Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.


Despedida


Los rayos plateados de la luna alumbraban tenuemente las calles de Konoha. El viento susurraba entre las copas de los árboles desnudos. Todo representaba la calma antes de una tormenta, era invierno después de todo y una tormenta de nieve parecía mecerse sobre la aldea, esperando el momento preciso para dejar caer los copos de nieve blanquecina.

Hinata Hyuuga movía sus manos con gracia y rapidez, las agujetas de tejer eran apenas un borrón entre sus dedos, mientras unía los puntos de su tejido. La lana roja destacaba por su brillante color ente sus manos. Una sencilla bufanda comenzaba a tomar forma entre puntada y puntada.

—Naruto-kun —el nombre salió en un sutil murmullo y una sonrisa tímida se dibujó en su rostro de porcelana como siempre pasaba cada vez que decía su nombre.

Mientras tejía, recodaba la sonrisa de Naruto Uzumaki, esa franca, amplia, cálida y optimista sonrisa que la había salvado de un mundo de sombras y soledad.

Estaba decidida, finalmente había tomado la decisión de confesarle por segunda vez sus sentimientos al rubio ninja de Konoha. Esta vez la sombra de la muerte no estaría cerniéndose sobre ellos, esta vez su confesión no estaría impulsada por el pensamiento de que iba morir protegiéndolo. Nunca antes había tenido el valor para sostenerle la mirada a Naruto, mucho menos para confesarle la pureza del sentimiento que llevaba años guardando celosamente en su corazón y estaba cansada. La fuerza de sus sentimientos la abrumaba y necesitaba liberarse realmente de ellos, sacarlos de su pecho y obtener una respuesta.

Había tejido durante varias noches y finalmente lo había conseguido, le devolvería a Naruto la bufanda que perdió aun siendo muy niños cuando intentó defenderla. Ese tejido no solamente significaba el agradecimiento que desde siempre le había tenido, también simbolizaba sus sentimientos. Quería que Naruto aceptara su regalo y con ello también sus sentimientos por él, que al menos fuera totalmente consciente de que ella siempre había estado ahí, observándolo desde las sombras, siguiéndolo en cada tramo del camino, admirándolo y amándolo en silencio.

Sintió una chispa encenderse en su interior en el momento en que dio la última puntada. Era el momento, no podía, no era capaz de esperar un día más, tenía que decírselo y así ser libre para amarlo abiertamente. No importaba su respuesta, tanto si aceptaba sus sentimientos como si no, su corazón quedaría liberado de esa prisión de amor que ella mismo había construido.

Se puso de pie dispuesta a buscarlo, pero cada vez que intentaba salir en su búsqueda, sus temores a ser rechazada no le permitían continuar con lo que se proponía. Recordó las palabras de Sakura y la confianza que la kunoichi tenía en ella. Sakura le había dicho que debía ser más segura de si misma, así que no podía darse por vencida sin intentarlo. Respiró hondo y salió del reciento Hyuuga dispuesta a ser valiente por sólo una vez.

Caminó rápidamente entre los aldeanos que disfrutaban del festival del Rinne y se dirigió directamente a Ichiraku Ramen donde sabia él estaría cenando. Sabía que muy probablemente estaría rodeado de varias de sus nuevas admiradoras y aunque se sentía incómoda, no estaba dispuesta a alejarse. Fue una grata sorpresa encontrarlo cenado en compañía de Ino, Choji, Shikamaru y Sakura.

—Hinata-chan, si aún no has cenado podrías acompañarnos. Naruto está feliz por algo que le obsequiaron y quiere festejar —ofreció Ino.

—Acompáñanos —dijo el rubio.

—Siéntate aquí, Hinata —Sakura se levantó cediéndole su lugar junto a Naruto.

La Hyuuga estaba nerviosa, pero terminó aceptando.

—¡Naruto-senpai! —el coro de voces pertenecía a un grupo de chicas que seguían al rubio a sol y a sombra.

