konichiwa!
Yo de nuevo, con una historia un tanto descabellada, jojo, (si casi ni me gustan) bueno, pues ya tenía el borrador, pero no me habia animado a subirla, ¿la razon?, desajustes cerebrales, jaja ok,no
ojala les guste siempre lo hago con todo mi cariño, esperando, sus comentarios, al respecto jaja
Sesshomaru-Los personajes no le pertenecen a Tailor, son propiedad de Rumiko Takahashi
Sumary- "Esta rosa simboliza mi amor por ti, me arriesgué a amarte, salí herida, muchas veces, pero acepte el precio, sin decir nada, pero llegué a mi límite, me ayudará a sanar mis heridas, se que puedo amarlo y puede amarme"
Las lágrimas resbalaban por su rostro pálido y juvenil, había visto a su amado con su rival; ella lo sabía, no podía engañarse, sabía que él, la buscaría y que no lo podría evitar, porque ellos se amaban. Ya habían pasado 50 años, ella había muerto y él había permanecido sellado, pero su amor no había menguado, ni un segundo.
Corrió tan rápido como sus piernas lo permitían, sabiendo que el hanyou, en cuanto notara su huida iría a buscarla, y no podía permitirse eso, no se sentía lo suficientemente fuerte como para afrontar a Inuyasha cara a cara.
Tropezó con una raíz, y se quedó allí, sollozando, lentamente hasta quedarse dormida. No sabía cuánto había transcurrido, quizás minutos, quizás horas, pues, todo le parecía exactamente igual.
-Allí hay alguien-vociferó una voz infantil
-Es una humana, aléjate de ella, Rin-la voz de aquel youkai la sacó de su ensoñación, solo podía ser aquel feo sapo que acompañaba al medio hermano de su amado.
Se levanto como pudo, pues las piernas se le adormecieron de tanto correr y camino lentamente intentando pasar desapercibida, en vano
-Jaken-la voz del daiyoukai la detuvo, nunca había notado lo imponente que sonaba
-Amo bonito-gritó el aludido
-Señor Sesshomaru-voceó la pequeña, corriendo en dirección de su amo, dejando atrás al pequeño youkai-hay una chica allí.
La niña señaló el lugar donde Aome estaba parada, como si todos los presentes no la hubieran notado ya. La miko del futuro, pensó en emprender la retirada pero la fría mirada del daiyoukai la congeló.
Sus miradas se cruzaron, se quedaron así por más tiempo del que pudieron percibir, no se movieron, hasta que la pequeña, jaló el haori del demonio.
-¿Señor Sesshomaru?-le llamó, el aludido la miró esperando la pregunta-Esta triste-murmuró refiriéndose a Aome-¿Por qué no deja que nos acompañe?-cuestionó inocentemente
-Claro que no, no seas fastidiosa niña, ya es suficiente para el amo bonito con que tus nos acompañes-empezó a despotricar el feo demonio
-Jaken-el daiyoukai, silenció a su sirviente, adicionada con una mirada fría que no dejo lugar a reclamaciones
-Aome-la voz del hanyou sonaba lejana
-Rin-le llamó su amo-vete con Ah-Uh
La niña corrió hacia donde su amo le había indicado, y desapareció entre los árboles
-Déjame acompañarte-casi rogó Aome, cuando vio que el demonio comenzaba a retirarse. La súplica de la sacerdotisa, lo detuvo
-Aome-Inuyasha había logrado dar con su aroma, su velocidad había aumentado al olfatear también a su hermano
-Por favor-volvió a suplicar.
El daiyoukai, asintió levemente con la cabeza, la única razón por la que aceptaba era para fastidiar al hanyou, que lo ponía de mal humor.
-Aléjate de ella-gritó Inuyasha, intentando atacar a su hermano, quien lo esquivó sin el mayor esfuerzo
-Basta-gritó la chica entrometiéndose entre ambos
-Aome-las voces de sus amigos la hicieron ladear la cabeza en su búsqueda
-Vámonos-murmuró Sesshomaru con frialdad, dándose la vuelta, hacia donde momentos atrás la pequeña había desaparecido; desaparecieron tras la maleza y en un descuido de todos Aome se marchó tras ellos.
