papas fritas.

El chico salto para atrás mirando con alarma a un confundido Law, no, no lo estaba mirando a él , estaba mirando algo detrás de el, se volteo.

-¡NO!- grito el chico detrás de el.

En donde se suponía que debía estar su pared había en realidad un gran hoyo, un gran hoyo que había sido cubierto por ese poster estúpido en el cual él se había apoyado y por el cual había caído ¿A dónde? te preguntaras, bueno, nada más y nada menos que a la sala del departamento de al lado en el cual vivía aquel chico que curiosamente vestía una camisa con el mismo logo de la banda de rock del poster.

"Los vecinos son un poco problemáticos" Esa frase le resonaría por siempre en su mente, ¿como había sido tan tonto?, ¿Porque, tan convenientemente habría un departamento vacio en el centro de la cuidad? ¿Porque este estaría tan barato? Oh claro, porque los vecinos eran un POCO problemáticos.

Dirigió su mirada hacia el chico que (estaba 100% seguro de que había sido el) le había hecho un hoyo a su pared. Este trago sus papas a toda velocidad, tomo aire y le dijo:

-No le digas a Nami-


Espero que les guste ^J^

Se aceptan reviews, consejos, bombas molotov y chocolate!