N/A: ¡Hola a todos!, ¡He regresado!, sí, esta vez con una nueva historia Makorra. La idea la tenía volando por mi mente hace algún tiempo y me decidí a escribirla obviamente ambientada con una de mis series preferidas (LOK). Realmente me encanta este fandom, es increíble la enorme cantidad de fans que tiene la serie, bueno en verdad no me sorprende XD, es una de las mejores que hay y los merece.

Quiero aclarar que la historia se desarrolla en la época actual aunque en la misma ubicación y ambiente (Ciudad República, Universo Avatar y blablá), no existe el bending ni el avatar obviamente, no hay realeza solo democracia, lo demás lo iré explicando más adelante.

Disclaimer: Los personajes de La leyenda de Korra no me pertenecen, sino a los grandes Michael DiMartino y Bryan Konietzko.

Vine para quedarme y no me pienso ir. ¡He dicho!, ahora vamos con la historia…


Capítulo uno: El novio de mi madre.

Narración por Korra.

¿Han tenido la necesidad de caminar a pasos de caracol hacia sus casas para evitar los problemas?, es mi caso.

Para los que no me conocen, o sea todos, mi nombre es Korra. Nací en la enorme Ciudad República de China, lugar de turistas, vagos y ambulantes, mi vida no tiene mucha emoción o al menos eso creía hasta ahora.

¿Qué puedo decir sobre mi familia?, padres divorciados, tan solo tenía diez años cuando mi padre se buscó otra mujer, aunque no lo culpo, mi madre es desastrosa. No la odio, pero si me colma la paciencia, siempre está tratando de cambiar lo que realmente soy, se avergüenza de que no haya sido "Korra la bonita" o "La popular" entre los chicos y a cambio de eso solo era la chica buena onda o la marimacha de la escuela hasta que llegué a la adolescencia. Recuerdo esos dolorosos momentos en el baño cuando mi madre me depilaba diciéndome que me parecía a la madre de Tarzán mientras yo gritaba desgarradamente, claro, solo una mujer podría entenderlo.

Y así luchó a lo largo de mi vida para no sentirse culpable de ser más atractiva que yo, una de las tantas boberías que le comentaba a su psicólogo de mí. Está bien, fue madre joven, ¿Pero acaso tengo yo la culpa?, pregúntenle al preservativo. A veces creo que cada vez que me mira ve a mi padre y por eso es tan odiosa conmigo, bueno él no se portó muy bien, pero aun así no la justifico. Que desagradable es oír como todos los chicos me decían que les presentara a mi madre, o incluso que yo parecía la madre, pero hoy todo sería diferente, ya a mis veintiún años sería mi primer día de universidad, nueva vida, nuevos amigos y sobre todo trataría de mantener a mi madre al margen de todo mi universo social, quizás puedo inventar que soy huérfana o vaga, así no tengo que presentarla para que me avergüence.

Ya era hora de mostrar una nueva imagen, me corté mi largo y aburrido cabello que siempre llevaba amarrado, dejándomelo corto y más cómodo, también cambie un montón de ropa, aunque mi actitud no podía cambiarla tan fácil. Me miré al espejo por horas antes de decidir que estaba lista, ya con mi bolso y todas mis cosas preparadas me llené de valor y crucé esa puerta, vaya que bien se sintió.

Se me hizo bastante corto el camino, prácticamente me quedaba a dos calles. No pude evitar sentir esa presión en el estómago al ver a un montón de jóvenes entrar, sentía miedo de no poder congeniar con nadie, ¿Y si no hago amigos?, pensé.

Seguí tal cual las instrucciones del folleto que me entregaron, llegué a la sala de clases y me acomodé en un asiento, todos tenían cara de perdidos, eso me tenía más calmada.

- Muy bien alumnos, sean bienvenidos a la facultad de medicina de la universidad república, mi nombre es Katara, nuestra primera semana será muy relajada y nos basaremos principalmente en conocernos unos a los otros – Dijo aparentemente la profesora, una señora ya de edad.

