PROLOGO

William Shakespeare solía decir que: "El tiempo es muy lento para los que esperan, muy rápido para los que temen, muy largo para los que sufren, muy corto para los que gozan; pero para quienes aman, el tiempo es eternidad."

El tiempo para mí se me ha vuelto muy lento y muy largo. Las palabras de Shakespeare vienen muy seguido a mi mente. Cada vez que veo a Andrea conectada a esos aparatos.

Ya han pasado dos años y medio desde que ese terrible accidente sucedió, hace dos años y medio que no veía los ojos de Andrea, hace dos años y medio que no la veo sonreír y hace dos años y medio que no escucho su dulce voz diciéndome "te amo". La extraño tanto.

En estos dos años y medio han pasado muchas cosas, nuestros amigos no pudieron detener sus vidas por nosotros, ellos siguieron adelante. Mari y Benedict se casaron y tiene un bello niño de año y meses llamado Bernard y además están esperando a su segundo bebe. A Benedict le ha ido muy bien en su carrera como actor, sigue siendo famoso y es muy reconocido, el año pasado ganó su primer Oscar.

Karina y Trenton bueno se casaron hace un año y también esperan a su primer hijo.

En cuanto a los padrea de Andrea, bueno ellos no me quieren ver ni en pintura, aunque la madrea de ella es más amable conmigo. Los padres de Andrea no la podían mover de hospital y mandarla a su ciudad, se tuvieron que quedar en Londres, le pedí una casa de renta a unas cuantas casa de la mía. Era lo menos que podía hacer por ellos después de hacer que su única hija quedara en coma.

Mientras que yo mantengo mi promesa hacia Andrea. Siento que la vida sin ella no tiene sentido. No la he dejado sola ni un momento. Deje mi carrera de actuación, lo último que hice fue termina mis filmaciones con Marvel, por que ya había firmado los contratos, antes de que esto pasara.

Estaba sentado a un lado de la cama de Andrea en el hospital, la hora de visita se había terminado, tenía que irme. Como cada noche, hice lo que vengo haciendo desde hace dos años y medio. Le di un beso en la frente y le susurre lo que todos los días le digo.

—Te amo, por favor perdóname, por mi culpa estas aquí, perdóname por todas mis estupideces, por favor, te amo, te amo, nunca lo olvides.

Salí de su habitación sintiendo que caminaba como un zombi. Ahora esto era un día normal para mí, pasar todo el día en el hospital al lado de Andrea. Pero estaba dispuesto a cumplir mi promesa, no la abandonaría por que la sigo amando y la amo como si ella aun estuviera despierta.