Hola! bueno les vengo a compartir esta historia que empecé hace unos meses, con Ciel Phantomhive como demonio *-*

Espero que les guste!

CAPITULO 1:

Hace unos meses que todo cambio. Incluso recordar mi pasado y quien fui ahora no significa nada. Decidí dejar todo para comenzar de nuevo. Para rehacer una vida realmente larga y eterna. Para dejar todo aquello que alguna vez me provoco sentimientos de pena o angustia. Deje un titulo que no me pertenecía y ahora solo soy Ciel Phantomhive, librado de una maldición que había existido desde mi nacimiento. Ahora como demonio nada me afecta y lo que alguna vez tuvo importancia hoy ha desaparecido.

Deje la mansión para siempre, abandone a mis sirvientes, a lo que quedaba de mi familia…pero no siento nostalgia. Mi cambio de vida ha sido algo que realmente he disfrutado.

Aun asi existe alguien que me hace recordar que alguna vez fui un simple humano que cayó en la desesperación y que convocó a alguien de lo más profundo. Esa persona…no…ese ser no importa cuánto tiempo pase siempre me ha de tratar como a un niño, mi aun leal sirviente, mi pieza que puede moverse en toda dirección y aquel que prometió ser mi mayordomo hasta que tomara mi alma.

-joven amo- escuché su voz cerca y gire para ver cómo me observaba con curiosidad.

-¿pasa algo? –intenté parecer tranquilo.

-nuevamente se ha distraído por mucho tiempo viendo las rosas, es que le son tan peculiares?- nuevamente había caído. El lugar donde ahora vivíamos tenía un hermoso jardín, lleno de flores blancas y azules, era algo que buscaba para relajarme cuando los recuerdos querían aparecer.

-solo necesitaba despejar mi mente- murmure y deje salir un suspiro mientras volvía a la mesa en el centro del jardín.

-últimamente quiere despejar demasiados pensamientos cierto? –dijo sentándose a mi lado. Aunque aun me sirviera, no tenia caso tanta formalidad como antes. Incluso le he permitido decirme por mi nombre, pero fueron tres años que estuve como el "joven amo" el se niega a cambiar su manera de referirse a mí.

-tal vez…-eché mi cabeza para atrás y mire al cielo, demasiada paz para mi existencia.

-hay algo…-empezó a decirme- que quisiera tratar con usted.

Me acomode nuevamente y lo mire con curiosidad, asintiendo para que continuara.

-como se habrá dado cuenta, hasta este tiempo le he servido y le he alimentado de una manera lo mas "humana" posible. Incluso usted me ha permitido cazar de vez en cuando y eso lo agradezco. Pero…creo que es momento de que usted aprenda a obtener un alma, a cultivarla, y después a tomarla.

Trague saliva, admito que me gusta la eternidad, pero hay una sola cosa a la que le tengo miedo: a hacer lo mismo que Sebastian hizo conmigo, a aprovechar la debilidad de un alma para alimentarme.

-joven amo?

-…lo pensare, sabes lo aun no estoy listo.

-pero si no comienza pronto, mi sangre no será suficiente para mantenerle fuerte.

Me levante de mi silla, este tema ya lo veía venir pero no estaba listo.

Entre a la habitación y me senté en el borde de la cama. Aunque quisiera esto resulta ilógico.

Le escuche entrar y simplemente ignore su presencia, el se sentó a mi lado y sentí su mirada en mi.

-A que le teme?

No podía responder, que burla seria si ahora que soy un demonio me tentara el corazón.

-Ciel…-mi corazón se alteró al escuchar mi nombre de sus labios- Ciel…porque tienes miedo?

Lo mire y su expresión era de preocupación. Baje la mirada y apreté las sabanas.

-no puedo hacer algo asi…

-porque?- él se acerco un poco mas y me sentí raro en ese momento. Tal vez por el hecho del nombre.

Aun-porque dejado de ser un ser humano-a rebasar decir. Sin embargo, Aun tenía necesidades como dormir, comer. Eran cosas que él decida, le llevará en un momento Tiempo desaparecer.

-pero si no lo haces…-ahora el desvió su mirada.

-se que puedo morir, pero eso no es lo mejor para ti? Asi serias libre- aunque no me favorecía la idea tenía que hacer que dejase de preocuparse.

-y si no quiero ser libre?- murmuró y lo alcance a oír levantando la vista.

-eh?

Me miro nuevamente y me tomó por los hombros.

-y si no quiero que desaparezca? Y si no quiero que se vaya de mi lado?

-que insinúas? –la situación me estaba tensando. Sus ojos carmesí me miraban fijamente y sentía sus manos temblar en mis hombros. De repente, como si leyese mi mente, sonrió y me abrazó fuerte. Me quede estático, sentía un calor inusual en ese abrazo, y mi corazón no dejaba de palpitar, recordándome que era otra necesidad que aun no desaparecía: la necesidad de amor.

-lo que quiero decir, es que confíes en mi, hagas lo que te digo, y te quedes eternamente a mi lado.

-porque?

-porque sigues siendo mío. Y porque no he dejado de ser tuyo. Lo olvidas?

Una gran confusión entro en mí haciéndome separarme y mirarlo, pero discutir con él sería inútil.

-está bien. Me enseñaras como alimentarme de almas, pero…no quiero hacer lo que tú hiciste conmigo, eso de ser un sirviente.

-el joven amo es algo deficiente para las tareas domesticas.- soltó una risa que me tenso un poco.

-si si lo que digas, solo que sea algo rápido.

-entonces le enseñare a partir de mañana, por ahora descanse- dijo soltándome y besando mi frente lo que me dejo aun mas perplejo. En cuanto cerró la puerta avente una de mis almohadas.

-idiota, que pretendes con esas acciones? –murmure para mi mismo antes de irme a dormir.

Desde la mañana aprendiendo a ser un demonio.