-Inuyasha-gritó el pequeño zorro-Aome se dio cuenta que viste a Kikyo
-No seas tonto Shippo, ¿Qué te hace pensar eso?-dijo el hanyou con arrogancia
-Además Shippo, la señorita Aome quiere demasiado a este tonto-murmuró Miroku
-Exacto-aseguró el hanyou-¿Qué?-reclamó al darse cuenta de lo que había dicho el monje
-Pues me alegro que al fin se haya dado cuenta que son unos dos caras-replicó Sango, completamente furiosa.
Mientras los 3 se enfrascaban en una discusión que duraría horas, el pequeño zorro mágico alcanzó a Aome que trataba sin éxito de no perder la pista del daiyoukai
-Shippo-murmuró la miko, sorprendida y casi sin aliento-Cuida a Sango y diles que fue por mi voluntad.
Aome, alcanzó al demonio, que sin importarle demasiado su velocidad, se alejaba, y sorprendida miraba como la niña iba al paso de Sesshomaru, sin notarse ningún síntoma de cansancio o esfuerzo.
El zorro mágico, se marchó de nuevo, a donde sus compañeros seguían discutiendo, y los que continuaron así por muchas horas, y aunque intento llamar la atención de ellos, nunca lo logró.
-Oye Shippo, ¿Por qué discuten esos tres?-preguntó Myoga
-Ya sabes, lo de siempre-murmuró Shippo con cansancio
-¿Dónde está la señorita Aome?-continuó la pulga
En ese momento, recordaron cual era el motivo de la discusión, que ya había anochecido, que la miko se había marchado y que al parecer tenía mucho tiempo.
El silencio se hizo presente incomodo, nadie sabía que había ocurrido y él que estaba consciente de la situación se deleitaba con la preocupación de los demás; Kirara ronroneó cerca de Shippo, incitándolo a confesar lo que la chica del futuro le había confiado
-¿Qué pasa Kirara?-preguntó inocente, la gata de dos colas volvió a acicalarse junto al zorrito mágico-No, acuérdate que estuve intentando decirles que Aome, quiso marcharse con el malvado de Sesshomaru, para que Inuyasha no se sintiera culpable de verse con Kikyo
-¿Qué?-gritaron al unísono
La sangre le hervía al hanyou, de coraje, de celos; estaba enfurecido de que Aome, su Aome se hubiera largado con su hermano. Pero, no se movió, si ella había decidido irse, él no se lo impediría, más, deseaba con todas sus fuerzas, que la pasara tan mal, que volviera con él.
Mientras, lejos de donde se hallaban, en un río, una pequeña y una chica de apariencia extraña, intentaban pescar, sin mucho éxito
-Señor Sesshomaru-le llamó Jaken, su amo, ni siquiera lo miró, su vista estaba fija en aquellas humanas que jugaban en el río-Es la sacerdotisa que va con Inuyasha ¿De verdad vendrá con nosotros?-se atrevió a preguntar-
La mirada que le lanzó su amo, no solo le aseguró que viajarían con ella, sino también no debería porque importarle.
-Señor Sesshomaru-la pequeña llamó su atención y se acercó a donde estaba-Aome dice que viene del futuro-replicó la niña, sonriendo como un sol-¿Verdad que es imposible?-se burló
Sesshomaru miró a Aome con interrogantes, ella, sin saber muy bien porque, se ruborizó y bajo la mirada, avergonzada del insistente examen al que era sometida
-No lo sé-fue lo único que contestó el daiyoukai, quien tan solo unos segundos más tarde desaparecía entre los árboles-Descansen, mañana continuamos-sentenció mientras se alejaba, lo que provocó que sonará como un susurro.