Observé toda la clase, tratando de prestar atención a las aburridas preferencias de mis nuevos compañeros, colores favoritos, bandas, ¡Era realmente aburrido!

- ¡Usted señorita!, preséntese ante sus compañeros – La maestra Katara me señaló.

Tomé aire y me levanté decidida.

- Me llamo Korra, tengo veintiún años y amo todo lo que tenga que ver con medicina, mi color favorito es el azul y mi deporte favorito es el básquetbol – Y la mirada de todos recaía sobre mí.

- Bienvenida Korra – Me saludó la anciana.

Volví a sentarme preparada psicológicamente para escuchar a los demás, en mi lapsus un chico me tocó el hombro, parecía agradable.

- ¡Hey!, ¿Cuál es tu equipo de básquetbol favorito?- Me preguntó bastante confianzudo.

- Los Hurones de fuego – Respondí con voz baja, de todas formas, necesitaba alguien con quien charlar durante el tiempo libre.

- ¿De verdad?, ¡También el mío!- Parecía ansioso.

- Vaya, genial, ¿Cómo era que te llamabas?

- Bolin, mucho gusto…

- Ah claro, el gusto es mío – Al parecer era la única que no había prestado atención a los demás.

Bolin parecía amistoso, tenía unos lindos ojos verdes y su cabello negro bien peinado, aunque vestía muy relajado, como si no le importara. Al parecer ya había encontrado con quien pasar el rato.

Al terminar la clase salimos juntos y charlamos, era bastante divertido, nos reíamos de las mismas tonterías.

- ¿Enserio te gusta doctor house?, Claramente si quieres ser un médico profesional no te puede gustar House, solo digo. (N/A: No se ofendan si les gusta jajaja es solo una bromita XD)

- ¡Claro que sí!, no te burles – Dijo Bolin en su defensa.

- Esta bien, lo lamento – Quizás estaba siendo muy ruda con el chico.

En eso un inepto chocó conmigo, ¿Por qué le digo inepto?, ¡Porqué se estaba mirando al espejo!

- ¡Oye niña!, ten más cuidado – Fue lo único que pudo decirme, ni siquiera unas disculpas.

- ¡Eres el único que camina mirándose al espejo! – Le grité, sí, ¿Y qué?, estaba enfurecida.

- Oye, ten más respeto con la dama – Y el tierno de Bolin me defendió.

- Tu no te entrometas – Luego el chico me observó – Mira, si querías llamar mi atención pudiste hacerlo de otra forma, entiendo que te guste ya que soy bastante guapo…-

¿Querer llamar su atención?, ¿Estaba loco o qué?

- Seré generoso contigo y te diré mi nombre para que no se te olvide, Soy Tanho Tatewaki, tengo veintidós años y somos compañeros de carrera…- No paraba de alardear, se agitaba su cabello a cada segundo, era realmente molesto.

- Uh vaya presentación – Me susurró Bolin por lo bajo.

- Escucha, Tanho Tatewaki – Me acerqué desafiante – No me interesa quien seas, solo no seas grosero conmigo y todo entre nosotros estará muy bien –

- Como digas preciosa, como digas – Se retiró con sus aires de galán, que chico más arrogante.

- Que molesto es Tanho…- Se nos acercó una chica que parecía simpática.

- ¿Y tú eres?...- Pregunté.

- Mi nombres es Opal Beifong, también soy de su clase – Se presentó muy amable, era una chica bastante atractiva, con ojos verdes y cabello corto.

Al parecer mi reciente amistad con Bolin me atraía nuevas personas.

- Yo soy Bolin y ella es Korra.

- Que tal, ¿Has conocido más gente de nuestra clase? – Le pregunté.

- Algo así, la verdad es que mis hermanos están estudiando lo mismo, pero creo que eso no cuenta.

- ¿Tus hermanos?- Vaya, estudiar en familia de seguro no era nada bueno.

- Si, miren ellos son – Me los señaló, se trataba de tres muchachos que charlaban bastante entretenidos cerca del salón donde estábamos.

