Hola a todas y a todos los lectores de este fic. Sé que merezco toda su mala onda por todo el tiempo que lo dejé abandonado, pero para que vean que nunca lo olvidé, volví a escribirlo y aproveché de corregir algunos errores.
Y no se preocupen, esta vez sí lo voy a terminar. Disfruten nuevamente de esta historia y los que lo deseen, pueden dejar un comentario al terminar el capítulo, siempre son bienvenidos.
La idea principal de este fic está basado en la teleserie chilena "Cerro Alegre", una de mis favoritas, si soy sincera. Espero la disfruten.
Tras el camino.
Por Alisse.
I. El acuerdo.
-No pongas esa cara, muchacho, te aseguro que no es nada ilegal- dijo el hombre, después de unos pocos momentos en que el joven pelirrojo lo miró con suspicacia. Ahora él lo miraba con escepticismo.
-¿Nada ilegal?- preguntó -¿me está diciendo que tengo que hacerme pasar por un hijo de un empresario rico, que quiere hacer negocios con la familia Shishio, y que mientras eso sucede tengo que averiguar algunos secretos de esa familia?... ¿me está diciendo que eso no es ilegal?
-No necesariamente, porque el negocio y los medios para hacerlo están- replicó el hombre, encogiéndose de hombros –sólo necesito que te preocupes de recoger noticias sobre alguien de esa familia, que murió hace algunos años, pero que no se sabe las razones.
-¿Y por qué no va y les pregunta?
-Si pudiera lo haría- contestó el hombre –pero como debes suponer, no es tan fácil como quisiera. Por eso necesito tu ayuda, ¿entiendes? No te preocupes tanto por las razones, la paga que tendrás será muy buena, lo suficiente como para que dejes de trabajar para que puedas entrar a estudiar lo que quieras en la universidad. ¿Qué piensas?
Kenshin torció la boca, indeciso. El hombre le había dado justo en el clavo... lamentablemente necesitaba dinero para poder pagarse la universidad, pero eso no significaba que tuviera que hacer algo en contra de sus principios. Finalmente frunció el cejo, y miró al hombre con seriedad.
-Lo lamento, pero creo que no aceptaré su oferta- dijo Kenshin, con seriedad -es verdad que necesito el dinero, pero no lo suficiente como para actuar de espía o algo así. Está equivocado conmigo, señor.
-Al contrario, eres tú el que se está equivocando- replicó el hombre -creo que no has entendido del todo qué es lo que quiero...
Kogoro Katsura, con su comentario, hizo que Kenshin se arrepintiera en su gesto de querer ponerse de pie e irse del restaurante. Quedó mirando al hombre que estaba en frente de él, con suspicacia.
-¿De qué habla?- le preguntó el pelirrojo.
-Tú crees que esto que te pedí lo hago para aprovecharme de la "pobre" familia Shishio- comenzó el hombre, hablando con ironía -pero no es tan así, si quiero hacer esto es encontrar respuestas, sólo eso.
-¿Respuestas de qué?- preguntó Kenshin -no le voy a asegurar que después que me cuente esto vaya a trabajar para usted, pero... en una de esas me hace cambiar de opinión. Aunque la verdad, me extraña que tenga que ser yo el que trabaje para usted, hay muchos actores mejores que yo, que merecen más que yo esa paga.
-Si te necesito a ti es justamente por eso- contestó tranquilamente Katsura, bebiendo un poco de su café -eres un actor bueno, a pesar que no has hecho una carrera de teatro, y no eres tan conocido como para que te reconozcan. Es simplemente eso, nada más...
-Como diga... lo escucho- sin querer hacerse el importante (porque después de todo, sólo era un joven)
-Cuando tenía tu edad, te puedo decir que tenía tan poco dinero que difícilmente lo creerías- dijo Katsura -sobre todo porque ahora soy dueño de una de las empresas más grandes e influyentes del país- Kenshin asintió, escuchando atentamente. Anteriormente sólo lo había conocido de nombre -y bueno, en esos años conocí a una chica, llamada Ikumatsu Shishio, una joven hermosa, de la que me enamoré muy pronto.
-¿Y ella?
-También se enamoró de mi, después de un tiempo de salir habíamos decidido, incluso, casarnos, y fue ahí que se metió su familia. En un comienzo todo iba bien porque ellos pensaron que no era en serio, que yo iba a ser otra aventura para ella, pero cuando se dieron cuenta que se equivocaban, hicieron todo lo posible para separarnos... y después de varios intentos, lo lograron.