Aome se sorprendió de escuchar hablar a Sesshomaru más de 2 palabras. Pero más que eso, se encontró admirando en sus recuerdos aquellos ojos dorados, tan parecidos en el color a los del hanyou, pero por alguna jugarreta del amor (o eso supuso), los del youkai le parecían más intrigantes y por lo tanto más hermosos
-Rin-replicó la miko, la niña la miró, esperando-¿Siempre se va?
La pequeña, solo asintió con la cabeza, ya que le iba a explicar, pero Jaken se había adelantado y comenzado a regañarla por entrometida. Ninguna de las dos tenía las ganas de oírlo parlotear y optaron por ignorarlo y dormirse.
Antes de que el sol se asomara en el horizonte, Sesshomaru había regresado en donde sus acompañantes aún dormían plácidamente. Los observo por unos segundos, conmoviéndose de la escena, pero al percatarse de estos, los alejo con un simple recuerdo de quien era.
Rin parpadeo un par de veces, al sentir el calor del astro sobre su diminuto cuerpo
-Señor Sesshomaru-gritó despertando a los otros dos. La pequeña se acercó a él, tan rápido como pudo, y sin que el daiyoukai lo esperara, lo abrazó tan fuerte como su fuerza lo permitía-Lo extrañe amo Sesshomaru-contestó con una sonrisa, justificando el acto
Aome y Jaken, miraban estupefactos, ambos podían apostar que el demonio blanco la alejaría, por la repulsión que le tenía a los humanos, sin embargo, lo correspondió, provocando que a Jaken se le desencajara la mandíbula de la sorpresa.
Aome sintió en su corazón dos fuerzas de lo más extrañas, la primera fue ternura al ver la escena que se desarrollaba frente a sus ojos; y la segunda (aunque lo negara a si misma) eran celos de aquella niña, porque ella también quería abrazarlo…
La miko desterró esa idea de su mente tan rápido como pudo, argumentándose a sí misma que veía rasgos del hanyou en su medio hermano, aunque esto fuera totalmente incorrecto.
En la aldea de la anciana Kaede, un hanyou, dos pequeños youkais y dos humanos llegaban agotados de tanto caminar
-¿Qué les paso?-preguntó la anciana, preocupada por no ver a la reencarnación de su hermana caminando junto a ellos
-Aome se fue con Sesshomaru-comenzó Shippo
-Cállate-lo interrumpió Inuyasha, asestándole un golpe en la cabeza
-¿Cómo que se fue?-siguió cuestionando
-Inuyasha volvió a irse con la señorita Kikyo…-contestó Miroku, quien también recibió un golpe
-¿Otra vez?
-Aome se dio cuenta de nuevo, se escapó y se fue con Sesshomaru…-un golpe en la cabeza del monje, calló a la exterminadora
-¿Por qué me pegas a mi?-reclamó
-Por chismoso-replicó Inuyasha
-¿Se fue? ¿Ella lo decidió?-Shippo asintió tímidamente, sabiendo que si el hanyou lo notaba, terminaría con otro chipote-Deben buscarla-replicó rápidamente la anciana
-Keh!-bufó Inuyasha-Además tiene que venir para entrar en el pozo, tiene que ir a su época para vencer a los exámenes y todas sus cosas están aquí-dijo de manera triunfal, sabiendo que tarde o temprano, Aome volvería
-Eres un necio-concluyó Sango, quien enfurecida con el hanyou, se alejo con grandes zancadas
El tiempo transcurría tan rápido que nadie lo notaba, solo Inuyasha, que sintiendo la soledad, el tiempo avanzaba tan rápido como un caracol
-Inuyasha-gritó Shippo llamando la atención de todos-¿Y si Aome ya regresó a su época?
-Como eres tonto, hemos estado aquí desde hace días-se quejó el hanyou
-Shippo tiene razón tal vez pidió a Sesshomaru que la trajera aquí-aceptó Sango
-Sesshomaru no es un alma caritativa que le hace favores a todo el mundo-murmuró Miroku, alejándose poco a poco de la exterminadora, sabiendo que podría recibir una cachetada
-No estaría de más, que fueras a ver-concluyó Sango indignada
Inuyasha saltó dentro del pozo, apareciendo en la época moderna. Corrió hacia la casa, encontrando a la familia de Aome cenando
-Amigo orejas de perro-exclamó Souta, inmediatamente notó el rostro preocupado de su amigo-¿Dónde está mi hermana?
