Los personajes de Bleach pertenecen a Tite Kubo.
Advertencias: AU y contiene OoC hasta debajo de las piedras.
EL SECRETO DE LOS KUCHIKI
Capítulo uno.- Los hermanos Kuchiki
Una ráfaga de viento entró por la ventana moviendo las delgadas cortinas blancas, que a su vez sacudieron el portalápices cilíndrico de plástico que reposaba sobre el escritorio.
El ruido del recipiente chocando contra el suelo no inmutó al chico de tez morena clara y cabello naranja que estaba dormido sobre la cama, boca arriba, destapado y con los brazos y piernas extendidas.
Minutos después la alarma del celular sonó y la canción de Tonight, Tonight, Tonight del grupo Beat Crusaders inundó la habitación.
Ichigo, el chico que dormía plácidamente, se giró hacia el lado izquierdo y todavía con los ojos cerrados tomó con una mano el celular que se encontraba sobre la mesita de noche.
Abrió los ojos para poder apagar la alarma y ver la hora. Eran las nueve de la mañana del sábado. Esperó unos minutos para desperezarse y luego se sentó en la orilla de la cama para ponerse el calzado.
Ese día no había clases pero sus amigos quedaron de reunirse en su casa al mediodía, así que tenía que alistarse e ir a comprar las cosas que necesitaba.
El muchacho se metió a bañar y se cambió de ropa, luego bajó a la sala donde estaba su papá leyendo el periódico. Su mamá estaba en la cocina preparando el desayuno para sus dos hermanas y su prima, quienes seguían dormidas.
Ichigo saludó a sus padres y después salió de la casa rumbo al supermercado, no tenía hambre así que desayunaría al regreso.
Cuando salió al jardín delantero no pudo evitar quedarse mirando la casa de enfrente. También era de dos pisos, pero a diferencia de la suya que era azul, estaba pintada de un sobrio color crema.
—Otra vez no hay nadie. — murmuró al ver las ventanas cerradas y las cortinas corridas, además el que frente a la puerta estuvieran cinco periódicos, que el repartidor dejaba diariamente, confirmaba sus sospechas.
En esa casa vivan los hermanos Kuchiki, sus compañeros de universidad.
Byakuya era un muchacho de diecinueve años que cursaba el tercer semestre de medicina, alto, de piel pálida, cabello negro y lacio y de ojos grises. Su hermana, Rukia, tenía dieciocho años y cursaba el primer semestre, también de medicina, siendo compañera de salón de Ichigo. Ella era de estatura baja, piel blanca, cabello negro y ojos violetas.
Ellos se habían mudado hacía poco más del año causando alboroto entre los vecinos y vecinas jóvenes, y uno que otro mayor de edad, pues los hermanos eran muy atractivos.
Sin embargo con el correr de los días todos se hicieron a la idea de que no lograrían mucho con ellos, pues casi no hablaban, eso sí, jamás se portaban mal educados. Tampoco se les vio interés en personas de su sexo opuesto.
A Ichigo le dio curiosidad que, además de no hacerse de un círculo de amigos en la escuela, pues siempre estaban los dos solos, faltaran a la escuela por varios días, los dos al mismo tiempo.
Así que tanto en la colonia como en la escuela empezó a correr un rumor, uno que los hizo apartarse más todavía.
—¿Otra vez espiando la casa de los vecinos? — preguntó un muchacho de lentes y cabello negro parado a un costado de Ichigo.
Ichigo volteó a ver a Uryu, quien además de ser su amigo de la infancia y compañero de clases, también era su vecino, pues vivía en la casa de al lado.
—No espío. —rebatió el chico comenzando a caminar. Uryu no tardó en ponerse a su lado. —Pero me intriga saber por qué pasan tanto tiempo fuera de casa. —comentó metiendo las manos a sus bolsillos. —Y por qué hay días en los que salen después de media noche y regresan de madrugada.
—¿Y dices que no los espías? —preguntó Uryu con burla. —Ya te imagino escondido detrás de la cortina observando a los Kuchiki. —Ichigo lo miró con el ceño fruncido. —¿O debería decir observando a Rukia Kuchiki? —le preguntó en tono sugestivo.
Ichigo volvió el rostro hacia el frente.