Kenshin lo miraba fijamente, tratando de descubrir si es que era completamente sincero en sus palabras. Tenía que reconocer que al menos en su expresión, se veía que estaba hablando con la verdad, pero aún así el joven no deseaba confiarse.
-Un poco después que nos separaran, me gané una beca a Inglaterra, que me cubría todos los pagos de la universidad, y también de mantenimiento. La acepté sin pensarlo demasiado, con sólo pensar en tener que estar en esta ciudad sin Ikumatsu era una tortura... y cuando volví, traté de averiguar sobre ella, saber qué hizo de su vida- Kenshin esperó a que continuara contando, completamente entusiasmado con la historia -ella murió.
-¿De verdad?- Kenshin abrió los ojos con sorpresa -pero... ¿de qué?
-Eso es lo que quiero saber- dijo Kogoro -y para eso es que necesito que alguien entre a esa casa, y averigüe lo más que pueda, hay muchos cabos sueltos en el tema, y por la memoria de mi Ikumatsu estoy obligado a saber qué fue lo que realmente ocurrió, ¿entiendes?
-¿Está insinuando que ellos le hicieron algo?- preguntó con extrañeza Kenshin -¿no cree que está exagerando, después de todo era su familia, no creo que hayan sido capaces de dañarla o algo así...
-No podría asegurarlo- Katsura bebió un poco de su café, hasta terminarlo -en fin, te conté más o menos de qué se trata la historia, ahora depende de ti aceptar o no. Yo he sido completamente sincero contigo, espero que haya servido para convencerte.
Después de unos momentos, Kenshin asintió, sonriendo levemente. No estaba seguro de si estaba haciendo lo correcto, pero al menos la explicación que el hombre le había dado, lo había convencido de momento.
-Muy bien, me alegra saberlo. ¿Tienes algo que hacer?
-Tenía pensado ir a trabajar- contestó Kenshin, sonriendo un poco -pero creo que no es necesario, al menos de momento.
-Por supuesto que no- replicó Katsura, sacando su celular -es importante que comiences a trabajar en tu nuevo papel, quizás el más importante de tu vida...- Kenshin elevó las cejas, mirando al hombre con escepticismo -no es broma, te prometo que este trabajo te cambiará la vida...- el hombre esperó unos momentos, y luego le hizo un gesto a Kenshin, para que esperara.
El pelirrojo aprovechó para terminar el jugo que estaba bebiendo, mientras pensaba en lo que haría con respecto a su familia. En parte, y si Katsura le llegaba a pagar todo lo que le había prometido (o tan siquiera la mitad) ya podía respirar tranquilo en cuanto a la universidad, y ya no tendría que intentar convencer a su padre para entrar a teatro.
Y es que sabía que el orgulloso Seijuro Hiko no aceptaría que su hijo menor entrara a estudiar eso, ni siquiera aceptaba que trabajara en lo que tanto le gustaba para juntar dinero. Porque Kenshin trabajaba desde que iba a la escuela, en las plazas, vestido de mimo o de payaso, y con sus amigos Sanosuke Sagara y Misao Makimachi, de vez en cuando realizaban animaciones de cumpleaños, cada vez que conseguían algunos trabajos.
Le gustaba trabajar en eso, aunque su padre se disgustara, y su hermana mayor (Tomoe) lo quedara mirando con cierto resentimiento porque hacía enfadarlo. La única que estaba relativamente de su lado era su madre, Nadesiko, y era más que nada porque él era su hijo, no porque le ilusionara que él estudiara teatro, o algo así.
-Listo- Katsura le sonrió, cortando la llamada y buscando dinero para pagar el consumo -iremos para comenzar a prepararte, tenemos mucho que hacer...
-¿Mucho que hacer?- preguntó extrañado Kenshin, tomando su chaqueta para ir con él -¿cómo qué?
-Uh, comprarte ropa, verte ese cabello, hablarte de los negocios que tienes que hablar con el viejo Shishio, contarte un poco más de la historia de la familia,entre otros- Katsura miró algo divertido a Kenshin, que estaba algo colorado por todo lo que el hombre había dicho, sobre todo después de hablar de la ropa -¿por qué esa cara?
-¿Va a comprarme ropa?- preguntó Kenshin -¿a pesar de todo lo que me va a pagar, me va a comprar ropa?
-Por supuesto, no puedes presentarte en frente de los Shishio con tu traje de mimo, te echarían de una patada con sólo verte. Por cierto, tendrás que cambiar tu nombre. Estaba pensando en Shinta Himura.
