Hola vikingos!
Les traigo un nuevo fic, como vieron se llama POR PRIMERA VEZ, habla sobre los primeros meses de matrimonio de Hiccup y Astrid.
Como suele ser usual, este fic coexiste en mi universo Dragoniano creado por mí al que pertenecen el resto de mis fics, claro excepto los AU.
De momento pongo rated t, aunque es probable que cambie con el paso de los capítulos, esto con el motivo de que me gustaría explorar otro tipo de lectura, no creo escribir muy explícito, pero uno que otro lime sí puede que haya.
En fic, este capi es muy corto, más bien es una especie de prólogo e inicia justo donde termina la segunda película.
How to train your dragon no me pertenece, realizo esta historia sin fines de lucro.
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~POR PRIMERA VEZ~
Capítulo 1: La primera condición
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Observó el horizonte que lo rodeaba.
La tranquilidad y la paz habían regresado a Berk.
Todos con sus dragones, con sus familias, con sus amigos, con su vida cotidiana… bueno, casi todos.
A tan sólo un par de horas atrás, él había encontrado a su madre, aquella que creía muerta, pero la encontró, y con ella, la esperanza de tener un hogar, con sus padres unidos, y por qué no, tener el ejemplo idóneo para cuando fuera momento de crear el suyo.
Pero esa ilusión se ahogó en medio de la ambición y el ego del peor hombre que ha conocido hasta ese momento, Drago. Ni Dagur, ni Viggo, ni Ryker, ni tampoco Varek con toda esa codicia se podían comparar con el Bludvist.
Una punzada de dolor llegó con el recuerdo de su difunto padre. Él lo rescató de una muerte segura, él era quien debía morir, pero Stoick tomó su lugar en ese momento, en ese segundo que terminó con la vida de su progenitor.
Hiccup no se detuvo a pensar en más porque ver la manera en que todos los dragones bajaban hacia tierra firme para ser recibidos por sus colegas, así que sonrió con todos ellos.
Esa guerra había terminado. Por ahora, pero iniciaba otra peor, una batalla consigo mismo.
Sólo quedaba el recuerdo que dentro de unos años se volverían leyenda, una leyenda que sería inspiración y fuente de confianza para todas las generaciones.
Pero lo que sí quedaba expuesto era el dolor del corazón.
Recuperó a su mamá, aquella mujer que deseó conocer durante toda su vida. De ella sólo tenía un pequeño muñeco en forma de dragón que ella, con sus propias manos, había realizado; además, de hacía cinco años, su… padre le había otorgado su casco, que era la mitad de su pechera.
Sin embargo, dicen que cuando se gana o se recupera algo, la vida toma otra cosa. En este caso, el destino le arrebató de la manera más cruel a su amado padre.
Aquel hombre imponente, exigente, líder y completamente lleno de valentía no volvería a estar para él.
-¿Lo ves? –Astrid se dirigió hacia él después de que habló con Eret y su madre. –Te dije que estaba allí.
Una de sus características bromas, le pegó en su costado mientras que él ni hizo otra cosa más que reírse también.
- Y sigues haciendo eso, ¡qué graciosa!, Tú, ven aquí. –fue inevitable besarla como siempre lo había hecho, bueno, como lo hacía desde los últimos dos años.
No hubo tiempo de decir más cosas, principalmente porque Gothi le pidió que se acercara después de haberle golpeado un poco con su bastón en el hombro, interrumpiendo el momento romántico.
Ella le hizo una seña para que Hiccup se arrodillara.
Él lo hizo, respetuosamente. Todo el resto de la isla guardó silencio y lo rodeó, guardando cierta distancia para todos pudieran ver y atestiguar la escena.
Usando cenizas de un montón de restos quemados, Gothi trazó un símbolo vikingo en la frente de Hiccup.
Ella se inclisó, reconociéndolo como nuevo nombrado jefe.
Hiccup se puso de pie y se encontró con los orgullosos y alegres ojos de Gobber. Por un momento confundió esa mirada con la de su padre.
Gobber se giró hacia la multitud silenciosa y levantó los brazos feliz.
–¡El jefe ha llegado a casa!
Los berkianos estallaron en un estallido alegre con vítores y aplausos mientras Hiccup meditó un poco, reconociendo el peso de la responsabilidad que ahora tenía sobre él.
Toothless también estaba feliz, y como nuevo jefe echa hacia atrás su cabeza y lanzó un fuerte rugido hacia arriba a modo de celebración, invitando a todos los demás dragones para que hagan lo mismo, iluminando el cielo en una espectacular exhibición que fácilmente fue detectada a leguas desde ese lugar.
