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Prólogo
"¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son."
La vida es sueño-Calderón
Mikasa corría sin rumbo mientras las gotas de lluvia mojaban su vestido blanco, el hombre que la seguía había tratado de hacer que quedase inconsciente de un golpe, la niña había logrado escapar, pero al parecer no sería suficiente, aquel hombre era de estatura media y desde el punto de vista de la pequeña él daba miedo. La cargo dirigiéndose a un callejón cuando logró atraparla. Mikasa miró a su alrededor, un lugar en el que las personas caminaban despreocupadas y actuaban como si nada pasara ¿en dónde se encontraba?, no reconocía el lugar... nunca había estado allí antes.
Ella grito y pataleó, pero nadie le prestaba atención, era como si no la escucharan, eso pensó al menos hasta que se dio cuenta de que la ignoraban, cuando unos cuantos, lejos de ayudarla, solo le dedicaban miradas extrañas. Miradas de desprecio. Mikasa no entendía ¿porqué no hacían nada? ¿era realmente tan importante ese hombre como para que dejaran que hiciera lo que quiera? ¿que tipo de personas eran esas?
Habían llegado al oscuro y estrecho lugar, la niña fue arrojada contra la pared, se sentó en el suelo y miró sus manos sucias sobre el lodo. Era tan débil. Un quejido se escuchó y Mikasa observó con los ojos muy abiertos la escena frente a ella, aquel malnacido se encontraba siendo estrangulado por un hombre de cabello negro, Mikasa pudo ver el cuchillo envuelto en la tela blanca y mugrienta que el sostenía en una mano, también logro ver un hilo de sangre correr por su brazo, estaba herido.
-Una mierda como tu, es de este mundo lo que realmente odio- él había dicho antes de encajar la afilada hoja en su cuello
Su salvador la había mirado con sus pequeños ojos grises y Mikasa sostuvo agradecida la mirada, claramente él no le haría daño, él parecía bueno. Levi, al estar convencido de la confianza mutua, se arrodilló ante la niña y esta vez la miró fijamente, con una mirada fugaz y fría. Ella no tenía miedo, entonces, en ese momento fue cuando Levi extendió una navaja hacia Mikasa. Ella sostuvo entre sus manos el metal, cuando él se levantó y le dio una última mirada. No se permitiría olvidar ese rostro nunca, por nada del mundo.
Mikasa lo observo marcharse guardando el regalo entre sus ropas y al perderle de vista volvió a casa, junto a sus padres, a su pequeño y fantasioso mundo.
Ahora no sabía a donde ir, ella no tenía a donde ir y las únicas personas que se preocupaban por ella habían muerto; se encontraba huyendo sola, corriendo con toda la intención de salvar su propia vida.
Entre sus manos se encontraba el regalo que hace tiempo había recibido, no dejaría que nadie la tocara, suponía que esa era la idea principal del regalo, la razón por la que el hombre de ojos grises le había obsequiado aquella arma, Mikasa estaba segura de ello y sin importar que él no la mirara ahora, sin importar que él nunca se enterara, ella se encargaría de cumplir la silenciosa petición.
Estaba manchada de sangre, de nuevo, así como aquel día, se encontraba sentada en el suelo sintiendo la mirada de tres de los hombres que la habían seguido durante esos días, el cuarto, se encontraba tirado a unos metros de Mikasa, por supuesto, la niña se había encargado de matarlo pero a cambio sólo consiguió ser lastimada por los demás. No importaba cuanta fuerza de voluntad tuviera, no era lo suficiente mente fuerte para enfrentarse a ellos sola.
9 de julio, año 852
La observo caminar por el extenso pasillo de ese lugar en ruinas, era una hermosa pero misteriosa chica, parecía un fantasma con su cabello oscuro ondeando al viento, ignorándolo completamente. ¿Como demonios se atrevía a ignorarlo?, a no darse cuenta de su presencia... era extraño ¿que estaba haciendo el ahí cuando debería seguir al frente de su escuadrón?, guiándolos hacia un lugar seguro. La simple pregunta era estúpida. Pero ahí estaba ella, la había visto antes recibiendo ordenes de Erwin, cuando antes recibía ordenes de el, nadie sabia nada de ella excepto el, pero lo único que interesaba ahora era el hecho de que era una excelente soldado... una hermosa y excelente soldado. El había visto mucho mas en esa chica.
Un libro abierto.
No importaba lo que había sucedió en el pasado, ahora el no era nadie para Mikasa y estaba bien así, ella podría encontrar a otra persona si, lo haría y la dejaría por mas que le molestara, por mas celos que sintiera, Levi sabia que eso era lo mejor, no para ambos pero si para ella y con eso el estaba bien.
Decidió hablarle, darle ordenes, el era su superior. Podía hacerlo.
-Oye, hemos terminado con los titanes así que vamos- Ella poso su mirada grisácea y fría sobre el sargento. Pasaron largos segundos, Levi solo se preguntaba si ella lo obedecería... no se movía, solo lo miraba. Una tortura. Le dio la espalda y camino, unos segundos después escucho los pasos que lo seguían.
Sabia de el, el segundo al mando, una figura misteriosa dueña de una mirada aparentemente indiferente que parecía querer traspasarla, el mejor soldado de la humanidad, no conocerlo era casi un pecado, si alguno de los inútiles de la ciudad se encontrase con una persona ignorante ante el soldado mas fuerte de la humanidad, seguro lo mirarían como bicho raro... ¿como no iban a conocer a quien les salva el culo? había pensado Mikasa.
No podía evitar recordar las veces que ese hombre también la había salvado a ella. Y no sabia porque él lo hacia.
Disclaimer: Ni el anime de Shingeki no kyojin ni sus personajes me pertenecen a mi, si no a su creador, Isayama Hajime.
βίος, es una palabra griega que significa vida.
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