Summary: En este mundo existen cuatro razas, una de ellas quiere desterrar a los humanos y hacerse de un gran poder. No soy un ángel ni un demonio, pero como emisario puedo decir, que el fin está cerca y lo estará. Ligero SxJ. Dedicado a Luna Shinigami.
Antes que nada –Kida hace una venia- os lamento de todo corazón y alma haberme desaparecido así como así.
Rex- Lo típico.
Ok, ¡dije que lo sentía! Verán, mi computadora fue borrada, ta, ta, todo al caño, lo perdí todo.
Rex- Pero, en vista de que no es la primera vez que le pasa…
La cosa ya no es tan grave, es cuestión de memoria -.-
Rex- Otra cosa, Luna quiso cambiar su nick a Kida, así que no se preocupen, no es plagio ni nada de eso ;)
Sacrifice – Sacrificio
By: Kida Luna
Prólogo
Dedicatoria: A Luna Shinigami, la otra luna de Marte XDD Es Navidad y Año Nuevo, y estando con ánimos, decidí regalarte esto. Con el estreno de un personaje nuevo –ya sabes quién es, lo reconocerás-.
A mi amiga y su adorable cuervo, marqueses de la espada y la sangre, ¡disfrutad!
Todos los libros hablan de un aspecto en común, hablan de las dos criaturas, de la concepción de los dos mundos en palabras propias de Herman Hesse -hablando filosóficamente, claro-, es gracioso ¿no? Todos hablan de dioses y demonios, o ángeles y mensajeros, todos.
El Libro de los Muertos menciona al Dios águila y a la serpiente, los Templarios y la Iglesia luchan entre sí, la Biblia nos alude a Dios y a su contraparte, el Diablo.
Ah, esa manía de dividirlo todo en dos.
Los demonios, o mensajeros, si lo piensas bien son sólo ángeles caídos. Como tú y yo, mi amigo o amiga, porque, tú también has pecado y entonces, ¿no serías también merecedor de ese título? Ah, sí, pero tú eres un ser humano.
Y si lo piensas bien, de nuevo, el ser humano no es más que aquel que decide si fortalecer a un lado o al otro con su favor. Ósea, que ya hablaríamos de una tercer criatura, intermediaria. ¿Lo ves? No es tan difícil si reflexionas sobre esto. Tu Dios y mi Dios son iguales, tú y yo, al fin y al cabo, somos un pedacito más de otros seres humanos. O algo así, porque tú eres un ser humano, jeje…
Pero dónde han quedado los ángeles y los demonios.
Bien, a eso vamos.
-"¿Quieres cerrar el hocico?" –gruñó con ferocidad una voz ronca y grave.
-"Ah, pero vamos, ¡venía la mejor parte!"
-"Si los demonios te oyeran…"
-"Um, pero no lo hacen Seto."
-"Kaiba, KAIBA para ti."
-"Ah, rayos, Kaiba pues" –torció con un ademán de no darle importancia.
-"Hakala, cállate."
El aludido frunció el entrecejo, se pasó una mano por los sedosos cabellos oscuros, los cuales eran quizás igual de cortos que los del ojiazul y terminaban en un par de mechones a ambos lados de la cabeza, dándole un aspecto gracioso y tierno. Enfocó su vista al frente, hacia la ciudad que se veía vasta y pequeña ante sus ojos.
Se encontraban en el techo de uno de los edificios más grandes de toda Londres.
-"Pero me faltó hablarte de una cuarta especie más, otra 'intermediadora' por así decirlo, los enviados de Anubis, de la Muerte como se conoce actualmente…" –añadió con un suspiro.
Rex Hakala, tenía quizá unos centímetros menos de altura comparado con el CEO, de cabellos oscuros y ojos esmeraldas que brillaban con un misticismo enigmático. Su gabardina lóbrega contrastaba perfectamente con su esbelta figura y tez blanca.
Seto Kaiba, cabellos castaños y ojos azules, se jactaba de una misteriosa aura fría y profunda. Entre los más altos rangos de los suyos, era de los más jóvenes y capaces de su 'raza', con un porte elegante que acentuaba la exótica gabardina negra que llevaba encima.
Emisarios de la Muerte.
Los emisarios de la Muerte no son lo que realmente las personas creen que son, en mi opinión, es la misma Muerte la que obliga a los, ¿cómo se llaman? Ah, sí, seres humanos, a hacer lo mejor de sus vidas.