Hiccup se dejó impactar por todo el espectáculo que los dragones les permitían ver, en medio de eso, él dio un paso hacia atrás, topando casi con Astrid mientras que ella dio uno hacia adelante, como si hubiera una atracción en la que sus manos se buscaran y unieran para compartir ese momento.
Cuando el fuego cesó y el coro de los berkianos siguió entonando "larga vida al jefe", Hiccup besó la mano de Astrid, demostrando a todos que no estaría solo en ese proceso que tendría Berk a partir de allí.
Después de que el alboroto terminara Hiccup hizo una seña. Con ayuda de Toothless se subió al colmillo que el Furia Nocturna le arrancó al Salvajibestia, logrando que todos los hooligans le pusieran atención.
Respiró hondo y calmado. Tomó aire para lo que habría de decir, miró a Astrid, quien le dio una sonrisa llena de seguridad.
-Isla de Berk. –habló fuerte y claro. –Sé que todos hemos perdido mucho en poco tiempo. Perdimos un jefe, un líer innato, un amigo, un ejemplo, un esposo… yo perdí un padre. Sé que hay muchas dudas respecto a su muerte. Deben saber que partió al Vallhalla de la manera más honrosa que alguien puede hacerlo. –habló, diciendo una mirada acusadora a los jinetes para que nadie dijera lo de Toothless, había acordado que no se diría nada de eso al pueblo. –Murió salvándonos a los demás.
El pueblo se mostró compasivo.
-Hoy vimos un ejemplo de lo que la crueldad de un hombre puede hacer. La avaricia, la ambición y el deseo de poder son grandes enemigos, Berk estuvo en peligro, pero demostramos ser lo que somos, y lo que seremos siempre: VIKINGOS. Con ayuda de los dragones podremos reconstruir Berk, iniciar nuevos proyectos, una nueva era en la isla. Lo único que puedo asegurarles, es que todos y cada uno de nosotros somos y seguiremos teniendo ese coraje, bravura y lealtad que por tantos años han caracterizado a los Hooligans. La vida de Estoico, el Vasto estuvo llena de pruebas y dificultades, pero también de nobleza, piedad y una entrega total a lo que él amó toda su vida, su familia… su isla, y puedo asegurar que esté donde esté, el sigue velando por ella. No prometo ser el mejor jefe que Berk haya tenido, pero prometo dar lo mejor de mí todo el tiempo para ser un líder del que ustedes estén orgullosos.
El estallido de aplausos y gritos volvió a ensordecer.
Hiccup bajó del colmillo y muchos se acercaron para saludarlo y mostrarle respecto al igual que Gothi lo hizo previamente.
Alrededor de una hora después y que muchas dudas quedaran disipadas, Hiccup le pidió a los jefes de los clanes que hicieran el recuento de los daños para posteriormente hacer una breve junta en El Gran Salón un par de horas después.
Sin embargo, justo después de que tuvieron esa indicación, el jefe desapareció de la vista de todos.
Por su parte Astrid claro que notó la ausencia de Hiccup. Fue a buscarlo a su casa, pero sólo logró hablar momentáneamente con Valka, pues también la acababa de conocer
El hielo seguía duro y causaba la sensación de más frío en todo Berk. No estaba en el hangar ni en ningún otro lado, así que trató ubicarse en un sitio conocido por los dos. No creía que fuera capaz de dejar la isla, no a unas horas de haber sido elegido como jefe, pero si algo conocía de Hiccup, es que podía llegar a ser impredecible.
Una idea pasó por su mente, fue al claro en donde conoció a Toothless, pero nada, aun no aparecía.
-Vamos, chica. Busquemos al irresponsable de mi novio, si no lo encuentro lo golpearé, no me importa que ahora sea mi jefe. –comentó mientras se preparaba, pero justo cuando iba a emprender vuelo, lo vio sentado en el piso, al lado del Furia Nocturna.
Sonrió al verlo por fin y se tranquilizó, no había escapado de la aldea como Tuff comentó. Le indicó a Stormfly que guardara silencio mientras se acercaba sigilosamente a él. Iba con la intención de asustarlo, pero dejó esa idea cuando escuchó varios sollozos.
Algo dentro de ella cambió, no le gustaba verlo sufrir y sabía a qué se debía.
-No creo poder con esto. –escuchó en voz casi inaudible.
La rubia se alertó por esas palaras suicidas.
-Claro que podrás. –aseguró con voz firme detrás de él
El castaño se giró a verla de inmediato, pues se sorprendió, creía estar solo.
-No digas eso, Hiccup. –se colocó a su lado, con rapidez. -Lamento mucho lo de tu papá, pero… babe, lo que hiciste hace unas horas… fue increíble. –le colocó sus manos alrededor de su rostro. -Jamás se había visto algo así en Berk, ni se verá.
