Tiago no puede dejar de meterse en problemas y es cambiado de un colegio privado súper caro, a uno público donde hay gente rara, y su hermana, que no puede dejarlo de lado se va directo a cavar su propia tumba junto a el, no es hasta que conoce a este grupo de chicos con problemas que descubre que su vida no es tan perfecta como ella creía.

Sueños, problemas y desacuerdos, pero eso es parte de madurar.

Porque nadie es perfecto, sólo asquerosamente imperfectos.