Por desgracia, los demonios y los emisarios no se llevan bien. Nosotros nos llevamos las almas y ellos las quieren para torturarlas, ¿me entiendo? Mmm… es algo así como un juguete entre dos niños caprichosos, jeje.
Pero ahora, hay algo que ha alterado a todo este ciclo de vida. Por así decirlo…
El lobezno de ojos verdes fijó sus ojos hacia el asfalto, como queriendo atravesarlo con la mirada…
No es que unos seamos malos y otros buenos, porque no a todos nos conviene lo mismo. Pero… bueno, ustedes verán…
-"Puedes decirme sin prisa…" –susurró el pelinegro.
Can you tell me softly?
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-"¡¿Acaso estás loco?!" –resonó una voz con reproche.
-"No, no lo estoy, pero es hora de que el mundo se entere que los seres humanos no son los únicos con poder."
-"Revelarnos ya de por sí es una locura, ¡pero armar una guerra contra los ángeles y los emisarios! ¡Eso es suicidio!"
-"Antul, mírame, y mírame bien, hemos vivido demasiado tiempo sometidos. Que somos los ángeles caídos, los malos de la historia, las ovejas negras del rebaño, una vergüenza, ¿por qué? ¡Si ellos nos desterraron! –se tomó un momento para calmarse- Yo estoy al mando ahora, y créeme, no pienso soportar más estar aquí encerrado sin hacer nada".
Fijó sus ópalos dorados como si fuesen un par de dagas hacia su acompañante. El ojiazul se quedó paralizado ante aquello. Realmente, Joseph Wheeler podía ser o tan estúpido o tan inteligente como para hacer algo así.
Antul Yohanes se pasó las manos por sobre sus cabellos, revolviéndolos y tirando unas cuantas plumas negras de su cabeza al suelo, debido al gesto de desesperación. Sabía que el anterior jefe había muerto, cazado por los ángeles o algo así, fue lo que escuchó, ¿pero dejar a su hijo con semejante estupidez en la cabeza a cargo? ¡Nooooo! Mira que la vida ya se le estaba haciendo tan bonita…
Hasta que vino alguien, le metió una cachetada y lo despertó a la realidad. Oh, sí, hermosa y cruda realidad.
Los ángeles caídos, generalmente tienen los ojos rojos, empero, no es un rojo demoníaco como mucho pensaran. Es un rojo, no sé, especial, único y diferente en cada uno; sus alas son negras, porque han sido infectadas por el veneno. O al menos eso dicen los mitos urbanos.
Los ángeles y los demonios no se llevan bien. Los ángeles tienen prohibido contacto con ellos, mas no los odian. Odiar los convertiría en ellos. Ah, qué complicado, ¿no?
Los ángeles caídos han sido reducidos a vivir en la Tierra, en la subtierra, como me gusta llamarla. Han sido, ¿cómo decirlo? Abandonados tal vez sería la palabra. Los ángeles puros deben destruir a los ángeles caídos, algo así como una misión divina. Oh, vaya, no me gustaría sentirme cazado.
-"¿Cómo es que siempre sigues?" –los ojos mieles miraban hacia arriba, chocando con la superficie de la tierra, preguntándose qué se sentiría caminar allí arriba.
How you always haunt me?
Joseph Wheeler, es el jefe al mando de los ángeles caídos. De los emisarios no tengo ni la más mínima idea de quien será, y bueno, ni mucho que me interese.
La cosa está en que, en esta guerra, todo puede pasar, y con todo, créanme, TODO, puede pasar. Como que hasta el mundo se puede destruir… aunque claro, viendo como está el mundo eso no es tan difícil; créanme, con un chasquido de dedos y ¡boom! Sin embargo, la cuestión aquí es: ¿Qué raza es la más fuerte? ¿Cuál sobrevivirá? ¿Cuál morirá o será sometida? ¿Debería de escribir un libro con esto? Mira que a los humanos como que les cala esto de ángeles y demonios, no sé qué tanto le verán de interesante…
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-"El anochecer se acerca, hay que dispersarnos. Yo vigilaré el ala norte y tu la sur".
-"Ah, claro. Se… -mirada asesina-… Kaiba, ¿qué hago si me topo con un demonio?"
-"Por ahora sólo debemos vigilar sus movimientos y aguardar, no confío en ellos."
¡GRRUARRRR!