-Es lo que busco-respondió el hanyou refiriéndose a Aome como una cosa más que como a una persona
-Aome no ha venido desde la última vez-explicó su abuelo
Sin esperar más, Inuyasha salió de allí, dirigiéndose de nuevo al pozo
-No estaba ¿verdad?-preguntó una voz femenina mientras él, ponía los pies de nuevo en la tierra
-Kikyo-susurró el hanyou viendo a la sacerdotisa revivida, sobre el árbol sagrado. Sin notar que todos sus amigos yacían inconscientes en el pasto
-Inuyasha-murmuró ella como una caricia-Ella se fue, te dejó-hizo una pausa para ver el rostro de su "amado", quien parecía querer negarlo, pero no encontraba las palabras adecuadas-Yo no te dejé, vámonos-estiró la mano hacia donde él estaba
-No-musitó, dando un paso atrás-Aome no me dejaría a propósito, ella jamás me olvidaría, ella se fue por culpa mía, porque yo la herí-aceptó Inuyasha, deseaba buscar a Aome y explicarle, pero no sabía dónde empezar habían pasado semanas, incluso meses, no podía ni imaginarse donde estaba ahora
Kikyo bajo del árbol, y caminó hacia un lago cercano, Inuyasha sin saber el por qué, la siguió, como si estuviese hechizado por aquel cuerpo hecho de barro. La sacerdotisa balbuceó unas palabras extrañas y en el lago, en vez de mostrar el reflejo del cielo, mostraba a una chica de cabellos negros que caminaba con una mueca en el rostro
-Señor Sesshomaru-escuchó una voz infantil, el aludido se detuvo y la miró-Estoy cansada, ya es de noche-dijo la pequeña con un leve sonrojo en sus mejillas
-No podemos detenernos aquí-exclamó la voz de Jaken
-Ven Rin-le llamó la miko del futuro con una sonrisa en el rostro. La niña se acercó y Aome la cargó como si de un bebé se tratará. Algunos minutos pasaron, cuando se detuvieron, Aome casi cae, Sesshomaru, sin saber la razón, apareció como un rayo frente a la chica y detuvo su caída-Gracias-susurró Aome con las mejillas rojas, mientras se alejaba del cálido cuerpo del daiyoukai
La imagen desapareció, sacando al hanyou de la ensoñación
-Ahora dime, Inuyasha-soltó Kikyo mientras se alejaba lentamente-¿Se fue porque estaba herida?-solo se escuchaba la tétrica voz de la miko revivida, quien reían, confiriendo al ambiente un deje más escalofriante.
Los demás despertaron a los pocos minutos, con la mente confundida
-No estaba-concluyó Sango
El hanyou se separo de ellos, primero necesitaba aclarar las cosas con Aome, y después buscaría a Kikyo para acompañarla al infierno, para que sus almas al fin estuvieran juntas.
Caminó tanto, hasta perderse en el bosque, cuando un aroma inundo el ambiente
-Naraku-gruñó Inuyasha corriendo hasta donde el olor lo guiaba
Se detuvo en seco y se oculto tras un arbusto, sintiéndose estúpido, sabiendo que ya lo habría visto; no se había equivocado, era naraku, si, pero también Kikyo
-¿Qué haces con él?-musitó como si ella lo escuchara
Sin decir palabra alguna, ella lo abrazó a él, pasaron algunos segundos antes de que los labios de ambos se mezclaran en una danza, que todos llamarían, prohibida.
Inuyasha se quedó sin palabras al ver a su gran amor, con el peor villano de todos, ¿Cómo era posible? ¿Qué no recordaba que él la había herido de muerte? ¿Qué él, los había separado?; todo eso pareció no importarle, pues, allí estaba en sus brazos, sin embargo no le llegaron los tan conocidos celos. Recordó cuando Shippo dijo que Aome, se había marchado con Sesshomaru, y sintió ganas de matarlo, una incontenible furia se aisló dentro de su ser.
