Era el día de la gran cosecha, los tomates estaban listos para ser cosechados; Romano, Veneziano y España pasarían las siguientes 18 horas cosechándolos, tal como lo habían hecho desde hace casi dos siglos atrás, esa actividad se convirtió en tradición poco después de que ocurriera la unificación de Italia, y solamente en pocas ocasiones se paraba esa actividad, y esas habían sido las dos guerras mundiales; pero ahora llueve, truene o relampaguee los tres cosechan los tomates, bueno claro que siempre había algo que se pudiera contar como impedimento, pero hasta ahora eso, no se había presentado.

Los tres se habían levantado temprano, tanto que el sol todavía no se divisaba en el horizonte. Debían aprovechar el día al máximo para terminar el trabajo en ese mismo día. Teóricamente todos estaban preparados en un 100% para realizar tal noble tarea.

Pero España no estaba en un 100% preparado para cosechar, se sentía mareado y sentía que caminar o a penas moverse requería un gran esfuerzo, se tocó la frente no se sintió diferente, pero sabía que si no se apresuraba Romano y Veneziano se molestarían con él, y eso no estaba jamás pasaría y ni ahora ni nunca, así que muy lentamente se levantó, y se dirigió a la cocina a ponerse en marcha.

‒ ve~ Fratello España ¿te sientes bien?‒

España alzó a ver, dándose cuenta de que había estado caminando perdido en sus pensamientos, nadie debía saber que no se sentía bien así que puso su mejor sonrisa.

‒si Veneziano estoy perfecto‒

‒ ¿seguro? Porque tienes cara de que te caerás en cualquier segundo‒

‒ no es nada, solo dormí algo mal, es todo‒

‒ Pero...‒

‒ Buenos días bastardos ¿listos?‒ entró Romano con su típico buen humor mañanero.

‒ Si Romano‒ dijo España como si nada pasara

‒ ve fratello creo que...‒

‒ Bien vamos‒ dijo Romano sin siquiera hacer caso de las advertencias del menor ‒ apresúrate Veneziano si no llegaremos tarde‒

‒ Pero...‒

Aunque Veneziano sabía que algo no estaba bien, no podía estar al cien por ciento confiado porque España decía que estaba bien, aunque por tranquilidad no se despegaría de España ni un solo segundo.

El campo de tomates se extendía desde la pequeña casa, hasta lo que alcanzaba la vista; una escena campestre que ya no era muy común de ver. A España le encantaba su pequeña casa campirana, respirar el olor a campo le hacía muy feliz, mucho más que el acogedor departamento que tenía en la ciudad. Pero ahora ni la tranquilidad y la paz del campo no quitarían el extraño cansancio que sentía en estos precisos momentos; España no estaba ahí, no se dio cuenta que Romano ya había dado instrucciones a los asistentes para que se encargaran de los otros cultivos, no se dio cuenta que desayuno un buen plato, consistente y una buena taza de café, no se dio cuenta que Romano lo había arrastrado de la mano hacia la hilera de tomates para que comenzara, y no se dio cuenta que el sol ya hace algún tiempo había salido; Veneziano noto la gran diferencia, en otras ocasiones , en las normales, España y Romano ya hubieran estado mucho más allá de la mitad del campo con carros llenos y llenos de tomates, diciendo y discutiendo quien sería el primero en terminar con todo. Pero España estaba haciéndolo de forma lenta, y no había avanzado mucho la verdad, Romano ya estaba llegando a la mitad, y les gritaba a esos dos bastardos que se apresuraran.

‒ OI... QUE ES PARA HOY ‒

‒ enseguida vamos... ‒

España respondió con una voz robótica, y tomando la canasta ya llena de tomates que estaba a su derecha para llevarla hacia el carro que tenía todo lo cosechado hasta ahora, fue en ese preciso instante cuando su visión empezó a distorsionarse, nublarse, y después de tres segundos toda conexión con el mundo se perdió.

‒ ¡FRATELLO! ¡FRATELLO!‒

Oír a Veneziano gritar era normal, pero no en el tono que estaba utilizando, no en ese tono desesperado, Romano dejo la canasta de tomates a medio llenar a un lado y corrió en dirección a su hermano que estaba tirando un balde lleno de agua a alguien.

‒ ¿qué pasó?‒ fue lo único que atino a decir Romano cuando vio que España estaba tirado en el piso empapado por culpa de Veneziano.