El recién nombrado jefe no fue capaz de mantener la vista en la de ella.
-Creo que jamás me sentiré lo suficientemente bueno para ser jefe. –confesó asustado, aún sentado, recargándose con la roca que le servía de respaldo.
-Tal vez nunca lo estarás. –sinceró, tratando de jugar inversamente con él.
La volteó a ver incrédulo. –Gracias por tus ánimos. –dijo irónicamente.
Strid se aclaró la garganta. -Me refiero a que… no se trata de estar preparado. –comentó mientras jugaba con su cabello, pero esta vez sin hacerle trenzas. –Se trata de asumir responsabilidades. Hiccup… viste a toda la aldea celebrar cuando Gothi te nombró jefe, caray, jamás había visto algo así.
-Tal vez es porque no había de dónde más elegir. Era yo, o Snotlout.
-Él fue el primero en celebrar. –recordó rodando lo ojos… le encantaba que Hiccup no fuera presumido y no aceptara ser el héroe que era, pero a veces le parecía estresante tanto sacrificio de su parte.
-Sí, él tampoco quiere ser jefe. –ironizó, no queriendo aceptar la realidad.
Astrid le dio un golpe en un costado.
-¿Y ahora por qué?
-Porque no quieres ver lo mucho que puedes lograr siendo jefe. –le reclamó, arrugando su nariz.
Hiccup resopló mientras se ponía de pie.
-No es que no vea lo que se puede lograr. –estaba titubeando.
-Has trasformado la vida vikinga desde que conociste a Toothless. –dijo, como su fuera obvio. –Siendo el hijo del jefe, y siendo un jefe sustituto en varias ocasiones… tú padre quería que fueras su sucesor, y… estaría tan orgulloso como lo están todos, como lo estoy yo. –sinceró, tomándole una mano.
Hiccup la miró dubitativo, quería creerle, pero era difícil.
-Es… es demasiado para mí solo. –confesó. –Es una gran responsabilidad. Hace una horas perdí a mi papá y ahora soy el jefe de Berk. –repetía sin creerse el cambio y giro que dio su vida.
-Tal vez. –puso si mano sobre su pecho. –Pero no estás solo, Hiccup. Tienes a Toothless, a Gobber, a tu mamá… me tienes a mí… nunca estarás solo. –prometió.
Hiccup acarició la mano de la rubia por encima de la suya.
-Nadie me preguntó si quería ser jefe. –murmuró decepcionado.
La rubia se asustó, tal vez Tuffnut no estaba tan loco.
-¿Vas a declinar? ¿Abdicarás?
Hiccup se alejó, después Astrid lo siguió aterrada. Observó cómo es que Stormfly y Toothless jugaban un poco, como si ellos mismos se animaran. Sonrió, volteando a ver a su chica, de repente todo estuvo claro para él.
-¿Recuerdas cuando te pedí que fueras mi novia? –preguntó con nostalgia.
¿A qué venía eso?
-¿Cuál de las dos veces? –bromeó, recordando las anécdotas vividas en años pasados.
-La primera. –indicó.
Astrid sonrió de medio lado, sacando el collar que siempre portaba alrededor de su cuerpo.
-Claro que sí.
-¿Me puedes regresar el collar?, quisiera agregarle algo. –comentó con ternura, encogiendo sus hombros.
En un principio, la rubia se desconcertó, pero accedió, otorgándolo con confianza ciega.
-¿Qué tienes en mente? –preguntó curiosa.
-Algo.
Astrid se cruzó de brazos.
-No te salgas del tema. –pidió después de dárselo.
-No lo hago… es solo que se me ocurrió una idea. –se defendió por salir regañado.
-¿Y de qué se trata entonces?
El jefe volteó a ver a la muchacha y a los dragones.
-Nadie me preguntó si quería ser jefe. Y para ser sincero no le ponía mucha atención a mi padre cuando me instruía para ser uno. –comentó pensativo.
-Te vuelvo a preguntar, ¿vas a abdicar? –preguntó con horror, como si fuera una ofensa, y la verdad es que lo era para ella. Se imaginó lo peor, Berk no podría perder a dos jefes en menos de un día.
Hiccup la miró, abrazándola en el acto, sorprendiendo a la rubia.
-Sí.
Astrid abrió la boca, indignada nuevamente.
-¿Qué dices?
Hiccup asintió, empezando a pensar en las palabras que debía decirle.
-Pediré al consejo que nombren a otro jefe si…
-¡Hiccup! –reclamó la rubia, a punto de pegarle; ¿acaso no había entendido lo mucho que Berk lo admiraba?, pero el castaño retuvo su mano, a sabiendas de la manera adecuada de frenarla.
