INTERCAMBIO CON MUGGLES
Hola a todos, este es mi primer fic por lo que no estoy segura de si realmente os gustrá o no mi forma de escribir. Llevo muy poquito en el mundo de la escritura y tengo bastantes fallos que intentaré mejorar a lo largo de los capítulos con vuestra ayuda. Este es un Dramione por supuesto, pero también me gustaría dejar claro que no se desarrollará en cuatro o cinco capítulos. La idea es ver la convivencia entre ambos en un ambiente muggle y que tenga ligeros toques de humor.
En fic es en un universo alternativo. Voldemort fue vencido por Dumbledore y Harry y no llegó a estallar la guerra. Draco no llegó a convertirse en un mortífago pero sigue siendo él (o por lo menos lo intentaré).
Me encantaría saber si os está gustando y las críticas constructivas siempre son bienvenidas.
Espero que tengáis un poco de paciencia porque los primeros capítulos son más espesos ya que necesito centrar el argumento.
Un saludo,
SabrilFG
Capítulo I: Vale ad Magica
-No sé yo si las trampas están justificadas en este caso Minerva - Comentó Snape muy serio mientras miraba los expedientes con aire ausente y preocupado.
- ¿De verdad crees que el señor Malfoy podrá controlarse por sí mismo? - Respondió una cansada voz femenina amortiguada por una enorme torre de papeles.- Porque sinceramente lo dudo. Estará fuera de control y podría causar muchos problemas, lo que no ayudaría a que el programa se terminara de integrar dentro de los estudios obligatorios y aunque sé que a ti no termina de gustarte – apostilló con un deje sardónico en la voz – es algo básico para nuestros estudiantes.
La mirada de Snape se volvió más dura.
- Sigues pensando que los muggles estarían en peligro cerca de él ¿verdad? Que no ha aprendido nada de todo lo que ha ocurrido. Creo que ya demostró en su momento que no tenía nada en contra de ellos, no creo que sea justo presuponer…
-Me estás malinterpretando Severus – Minerva McGonagal finalmente dejó a un lado la pluma que estaba utilizando, preocupándose de que su extremo quedara lejos de los legajos que tenía frente así. – No creo que él sea un peligro para ellos, sino más bien al contrario. – La mirada interrogante de su compañero hizo que se apresurara a aclararse- El señor Malfoy nunca ha convivido con muggles. Dudo que tan siquiera haya paseado por zona no mágica y puede no… - la profesora buscó una palabra lo suficientemente neutra como para que Snape no pensara que estaba en contra del muchacho - puede no… adaptarse. – Finalizó con una ligera sonrisa que le invitaba a reflexionar.
Snape pensó unos instantes las palabras de su compañera que pudo ver sus dudas y su lucha interior que iban desde la natural simpatía que profesaba al muchacho hasta la realidad a la que se expondría. Tras unos largos minutos arrugó su frente y lentamente asintió casi como intentara autoconvencerse de que se trataba de lo mejor.
-Tienes razón Minerva, bastante complicado será el choque cultural de otro país si a eso sumamos su poca experiencia. – Con un suspiro de resignación se alejó de la mesa – Lo prepararé todo y por Merlín, espero que no acaben matándose entre ellos.
Minerva McGonagall no era amiga de las trampas, se vanagloriaba de ser justa hacia todos los alumnos, proviniesen de la casa que fuera y aquello no le gustaba en absoluto y menos sin la aprobación en persona de Dumbledore pero en aquella ocasión había tenido que tomar tal decisión por su cuenta y riesgo ya que el Director seguía recuperándose de las heridas sufridas a raíz de la batalla con Voldemort.
Su mente vagó hasta el hospital donde Dumbledore se recuperaba lentamente. Seguramente tardaría tres o cuatro meses en poder salir de San Mungo pero saldría y eso era lo importante. Ella había asumido su papel desde hacía unas semanas y si bien el antiguo director era la mejor persona que había conocido, no era nada bueno llevando el papeleo necesario y el trabajo se le acumulaba. Suspiró ruidosamente y con desgana volvió a agarrar la pluma que hundió mecánicamente en el tintero. Justo antes de zambullirse nuevamente en su tarea no pudo evitar que una leve sonrisa se desplegara en sus normalmente finos y severos labios.
ooooo
En el salón comunal de Gryffindor estaba aquel día atestado de alumnos, sobre todo de los primeros cursos, que reían y alborotaban de manera alegre. Corrían con sus libros y sus varitas al Gran Comedor para buscar su desayuno y miraban de reojo a los mayores que se mostraban inusualmente nerviosos y callados. Hermione estaba en mitad de la sala retorciéndose los dedos con aire ausente y no les había reprendido como Prefecta ni una sola vez, cuando en realidad era la única que por la mañana era capaz de guardar el orden en la sala común solo con su mirada.
