Plantando la semilla.

Semilla.

Ellas se conocieron durante su primer día de universidad en los dormitorios, sus pasos resonaban junto al estridente golpeteo de su maleta en el suelo, sin previo aviso la puerta de una de las habitaciones de alumnos se abrió de golpe. –Aquí tendrás la luz suficiente para florecer-, Dijo una chica de larga melena roja, que se extremecio, que contenían flores.

Cuando de repente una chica rubia irrumpió, en la habitación, llevaba puesto unos pantalones vaqueros cortos, una camisa corta de cuadros negros y rojos, botas, llevaba puesto unos casos oyendo música fuerte, iba masticando goma de mascar a más no poder y por ultimo llevaba su cabello rubio en dos coletas iguales.

Cuando la mirada de ambas se encontró, la chica rubia rápidamente se quito los cascos y extendió su mano con una sonrisa, -Es un placer conocerte, tú debes ser Pamela Isley-, dijo a la par que extendía su mano para saludarla. –Y tú debes ser Harleen Quinzel-, le respondió la chica pelirroja, -Puedes decirme "Harley" como la motocicleta-, dijo con una amplia sonrisa en su rostro, -¿Esos son tus bebes?-, pregunto Harley, a la par que colocaba todas sus cosas en una pila en su cama, Pamela la miro con una ceja levantada, y una cara de extrañeza, -Yo también tengo dos bebes, míralos-, enseñándole desde su teléfono una foto de ella con dos hienas.

-Si hubiera podido traerlas aunque fuera de contrabando las hubiera traído, las extraño mucho-, Dijo Harley soltando un suspiro, y Pamela sabía muy bien por el tono de su voz que hablaba en serio.

-Pero me gustan tus flores-, dijo Harley, a lo cual Pamela sonrió.

Ninguna de las dos se dio cuenta en ese momento, pero este momento seria que cambiara sus vidas para siempre.

Se encontraban sentadas presentando la ceremonia de apertura, aburridas a más no poder. Era solamente el director de la escuela, recordando a los alumnos que cualquier donación que sus padres estuvieran dispuestos a hacer seria bien venido.

Harley bromeaba sobre asaltar un banco y darles todo el botín a ver si sus necesidades de dinero eran saciadas, a lo cual Pamela no pudo evitar reírse. De repente alguien desde atrás de ella comento: "¿Pamela Isley se está riendo?"

Una vez terminado el largo discurso del director ambas fueron invitadas a una fiesta de una fraternidad, para reclutar nuevas estudiantes, Pamela no quería asistir pero ante la emoción y insistencias de Harley no pudo decir que no.

Bailaron, bebieron y festejaron hasta tarde.

Pamela tomo el cabello de Harley mientras esta se encontraba vomitando en un basurero, -Esto muy injusto Pam-, dijo una muy ebria Harley, -Bebimos exactamente la misma cantidad-, Pamela suspiro mientras frotaba círculos alrededor de la espalda de Harley para intentar relajarla, -Tengo una enorme tolerancia a muchos venenos, eso incluye el alcohol-.

Cuando lograron llegar halos dormitorios, Pamela desvistió a Harley de su mal oliente ropa y la metió en una enorme camisa que encontró en su cómoda, y a metió en su cama, luego Pamela se puso en su pija y se preparo para dormir.

En algún momento durante la noche Harley se levanto, el sabor mal sabor en su boca combinado con su desorientación de saber donde estaba, le dio de golpe un terrible dolor de cabeza.

Harley miro un poco a su alrededor y no tardo en darse cuenta de que estaba en su dormitorio, dio gracias al dios que estuviera de turno, porque no termino en la cama de algún desconocido o compartiendo la suya, y después se dio cuenta de Pamela dormida, más seguro ella era quien la vía traído hasta su dormitorio.

Con los mareos, la resaca, y a un tambaleándose, logro ponerse en pie y caminar a la cama de Pamela, y con la delicadeza que se le permitió su estado actual se metió a la cama con ella, los repentinos movimientos hiso que Pamela se despertara bruscamente para encontrarse con una Harley acomodándose junto a ella.

-¿Harley pasa algo?-, pregunto Pamela con visible cansancio, pero Harley no dijo nada, solamente se recostó al lado suyo, -¿Harley que sucede?-, dijo Pamela ya un poco más molesta por su falta de sueño, en respuesta solo octavos ronquidos, así que Pamela no le dio más importancia y decidió volver a dormir.

Sintió a Harley acurrucarse más en contra de ella y sin más se durmió.