Un enorme rugido hizo eco en el centro de la ciudad y varias personas gritaron. Yo no les podría decir con certeza qué fue, pero sé que no fue nada lindo.
El castaño extendió su gabardina oscura como si fuesen un par de alas y se tiró al vacío, despareciendo en el acto. El oji-verde saltó a la cornisa y se transformó en un lobo negro de brillante pelaje, con sus esmeraldas brillantes, y se lanzó también.
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Las callen londinenses eran frías y opacas, con el ulular tétrico del viento al pasar los árboles. En un callejón al centro de la ciudad, los demonios hacían banquete de un pequeño niño.
Hora de la caza.
-"Así que, ¿crees en los demonios?"
-"¿Puedes ayudarme? Dame una mano…" –se burló otro de ellos, el más alto y fuerte de los cuatro, estrellándolo contra la pared.
Can you help me? Hold me.
-"¡Te apuesto a que sin la lengua no podrá gritar!" –uno de ellos gritó emocionado.
¡CHASK!
-"Oye, mentiste, yo le corté la lengua y el chiquillo ese sigue hablando" –comentaba uno estrujando el órgano entre sus garras.
-"¿Qué dices? ¿Quieres tu lengua de regreso?"
El demonio que le preguntase le obligó a abrir la boca y meter de un bocado la lengua, destrozándole la garganta con sus garras al momento. Tres de ellos rieron, y el último se acercó y con una mueca de lástima fingida tomó la cara del niño entre sus manos.
-"Apuesto a que ahora sí crees en los demonios -hizo fuerza y con un movimiento brusco desgarró la mitad de la piel de la cara, revelando las venas palpitantes y la sangre que borboteaba-. Por supuesto que sí" –tomó la cabeza, jaló suavemente de ella y le dio vuelta.
Esta cayó al suelo con un sonido sordo.
-"¿Cómo es que nunca habló?"
-"Era mudo, tú sabes, esos pobres mortales que se la pasan en las calles" –respondió el que le cortó la cabeza con naturalidad, sacudiéndose la sangre de las manos.
-"¿Qué te pasa, Antul? ¿Por qué no quisiste acompañarnos?"
-"Yo no soy como ustedes" –declaró seriamente.
-"Eres un demonio."
-"Ángel caído, y no me la paso perdiendo el tiempo en estupideces –sus pupilas azules se volvieron insensibles y distantes-. El amo Wheeler nos espera a la medianoche, que no se les olvide" –dicho esto dio una vuelta a su capa y en su lugar, un cuervo salió volando fuera del callejón.
De repente, el ave se detuvo de golpe, aleteando en el aire, escrutando fijamente la sombra al frente suyo.
"Por desgracia, los demonios y los emisarios no se llevan bien…"
El lucano levantó la pata derecha delantera y la posó suavemente sobre el asfalto, sin apartar los esmeraldas del cuervo. Las orejas altas y en alerta.
El cuervo también se quedó en posición de advertencia.
Sin embargo, si surge un encuentro no deseado y las cosas pueden evitarse, es mejor fingir que no ha pasado nada. Un lobo siempre será un lobo, y un cuervo no dejará de ser un cuervo.
Sin más, el lucano se desvió a la derecha, trotando sobre el pavimento de la calle. El cuervo aleteó y se dirigió en dirección contraria, hacia el cielo.
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-"Antul… –murmuró el oji-miel al sentir una turbación en su más fiel sirviente, viró el rostro y se encontró frente a frente con el enorme Big ben, el gran reloj de Inglaterra-. Ahora ven hacia mí, despacio…" –sus orbes centellearon y varios rugidos guturales se oyeron por toda Londres.
Come to me now, slowly…
He oído que los mensajeros tienen poder sobre unas criaturas fuertes, poderosas y oscuras. No sé si sea cierto. Lo que sí sé es que los ángeles caídos no son del todo malos, no obstante, sucumbir ante estas fuerzas lo cambia todo.
Alguien debe ser detenido. Así ha sido siempre en la historia. Tal vez por eso se crean las cadenas y las esposas, y los espacios oscuros y confinados, y las cajas de Pandora o las vendas sobre los ojos. Para retener.
Pero… ¿retener qué?
Continuará…
¡Feliz Navidad y Año Nuevo a todos! Muchas gracias por leer :)
Kida Luna.
P.D. ¡Empieza la re-edición! Aviso que también continuaré esta historia en cuanto acabe de revisarla, y claro, ¡la terminaré igual! Saludos antigua Luna XD