Se marchó de allí, sabiendo que no habría mejor oportunidad de matar a Naraku que esa, pero no se sentía capaz, sentía que su corazón se había roto en miles y miles de pedazos, y que la única capaz de arreglarlo, era Aome.
-¿Como pude ser tan tonto?-se repetía mientras corría en ninguna dirección, intentando captar el olor de la miko del futuro-¿Esto era lo que Aome sentía?
Pocos días después, derrotado y exhausto por no detenerse ni de día ni de noche, regreso a la aldea de Kaede
-Inuyasha-dijeron al unísono sus compañeros de viaje
El aludido, cayó rendido del cansancio, lo dejaron descansar, sabían que debía tener una explicación por la cual estaba en esas condiciones, y esperarían pacientemente a que les contará.
-Inuyasha-escuchó el hanyou en sus sueños, eran dos voces femeninas, tan iguales y tan diferentes-¿Quién te olvido primero?-susurraron ambas voces-¿Ella o yo?-musitaron tan bajo que no pudo entender muy bien
-Tan concentrado estabas, en reconquistar a tu pasado amor, que me dejaste ir-susurraba la voz de Aome
-Yo nunca te olvidaré, prometiste que irías conmigo al infierno-contraatacó Kikyo
-¿Y Naraku?-preguntó el hanyou, molesto
-Él llegara solo al infierno, no me interesa un comino, es a ti al que quiero-explicaba aquel cuerpo de barro, producto de su imaginación
-Kikyo-murmuró Inuyasha
-Hasta en tus sueños, dejo de ser importante cuando ella está aquí-la voz de Aome se escuchaba rota, sus ojos chocolate amenazaban con llorar-No puedes culparme, por marcharme-la imagen de la chica se fue desvaneciendo conforme sus palabras, no podía creerlas, pero tampoco podía restarles valor
El hanyou despertó tras ver como no solo Aome se marchaba, sino también Kikyo, que prometió siempre estar allí
-Qué bueno que despiertas-exclamó Sango, un tanto enojada y un tanto alegre
-Vámonos-soltó antes de que empezaran las preguntas-Si Aome vuelve dejala ir a su época, pero que no se marche de la aldea
La anciana Kaede solo atinó a asentir con la cabeza, pues, ya todos iban caminando tras Inuyasha, en busca de Aome. Los viajeros iban con pensamiento positivo, esperando no tardar en encontrar la pista de la miko del futuro, no estaban muy seguros de que era lo que le había pasado estando cerca de Sesshomaru, después de todo, no es de los que se preocupan por la seguridad de los humanos, aseguraba Shippo cada que tenía oportunidad.
Para Aome el tiempo había pasado volando, no sabía cuánto tiempo llevaba junto a ese grupo, pero sabía que eran bastantes; le había tomado afecto a Ah-Uh y a Jaken, a Rin, la cuidaba como si de su hija se tratará, en cuanto a Sesshomaru, no estaba aún muy segura de sus sentimientos por él, debía admitir, que no era tan malvado como ella siempre lo había pensado y una parte de su corazón (y aun no sabía cuán grande) se alegraba de viajar con él, y de vez en cuando ese mismo pedazo de si, le jugaba malas pasadas, haciendo que su corazón se desbocara cada que oía su masculina voz llamándola
-Una mala jugada-se repetía mentalmente, cuando sucedía eso, y en especial cuando sus mejillas se ruborizaban ante la mirada del youkai
Amanecía, el cielo estaba más claro que de costumbre, Aome se despertó más temprano de lo usual, lo sabía, porque el demonio blanco aún no aparecía, se alejó lentamente, buscando algo para darle de desayunar a su pequeña. En su camino, encontró un rosal, llenó de bellas rosas rojas, cortó una, haciéndose mucho daño en la mano
-Maldición-exclamó, cuando vio la sangre resbalar por el tallo de la flor.