—Son ustedes, muchas gracias por los regalos. Pidan lo que quieran, es mi forma de agradecérselos —murmuro frotándose la cabeza—. Tú también Hinata, pide lo que quieras, hoy invito yo —antes de que pudiera sentarse junto a Hinata, su club de admiradoras lo detuvo.

—Senpai, ven a sentarte con nosotras —señaló una de ellas.

Hinata no pudo más, había pasado toda su vida escondiéndose y ahora le era imposible quedarse ahí mirando como otras chicas tenían la valentía que a ella le faltaba para pedirle a Naruto que se quedara con ellas. No podía, no podía, no podía estar ahí.

—¿Qué pasa, Hinata? —preguntó Sakura cuando la vio ponerse de pie.

—En realidad no tengo hambre. Disculpen —hizo una ligera reverencia antes de comenzar a macharse.

—Acompáñala —le sugirió Sakura a Naruto.

—¿Hasta su casa? Hinata-chan es muy fuerte, nadie en la aldea se atrevería a hacerle algo —dijo el rubio.

Hinata aceleró el paso, quería alejarse lo más pronto posible de ahí. Sostenía la bolsa donde había guardado la bufanda y la mantenía fuertemente contra su pecho, como si la estuviera protegiendo y en realidad lo hacía. Sentía que de esa forma estaba protegiendo sus sentimientos.

—Hinata, espera —Sakura había corrido detrás de ella—. No puede ser más tonto, ya conoces como es. Ibas a entregarle la bufanda ¿no es así?

—S-sí.

—Tú puedes hacerlo. Ten confianza en ti misma —la animó.

—Gracias, p-pero ¿Por qué te preocupas? —estaba agradecida con Sakura por su apoyo, pero le intrigaba el porqué de su interés.

—Porque si no nos apoyamos entre nosotras, nadie mas lo hará —Hinata no necesitaba el byakugan para darse cuenta que en ese momento la kunoichi de ojos verdes estaba pensando en Sasuke.

Se separaron poco antes de llegar al complejo de los Hyuuga. No podía dejar de pensar en las palabras de Sakura y en lo mucho que necesitaba decirle a Naruto lo que sentía por él. Giró sobre si misma y salió rumbo al departamento del héroe de la aldea.

Estaba completamente decidida, no dejaría pasar una noche más ocultando sus sentimientos. Practicó durante todo el camino las palabras que le diría a Naruto, necesitaba encontrar las palabras que expresaran lo mucho que se preocupaba por él y su inmenso deseo por caminar a su lado y dejar de amarlo desde las sombras.

—Naruto-kun…

—¿Hinata? —la voz de Naruto la sorprendió cuando se disponía a practicar una vez más lo que le diría.

—Buenas noches.

—¿Por qué me saludas? Nos vimos hace un rato en Ichiraku.

—Tienes razón —murmuró sonrojándose.

Cuando lo tuvo frente a frente inmediatamente notó la bufanda verde y gris que el Uzumaki llevaba alrededor del cuello.

—Qué bonita bufanda —susurró mientras sentía que algo dentro de ella se rompía y no había nada que ella pudiera hacer para evitarlo.

—Oh, esta bufanda es… —Hinata vio claramente la expresión de añoranza en el rostro de Naruto, provocando que el dolor en su corazón se acentuara todavía más.

No había cenando, y su estómago traidor decidió que ese era el mejor momento para reclamarle por alimento. Se sonrojó inmediatamente.

—Si tienes hambre tengo ramen instantáneo en mi departamento —señaló con una amplia sonrisa.

—¡Buenas noches! —salió corriendo avergonzada y con sus sentimientos a flor de piel.

—¡Oye, Hinata! ¡¿No querías hablar conmigo?! —exclamó el rubio sin éxito viéndola correr hasta perderse de su vista.