‒ España esta con fiebre, se desmayó hace un segundo‒ explico el menor

‒ ¿qué? Pero estaba perfecto en la mañana‒

‒ te equivocas fratello, España no estaba bien‒

‒ dejemos la echada de culpa para después y ayúdame, debemos llevarlo a su habitación, o empeorara‒

‒ sí, sujétalo con cuidado‒

Ambos levantaron los brazos de España, se dieron cuenta con horror que España había perdido peso y era relativamente fácil transportarlo, lo levantaron lentamente, ahí Romano se dio cuenta que España quemaba, y el sol no estaba haciendo nada bueno; rápidamente lo llevaron a su habitación, a esperar que reaccionara.


España estaba siendo estrujado, aplanado, y empujado, por una especie de cárcel de goma, una esfera extraña, pegajosa, intentó hacer un agujero, pero fue interrumpido cuando de repente su prisión se elevó, o al menos eso creía porque no podía ver el exterior, de pronto descendió de nuevo a una especie de plataforma, España podía decir lo por que esa bola de goma obtuvo una forma algo cónica, después de tanto tambaleo al fin se pudo parar e hizo un agujero en la superficie, lentamente empezó a salir, y descubrió que no era una esfera de goma, era una masa de un scone, estaba dentro de un scone, dirigiéndose al horno, y era el mismo Inglaterra el que lo llevaba, no pudo evitar gritar cuando la puerta del infierno se abría ante sus ojos.


‒ Mon ami, cálmate, mon ami‒

España despertó de golpe, vio como Francia lo sujetaba de los brazos, también sentía que estaba rodeado de puntos fríos, en cuanto logro calmarse, se dio cuenta de que eran fundas plásticas con hielo en su interior cuatro a cada lado de su cuerpo. Y una toalla húmeda en su frente. Ahora estaba confundido que era lo que estaba pasando.

‒ Francia, que...‒

‒ mon ami, me alegra que hayas despertado, estábamos todos muy preocupados ‒

‒ ¿de qué hablas?‒

Francia se preocupó por unos segundos pero sería complicado mostrar ese sentimiento a España, lo conocía a la perfección para saber que él podía leer sus expresiones tan bien que el luego se preocuparía mucho más. Para evitarlo sonrió.

‒ mon ami, te desmayaste en el campo mientras cosechabas, Veneziano y Romano te trajeron pero no podían quedarse , así que me llamaron para echarte un ojo mientras ellos terminaban el trabajo‒

España lo miraba desconcertado, eso no era bueno.

‒ Francia, no recuerdo haberme levantado hoy a cosechar tomates‒

‒ debe ser porque tenías una fiebre muy alta‒

‒ ¿así? No me siento caliente‒

Francia rió

‒ Es porque ahora estas con mucho frío a tu alrededor, debes estar sediento ¿quieres algo de tomar? ‒

‒Sí, gracias‒

Francia ayudo a España a que tomara un vaso de agua, en cuanto volvió a recostarse sus ojos empezaron a cerrarse de nuevo, aunque España hacia un esfuerzo horrible para mantenerse despierto.

‒ mon ami, descansa‒

‒ no, si duermo luego no despertare... ‒

‒ ¿a qué te refieres?‒

‒ estoy cansado, mi economía no está muy bien, y he pasado más dormido que despierto, tengo miedo... de no... Despertar...‒ decía España mientras sus ojos empezaban a cerrarse y poco a poco perdía la consciencia.

‒ no te preocupes lo solucionaras‒

‒ Francia... Si yo me fuera... ¿Podrías cuidar a Romano y Veneziano por mí?‒

‒ mon ami, la fiebre te está haciendo hablar tonterías, descansa, nada te va a pasar...‒

España aún tenía mucho que decir pero su cansancio extremo hizo que cerrara sus ojos y se durmiera, Francia estaba preocupado, la fiebre de España no bajaba y su último comentario lo hizo preocupar aún más, era como si se resignara a desaparecer, y al parecer España quería desaparecer pronto, pero eso Francia lo evitaría sea como sea.

‒ ¿ya despertó?‒ se oyó una voz en la puerta.

Romano y Veneziano habían acabado de cosechar a una velocidad extraordinaria para poder cuidar a España, y según Romano evitar que el pervertido de Francia meta sus manos donde no debe.

‒ Sí, pero se acaba de volver a dormir‒ respondió Francia sereno

‒ entiendo, Vene está preparando algo, si despierta avísanos para traerle algo de comer, al parecer no ha comido mucho últimamente‒

Francia asintió, sabía lo que pasaba por la mente de Romano, el de seguro escucho la última frase, ambos tenían miedo de que España estuviera a punto de irse, la situación no estaba bien, definitivamente no. Pero ninguno de los dos permitiría que España desapareciera antes mataban a su superior, preferible un humano inútil que una nación, y mucho más si es una nación como lo era España.