Una mano, la hizo soltar la rosa, y la levantó hasta donde sus ojos dorados podían escrutarla sin agacharse en lo más mínimo. El corazón de la chica se detuvo en el instante en el que llevó sus labios a la más grande de las heridas, bebió la sangre que aun fluía, hasta que dejo de salir, la soltó.
Sesshomaru, en cuanto terminó de limpiar la herida, la miró a los ojos, pero no supo lo que encontró, solo se dejó perder en aquel mar achocolatado, que le gritaba que se hundiese más y más. Las mejillas de Aome, ardían como el mismo sol, se sentía extremadamente nerviosa, se moría por abrazarlo y besarlo… La chica se aterró por sus pensamientos, ¿Besarlo?, ya no buscaba nada de Inuyasha en él, ahora solo era el youkai, ¿Por qué querer besarlo?
-Tan más cuidado-sentenció el daiyoukai, quien, frenaba sus instintos de besar los labios de la chica que tenía enfrente, mirándolo como una tonta
-Lo siento-tartamudeo, con la voz algo perdida, su mente estaba nublada, nunca había estado tan cerca de Sesshomaru, podía sentir el calor que desprendía su cuerpo, una especie de campo magnético que la mantenía en su lugar, sin poder alejarse, pero con el miedo de que si se acercaba, él fuera el que se marchará
Escuchó una voz familiar que la llamaba, pero no le prestó atención, en ese momento, solo eran ellos dos, nadie más que pudiera lastimarla, nadie que los interrumpiera, estaban solos.
Sesshomaru se inclinó ligeramente, dispuesto a rendirse en la batalla entre el deseo y sus pensamientos; al sentir el aliento del demonio blanco chocar contra su rostro, dejó de respirar, cerró los ojos, esperando impacientemente aquellos labios que deseaba sentir, casi desde que la travesía a su lado había comenzado.
El hanyou, no solo olió el característico aroma a sangre de la miko, sino también su hermano. Se detuvo antes de llegar, observando a Sesshomaru intentando besar a Aome; quiso interrumpir, que la chica se diera cuenta que la había buscado durante semanas
-Sesshomaru-apenas fue un susurro, que salió de los labios de ella, lo que logró detener a Inuyasha-bésame- rogó antes de que el youkai se apoderara posesivamente de sus labios.
El hanyou sintió como los trozos de su corazón, se rompieron aun más. El dolor, lo golpeo tan fuerte que no supo si lo soportaría, poco a poco, ese dolor se volvió ira, sacó Tessaiga, dispuesto a matar al youkai que besaba a su Aome
El youkai imponía el ritmo, era paciente, pero él deseaba más, quería que ella se negara a seguirlo, quería que al menos, intentara subyugarlo, quería algún tipo de resistencia, pero esperaría, iría lento (solo por esta ocasión, se repetía el demonio), sentía los labios de la humana moverse torpemente, supo que era su primer beso, y se sintió aún más orgulloso de ello, hubiera detestado que su medio hermano la hubiese besado antes.
El agudo oído del daiyoukai, encontró el sonido de la espada, se alejó de Aome, quien lo miraba molesta (cosa que le agrado sobremanera), pero al ver a Inuyasha salir de detrás del árbol donde estaba escondido, con Colmillo de Acero desenvainada, y se colocó entre la miko y su hermano.
-¿Aome, estás bien?-preguntó el hanyou con los dientes apretados
-Basta, Inuyasha-la chica intentó interponerse, pero no logró ni siquiera moverse de su lugar
-Aome-las voces de sus amigos, la sacaron de su parálisis-¿Estás bien?-cuestionó Sango, la abrazó-Te hemos buscado por todo el país, Inuyasha no nos permitió descansar-Aome miró al hanyou, pero él, tenía la mirada puesta en su hermano, quien mantenía el rostro inexpresivo, pero con la mano sobre Tokijin
-Señor Sesshomaru-gritó Rin, corriendo hacia él-No encuentro a Aome-dijo preocupada, pero al ver la escena, se colocó detrás de él-Tengo miedo, amo Sesshomaru ¿Por qué lo quieren matar?