-¿Shinta?- el muchacho puso mala cara -no me gusta ese nombre... ¿puedo mantener el mío y conservar el apellido?, Himura me gusta.
-Está bien, entonces te llamarás Kenshin Himura- dijo Katsura, saliendo del restaurante junto al muchacho.
En frente del espejo de su tocador, la muchacha terminaba de maquillarse, sólo un poco, nada más, ya que no deseaba que su padre comenzara a molestarla, era siempre una molestia el tenerlo detrás de ella, llamándole la atención. No, Kaoru en esa ocasión prefería parecer una joven más bien natural, así estaría más tranquila. Sin contar que tampoco era que deseara mucho estar presente esa noche en su casa.
Aún recordaba que su padre había llegado días atrás vociferando que estaba logrando un negocio que le haría ganar millones. Estuvo durante toda la cena contando a quien quisiera escucharle los detalles sobre la negociación. Se trataba de una familia nipón escocesa, residente del continente europeo, que andaba en cierta manera buscando la manera de lograr negocios en su país natal, Japón.
.
* - * - * Flash Back * - * - *
.
-Los Himura son una familia que han logrado su fortuna en el extranjero- decía Makoto Shishio, sin darse cuenta (o sin querer darse cuenta) que casi ningún miembro de la familia lo estaba escuchando, salvo su hijo mayor, Aoshi, y éste más que nada lo hacía por respeto, no porque le interesara -debemos conseguir el contrato, será el negocio del año.
-¿Has averiguado sobre ellos, papá?- preguntó el muchacho, algo extrañado por lo entusiasmado que se veía su padre, normalmente no era así ante los negocios -me parece extraño que aparezcan de un momento a otro y se vean tan interesados por tener algún tipo de negocio contigo.
-No te preocupes, Aoshi, mis asistentes averiguaron sobre ellos y son bastante importante en América, y también Europa. Ya pensé en eso, hijo, descuida.
-¿Y cuándo será el gran día?- preguntó Yumi -¿vendrá el mismo señor Himura a terminar con los detalles?
-Lamentablemente no- contestó Shishio -pero enviará a su hijo para que termine todo. El muchacho llegará en tres días, y quiero que haya preparada una cena familiar, es importante que le causemos una buena impresión, ya que le contará todo a su padre una vez que vuelva a su casa.
-¿De verdad?- Yumi lo miró con sorpresa -normalmente a tus posibles socios los llevas a un buen restaurante y todo lo revisan en tu oficina.
-Lo sé- Shishio chasqueó su lengua -pero esta vez es distinto, es importante que el chico se sienta cómodo, ¿entiendes?
-Como digas- Yumi asintió, sonriendo levemente.
-Y es importante también que los tres estén aquí- dijo Shishio, mirando a sus tres hijos -tenemos que darle una buena impresión, por eso estarán presente durante la reunión y la cena, y se portarán bien, ¿entendieron?
Kaoru levantó los ojos, aburrida. Detestaba que su padre le hablara de sus negocios, y detestaba que sus padres la obligara a estar presente en esas latosas reuniones de negocio, sobre todo cuando estaba obligada a "portarse bien", lo que se traducía fácilmente a "no hables, no te muevas y, si es posible, no te muevas"
De reojo miró a su hermano menor, Yahiko, que estaba prácticamente acostado sobre la mesa. Ella no fue la única que se dio cuenta de ello, ya que todos lo observaban con impaciencia, esperando que dejara de dormir por fin.
.
* - * - * Fin Flash Back * - * - *
.
Y por fin había llegado la condenada noche. Kaoru estaba más que nada molesta porque esa noche tenía planes para salir con una amiga de la universidad, y debido a que estaba obligada a asistir a la tan mencionada reunión, tuvo que aguantarse. Megumi y Tae se molestaron mucho con ella cuando se los dijo.
-Kaoru- Yumi dio pequeños golpes en su puerta, y luego la abrió -hija, te estás demorando mucho, bajemos de una vez, el joven no tarda en llegar.
-Sí, como digas mamá- contestó algo cansada Kaoru, mirándose por última vez y saliendo junto a su madre. No tenía ganas de estar en esa cena aburrida.
En la sala se encontró con el resto de su familia. Todos estaban vestidos elegantemente, sobre todo su padre, que se notaba se había esmerado incluso en su cabello, a su lado se sentó Yumi, que llevaba un vestido rojo largo. Aoshi leía tranquilo el periódico, sin tomar en cuenta a los demás, y Yahiko estaba prácticamente acostado en uno de los sofás, estaba tan aburrido que le estaba dando un sueño atroz.