El tiempo pasó como las estaciones y con ello los cambios llevaron a más cambios.

Una noche Harley llego golpeada, su nariz sangraba, tenía el labio abierto, su ojo derecho hinchado y rojo… Pamela lo supo de inmediato, su novio la avía golpeado. Después de llevarla a la enfermería y dejarla con la doctora, Pamela fue hasta a la fiesta donde sabía que se encontraría, y no se equivoco el estaba coqueteando con una chica.

Pamela y Harley estaba preparando su equipaje para abandonar las residencias universitarias, Pamela avía sido expulsada, bueno solamente de la residencia gracias al acuerdo que Harley.

Pamela avía golpeado de forma muy brutal al ex novio de Harley, le rompió la nariz, le tiro cuatro dientes, clavícula y ante brazo dislocado… si no hubiera sido por Selina quien detuvo lo hubiera golpeado hasta matarlo, -Harley no tienes que acompañar-, dijo Pamela a Harley mientras metían las maletas en la guantera del auto de la madre de Pamela, -No Pam, fue por mi culpa que tuvieras que irte de los dormitorios-, dijo Harley con un suspiro al final, su voz se oía rota, era más que obvio que era culpa, y Pamela no puedo evitar -Harley, cariño…-, dijo Pamela tomando a Harley de la cintura para darle un abrazo.

-¡Chicas ya están listas!-, grito la señora Isley, ambas se montaron en la parte trasera, de asiento con sus manos entrelazadas. El ambiente en el auto camino al apartamento en el que las dos vivirían era pesado.

La señora Isley supo muy bien porque fue la reacción de su hija, crecer con un padre abusivo puede tener esa reacción.

-Por dios Pamela si tanto te gusta, invítala a salir de una vez-.

El apartamento no era muy grande, ya lo sabían, Bruce (el novio de Selina) se los había dicho, era un pequeño lugar que su padre por alguna razón compro y nunca uso, pero el avía dicho que podían quedarse el tiempo que necesitaran.

No había ningún mueble en el lugar, contaban con un colchón inflable que la señora Isley avía traído, también unas cuantas ollas y platos, un pequeño refrigerador que pertenecía a uno de los hermanos de Harley que amablemente se los dono, y las plantas de Pamela, colocadas cuidadosamente en el balcón y también…

Harley por su parte, el día que trajo el refrigerador, también trajo el televisor de su habitación y su colección de caricaturas en DVD… y su primera noche fue una maratón caricaturas clásicas.

Ambas se recostaron en el colchón inflable, después de una cena instantánea de ramen y por extraño que parezca el apartamento era a cogedor…

Pamela no quería ser mal agradecida, pero detestaba este lugar, la humedad en las paredes, el barrio que era más que seguro, que si no estaba en su apartamento, antes del anochecer, su culo correría peligro, y los extraños vecinos que tenían…

Sin mencionar las caricaturas, ella las odiaba…

Pero por alguna razón este lugar se sentía acogedor, se sentía como un hogar, y Pamela tenía una idea del porque.

Pasó un mes y las primeras deudas comenzaron a llegar, ya que si iban a vivir a parte tendrían que ocuparse de las deudas, Pamela consiguió trabajo en una florería, y Harley en un restaurante con temáticas que cambiaba según la festividad que se celebraba. Y también tenían que lidiar con la universidad.

Con el paso del tiempo, pudieron comprar cosas para su hogar temporal, haciéndolo un poco más habitable. Muebles, una mesa pequeña, y cada una por fin pudo comprar su propia cama y tener cada una su propia habitación.

Las instalaron durante un fin de semana, y durante su primera noche desde que se mudaron, durmieron separadas.

Por extraño que suene, a Pamela se le hiso muy grande la cama. Sin darse cuenta se avía acostumbrada a la presencia de Harley, esa extraña aura de alegría que te invadía a si sin más.

Y Harley no era ajena a esta sensación, se revolvía en la cama inquieta, buscando a tientas el calor de Pamela, esa agradable sensación de protección y refugio que encontró en sus brazos.

Sin duda ni vacilación se dirigió a la habitación de Pamela y al abrir la puerta de su habitación se encontró con ella, Harley de inmediato noto en su mano derecha una almohada y luego escucho la voz de Pamela:

-¿Te gustaría hacer una piyama da?-, Harley solamente sonrió y la abrazo, antes de que ambas se acomodaran en la cama, Pamela atrapo entre sus brazos, a Harley en un cariñoso abrazo protector.