Veneziano estaba en la cocina, sacando algunas cosas para hacer una rica lasaña, pero al revisar el refrigerador se topó con la sorpresa de que casi toda la comida estaba podrida o con hongos. Algo que le revolvió el estómago; Veneziano sacó todo eso y lo colocó en una bolsa de basura que se llenó por completo. Romano también entró a la cocina y se topó con esa extraña escena. Es decir sabía que su hermano era un gourmet, eso a veces causa problemas pero esto ya era el colmo.

‒ Veneziano, sé que los gustos de España no son muy buenos, pero tirar toda la comida...‒

‒ No, fratello no se trata de eso, mira‒

Veneziano le extendió un recipiente que tenía vegetales pero aunque estaba sellado había caducado hace meses

‒ ¿qué? Esto si lo come alguien ira directo al hospital con intoxicación‒

‒ Exacto, casi toda la comida de fratello España está así, ¿Roma hace cuanto que España no cocina?‒

‒ ¿qué quieres decir?‒

‒ Una persona se da cuenta cuando una cocina está en uso, los utensilios están limpios y es posible que haya desorden pero... Si te fijas bien...‒

‒ La de España esta reluciente... me recuerda a la de Holanda...No creerás que España no ha comido ¿o sí?‒

‒ No lo sé fratello, tal vez, aunque lo dudo, España salió a comer todos los días en algún restaurante‒

Romano negó con la cabeza ‒ según tenía entendido España llevaba su propio almuerzo al trabajo‒

De pronto Francia entraba a la cocina con el recipiente de agua en las manos, para cambiarlo y vio la extraña escena, y le asaltó la misma duda, pero ahora que lo pensaba mejor hace tiempo que España rechaza sus invitaciones a comer.

‒ bueno, tal vez debamos llamar a su secretaria tal vez ella sepa lo que suceda ‒

‒ ¿sabes el número?‒

‒ oui, debe estar en mi celular...‒

‒ Porque no me sorprende‒ dijo Romano.

Mientras Francia hacia eso, Romano tomaba el recipiente, cambiaba el agua y se dirigía a la habitación a ver como estaba. No podían dejarlo solo.

‒ bonjour, habla Francia, no se preocupe no es por nada importante es solo una pregunta por curiosidad, España cree que olvido un recipiente en la oficina, donde lleva su almuerzo, tal vez usted... ¿así?... No me diga... Bueno tal vez lo dejo por aquí... Muchas gracias... Adieu‒

‒ ¿y bien?‒ preguntó Veneziano a la espera.

‒ España no está comiendo, su secretaria dice que apenas se puede mantener despierto, lo que ha causado muchos problemas, porque España ha faltado a varias juntas, porque se queda dormido, según ella incluso se quedó dormido por tres días, un fin de semana entero, en su oficina y cuando lo descubrieron llamaron a la ambulancia por que creyeron que estaba muerto.‒

‒ Eso no es bueno, voy a tirar esto e iré a la tienda a comprar algo para fratello España‒

Francia asintió, y vio como Veneziano salía con un abrigo, la noche empezaba a caer y el frío cada vez se hacía más presente. Francia se dirigió a la habitación y Romano estaba limpiando delicadamente el sudor que bajaba por la frente de España. Se lo veía tan indefenso, como si fuera a esfumarse en cualquier segundo.

‒ ¿y bien?‒

La pregunta sacó de su tren de pensamiento a Francia, y regresando a ver a Romano esperando una respuesta le contó todo y Romano estaba sorprendido y temeroso a la vez.

‒ eso quiere decir que no ha comido en días‒

‒ O incluso semanas‒

‒ eso explica porque Vene y yo lo pudimos traer a la casa‒

Ambos se quedaron en silencio un momento hasta que España empezó a despertar.

‒ España, bastardo, ¿por qué no dijiste nada?‒

‒ ¿Roma? ¿Cuándo llegaste?‒

‒ ¿de qué hablas?... Estuve desde ayer aquí...‒

‒ No recuerdo, perdón, estoy algo confundido... me duele la cabeza‒

‒ mon ami dime ¿hace cuánto que no comes?‒

‒ mm... Hace unas semanas... Creo... Todo lo que comía lo vomitaba después... Y me sentía demasiado somnoliento para levantarme a cocinar...‒

‒ Dios mio, mon ami, en cuanto Italia regrese de las compras te preparare algo y tendrás algo para llenar tu estomago...‒

‒ Gracias...*bostezo* traten de que no duerma mucho, por más que mis ojos... Se... Cierren...‒

‒ se volvió a dormir‒

Romano puso otra vez la toalla húmeda en la frente, lo que preocupo a Francia fue la falta de reacción de España al frío de la tela.

