-Este es un delirio que tuve una noche antes de dormir

Los personajes son de E. Colfer

Las letras cursivas son pensamientos

:3 disfruten-

Hace dos días mayordomo se había estado comportando de una manera muy extraña. Titubeaba mucho, y no dejaba de mirar el reloj de pulsera que tenía. Hasta que sonó la campana de la mansión Fowl dando sentencia a las primeras horas de sufrimiento del pobre chico.

La puerta de la sala de reuniones sonó dos veces, para luego dejar pasar una joven curvilínea vestida con traje de dos piezas tipo ejecutiva, su cabellera era larga y llegaba hasta la cintura, de color tan negro como el de Artemis y sus ojos eran de un tono gris frio.

-Artemis… ella es tu nueva sirvienta–dijo mayordomo con un pequeño flaqueo en su voz. Era media cabeza más baja que Artemis y su rostro reflejaba la seriedad del Diamante azul. El chico abrió sus enormes ojos azules, mirando fijamente a Mayordomo buscando una respuesta a todo lo que estaba ocurriendo

-¿Disculpa? –dijo Artemis

-Por motivos personales de Mayordomo, yo cuidare ti las próximas horas –dijo la chica con tono seguro. Artemis dirigió sus ojos en los de Mayordomo que intentaron huir al techo

Artemis tomo del brazo a su original Mayordomo y lo llevo a una esquina

-¿Qué se supone que esto? En caso de que tú no puedas cuidarme, lo hace Juliet ¿Qué está pasando?

-Lo siento, Artemis… -Mayordomo suspiro- Madame Ko me llamo hace un par de horas y me dijo que tenía que viajar a India por una misión del Diamante azul, no puedo darte más información, pero Juliet también esta "invitada", así que en nuestro reemplazo nos enviaron a ella… Pero no te confíes, pese a que se ve quizás pequeña y joven, es una alumna destacada, de la última generación de Madame Ko. Esta totalmente capacitada para cuidarte

-¡Y ahora vienes a avisarme de todo esto! –reclamo el chico, señalando a su nueva maid personal

-Es que sabía que te ibas a poner así…. –fueron las últimas palabras de Mayordomo

-Oye, no soy ningún esto. No me he esforzado por ser la mejor de mi clase para que un niñito de mamá venga y me descalifique –reclamo la chica. Artemis la miro confundido, era la primera vez que lo trataban así, mientras mayordomo hacía señas de "no, no, no" a las espaldas del chico

-Para tu información –dijo Artemis, despectivamente- no soy ningún niñito de mamá y dudo mucho que una enana como tú pueda proteger algo en esta vida –el chico se cruzo de brazos observando como a la muchacha se le ponían sus mejillas rojas de ira

-Mayordomo me niego a proteger a este idiota –la cara de Artemis se desfiguro al escucharla llamándolo idiota

-Pero… debes hacerlo, son órdenes de Madame Ko, debo ir a mi viaje… y tú debes cuidarlo, es tu deber

-Yo no sé como tu aguantas a un ser tan petulante como este, pero yo no voy a soportar malos tratos de un chico rico que no sabe atarse las zapatillas

-¡Que dijiste! -dijo Artemis acercándose a la chica

-¡Lo que escuchaste! –dijo ella mientras se cruzaba de brazos para enfrentar a su nuevo protegido. Mayordomo veía pequeñas chispas brotas de los ojos de los dos chicos

-¡Qué bien, me alegra que se estén comunicando! Pero son órdenes las que recibo, por ende tú –apuntando a la chica- cuidaras de él con tu vida, como corresponde. Y tú –dirigiéndose ahora a Artemis- intentaras no hacer locuras mientras yo no esté… Así que, me retiro.

Los dos chicos se quedaron mirando como mayordomo salía por la puerta de la sala, casi trotando, para evitarse más peleas. Artemis rodeo el escritorio de Caoba y se sentó con los codos apoyados en la mesa, sujetando su rostro con sus manos entrelazadas. La chica lo siguió con la mirada, pero Artemis le hizo un desprecio notable, por ende la chica lo ignoro. Artemis tomo un cenicero de cristal y se lo lanzo directo a la cabeza. Con un movimiento rápido la chica lo esquivo, mientras el cenicero chocaba contra la puerta y se hacía añicos

-¡Maldito loco! ¿Cuál es tu problema? –reclamo la chica asustada por la reacción del joven amo

-Mayordomo hubiese atajado aquel simple lanzamiento y ese cenicero de 800 euros, no estaría hecho pedazos como lo está ahora… -dijo con toda calma

-¡Que! ¿Me culpas de que tu cenicero este esparcido por la alfombra? –sin entender qué carajo pasaba por la mente de ese niño. Artemis hizo un gesto de "debes limpiar eso… para eso estas"- aich… me las pagaras… -susurro la chica, mientras iba a buscar una pala y una escoba. Artemis esbozo una pequeña sonrisa mientras veía cuanto se iba a divertir molestando a la joven sirvienta