-Mami- dijo Yahiko a Yumi, con voz lastimera -mami, si él se demora mucho, ¿puedo ir a dormirme?
-Por supuesto que no, Yahiko- replicó Yumi, con seriedad -esto es importante para nosotros, al menos quédate despierto hasta el final de la cena.
-Pero...- el niño resongó, y apoyó su rostro en contra del sofá -ahh, no es justo, no se vale, tengo sueño.
-Creo lo mismo que Yahiko- apoyó Kaoru, levantando su mano con pereza -¿por qué tenemos que quedarnos nosotros?, no es justo, yo iba a salir con Megumi y con Tae hoy en la noche, y he tenido que quedarme aquí.
-Kaoru, es sólo una noche que te lo pido- suspiró Shishio -nada más, además, no creo que sea tan malo, el muchacho tiene tu edad, puede que se lleven bien.
-¿Llevarme bien?- la muchacha se cruzó de brazos, mirando con enojo a su padre -por favor, no vuelvas a decirlo. Siempre que me presentas a los hijos de tus socios es un desastre, normalmente son unos pobres diablos sin vida que lo único que desean es quitarle el lugar a su padre, y no, no me interesa llevarme bien con gente así.
-Sólo te pido que lo trates bien- casi suplicó el hombre, perdiendo de a poco su paciencia. Su hija solía tener un carácter demasiado difícil, nadie mejor que él lo sabía.
-Lo trataré bien si no trata de pasarse de listo conmigo- replicó Kaoru, sonriendo levemente -si es tan tonto como para intentar conquistarme, como lo han hecho otros hijos de tus socios, te prometo que no habrá lugar donde pueda esconderse para escapar de mi ira, ¿entiendes?
-Mientras no lo dejes estampado en la pared como tú último pretendiente- comentó Aoshi, participando en la conversación por primera vez -papá tuvo que hacer mucho para lograr finalmente el contrato. Por ti casi perdemos una excelente oportunidad.
-Hablas de oportunidad pero si te veías muy molesto cuando te conté que ese tipo quería tocarme- respondió rápidamente Kaoru -de todas maneras, supongo que sólo tendré que tratarlo hoy en la noche, ¿cierto?, supongo papá, que no lo habrás invitado a quedarse aquí- el tono con que habló la muchacha fue de advertencia.
-Por supuesto que no- contestó inmediatamente Makoto -aunque no te niego que se lo ofrecí, el muchacho me dijo que prefería mantener su independencia, creo que arrendó un departamento en el centro de la ciudad.
-Eso es bueno- sonrió Kaoru.
Fue en ese momento que una de las sirvientas de la familia entró al lugar, y todos se quedaron en silencio. Antes de hablar, la muchacha hizo una pequeña reverencia a sus "jefes".
-El joven Himura ya llegó- anunció con suavidad -está esperando en la recepción, ¿lo hago pasar?
-Por supuesto, Sakura, ve- dijo Yumi, levantándose. Makoto se puso de pie también, junto a Aoshi. Yahiko y Kaoru se miraron con aburrimiento.
Después de unos cuantos momentos Sakura volvió, seguida de cerca por un joven, que al menos a Kaoru le hizo abrir ligeramente la boca. Él no tenía nada que ver con los anteriores "hijos de socios" que había conocido, ni se comparaban... pelirrojo, con el cabello corto, rostro delgado, unos ojos violetas y unos anteojos finos, justo para su rostro. Sin contar que el traje negro le daba un toque elegante que no había visto en otro muchacho.
-Buenas noches- Shishio se adelantó unos pasos, sonriendo -espero que haya tenido un buen viaje, señor Himura.
-Claro que sí, gracias por preguntar- el pelirrojo sonrió y luego le dio la mano al hombre -pero por favor, sólo dígame Kenshin, señor Shishio.
-Como quieras. Déjame presentarte a la familia- dijo el hombre -ella es mi esposa, Yumi.
-Un gusto- sonrió la mujer, Kenshin hizo una pequeña reverencia.
-Y ellos son nuestros hijos: Aoshi, Kaoru y Yahiko.
Keshin les sonrió, sintiéndose algo incómodo por la mirada fría que le devolvió el mayor, pero sintiéndose completamente cautivado por la hija de ellos, Kaoru. Al parecer este pequeño intercambio de miradas no pasó inadvertido para ningún miembro de la familia, ni siquiera por Yahiko.
He ahí el primer capítulo. Espero lo hayan disfrutado mucho. ¡Hasta la próxima!