Debía admitirlo, eran bastante guapos los tres. Dos de ellos se parecían mucho y uno tenía un aspecto misterioso y usaba su cabello largo con una gran cantidad de aretes, morenos como su hermana Opal.

- Los gemelos son Wing y Wei, y el raro es mi hermano Huan.

- ¿Todos interesados en la medicina? – Me pareció algo extraño y casi fanático.

- Si, sé que suena raro, pero nuestros padres también fueron médicos y de pequeños nos inculcaron que debíamos seguir sus pasos…

- Ya veo…

- Bueno, ¡Ya tienes nuevos amigos aparte de tus hermanos!- Bolin era amable con todos.

Fue una tarde agradable, para ser el primer día. Luego de tantas presentaciones nos dejaron libres, aprovechando que todos vivíamos cerca de la universidad me fui caminando acompañada de Opal y Bolin. Nos la pasamos todo el camino riéndonos, realmente me sentía satisfecha de haber encontrado compañeros como ellos, definitivamente este año sería diferente, sería mi momento, lo presentía.


Me dejaron en la puerta de mi casa y siguieron caminando hacia sus destinos no sin antes observar mi casa de una manera morbosa, claro, tenía una casa grande y muy bonita, pero no era merito mío y menos de mi mamá, sino el de mi padre. Ya cuando se fueron, me decidí a entrar y enfrentar lo mismo de todos los días, al menos eso pensaba.

Pero al instante de abrir aquella puerta pude presentirlo, ¿Un bolso desconocido y un extraño auto estacionado en nuestro patio?, tenía que tratarse de alguna nueva conquista de mi madre, y por muy poco interesada que estaba por averiguar, lamentablemente tenía que pasar por aquella sala para llegar a las escaleras, por lo que me fue imposible no mirar.

En el sofá, mi madre se besaba con un tipo, estaban medio desnudos, y al parecer no habían sentido que estaba ahí mirándolos con muecas de asco, ¿Qué era lo peor de todo?, ¡El chico parecía tener mi edad!

- Coff Coff – Tosí para llamar su atención.

Ambos me miraron asustados, mi madre se separó de inmediato y sin vergüenza alguna me lo presentó.

- ¡Korra hija mía!, lamento que hayas tenido que presenciar esto.

- Estoy acostumbrada, créeme.

- Ya era hora de que lo supieras, siéntate con nosotros.

¿Qué más da?, le hice caso. Los tres sentados, que cosa más incómoda.

- Te presento a mi novio, su nombre es Mako.

Desde aquel primer instante que lo vi me pregunté, ¿Mi mamá le cambiará el pañal?, aparentemente no tenía más de treinta, era alto, bien vestido y peinado, de cabello negro y unos llamativos y rasgados ojos color ámbar, lo más peculiar de su rostro eran sus despeinadas cejas.

- Un gusto, Asami habla de ti todo el tiempo - ¿Eso es un cumplido?

- ¿Y en qué momento entro yo en la conversación?- Pregunté, algo cansada. No tenía ánimos de ser cordial, menos con él.

- Quería comentártelo antes pero no me dejabas, Mako se vendrá a vivir con nosotras. Es necesario tener un hombre en la casa y como mi novio hemos tomado ya esa decisión.

- Un momento… ¿Qué?- A palabras estúpidas, ¿Se me podía ocurrir una mejor respuesta?

- Espero que nos llevemos bien – Definitivamente el tipo no tenía escrúpulos al decirme eso.

- ¡Tierra llamando a mamá!, ¡Con suerte tiene mi edad!

- Tengo veintitrés…- Dijo él, en su defensa.

- ¡Pero mi madre tiene treinta y ocho!

- ¡Ya basta!, no seas entrometida Korra – Me regaño la loca de mi madre.

- Asami, tranquila, yo entiendo, es difícil de comprender de un principio pero sé que con el tiempo seremos una linda familia – Ese tipo también tenía un problema en su cabeza.

¿Día perfecto?, ¿Año perfecto?, ¡A la basura!

