Solo una oportunidad

Resumen: Kagome, es una joven stripper, que trabaja en un cabaret para poder mantenerse y a su pequeño y enfermo hermano menor. Sin embargo, un despechado amor de la joven, pondrá en peligro al cabaret. Solo 2 agentes del FBI, podrán o no evitar el cierre y descubrir un secreto

Que puede ser determinante en la vida de la joven y su pareja.

Capítulo 1: Encuentro

Era un día primaveral en Nueva York, con un espléndido día soleado en la ciudad de la gran manzana, los altos edificios, el wall street y sus líneas de metros y taxis amarillos. Sin embargo en las oficinas del FBI en la ciudad de Manhattan, dos agentes, revisaban expedientes relacionados a la denuncia del dueño de un Casino, que denunciaba a una tía que le debía mucho dinero y no se sabía nada de ella y recurrió a los agentes del FBI para encontrarla.

-¿Otra vez debemos revisar estas carpetas?-. Se quejó un joven peliblanco de ojos dorados.

-¡Sí, Inuyasha!-. Respondió una joven castaña.- Otra vez debemos revisarlos-.

Los agentes en cuestión son Sango e Inuyasha, 2 detectives del FBI que trabajan en equipo y han resuelto los casos más resonantes en la historia del FBI y los casos duros les son confiados sin titubeos por parte de sus superiores.

Sango Rizzoli, es agente y detective del FBI. Tiene 26 años. Es de largo pelo castaño medio claro y de ojos color marrón tierra. Es muy hermosa, elegante y astuta. No tiene pareja, aunque se sabe está locamente enamorada de su apuesto compañero

Inuyasha Stewart, es el compañero de Sango, tiene 28 años y al igual que ella, es agente y detective del FBI. Es de pelo algo largo de color blanco plateado, un extraño color de ojos dorados. Es alto, de muy buen físico, astuto y fuerte. Es de carácter fuerte y sabe que su compañera está perdidamente enamorada de él.

Mientras ambos agentes seguían revisando las carpetas, apareció un hombre medio calvo, de pelo canoso y fumando su habano jamaiquino. Vestía un traje gris oscuro, camisa blanca y corbata roja, zapatos negros de cuero. Llevaba un sobre grande en su mano izquierda y se dirigió a los agentes. Era Myoga Flugs, Capitán y Comandante de la estación del FBI de ese distrito donde trabajaban Inuyasha y Sango.

-Rizzoli, Stewart-. Los llamó el Capitán.- Tengo una misión para ustedes.- Dijo el anciano entregando el sobre a Inuyasha.

El joven peliblanco lo abrió y vio de que se trataba. Al leerlo, hizo una mueca de desagrado, cosa que sorprendió a su compañera.

-¿De qué se trata?-. Preguntó Sango, que lucía un traje de chaqueta y pantalón negro, una blusa de cuello medio alto y sin mangas de color blanco y botas de vestir de taco mediano negras.

-Es el caso de ese pesado del dueño de ese Casino, que insiste en que investiguemos el caso de su tía-. Respondió Inuyasha dejando el sobre en la mesa.

Inuyasha lucía un traje negro de chaqueta y pantalón, camisa blanca y una corbata negra decorada con estampados de magnolias blancas y zapatos de cuero negros.

-Así es-. Dijo Myoga.- Deberán viajar ambos a Las Vegas y ver que quiere en verdad. Hay algo sospechoso en este caso y quiero que investiguen porqué ese joven está tan obsesionado en querer encontrar a esa mujer-. Ordenó.

-Quien no lo estaría si debieran semejante suma de dinero-. Dijo Sango en tono medio burlón.

-No seas sarcástica, Rizzoli-. Le sugirió el capitán Myoga.- Este caso puede ser serio, porque el dueño de ese casino, no es ningún santo y varios de los que le debían dinero, ya son comida de tiburones y nunca fue preso por ello-.

-¿Y dice que él le dio de cenar a los tiburones australianos a su tía?-. Preguntó burlesco Inuyasha.

-¡Inuyasha!-. Lo regañó Sango.

-Bueno. De todas formas, no me parece un caso que sea para nosotros-. Refunfuñó Inuyasha.

-Lo es-. Aseveró Sango.-De hecho si no quieren detenerlo, nosotros si tenemos el poder para hacerlo. Prepárate, haremos un viaje a Las Vegas-.

Mientras tanto, en un cabaret muy conocido en Las Vegas, se vivía un clima de fiesta, se celebraba los 10 años del club nocturno para hombres, pero sin embargo pesaba sobre él, una deuda de la que su dueña no podía pagar y precisamente han sufrido acosos debido a esto y es el mencionado por los detectives del FBI, que sin saberlo, será ese el cabaret que deberán investigar y vigilar de paso, por si el dueño del casino se presentaba.

El local, se llama Takarazuka's Night, es un conocido local nocturno para hombres, donde cada noche las nudistas, son el deleite para cada hombre que va a visitar el lugar, el bar nocturno, se presentaba muy elegante y el techo de la marquesina, estaba iluminado por letras rodeadas de parpadeantes luces multicolores que decía "Takarazuka's Night", era un club privado para hombres, donde las chicas eran el deleite con sus shows de striptease y pobre del que se haga el vivo ahí. pero ese día no iba a ser uno normal, ya que esperaban una desagradable e inesperada visita, que la dueña no deseaba volver a ver, pese a que esta vez fue todo meticulosamente planeado.