En cuando Harry y Ron bajaron por la escalera de los chicos se giró como un resorte y con una voz, que la chica no reconoció por lo chillona que era, los instó a que no se entretuvieran.
-Qué prisa tienes siempre Hermione, estás desde anoche insoportable – masculló Ron de muy mal humor intentando colocarse derecha su corbata consiguiendo que su amiga le dirigiera un gesto airado.
-Quiero coger un buen sitio, seguro que todos estarán ya en el salón principal y no quiero perderme nada.
-Vale, vale, deja de atosigarnos- comentó Harry mientras intentaba sin éxito domar un mechón rebelde que se empeñaba en tener vida propia. Finalmente se dio por vencido y tuvo que echar mano a su varita para aplacarlo.
La noche anterior habían dormido poco especulando qué era lo que se iba a anunciar de manera tan importante. Eran más de media noche cuando abandonaron la sala común rumbo a sus habitaciones por lo que el despertar había sido lento y pesado. Lo nervios habían estado tan a flor de piel que hasta Hermione había renunciado a estudiar para los ÉXTASIS y se les había unido a sus disparatadas teorías y por la cara que tenía aquella mañana y las ojeras que mostraba, apostaban que no había dormido demasiado.
Hermione caminaba con pasos rápidos y cada cierto tiempo se giraba hacia sus dos mejores amigos que arrastraban los pies.
-Venga chicos, daros prisa o nos tendremos que sentar al final de la mesa- Se volvía cada cierto tiempo hacia ellos que, en parte para molestarla, en parte porque no les apetecía descubrir la "sorpresa" que les esperaba, arrastraban los pies y gruñían con cada paso.
En la Gran Sala se notaba el ambiente lleno de energía y expectación y tal y como predijo Hermione la Gran Sala estaba casi llena, las cuatro mesas estaban a rebosar.
Los chicos saludaron a Luna al pasar delante de la mesa de Ravenclaw que sonreía de oreja a oreja mientras agitaba su mano frenéticamente en señal de saludo y se giraron cuando un pequeño alboroto se generó en la mesa de Slytherin. Crabbe y Goyle, los eternos guardaespaldas de Draco Malfoy levantaban en el aire a dos chicos de segundo o tercero de su misma casa y los obligaban a dejar sus asientos que eran ocupados por su jefe y por Pansy Parkinson que reía estúpidamente al saberse privilegiada por las atenciones de Malfoy.
Hermione hizo el amago de acercarse a los matones para que pararan de molestar a los más pequeños pero Harry la agarró del brazo y la hizo dirigirse hacia su mesa, no sin antes cruzar una mirada de desprecio con Draco, que sonreía con prepotencia.
-Déjalo, no merece la pena- le susurró Harry calmándola.
Justo en el momento en el que ella se giraba por el rabillo del ojo pudo distinguir como él elevaba su barbilla y le hacía un gesto para provocarla. Hermione tuvo que contenerse y solo cuando llegó a su mesa y se sentó con sus amigos se dio cuenta de que tenía la varita tan firmemente agarrada que sus nudillos se habían vuelto blandos.
El desayuno transcurrió con relativa calma. De vez en cuando Hermione lanzaba miradas de odio hacia la mesa de Slytherin pero Draco no le prestaba atención, había rodeado los hombros de Pansy casi de manera posesiva y reía con las bromas escatológicas de sus amigos.
La chica decidió no prestarle más atención. Por lo menos le había servido para olvidarse un poco de los nervios. Ni ella ni Harry habían probado bocado, solo habían conseguido dar un par de sorbos a su té que con el temblor de manos, ya sea por su enfado o por los nervios, decidió abandonar por miedo a achicharrarse.
Finalmente el desayuno acabó y los platos desaparecieron rápidamente, momento en el cual la profesora McGonagall pidió silencio. Todas las conversaciones se extinguieron de manera inmediata y cientos de pares de ojos dirigieron su mirada hacia ella.
