.-FÜTTERE ICH?-.
Disclaimer: Vampire Knight no me pertenece, es propiedad de Matsuri Hino. Hago esto sin fines de lucro y, una vez terminado esto, es devuelto a su respectiva dueña.
Couple: Kuran Kaname & Ruka Souen.
Warning: Posible OoC.
-o-
La arrastra y empotra contra la pared, como un salvaje. La mantiene allí, firme, sin permitirle moverse ni respirar con tranquilidad, sin darle la oportunidad de pensarlo, mucho menos de retractarse. Desliza lentamente sus largos y fríos dedos por su blanquecino cuello, sin marcas, sin prueba alguna de aquello que ambos hacen dentro de esas cuatro paredes cuando se vuelve una necesidad y nadie les observa; de abajo hacia arriba, buscando el lugar ideal para ser mordido por él y así poder ingerir aquel líquido caliente que corre por el menudo cuerpo de su acompañante. Para satisfacer el hambre voraz que le atormenta, hambre de ella y todo lo que le rodea.
Sonríe sin pudor cuando el índice y el dedo medio se detienen sobre aquel lugar que palpita bajo su contacto, impaciente por recibir su atención y ser desgarrado por él, por unirlos de la única manera en la que ambos podrían estar conectados: perforándole la carne y bebiendo de su esencia. Alimentándose de Ruka y todo el amor que ella le profesa.
Su respiración choca contra la fría piel de su presa y sus colmillos se muestran en todo su esplendor, acariciando de manera suave la zona para luego encajarlos sin piedad alguna. Porque así es mejor, todo sigue igual entre ellos; ella como su alimento y él como el comensal.
Porque si Kaname le desgarra, la sangre se escurre por el delicado cuerpo de la chica Souen, volviendo a ser una con la chica. Porque si muerde fuerte, Ruka ya no puede contener sus quejidos de dolor y se muestra débil ante él. Porque si la lastima más de la cuenta, ella simplemente cierra sus ojos, ignorando el daño que el castaño le infringe de manera consciente, ignorando las propias lágrimas que se agolpan en sus ojos. Ignorando todo lo que ocurre, sólo para centrarse más en Kuran.
Y así, por alguna razón que desconoce, Ruka brilla más.
Porque no importa cuánto daño le provoque, ella continúa traspasándole toda aquella calidez que emana, con cada sorbo que degusta de su esencia, con cada grácil caricia que intenta acercarlo más a sí misma, con cada susurro repleto de amor que le dirige a él.
Sólo a él.
Ruka Souen le da seguridad, confianza, comprensión y amor. Todo al mismo tiempo. Ella es la única que se ofrece en cuerpo y alma a él. La única que se mantiene a su lado, sin importar nada. La única que se deja hacer, sin temerle a nada. La única que realmente le ama, a cambio de nada.
Entonces, ¿eso no significaba que era algo más que un simple bocadillo de media noche?
No. No puede.
Kuran niega aquella teoría y la muerde de manera bestial, esperando que la chica se aleje de una vez por todas de él y todo el dolor que ocasiona. Sin embargo, sucede todo lo contrario, Souen lo atrae hacia sí y acaricia sus cabellos mientras murmura un Kaname-sama, con tanto amor que le hace sentirse un desgraciado. Y lo es, porque él sólo busca convencerse de que Ruka es únicamente su alimento. De que no es especial y que, una vez mantengan distancia, podrá encontrar a alguien igual.
Pero lo cierto es que ella es mucho más que eso: es irremplazable.
Nunca nadie podría comparársele siquiera.
Ella.
Su alimento.
Es mucho más que eso.
Desde hace mucho tiempo, Ruka dejó de tener un significado tan vacío en su vida.