Aquellos hombres que planeaban su venganza, vigilaban sigilosamente escondidos en autos estacionados en forma dispersa y algunos van a pie como centinelas y pasando desapercibidos ante todos. Desde los autos, la mayoría, vigilaba con larga vistas o cámaras de vigilancia portátiles.

-¿Recuerdan bien el plan?-. Dijo un hombre de largo pelo blanco perlado, que se estaba disfrazando para disimular.

-¡Sí, Señor Sesshomaru! Todo está ó otro hombre de pelo negro y ojos azul zafiro.

-Excelente, Bankotsu. Avisa al resto de los muchachos, que estén alerta, prepararemos nuestra maniobra de espionaje-. Informó el hombre peliplateado.

Siguiendo las órdenes de su amigo y líder del grupo, Bankotsu, informó al resto de los hombres que aguardaban en distintos autos, el plan de esa noche de realizar la maniobra para su venganza contra el cabaret nocturno.

Sesshomaru Taisho, es un joven ruso que se instaló en Las Vegas, es dueño de uno de los hoteles casinos más lujosos de todo Las Vegas y además lo usa para iniciar negociaciones con los dueños de los casinos de la lujosa ciudad del juego, es un multimillonario dedicado además, a fabricar fichas y otros elementos para juegos de azar para casinos y de muy alta calidad, es por ello que es muy elegido por todos los casinos para prescindir de sus productos. Es un joven de 30 años de edad, como se dijo es de largo pelo blanco perlado casi plateado. Ojos de color ámbar y mirada algo tenebrosa y fría, es alto y bien fornido y de piel semi bronceada.

-Todo listo, Miroku. Voy para allí-. Informó Bankotsu.

Cuando el joven ambarino terminó de disfrazarse para hacerse pasar por un millonario que cumplía años y quería una noche de lujo en el cabaret, salió de la camioneta y se dirigió hacia un Audi A4, donde otro joven de pelo corto negro y ojos azules, estaba con otros 4 custodios y al verlo, dio la señal a los ocupantes del auto.

- De prisa, muchachos, tenemos que llevar a este "cumpleañero" al Takarazuka's night-. Ordenó firmemente Miroku pero lleno de satisfacción.

La mirada fulminante de Sesshomaru, hizo sudar al pelinegro, pero sin embargo el plan debía seguir, pese a que al magnate del casino, no le agradaba la idea, pero no le quedaba otra si quería llevar a cabo su investigación y si estaba en lo cierto.

- Ya sabía que me llevarías a ese lugar de perdición, presentía que este era tu plan, ¿no sé para qué demonios me trajiste y sabiendo que lugar es este?-. Gruñó el ambarino.

- Es tu "cumpleaños" y deberás aguantarte, además es tu oportunidad para saber si esa mujer que sospechas es ella, la dueña-. Dijo Miroku sonriendo malicioso.

En eso y cuando todos estaban disfrazados para llevar a cabo la misión de espionaje, llegaron al lugar indicado, se lo pasaron discutiendo tanto que Sesshomaru, ni se percató de la hora que pasaron arreglándose mientras se dirigían al local.

Los 8 hombres, entraron por un amplio corredor, luego de que por milagro no pagaron entrada al ver que el privilegiado esa noche era el hijo del dueño de uno de los hoteles casino más lujosos de todo Las Vegas y es por ello que entraron sin pagar.

En la barra, una mujer de unos 40 años, era la dueña del local, atendió a Miroku y a Bankotsu. Era de largo pelo blanco liso, ojos azules y maquillados y muy buena silueta. Era carácter amable, pero era muy enérgica y sin embargo, sintió un escalofrío al saber que una mirada la estaba viendo fulminantemente, ya que para ese joven disfrazado, le recordaba a mucho a su tía difunta, pero luego volvió a sonreír y a atender a los clientes, la mujer pese a su edad, lucía un ajustado corsé de cuero sin tirantes de color negro y con bordados rojos, una bikini negra al estilo de los 80 también de cuero y botas de cuero negras, llevaba un anillo de plata y pulseras de fantasías.

- ¿Qué desean?, guapos. Me llamo Tsubaki y soy la dueña-. Se presentó ofreciendo de paso.

- Verá señorita, me llamo Joe-. Dijo Miroku disimulando.- Nuestro amigo millonario cumple años y queremos hacerle un show sorpresa con la mejor chica que tengan aquí, es que el pobre es tímido y queremos agasajarlo como al mejor-. Comentó Miroku el plan.

- Oh!, entiendo. Díganle a su amigo que puede pasar por el salón de privados, que enseguida le mandaré a nuestra mejor stripper, será su mejor noche-. Dijo sonriente la mujer y con el símbolo del dólar en sus ojos.

- Muchas gracias, señorita Tsubaki-. Agradeció Joe (Miroku).