-Jaken-murmuró el youkai-llévate a Rin de aquí
El aludido, asintió y comenzó a jalar del brazo a la niña, que se negaba a alejarse de su amo
-Aome-le llamó la pequeña, totalmente desesperada-No quiero irme, no me obligues a oírme, quiero quedarme con el amo, y contigo-lloraba
La miko, se zafó del agarre de la exterminadora, corrió hacia donde estaba la niña que soltó al pequeño demonio y se aferró con fuerza a la chica
-Vámonos…-replicó Sesshomaru, pero Tessaiga, le impidió la retirada
El daiyoukai apretó el agarre de la espada, dispuesto a sacarla y acabar con el juego del hanyou, no estaba de humor para sus tonterías.
-Espera-exclamó Aome, soltó a la niña, recogió la rosa que momentos antes había cortado; la flor tenía varios pétalos rotos y otros cuantos, caídos, parecía que llevaba días allí, se la tendió a Inuyasha, quien la tomo, tras vacilar y bajar la espada-¿Qué es esto?-preguntó la miko, con dolor en sus ojos chocolate
-Una rosa-respondió el hanyou
-Cuando la vi, me gustó, la corté para que fuera solo mía-le enseño sus manos-aunque sabía que me lastimaría, acepte el precio, pero-hizo una pausa, respiró profundamente, estaba dispuesta a aguantar el llanto-alguien, limpió mis heridas y me ayudará a sanarlas, me regalará una flor, aunque tendrá espinas y me lastimará, pero se que él estará allí para sanarme de nuevo.
-No te entiendo-murmuró el hanyou, sintiéndose estúpido
-Esta rosa, simboliza mi amor por ti Inuyasha-explicó la miko-Me arriesgué a amarte, salí herida, muchas veces, pero acepte el precio, sin decir nada, pero llegué a mi límite-la chica espero a que el aludido comprendiera sus palabras-ahora, Sesshomaru, limpió mis heridas, se que sanarán porque me creo muy capaz de amarlo, ya siento algo por él, y sé que puede amarme-concluyó Aome
Todas las miradas estaban sobre ella, la miraban confundidos, con excepción de dos pares de ojos dorados, unos, la veían con seguridad, dándole valor; los otros, con dolor, pero comprendiéndola
-Entiendo-susurró Inuyasha, marchándose tan rápido como pudo , necesitaba tiempo; miró la rosa que aún sostenía en sus manos-discúlpame Aome, descuide tu amor, por no abandonar el de Kikyo y me equivoqué con ambas-una gota salada, escurrió de los ojos del hanyou-me equivoqué-y desapareció
Aome, se giró hacia Sesshomaru, le sonrió y lo abrazó, como mucho tiempo atrás lo había hecho la pequeña Rin. El daiyoukai, separó y se alejó, asegurando que volvería. La miko, les explicó, que habían sido los días más hermosos, que no había sufrido. La noche había caído, se mantenían juntos, esperando; pronto llegó Sesshomaru, estiró su mano, en ella venía una rosa morada
-Es muy rara-musitó, se veía pálido, pero Jaken y Rin, casi podrían jurar que estaba un poco ruborizado-Es tuya, jamás se marchita.
Aome sonrió de oreja a oreja, sabiendo que aquel rudo youkai, le estaba declarando su amor, con la misma metáfora que ella había utilizado con Inuyasha. Aun no lo amaba tanto como su corazón era capaz, pero sabía que su amor florecería y jamás se marchitaría como aquella flor, que era la muestra del amor que ambos se tendrían…
que les parecio? muy azucarado para mi gusto jaja
onegai, RR estaría genial, porque me ayudan a mejorar con cada comentario, y si no les gusto, tambien es valido, jaja
bueno, espero subir un fic para 14 de Febrero (aunq no prometo nada, jeje)
hasta entonces
sayonara