Con ademán severo ella se llevó la varita a su garganta para que su voz resonara con claridad en toda la sala y comenzó con voz firme su anuncio:
- Buenos días alumnos, como saben desde hace unos días, hoy vamos a proceder a anunciar un cambio en el calendario escolar que afectará a los estudiantes de último curso y sobre todo a sus ÉXTASIS. Este cambio ha sido determinado desde el Ministerio de Magia por lo que es totalmente obligatorio para poder obtener su título. El nuevo programa ha sido impulsado por la Confederación Internacional de Magos, es decir, no solo lo vamos a adoptar nosotros, sino cada uno de los once colegios que existen en el mundo. Es la llamada "Vale ad Magica", es decir el Adiós a la Magia durante un tiempo. – Unas voces de desaprobación empezaron a oírse de manera leve cuando los alumnos se imaginaron sin poder usar magia durante un tiempo- Esta costumbre en el pasado consistía en que los magos que no habían tenido contacto con el mundo no mágico por el motivo que fuese, pasaban un periodo de entre dos y seis meses en un entorno muggle sin usar su magia. - Varios chasquidos de desaprobación llegaron desde la mesa de Slytherin que fueron acallados por Snape con una sola mirada- Esta era una forma magnífica para que los jóvenes magos y brujas pudieran probar que se podían valer por sí mismos en caso de no poder hacer uso de sus poderes. Actualmente iremos aún más allá. Como sabéis, en las zonas mágicas no se puede utilizar tecnología, así que en ese aspecto, tenéis mucho que aprender ya sea por supervivencia o por cultura. –Además, quizás algunos alumnos – y miró directamente a la mesa de los de verde -puedan aprender a ser más empáticos a la hora de tratar con ellos y de esta manera olviden sus ideas equivocadas sobre limpiezas de sangre.
Los alumnos de último curso de todas las casas empalidecieron aún más ante lo poco atractiva que resultaba la idea y todo lo que conllevaba para ellos.
-Este será el primer año que retomemos esta costumbre y se llevará a cabo de la siguiente manera. – Continuó la profesora con voz clara. – Hace unos días nos entrevistamos con cada uno de los estudiantes de último curso como ya sabéis os hemos dividido en dos grupos: aquellos que conocen el mundo no mágico y aquellos que no han vivido entre ellos. – El profesor Snape hizo aparecer dos cajas que levitaron hasta quedar delante de McGonagall.- Los alumnos que no han conocido el mundo muggle se acercarán y tomarán un papel de cada una de las cajas. – Las señaló con su varita. En ellas había escritas las palabras "compañero" y "localización". - En estos papeles – continuó casi sin pararse a respirar- se les indicará quién será el que le acompañe durante el "Vale ad Magica" y la localización que a la que les corresponderá ir. Estas zonas, que son completamente seguras, pueden estar dentro o fuera del país y son controladas por magos integrados en el mundo no mágico o por colaboradores Squibs que ayudarán a su integración y facilitarán alojamiento a los dos alumnos. Deberán colaborar en todo momento y ambos tendrán prohibido usar la magia a menos que sea estrictamente necesario.
Un nuevo rumor envolvió la Gran sala cuando muchos de los alumnos de Slytherin se giraron hacia sus compañeros mayores que miraban cabizbajos apesadumbrados. Algunos palmeaban sus espaldas para darles ánimos e incluso hubo lágrimas por parte de alguna chica que suspiraba por compañeros de último curso a los que no verían en varios meses.
-Tras las entrevistas – continuó McGonagall- descubrimos que la gran mayoría había estudiado hasta los once años en casa y no habían tenido contacto continuado con otros chicos sin magia. En principio nos supuso un problema pero gracias al Director Dumbledore se ha solucionado de la siguiente manera: si tomáis una papeleta en blanco, significará que iréis solos, - Un murmullo de desaprobación se elevó hasta la cúpula más alta, que había pasado de mostrar un día azul y hermoso a uno plomizo, acorde con los sentimientos de los alumnos. -Pero no debéis preocuparos, - puntualizó la profesora elevando aún más la voz- cuando lleguéis a vuestro destino tendréis a un alumno de otro colegio, a un squibs o un muggle de vuestra edad que os ayudará en la adaptación como si fuera un compañero de Howarts.