Mientras, el resto de los hombres de Sesshomaru, estaban sentados en una mesa, atendidos por una sensual camarera que les ofreció unos tragos de cortesía, la chica estaba vestida solo con un sostén y una micro tanga muy provocativa de color rojo clavel, era de ojos marrones, pelo negro hasta el cuello y una bincha de color amarillo en su pelo, su nombre era Eri y era una de las stripper, aparte de camarera.

Mientras tanto, Miroku y Bankotsu, dejaron a Sesshomaru solo en una habitación pequeña. Tsubaki entró en una habitación continua y le dijo a una de sus strippers sobre la visita que recibían esa noche y podría ser su salvación, pese a que por dentro suyo, seguía vigente ese temor, como si conociera esa mirada de aquel sujeto.

-Date prisa, tenemos la salvación para el club y para salvar a esa niña que tanto deseas-. Informó la dueña del cabaret.

-Iré enseguida, Tsubaki-. Dijo la chica pelinegra.

En dicha habitación, había un caño largo que estaba aferrado al techo y al piso y frente a él, un sillón muy cómodo y una mesita para tragos, estaba iluminado con luces rojas y algunas blancas, pero casi estaba oscuro. En eso una música sensual de rock empezó a resonar y una sensual voz de mujer se escuchó por los parlantes de la habitación. Mientras y muy rápidamente, la stripper, se arregló lo suficientemente bien como para impresionar a su millonario visitante, sin sospechar quien era realmente ese hombre. Cuando estuvo lista, fue a la sala donde un tenso Sesshomaru, estaba solo y esperando ver si su suerte daba frutos y así fue.

- Siéntate, guapo, enseguida estoy contigo-. Resonó la sensual voz de la chica.

El ambarino obedeció y al breve tiempo, una sensual y explosiva mujer salió de atrás de una cortina roja que estaba pegada al caño, era realmente hermosa, era una chica de largo pelo negro azabache con brillos, ojos color chocolate y un hermoso y sensual rostro, sus curvas eran impactantes y perfectas, su cuerpo realmente escultural, medía 90-59-92 de medidas corporales, era medio alta, bastante nalgona y de físico espectacular, carnosos labios y una mirada que derretía. Lucía un babydoll negro muy transparente y una sensual lencería negra de sostén y micro tanga bajo de este, tenía puestas sandalias de taco alto de color negro. La edad de la chica era de 24 años y eso que lo aparentaba, aunque nuca se lo sabía, solo la dueña.

La chica, avanzó con pasos sensuales y Sesshomaru, pese a su frialdad, se quedó impactado al verla, era como si sus oídos hubieran escuchado el canto de una sirena, estaba realmente en trance, era como si un ángel le hubiese caído del cielo. Estaba tan impactado que ni se percató que la tenía enfrente, bah en realidad sí en realidad, conocía muy bien a esa mujer y por lo pronto el volver a verla así le trajo recuerdos. Pero estaba tan embobado que le costaba reaccionar.

- ¿Estás bien?-. Preguntó empalagosamente la chica chasqueando sus dedos cerca del rostro del Sesshomaru que salió de su letargo.

- Ehh... Si..., disculpa... es que-. Tartamudeó el ambarino nervioso.

La chica le hizo una especie de zancadilla a los talones de sus pies, pese a que él era más grande y forzudo que ella, pero lo agarró desprevenido y lo sentó de una en el mullido sillón, aprovechó de sacarse su babydoll y dejar ver su cuerpo fenomenal, lo cual dejó al peliblanco más aturdido de lo que estaba. La chica se sentó en sus piernas y lo abrazó por el cuello mirándolo sensualmente, cosa de derretirlo con la mirada.

- ¿Cómo te llamas, precioso?-. Preguntó la chica sensualmente.

- I...I… Igor, me llamo Igor -. Balbuceó el peliblanco, disfrazado con peluca negra larga y lentes de contacto azules, bastante parecido al de sus custodios.

- Yo me llamo Kagome y esta noche te haré sentir lo que una chica saca cuando está en celo-. Le ronroneó la sensual pelinegra en su oído.

-"Ya lo creo, maldita zorra. ¿Ya veo cual era tu motivación para dejarme y venirte acá para casarte con otro y dejarme por este trabajito-. Pensó el ambarino con gesto de desprecio

Mientras tanto y a bordo de un avión privado del FBI, un Learjet Serie 35, Sango e Inuyasha, viajaban hacia su nueva misión y aventura, donde quien sabe que vivirán, investigando en un club de nudistas, a ver porqué ese hombre creía que la dueña era esa mujer que le debía dinero, sin saber que descubrirán algo que puede cambiar su investigación.

Hola a todos:

Les dejo mi último fic para que se deleiten con él, encontrarán mucha acción romance, traiciones y hasta sorpresas inesperadas. Les aseguro que no se arrepentirán. Por lo pronto, esto se pone tenso con esta investigación que los detectives del FBI, deberán saber que quiere realmente ese misterioso dueño del casino y porqué lleva el mismo apellido que el compañero de Sango y que misterio puede dar un desenlace sorpresivo. Averígüenlo aquí.

Guille (Knight Rider)