En otra vida nos veremos.
(Crossover Zangyoku no terror x Haikyuu)
La bala atravesó su cuerpo de una manera fugaz, no sintió nada, vio como todo se detenía, el rostro afligido de Lisa, la expresión de impacto del detective que encontró la respuesta y la de nueve era, como decirlo, era como si la bala le hubiese llegado a él. Le sonrió por un instante antes de caer al piso y perder la conciencia junto con su vida. Antes de caer pensó "seria genial vernos en otra ocasión…nueve." Después de eso no supo nada más, solo el vacío en su más abrasadora definición. Por otra parte el peli negro ahora con lágrimas en los ojos y un grito abrumador gritando el nombre del contrario, miro el botón que aún tenía en la mano, se tentó por un instante a apretarlo, pero el detective lo hizo recordar su objetivo, le entrego con la esperanza de ser recordados, de que todo no fuese en vano, cerró los ojos, otro pitido, y con sus últimas fuerzas pronuncio
"…Recuerda que vivimos…"
Luego, un pitido final y todo se volvió blanco, no escucho nada más, en el fondo confiaba en que harían realidad su meta, cayó al piso su cuerpo inerte, sin vida.
Era su primer día en Karasuno, estaba nervioso, salió temprano de su casa, tenía un presentimiento pero no sabía que era, se sentía como si faltase algo, pero no le prestó atención.
Se encontró con el peli naranja del salto que enfrento aquella vez cuando aún estaba en Kitakawa Daiichi, debían formar equipo para poder ingresar al equipo de volleyball. Siempre le gusto ese deporte, pero no sabía por qué, era casi como una necesidad biológica.
Después de muchas practicas llego el día del enfrentamiento, si bien había visto a sus contrincantes a vencer para ser parte del equipo oficial, algo le llamo la atención, aquel joven bajo y de pecas, no le tomo importancia de todas maneras, aunque en el fondo sentía que le conocía, que debería hablar con él.
Al final ambos equipos se integraron al equipo. Con el tiempo les dieron sus uniformes oficiales que probaban eran parte del equipo de los cuervos que no podían volar, por alguna razón para Kageyama aquello encajaba muy bien en todo eso. Dejo de divagar y se fijó bien en el número de su polera. El número nueve por alguna razón lo ponía nostálgico, miro a su alrededor, el enano peli naranja tenía el número diez, el rubio desagradable era el once, toda su inspección iba bien hasta que noto al joven de pecas que acompañaba al más alto.
-…Doce…-
Pronuncio inconscientemente, lagrimas empezaron a caer por sus mejillas sin razón, sintió que aquel vacío se llenaba con un sentimiento nuevo. Diviso al número doce de Karasuno; Yamaguchi Tadashi, este igualmente lo miraba con lágrimas en los ojos. Corrieron, tan fuerte como sus piernas podían, se sentían volar, abandonaron el gimnasio dejando a todos sorprendidos por su repentina acción pero no les importo, siguieron corriendo hasta caer al piso por el agotamiento.
-Ha pasado un tiempo, nueve-Dijo el de pecas sonriendo.
-Tardaste mucho, doce.