- Vete a tu cuarto.

- ¡Me iré porque yo quiero! – Estaba harta.

Me encerré en mi habitación, ahora ni siquiera podría pasarme en fachas por mi propia sala sin tener que fijarme que Mako anduviera por ahí, ¿Y si era un psicópata?, de seguro mi madre lo conoció hace un par de semanas y ya lo metió a la casa. Mi cuarto era mi protección, el único lugar donde me sentía segura y a salvo de las mentes inútiles de los demás.

Mi madre nunca pudo estudiar, aunque si tenía un título profesional en hacerme enfadar desde tiempos memorables. Ella, siempre linda con vestidos costosos y su pelo rizado bien peinado, su piel clara y su rostro maquillado, quien veía a mi madre sin maquillaje no vivía para contarlo. No nos parecemos en nada, ni siquiera me creen cuando digo que es mi mamá, yo de ojos azules, ella de ojos verdes, yo de tez oscura y ella clara, podría escribir un libro de todas las diferencias que hay entre nosotras.


A la mañana siguiente, la tortura continuó.

Me desperté temprano para ir a la universidad, como de costumbre caminé hacia mi baño para poder ducharme con toalla en mano.

Pero para peor, estaba ocupado.

¡Toc-Toc!

- ¡Mamá!, apresúrate tengo clases – Grité como todos los días mientras golpeaba constantemente la puerta.

Pero no obtuve respuesta, hasta que se abrió el portillo. En ese mismo instante mi rostro se tornó de todos los colores existentes.

- Lo siento Korra, el baño de tu madre se averió y tuve que ocupar el tuyo…- Mako salió del baño cubriendo solo su parte masculina con una toalla, dejando a la vista su torso, ¿Quién no se ponía así viéndolo de esa forma?

Su cabello estaba desarreglado y aunque fueran las seis de la mañana lucía bastante bien…un momento, ¿Acaso acabo de darle un cumplido?, olvídenlo.

No le respondí nada, era tanto el bochorno que solo le sonreí como una idiota que no podía apagar el rojizo tono de su cara, lo peor es que pudo notarlo y comenzó a reír en frente mío, como si estuviera jugando. Entré a la ducha y trate de enfocar mi perturbada mente en arreglarme rápido y llegar a tiempo a mi clase, una de mis escapatorias para no formar parte de la locura de mi madre.


Minutos después me fui a clases, encontrándome con Bolin y Opal afuera del salón.

- Buenos días – Me saludaron ambos.

- Hola, ¿Entramos?

Nos acomodamos en las sillas esperando que el profesor comenzara a hablar.

- Alumnos, me presento, mi nombre es Unalaq y les advierto, de estos treinta alumnos que tenemos solo quedarán quince si es que tienen suerte al final de la clase.

Y se escuchó a lo largo de la sala como todos tragaban saliva, este tipo realmente daba miedo. Pero no podía intimidarme, así que levanté mi mano y decidí preguntar.

- ¿Cuántas veces puedo reprobar la asignatura?

Y la maquiavélica mirada del hombre se clavó sobre mí sin saber por qué.

- No respondo preguntas mediocres como esa.

- Yo tampoco acepto respuestas mediocres.

- Entonces estamos de acuerdo en algo, señorita, ¿Por qué no sale de mi sala? - Oh, realmente se había molestado conmigo.

- Pe-pero…- Traté de defenderme, pero fue inútil.

- ¡Ahora! – Insistió, como odiaba a ese profesor.

- ¿Entonces qué clase de pregunta debemos hacerle? – Preguntó una voz masculina, me volteé para averiguar quién era, tratándose del hermano de Opal, Wei Beifong.

- Acompañe a su amiga al pasillo – Fue lo único que salió de su boca.

Ambos nos retiramos, como perros abandonados quedamos en el pasillo.

- Vaya maestro, de seguro tubo una mala noche – Bromeó el muchacho, parecía agradable.

- Si, desde ahora aprendí que no le haré más preguntas…

- ¿Tu eres Korra verdad?