Corría sin rumbo, únicamente buscando alejarse de Naruto y de su inconsciente rechazo. Sin saber muy bien cómo, terminó en un pequeño parque. Se sentó en uno de los columpios. Estar ahí le recordaba la infancia normal que no tuvo, siempre entrenando para ser la digna heredera de los Hyuuga, aun sabiendo que era inútil. Y ahora, todos sus esfuerzos volvían a ser insuficientes.

—¿Quién le habrá regalado esa bufanda? —se preguntó a si misma intentando contener las lágrimas—. Realmente me alegro por ti, Naruto-kun —murmuró fallando completamente en sus intenciones y dejando las lágrimas caer libremente.

Por un momento sintió envidia de la mujer que había conseguido llegar al corazón de la persona más sincera y honesta que ella había conocido. Sentía envidia porque sabía que si Naruto se había fijado en ella, era porque se trataba de una persona excepcional, una persona con la cual ella seguramente jamás podría competir en ningún nivel. Rápidamente alejó esos pensamientos de su cabeza.

Mientras las lágrimas empañaban su visión fue consciente de que debía hacer algo. Amaba tanto a Naruto y, por lo mismo, no podía ser tan egoísta como para confesarle lo que sentía ahora que él había encontrado a una persona a la cual querer. No podía ser tan cruel con él y ponerlo en la posición en la que tuviera que rechazarla directamente y arruinar la amistad que aun podían conservar. No podía decírselo porque no podría resistir escucharlo disculparse con ella por no poder amarla. Era más de lo que podía aguantar.

—Naruto-kun, deseo sinceramente que encuentres la felicidad que mereces junto a la persona que has elegido. Y-yo renunció a ti.

Y ahí, en medio de ese parque, bajo la luz brillante de luna, se prometió a si misma poner todo de si para dejar ir ese amor que tan cuidadosamente había protegido y alimentado.

Jamás había sentido tanto dolor, un dolor que no podía aliviarse con nada más que con el paso del tiempo y la determinación para olvidar. Se despidió de Naruto y de su amor, resignada a su pérdida.

Regresó al complejo Hyuuga, perdida en sus pensamientos. Cuando estuvo en su habitación, tomó la bufanda roja que había tejido, depositó un suave beso, un beso lleno de amor y dolor. Un beso que significa el adiós definitivo a la persona a la que había amado desde siempre, pero extrañamente también simbolizaba su decisión por olvidar, y su sincero anhelo porque Naruto fuera feliz, aunque ella tuviera que ser un testigo silencioso de esa felicidad. Observándolo desde las sombras como siempre había hecho.


Tenía este fic rondándome la cabeza desde hace muchísimo tiempo. Lo había comenzado hace unos meses, y finalmente lo saco a la luz xD.

Soy muy fan del NaruHina, y a pesar de que quedé muy feliz cuando se hicieron canon en The Last, la verdad es que no me gustó mucho la idea de que Naruto se diera cuenta de los sentimientos de Hinata por medio del genjutsu. Fue casi instalove y no puedo con eso. El NaruHina no puede ser simplemente instalove. De esa idea nació esto, los eventos que ocurrieron en The Last no pasaron, aunque estamos en la misma línea de tiempo y como se han dado cuenta, inicia casi de la misma forma que The Last.

Como ven, Naruto no vio a Hinata en el parque y aunque nosotros sabemos que la bufanda que trae Naruto es la que Kushina le tejió antes de que él naciera, Hinata no lo sabe y esa desinformación desencadena todas las cosas que leerán más adelante. Me gustaría que Naruto sufriera un poco ¿saben? Que se diera cuenta de los sentimientos de Hinata poco a poco y cuando finalmente lo haga, le golpeen fuerte y haga algo para remediar el dolor que sabe le causó.

No sé cómo se va a ir desarrollando todo más adelante, pero tengo claro que este es un fic NaruHina y que, a pesar de que habrá mucho angst y sentimientos confusos, al final terminaran juntos *-*

Así que ¿reviews? xD.

A todos, gracias por leer y nos leemos pronto :D