Veneziano llego a las pocas horas, con una visita inesperada, se habían encontrado en la tienda.

‒ ¿Bélgica?‒

Romano, sabía que Holanda estaba intentando llevarse mejor con Bélgica, y para eso habían puesto ciertas reglas, una de ellas mantenerse a una distancia prudente de España, la relación entre Holanda y España estaba tan mal que ellos solo se llevaban bien en las conferencias, fuera de ellas era como si Holanda pensara que España no existía.

‒ Me encontré con Veneziano en el supermercado y me contó lo que ocurrió, ¿Cómo está?‒

‒ Bueno... Sigue dormido, no se ha mantenido despierto mucho tiempo que se diga...‒ dijo Francia.

Desde que Veneziano llegó con fundas llenas de comida, Francia decidió ayudarlo a sacar todo para cocinar algo ligero pero a la vez lo suficientemente consistente para que España comiera.

‒ ¿qué tal si ustedes cocinan, comen, y yo veo a España? mientras ustedes descansan un poco‒ Propuso Bélgica que ahora estaba no solo preocupado por España sino que su muchachito favorito, ósea Romano, su hermano Francia y el pequeño Veneziano estaban con cara de preocupación y agotamiento, que sería mejor echarles una mano, al menos por algunas horas.

Los tres se miraron el rostro, Veneziano tenía aspecto de que caería dormido en cualquier segundo, el trabajo duro de la cosecha, es decir estar todo el día bajo el ardiente sol y la preocupación de todo lo que estaba ocurriendo lo habían agotado, Francia estaba preocupado no duraría en quedarse despierto toda la noche si fuera necesario, no abandonaría a España así como así, en cambio Romano quería desvelarse para poder cuidarlo pero estaba agotado por trabajar en la cosecha, de la misma forma que su hermano menor; así que los tres asintieron.

Bélgica se dirigió a la habitación de España, lentamente abrió la habitación, y España estaba dormido en su cama, sin hacer el menor de los ruidos, Bélgica se sentó a un extremo de la cama, y colocó su mano en la frente de España, en ese instante sintió como ardía, tomó un trapo húmedo y lo colocó suavemente en su frente, con esos pequeños detalles España empezó a despertar, y al ver quien estaba a su lado esbozó una pequeña sonrisa, que fue retribuida con otra muy grande.

‒ perdón por despertarte‒ dijo Bélgica sonriendo

‒ Bel... ¿qué haces aquí? Creí que Holanda te prohibió verme‒

‒ Si lo hizo, pero ya soy una niña grande y tomo mis propias decisiones‒

España río, pero luego paró al ver que casi no podía respirar. Al ver eso Bélgica lo levantó despacio y acomodó las almohadas para que España estuviera en una mejor posición para que pudiera respirar.

‒...Bel... ‒ España tenía la voz ronca y cansada.

‒ ¿mm?‒

‒ No... te vayas... No podría... soportar... estar lejos de ti... Si te fueras... Yo moriría...‒

‒ No, hables de esa forma, hasta que te recuperes yo estaré aquí, me quedare aquí, a tu lado, tu tranquilo que nada va a pasar‒

‒... gracias...‒

El momento fue interrumpido por la entrada de Francia que traía una rica sopa, su favorita, sopa de tomate por supuesto, para España.

‒ eso huele delicioso... ‒ dijo España que intentaba ponerse de pie, pero sintió un dolor punzante en su pecho y fue cuando Bélgica lo sujeto y ayudo para que se sentara

‒ ¿Cómo estas mon ami?‒

‒ cansado... Pero me siento mejor que hoy en la mañana‒ dijo intentando sonreír aunque ahora su sonrisa fuera un poco más dolorida.

Francia se alegró al oír eso, deposito cuidadosamente el plato en el regazo de España y lo vio comer, Bélgica pensaba retirar el plato, pero España la retuvo apretando su mano.

‒ está bien me quedaré y no me moveré de aquí ‒ dijo sentándose a un lado de la cama y sin dejar de apretar la mano de España.

‒ creo que España está en buenas manos ahora, que duermas bien, no te preocupes por Holanda ya se me ocurrirá una coartada‒

Francia cerró la puerta y se dirigió abajo donde al pasar por la sala de estar vio a dos italianos dormidos en el sillón, gracias a Dios que era una noche cálida, sino sus dos hermanitos se hubieran resfriado, después de lavar el plato cubrió a esos dos con una manta y se dirigió de nuevo a la habitación de España pero no entró, se sentó afuera de la habitación a esperar.

