Este es un primer capítulo de reflexión n n, en el siguiente si hay acciones.

Me gusta esta pareja, más que nada por Nowaki (y la verdad, en el manga Hiro se veía hermoso con el gorrito de pescador y la bufanda XD). Sus idas y vueltas y como están expresados los sentimientos de ambos es algo que me gusta mucho… así que, es lo que intento hacer en este fic.

Me apuré para hacerlo. Leí poco del manga y del anime apenas voy por el capítulo 6. Pero no pude contenerme! Tenía que escribir este fic !!

Capítulo 1°

Dudas

No siempre podrás comprender a quien tienes a tu lado ¿Verdad? Entonces, esta bien que me sienta así. Creo.

Pero no esta bien dudar y menos de uno mismo. Aunque si dudas de ti por alguien ¿Es igual?

Creo que… en algún momento me prometí no dudar, ni siquiera vacilar. Si recuerdo haberme jurado no derramar más un lágrimas, pero fue cuando niño (de todas formas, rompí mi promesa).

Tal vez, pensé que de mostrarme fuerte, me sería fácil avanzar y soportar cosas como estas, cosas de la vida diaria. O, será que al fingir ser fuerte, esperé ser descubierto y… alguien vendría para ayudarme. Pero nadie ayuda a quienes fingen, porque las personas no soportan eso.

Es igual a cuando alguien viste de negro y va por la calle mirando mal a todos o se deja un flequillo y dice ser infeliz o todo lo contrario. Cuando usa borsegos y se queja del Mundo. Cuando viste a rayas y sonríe sin importar nada. Cuando se sienta frente a las iglesias a escribir poesía o sobre un tumba y canta.

Yo no hago nada de eso. Soy una persona normal, que intenta hacer todo a como debe hacerse. Y aún así, a veces me siento como esas personas que visten diferente… Pero por dentro, todos somos lo mismo. Tal vez sea eso.

Nah… me da igual, sea lo que sea, ya lo tengo decidido ¿O no? Pero la prueba de fuego, será decirlo mientras lo tengo en frente.

Tal vez necesite meditar un poco más.

¿Pero que es lo que espero de nosotros? Pues… al menos rogaría ser por normales. Si él fuese una chica, iríamos a comer y luego a caminar… bueno, como siempre. Sólo que, no me molestaría tomarle la mano frente a todos y tampoco besarnos…

No es que quiera besarlo. Sólo que... quiero ser normal. Creo.

En el futuro, esperaría casarnos… aunque ya es legal eso ¡Pero no podríamos tener hijos! Un punto en contra ¿Y los besos?

Hay días en los que espero verlo con ansias. No me da vergüenza admitirlo, porque admito que somos pareja y… Esta bien que lo extrañe ¿No? Supongo. Por algo somos novios…

Bueno. Esos días en los que lo espero, todo cambia al vernos. Siempre salgo con algún libro o algún apunte para estudiar mientras estamos juntos. Lo escucho hablarme y le presto atención… pero a como avanza el día, termino sumergido en mis estudios o mis cosas; lo que sea que haya traído para hacer.

Siendo sincero conmigo mismo… creo que temo sentir algo por alguien. A veces, no encuentro sentido a pasar horas enteras esperando a que llegue, para luego sumergirme en otras cosas, teniéndolo enfrente.

Pero si se, que jamás le permitiría conocerme. Él dice que lo hace, que cuando me distraigo, soy quien soy frente a él. Pero siempre algo me hace retroceder… y me jura una y otra vez, que me seguirá descubriendo, hasta ya no cometer pasos en falso, que me hagan encerrarme.

Yo se bien que me hizo tomar esta decisión.

Los días se volvieron semanas, que se convirtieron en meses, para dar paso a los años. Y él siempre estaba ahí. Aunque su compañía no me cansaba, por momentos lo quería lejos y estoy seguro de que él también a mi.

Lo eché. Lo plateé. Hasta lo golpee. Pero nunca se fue. Lo ignoré. Deje el romance. Olvidé las palabras, desvié la dulzura. Sin que hubiese mucha antes.

De un día para el otro, no me fue necesario ver su sonrisa. Ni escucharlo reír. Ya no le daba obsequios a escondidas, ni tampoco le recordaba que yo estaba ahí. Pero no fue mi orgullo el que apagó la llama, sino él mismo.

Habiendo pasado mucho tiempo de la relación, conseguimos acuerdos. Había códigos. Incluso supimos guardar silencio donde antes no. Pero un día, desapareció… un año entero.

Los días parecieron derrumbarse sobre mí, aplastando mi orgullo, riéndose de mi ¿Por qué se fue? No había respuesta, yo no quería escucharla. Seguí con mi vida, así pensé. Pero esperando a que regresase conmigo, me quede en la misma casa, fui a los mismos lugares y mantuve cada número y cada pequeña piedrita del pasado. Esperé a que regresase a mi.

Un año… ese tiempo pasó. Recibí una postal donde me decía sobre su regreso y sólo fui al aeropuerto para golpearlo. Pero regresé a mi casa, donde antes, donde un año atrás. Llamó a mi puerta, le abrí, entró… y yo me encerré en mis cosas. Le dije cuanto lo odiaba y que tan lejos lo quería y cuando abrió la puerta para irse, le rogué que se quedara.

Volvimos… fue como si jamás hubiese pasado nada. Tuvimos otros golpes, otras caídas.

Regresé a ser frío, a olvidar el romance, a despreocuparme. Y una mañana lo miré y me dije: ¿Estaré haciendo bien las cosas…? … ¿Qué importa? Si de todas formas, siempre estará ahí.

Esa misma mañana le dije cuan arrastrado era y sólo sonrió con timidez, tal vez esperando verme cambiar. Pero no sentí miedo, porque ahí iba a quedarse.

Ni el amor más fuerte, puede sobrevivir ante algo así…

Cantinuará...