- Si, y tú eres Wei.

- ¿Cómo sabes que soy Wei y no Wing?

- Aunque muchos no lo noten, tu mechón está hacia la derecha. (N/A: La verdad no sé si está a la derecha, soy terrible para fijarme en esas cosas así que si no es así corríjanme XD)

El me miró sorprendido, luego me sonrió.

- Me agradas – Me dijo con una enorme sonrisa en su rostro.

- Tú también, Opal parece tener hermanos muy agradables.

- Si, somos una familia unida.

- Me imagino, todos con la misma pasión por la medicina.

- Es más que eso, ¿Te gustaría algún día visitarnos?, podría mostrarte un montón de libros que pertenecieron a mi abuela Toph.

- ¿Toph Beifong?, ¿Estás de broma?- Lo tomé del cuello de su camisa, la emoción de saber que era familiar de una de mis inspiraciones era palpitante.

- Claro – Me respondió un poco nervioso, cuando noté que se me había pasado la mano le pedí disculpas, pero el solo me sonrió, era muy amable conmigo.

- Bueno, entonces lo dejaremos pendiente.

Luego de esa charla en los pasillos, el resto de la clase se me hizo muy corto. A pesar del desagradable encuentro con mi maestro, tuve un grato momento con Wei, tenía que ver el vaso medio lleno de alguna manera y ser positiva.


Regresé a mi casa y me encontré al indeseable Mako recostado en el sillón. Ignorándolo por completo caminé hacia la cocina y me calenté el almuerzo. No estaba dispuesta a compartir ambiente con él, así que me quedé comiendo en ese lugar.

- Creo no haber escuchado un "Hola", ¿La universidad te comió a lengua?- Apareció el chico antipático a quitarme el apetito.

- En ese caso, deberías ir a la universidad.

- Korra, sé que no te agrado, pero por Asami podrías al menos ser más amable.

- Mako, no seas hipócrita conmigo, sé la clase de hombre que eres tú y que es lo que buscas en las mujeres como mi madre – Le apunté con la cuchara, inculpándolo.

- ¿Así?, ¿Y que buscan los hombres como yo?

- Dinero, ¿Qué más podrías sacarle a mi madre?

- No seas cruel con ella, te ha cuidado y brindado una buena educación.

- ¿Qué sabes tú?, te conozco desde ayer no vengas a darme sermones de padre postizo porque ya tengo un papá y se llama Tonraq y por cierto es mucho más viejo que tú.

- Por cierto – Me dijo burlándose - No busco dinero, tengo buena situación económica, estoy a cargo de la empresa familiar.

- Nadie te lo preguntó.

El abusivo frunció el ceño.

- Eres muy grosera, pero vas a tener que soportarme, ahora técnicamente soy tu padrastro – Me dijo el muy imbécil en un tono burlesco, ¿Quién demonios se cree?

- Escúchame tú aprovechado, te haré la vida imposible mientras vivas acá, hasta que termines aburriéndote como todos los demás y te largues.

- ¡Veremos quien se sale con la suya!

¿Era idea mía o me estaba desafiando?

- ¡Pues bien!- Le respondí con mis instintos asesinos.

Ese Mako, ¡Me las va a pagar! No se la daré tan fácil, mi madre podrá caer en su jueguito del niño bonito pero yo no, sería el novio con menos duración, lo presentía y yo me voy a encargar que eso suceda.

Fin narración por Korra.


Continuará…

Espero que haya sido de su agrado, el próximo episodio ya será narrado por mí así que será más "abierto". Sé que no hay tanto contenido en el primero, a lo largo de la historia siempre se va desarrollando mejor así que ojalá me tengan paciencia jajaja.

Bueno como ven claramente Asami tiene más edad en este fic jajaja, la verdad fue raro pero pensé mucho en las madres jóvenes que casi siempre tienen mejor aspecto que la hija o desean verse más guapas.

Dudas, comentarios, consultas, todo es bien recibido :D quetengan un hermoso día.

¡Saludos!

Kaya