-Mayordomo, no me dejes sola con este sicópata –reclamaba la chica mientras caminaba junto a él hasta la puerta

-No es algo que yo haya podido decidir… -Se acercó a la chica- se que Artemis puede ser un poco… difícil en un principio, pero es un buen chico

-Me lanzo un cenicero a la cabeza –dijo la sirvienta con cara inexpresiva. Mayordomo comenzó a transpirar helado

-Bueno, eso demuestra que… la verdad el… te juro que hizo lo mismo cuando yo… -Mayordomo volvió a suspirar- escucha, eres una chica guapa, puedes dominarlo

-Así que ya te vas, y me dejas a cargo de una cría… esto no te lo perdonaré, Mayordomo –dijo Artemis para despedirse de su amigo

-¿Quién es el que necesita un mayordomo para que le cuide su delicado trasero? –dijo la chica molesta

-Disculpa, sirvienta, intento despedirme de mi amigo

-Artemis, compórtate –dijo Mayordomo- recuerda que la necesitas de tu lado

-No. Necesito que TU estés a mi lado

-Pero ella tiene las mismas habilidades que yo y podrá cuidarte como corresponde. Solo intenta no hacerla enojar más, quieres…

Los dos tendieron sus manos y las estrecharon fuertemente con la esperanza que volverse a ver pronto. Mayordomo subió al taxi que lo esperaba y partió, dudoso de la relación que estaba dejando surgir tras de sí.

Las miradas de desolación y abandono que entregaban los chicos al momento en que vieron desaparecer el auto a lo lejos era incomparable. Los dos suspiraron resignados a acostumbrarse a tener que lidiar con cada uno, sin embargo ninguno estaba dispuesto a ceder.

-Bien, ya que Mayordomo se fue… es mejor que me prepares un sándwich, mientras yo planeo mis siguientes movimientos. Estaré esperando en el despacho. –dicho eso Artemis se dirigió con las manos en sus bolsillos a su cómodo escritorio

-Un momento, yo no soy tu chef ni nada parecido –Artemis miro por sobre su rabillo y con su sonrisa vampiresca respondió

-De hecho si lo eres… -y entro a la mansión


-Jodido momento en que me dieron esta misión… -reclamaba la chica mientras preparaba el famoso sándwich para su nuevo amo- "de hecho si lo eres" mocoso ricachón petulante, que se ha creído… no sé como Mayordomo puede soportar ese idiota… -recordó esa sonrisa vampiresca que le había ofrecido Artemis por un segundo- te voy a sacar esa sonrisa del rostro…

Llamaron a la puerta trasera mientras la chica reclamaba por los malos tratos de Artemis: era el correo con una pequeña caja. La chica recibió el envío.


Dio tres golpes a la puerta del despacho de los Fowl y desde el otro lado escucho un suave adelante. La chica entro con la bandeja con la comida y el famoso paquete en sus manos. Bendita la hora en que le había tocado esa misión, no dejaba de repetírselo. Madame Ko le había dicho expresamente que ella debía cuidarlo, mientras Mayordomo cumplía con su misión de actualización, ni siquiera era tan vital la ida, según ella, claro. Se había puesto tan feliz de cumplir su primera misión, cuando se la dijeron "será lo más genial de la vida" pensó ella antes de conocer a su protegido. Que desilusionante podían resultar las primeras impresiones…

-Aquí está tu comida –dijo la chica casi tirando la bandeja sobre el escritorio

-¿Aparte de romper un cenicero carísimo, vas a manchar una alfombra invaluable?

-¡Yo no...! –La chica se calmo como mejor pudo y estiro los brazos para entregar el paquete- llego esto

-Eso es para ti –y volvió a sonreír inigualablemente, Artemis. ¿Para mí? – Es tu uniforme

Desconfiada, ya que la última vez le lanzaron un cenicero a la cabeza, la chica quito la tapa del paquete y se horrorizo cuando se encontró con la siguiente imagen. Era un traje de Maid, con cofia y todo, un delantal negro, y falda rosa y una elegante camisa de hombrearas infladitas, muy lindo todo. Artemis sonrió satisfecho con la cara desfigurada de su nueva sirvienta

-Qué rayos…

-Ya te lo dije, es tu uniforme, debes llevarlo puesto todo el día e incluso cuando salgamos de la mansión –dijo el chico tomando su sándwich

-No voy a ponerme este estúpido disfraz de sirvienta, pervertido -dijo la chica lanzando el disfraz sobre la mesa

-Qué pena… seguro y lucia bien en ti –dicho eso dio un mordisco al sándwich… el cual escupió instantáneamente tosiendo como loco, golpeándose el pecho del ardor- ¡Qué demonios!

-Por cierto… tiene algo de sal y pimienta… cuidado -dijo la chica sonriendo descaradamente

Espero que les haya gustado

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