Vampire Diaries no me pertenece. La tomo prestada un rato por un exceso de imaginación.
Introducción.
La verdad es que nunca he sido una de esas románticas que sueñan con el príncipe azul y la historia de amor épica. Es más, mi cinismo en cuestiones del corazón era conocido por todos aquellos que me frecuentaban. De niña siempre quise ser superhéroe, no princesa. Desearía poder decir que lo que viene a continuación no es una de esas historias donde la chica que no creía en el amor conoce a su amado y viven un cuento de hadas, aunque el mío parece escrito por algún loco fanático de Stephen King y las series de vampiros, pero es justamente eso o por lo menos algo parecido.
Hace poco más de un año conocí a una persona que, junto con sus amigos, termino por cambiar el curso que había tomado mi vida hasta ese entonces. Stefan se convirtió en uno de mis mejores amigos y fue él quien me sugirió la idea de comenzar un diario, no lo considere necesario en ese entonces, es mas no tenía un porqué. Pero hoy mi razón son ustedes, necesito que sepan cuanto los amo pase lo que pase.
En estos momentos me encuentro en París, escondida del mundo y más específicamente de él. Creo que ha encontrado una felicidad superior a que alguna vez tuvo conmigo y no quiero estropearla. Lo amo y siempre lo voy a amar, el destino, el universo o lo que fuera decidió que fuera suya aun mucho antes de nacer. Pero nadie considero que él quiera pertenecer a otra.
