SebasCiel.
Drabble especial por el día de Halloween.
Espero que les guste
-No.- Contestó con seguridad, y es que no había ninguna opción de que Sebastian le hiciera cambiar de opinión.
-Pero Bo-chan...- El nombrado siguió caminando, ignorando completamente a su mayordomo.
-He dicho que no, Sebastian. No me hagas pronunciar 'esas palabras'.- Sebastian suspiró frustrado, sus ojos rojos como la sangre, y aún sujetando el disfraz, y se mostró aún más molesto cuando el menor salió de la habitación, alegando que debía ir en busca de Lizzy.
"De verdad que estoy empezando a detestar a esa joven."
Colocó cuidadosamente el disfraz de gato que con tanto esmero había buscado por todo Londres para su amo, le quitó el plástico que lo cubría y lo miró con detenimiento.
Realmente quería ver a Ciel vistiéndolo.
No es que con el disfraz de Vampiro no estuviese bien, pero... con aquella cola juguetona y esas orejas resaltonas, se vería mucho mejor. O eso juraba el demonio.
No supo cuanto tiempo se quedó pensando, totalmente eclipsado por sus pensamientos, pero cuando volvió en si, Ciel estaba allí, posicionado frente a la ropa tan poco común que estaba tendida en su cama. Sí, su cama, y es que ambos estaban en la habitación de Sebastian, aquella pequeña y escondida.
-¿Esto era lo que tanto querías que me ponga, idiota?- Jadeó el menor, sujetando la 'cola de gato' entre sus dedos. Él sabía en qué consistía un disfraz de gato, pero ahora que lo estaba tocando y viendo de primera mano, aún se convencía más de que jamás se probaría algo como eso.
-Sí, ¿por qué?- La burla plasmada en cada palabra.- ¿Quiere que se lo ponga, Joven amo? Podría vestirse así... solo para mi.- Ni siquiera pensó lo que estaba diciendo.
El joven Conde se giró hacía él, totalmente anonadado ante la poca sutileza del mayor, y -aunque normalmente le hubiese abofeteado por tal falta de respeto-, sonrojado como nunca, pronunció en un susurro:
-Esta noche, ahora debemos volver a la fiesta.
Y Sebastian podía jurar que algo había saltado dentro de su pecho.