Bélgica en cambio miraba con mucha calma como España dormía; España se había acurrucado a su lado y estaba profundamente dormido, ahora lentamente intentaba salir de la habitación para dejarlo descansar pero en cuanto lo intentaba España le apretaba la mano mucho más fuerte. Así que con mucha delicadeza movió a España unos cuantos centímetros para que ella pudiera entrar en la cama. Se acurrucó a su lado, y suavemente empezó a masajearle la cabeza, fue ahí que España empezó a hablar en sueños.

‒ Bel...Te amo...jamás... te deje... de amar ‒

‒ ¿de verdad?‒ pregunto Bélgica sorprendida pero sin esperanza de que él le respondiera.

‒ Yo... Te... he amado... desde siempre... Bel...‒

Bélgica se sonrojó ‒ Yo también te amo, si por mi fuera me quedara para siempre contigo‒

España recibió un besó en su frente por parte de Bel, un pequeño beso pero que para ella significó mucho; aunque de verdad dudaba de que España estuviera consciente de lo que el acababa de decir, y ahora que lo notaba España estaba muy pálido así que decidió acurrucarse a su lado, como si su mera presencia dependiera que el mejorara.

Al día siguiente España despertó algo confundido, ¿no se suponía que debían cosechar los tomates? Bueno esperaba que Romano y Veneziano no estuvieran molestos por quedarse dormido, en especial Romano, cuando las cosas no salían bien Romano se ponía histérico.

*bostezo* que bien dormí‒ hecho una mirada rápida a su alrededor‒ debo prepararme, espero no despertar a Bel...‒

España se quedó quieto reflexionando exactamente, palabra por palabra, lo que había dicho.

‒ ¿no despertar a Bel?‒

Ahí en ese instante España se dio cuenta de que Bélgica estaba acurrucada usando su brazo izquierdo como almohada. Se puso rojo, Romano no era el único que adquiría ese tono rojo tomate cuando se sonrojaba, España intentó levantarse, y eso hizo que Bélgica despertara.

‒Buenos días España‒

‒ Ho...hola Bel‒

En ese instante la mano de Bélgica toco la frente de España y la sintió no completamente normal pero ya mucho más fresca que él día anterior, todo había ido bien.

‒ me alegra que ya no tengas fiebre‒ dijo Bélgica sonriendo como siempre lo hacía como un gatito.

‒ bel, ¿dije algo mientras tenía fiebre?‒

‒ Sí, me dijiste en sueños, me dijiste que me amabas... ¿Acaso era mentira?‒

‒ No, creí que era un sueño...‒

‒ pues no lo fue, y estoy muy feliz...‒

España sonrió y lentamente se puso en pie, al salir de la habitación vio a su hermano menor dormido en el pasillo, lo zarandeo lentamente para despertarlo.

‒ Hermanito... Hermanito...‒

‒ mmm... no me digas así...‒

Francia escucho la voz conocida y al despertar se topó con la sorpresa de que España ya estaba mejor

‒ ¿cómo estás?‒

‒ bien, gracias, ven preparare el desayuno, luego podrán descansar e ir a casa‒

‒ Si creo que sí, nos preocupaste demasiado ¿sabías eso?‒

‒sí, lo siento, los compensaré... ya sé les prepararé algo delicioso pero no ahora... ya sé en la próxima junta les prepararé paella ‒

‒ me parece bien... ‒ dijo Francia sonriendo ‒ es en tres días... ‒

‒ estará listo para entonces ‒

Fueron hacia a la cocina donde se toparon que Veneziano ya estaba preparando el desayuno, en cuanto regresó a ver quién entraba por la puerta se sorprendió al ver a España, Romano en cambio estaba todavía dormido y se levantó con el escándalo, de gente que se dirigía a la cocina, en cuanto vio a España lo golpeo.

‒ IMBÉCIL... MÁS TE VALE QUE NO LO VUELVAS A HACER... ‒ gritó Romano

‒ sí, Romanito te lo prometo ‒

‒ te lo prometo no, bastardo, júramelo ‒

‒ te lo juro, no voy a volver a hacer algo parecido ‒

Después de jurar todo el mundo se sentó a desayunar, y en cuanto terminaron Francia, Romano y Veneziano se fueron para sus casas. Bélgica se quedó por el resto del día para acompañar a España y cuidarlo un poco más.


Espero que les haya gustado. He escuchado rumores sobre la crisis española, y espero de verdad que se recuperen pronto de eso. El otro día escuchaba sobre eso y se me ocurrió esto espero que no esté mal interpretando las cosas. Por favor espero sus sugerencias y/o críticas y/o comentarios. Hetalia no me ha pertenecido jamás.