-Que nombren a otro jefe si tú no estás conmigo. –completó con decisión, mirándola fijamente a los ojos.
La rubia abrió la boca, incrédula.
¿Qué significaban esas palabras?
Unos días antes Hiccup le había propuesto "matrimonio" a ella, le había dicho que quería estar juntos por siempre, pero no a ese grado, no tan literalmente. No tan pronto, pero si se lo pedía, le diría que sí en ese mismo instante.
-No quiero ser jefe, Astrid. No solo…. No puedo. –confesó avergonzado de admitir que era un cobarde.
-¿Qué intentas decir? –preguntó en un susurro, sin creer lo que su novio decía, o tal vez sin albergar esperanzas de un futuro más visualizado.
-¿Qué interpretas tú? –cuestionó el hombre, encogiéndose de hombros. –Lo que quieras que signifique.
-No sé, que me quieres a tu lado, quizá. –se encogió de hombros, no tan consiente de las cosas.
Hiccup sonrió ante la inocencia que Astrid creía no tener.
-Siempre habrá un Hiccup y un Astrid, siempre… ayer te lo dije cuando te di esta pulsera. –comentó, tomando su mano, introduciendo levemente su mano debajo de la manga de la chica, rodeando la cadena que tiempo atrás Stoick le había pedido que se la diera. –Quiero estar contigo, y ahora… tal vez no lo había pensado a consideración pero… así es.
Ambos sonrieron, ya no necesitaban las palabras para descifrar lo que el otro quería decir. No hacían falta promesas, bastaba con verse a los ojos para entender el significado de ese momento.
-No sólo te quiero a mi lado, te necesito, mi lady.
La chica lo abrazó, rompiendo miedos y temores con esa caricia.
-Esa es mi única condición, que me apoyes… eres mi única condición. –susurró cerca de oído, reafirmando y aclarando lo que había dicho.
Astrid se afianzó más a él, correspondiendo con desesperación ese abrazo.
Era algo que no tenía ni porqué dudar, ni preguntar, pero que la hacía inmensamente feliz cada que él le recordaba la promesa de un futuro juntos. Ahora no sólo se trataba de ser su novia y cómplice, sino algo más, algo más que aún no le preguntaba oficialmente, pero que por la insinuación de las palabras, y el contexto de su tono de voz, infería feliz.
-Cuenta con eso. SIEMPRE.
Unieron sus frentes para mantener sus miradas a la altura.
-Siempre juntos, como un equipo. –pidió el jefe, en realidad rogó. –Porque eso quiero que seamos.
Astrid asintió, besándole la puntita de la nariz. Le sonrió y se mordió el labio. Finalmente se hizo para atrás, pero le pareció curioso ver a su novio reírse de ella.
-¿Qué sucede?
Hiccup aguantó una risa.
-Nada, es… tu frente, al abrazarnos el símbolo se te grabó a ti también. –comentó mientras le frotaba su coronilla y acomodaba el flequillo.
La rubia aprovechó para limpiarle a él de la misma forma con un pañito que traía, humedeciéndolo en el agua del laguito.
Una vez que estuvieron limpios de ceniza, Astrid le dio un golpe muy ligero.
-Vamos, chico dragón.
-¿Chico dragón? –cuestionó al notar el nuevo sobre nombre.
-¿O prefieres que sea jefe dragón? –insinuó, empezando a caminar.
-"Chico dragón" está bien.
Sonrió coquetamente, ambos montaron a sus respectivos dragones y emprendieron vuelo hacia Berk, pues debía tener muchas reparaciones para iniciar con la nueva etapa de Hiccup como jefe.
Un par de horas después Hiccup realizó la junta en el Gran Salón. Se levantó el censo y con la logística de Astrid se hizo un plan de acción para arreglar Berk.
No hubo ningún papel que se especificara la condición que Hiccup le había puesto a su lady, pero todos se asombraron cuando él pidió que se pusiera una silla al lado del trono del jefe.
Al buen entendedor pocas palabras, pero y al vikingo acciones que hicieran entender.
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Notas de la autora:
Quinto y ultimo día de maratón Amai do.
Hoy se cumplen 8 años desde que llegué a esta página.
Quise celebrarlo con un fic de mi segundo ship favorito (el primero siempre será Sorato)
Si han leído Ella y Cómo Escuchar a tu corazón, sabrán que muchas de las escenas que mencioné en este capi aparecieron en esos fics, solo que más detalladas.
Espero que pronto esté el próximo capítulo, el cual hablará de la coronación y cuando Hiccup le pide matrimonio a Astrid.
Gracias por leer
**Amai do**
-Escribe con el corazón-
Publicado: 5 de enero de 2018