Durante un segundo Minerva tuvo que tomar aire. Estaba resultando más pesado lidiar con los hostiles muchachos de lo que en un principio se había planteado. Ya contaba con el rechazo de Slytherin. De hecho la comunicación a sus padres había sido realmente desagradables, pero todos habían tenido que transigir. Sobre todo, aquellos que estaban en el punto de mira del Ministerio, como muestra de buena voluntad, pero enfrentarse, no solo a los mayores, a todo el colegio entero le estaba causando una jaqueca que sabía que la dejaría agotada durante días.
Tomó aire nuevamente y decidió darles la sorpresa final, para acabar cuanto antes con todo aquello y retirarse a su despacho.
-Los lugares son muy diferentes como comprobaréis, pero en la mayoría de los casos se trata de institutos para que podáis relacionaros con muchachos de vuestra edad. Tomareis lecciones muggles a diario y la duración del intercambio será por un mínimo de dos meses, pero si ambos alumnos están de acuerdo o si la persona a cargo de ellos así lo decide, podrá ser ampliado mes a mes hasta alcanzar un máximo de seis meses. – Aquí venía el momento que más había temido. Se preparó mentalmente- Y recuerden alumnos, esto es obligatorio para su graduación, es decir, se marcharán tras la finalización de sus ÉXTASIS pero no recibirán su nota hasta la vuelta. Esto es una asignatura más y serán evaluados. Si son del grupo uno, deberán pasar un examen sobre el uso de tecnología, costumbres y formas de vida muggle. Si son del grupo dos, su nota dependerá de que su compañero del grupo uno consiga su objetivo. En el momento en el que su compañero apruebe, conocerán sus calificaciones globales y podrán decir que se han graduado.
Auténticos gritos de protesta llenaron el ambiente. Todos creían injusta esta decisión y comentaban lo desafortunados que habían sido por tener que ser ellos la primera generación en años que debía enfrentarse a ese "intercambio cultural".
La voz de Snape resonó con tal fuerza que todos callaron inmediatamente:
- Y ahora comenzaremos la selección – atronó.
En la mesa de Griffindor se había aposentado un silencio plomizo. Los más pequeños miraban atemorizados a los grandes, solidarizándose con lo que les esperaba por vivir. Alguno cuchicheaba con el compañero más cercano, pero todos sabían lo que suponía. Te podía tocar cualquier compañero y eso incluía a esas asquerosas serpientes.
Ron por fin se atrevió a mirar a sus dos amigos. Ellos estaban en el grupo dos, ya que conocían el mundo muggle, y él, que apenas había visto nada, había sido asignado al grupo uno con casi total seguridad. Harry y Hermione no podía coincidir, pero quizás tendría la suerte de poder irse con alguno de los dos. Desvió su mirada de uno a otro sin saber a cuál preferiría. Por una parte, estaba Hermione, por la que había empezado a sentir algo, no estaba seguro de qué, pero le gustaría poder descubrirlo y sería una ocasión genial, lejos de la pegajosa de Lavender, ya que estarían solos y quizás por fin podría pasar algo entre ellos. Una sonrisa tonta y casi babosa le cruzó la cara al pensar en ellos dos fuera del país viviendo su amor apasionado. Por otra parte, estar con Harry sin supervisión familiar, conociendo chicas y teniendo un último momento de hombres antes de comprometerse, también estaba realmente bien, ya le convencería de que fuera del país no se tenía novia, aunque fuera Ginny su hermana, si él prometía no contarle a Lavender o a Hermione sus juergas. Ambos caminos tenían sus pros y sus contras y no era capaz de decidirse cuál le atraía más y ni siquiera se le cruzó por la mente el hecho de que podía coincidir con algún indeseado.
Harry en cambio, agarraba la mano de Ginny bajo la mesa, consolándola cuando había empezado a hacer pucheros al pensar que su amado, con el que por fin había podido volver tras meses de tensión entre ellos, se marcharía tanto tiempo de su lado sin que ella pudiera hacer nada. De vez en cuando él le susurraba al oído y ella asentía, dibujándose en su cara una ligera sonrisa que daba paso a más lágrimas. Harry sentía dejarla atrás ahora que estaban mejor que nunca pero, obviando su preocupación por el compañero que podría tocarle, su cara iba de entre la alegría por alejarse un poco de todo lo conocido y de todos los que le conocían por la calle y a la pena por dejar atrás a Ginny. Empezar en un lugar donde no había magia le atraía, le encantaba hacer magia, pero a veces se le hacía duro cuando desconocidos le miraban fijamente la cicatriz o los que se le acercaban para estrecharle la mano y darle las gracias. Sería una experiencia realmente interesante, solo esperaba tener suerte en el sorteo.
Hermione en cambio parecía distraída y pensativa, su emoción inicial, que la había teñido sus mejillas en tonos rosados había dado paso a una palidez mortecina y a un ligero temblor del labio inferior que presagiaba lágrimas incontroladas. Ron le tocó el hombro y la chica se volvió hacia él.
-Ron, no puedo hacerlo, convivir con alguien que no conozco a solas y nada menos que dos meses… yo… no soy buena con la gente, tú lo sabes, me costó horrores hacerme amiga vuestra, solo porque Harry me aceptó pude integrarme. – Había una nota de desesperación y pánico en la voz. Mientras, Snape continuaba nombrando a alumnos de manera lacónica – No se me dan bien las relaciones y tendré que conocer gente nueva en un instituto normal, no sabes lo horrible que son, lo mal que te lo hacen pasar. Fueron años horribles. ¡Ay Ron!, Ojalá - exclamó en un susurro agónico agarrándole la mano a la vez que le miraba intensamente a los ojos, provocándole un estremecimiento involuntario- ojalá tú, ojalá tú y yo…
- Hermione Granger. – la interrumpió Snape. La muchacha se levantó como un resorte, soltando la mano de Ron cuyo corazón se había acelerado. Estaba temblando tanto que por un momento temió no ser capaz de sostenerse por sí misma ni llegar al lugar donde le esperaba su compañero – Instituto Northvale High, Florida. - Se hizo un silencio sepulcral en la Gran Sala, momento en el que Snape cruzó una última mirada con aire cómplice a McGonagall – póngase al lado de su compañero, el señor Draco Malfoy.
Hermione no dejó de mirar al suelo en ningún momento, estaba temblando, pálida y se mordía frenéticamente las uñas, parecía ajena a todo lo que la rodeaba.
Draco la miró unos segundos y distinguió como sus labios se teñían ligeramente de rojo cuando se hizo una profunda herida en su dedo índice. Sonrió de medio lado al pensar el efecto que había causado en la sangre sucia sin tan siquiera intentarlo. Ella estaba aterrada por lo que se le venía encima porque sabía que él iba a amargarle la vida. No podía hacerla suspender, aunque hubiese sido un final realmente espectacular ya que él mismo necesitaba buenas calificaciones, pero la atormentaría y la haría creer hasta el último minuto que iba a dejar el examen en blanco. Sus compañeros de Slytherin lo miraban con aire grave sin comprender las miradas que lanzaba a Granger y la sonrisa que acudía a sus labios. Pansy se acercó a él cuando la asignaron a una chica de Ravenclaw, conocía a la muchacha, él había estado interesado por ella un par de veces hacía dos años pero la desechó porque ella era demasiado mojigata. Pansy se colgó de su brazo con un moín de disgusto.
-Qué asco, me ha tocado Dianne. – Soltó un gran suspiro de fastidio- aunque por lo menos solo es estúpida, no es una sangre sucia. – Intentó que su voz llegara hasta Hermione, que seguía perdida en sus pensamientos. – Lo siento Draco, menuda mala suerte has tenido, no podría haberte tocado alguien peor.
Draco la miró y no pudo reprimir una risa.
-¿Estás loca? Estar con Granger es lo mejor que podía haberme pasado – Los ojos de la chica le interrogaron mientras se acercaba más a su cuerpo. – Podré torturarla durante dos meses a diario, lejos de sus dos estúpidos amigos – Ella comprendió inmediatamente – Van a ser dos meses realmente divertidos – sentenció él dirigiendo la vista hacia la muchacha que era consolada por otra alumna de Griffindor. - Realmente divertidos.
OOOO.
Bueno, espero que os haya gustado, es solo la presentación de lo que se avecina (pobrecito Malfoy, la que espera). Si os ha interesado, hacédmelo saber para no dejarlo a medias al ver que no le interesa a nadie.
Muchas gracias a todos los que os habéis tomado el tiempo de llegar hasta aquí.
Con cariño, SabrilFG.