—Sólo es curiosidad. —comentó el chico dando por zanjada la conversación. Uryu rió.
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Al mediodía cinco jóvenes se encontraban reunidos en el cuarto de Ichigo. Todos estaban sentados en el piso frente a un televisor de plasma que estaba instalado en la pared que daba de frente a la cama.
En el piso se encontraban tres tazones grandes de palomitas, varios vasos, dos refrescos de tres litros y algunas otras golosinas.
El televisor estaba encendido en un reconocido canal de deportes y en la pantalla se podía apreciar un circuito de carreras y a varios motociclistas dando la vuelta de calentamiento.
Los cinco eran aficionados al automovilismo, el ciclismo y el motociclismo. Eran de sus deportes favoritos y nunca se perdían una carrera que transmitieran por televisión. Algo que compartían, además, era dos de sus sueños dorados: conocer a su piloto de carreras favorito y algún día recorrer alguno de esos grandes circuitos.
Por ello cada que había alguna carrera en televisión se reunían en casa de alguien. Esa vez fue turno de Ichigo.
—De seguro ganará Llorens. —declaró muy seguro un joven de cabello castaño, algo alborotado y de ojos cafés. Aludiendo a un piloto español. Él estaba sentado del lado izquierdo de Ichigo, quien estaba en medio.
—Apoyo a Keigo. —comentó Uryu, sentado al lado derecho de Ichigo, agarrando un puñado de palomitas. —La carrera anterior quedó en segundo lugar, pero en esta estoy seguro que ganará. Analicé las probabilidades.
Ichigo rodó los ojos.
—Sueñas, otra vez ganará Kuchiki. —comentó con seguridad Ichigo. —él es hábil, valiente, tiene astucia e inteligencia táctica. —enumeró el muchacho con ferviente admiración.
Chad, un chico moreno y alto, sentado al lado de Uryu y Mizuiro, un chico de cabello y ojos negros, sentado al lado de Keigo apoyaron a Ichigo.
El debate sobre quien ganaría quedó pausado ya que el comentarista anunció que ya estaba próxima la salida.
Todos voltearon a ver la pantalla. Los pilotos ya estaban tomando su posición en la parrilla de salida.
Cuando enfocaron al piloto apellidado Kuchiki, por ser el que ocupaba la primera posición, Ichigo puso más atención a la pantalla.
Él era su piloto favorito, lo admiraba por estar siempre en los primeros lugares, pero además porque se esforzaba siempre en lo que hacía, porque trabajó duro para ir escalando lugares, por ello en su cuarto tenía pegados cuatro posters del piloto en su mono, o traje, verde con franjas negras. En dos de ellas estaba montado en su moto, también de color verde, y en las otras dos estaba a un lado de ella. Pero todos tenían la misma característica, el piloto tenía su casco puesto.
Eso era algo de lo causaba expectación, sólo los jueces y algunas otras autoridades y patrocinadores habían podido ver su rostro. En la red y medios de comunicación circulaban varias teorías de lo más excéntricas, pero cuando él ganaba alguna carrera entonces todo aquello se olvidaba y dejaba de importar.
Durante el tiempo que duró la competencia los chicos sólo se levantaron para ir al baño. Y hasta la sala se escuchaban sus gritos de apoyo o de frustración porque su piloto favorito se posicionaba en buen lugar o se quedaba atrás.
Al final tras un encuentro reñido y con un final sorpresa, el piloto apellidado Haschwalth quedó en primer lugar, seguido del piloto Kuchiki y en tercero Llorens.
Haschwalth, según los comentaristas, era una nueva promesa del deporte, que sin duda sería fuerte competencia para uno de los favoritos, Kuchiki.
—Eso no puede ser. —gritó molesto Ichigo poniéndose de pie y tallándose la cabeza por la frustración, pues Kuchiki estuvo tan cerca de ganar, apenas a poco más de dos segundos.
—¿Qué sucede?¿por qué tanto grito? —preguntó una muchacha morena de cabello morado y ojos dorados, ingresando a la habitación.
Ella era Yoruichi, de diecinueve años, prima de Ichigo y la que hacía una semana había llegado a vivir con ellos.
—Es que el amado piloto de Ichigo no ganó el primer lugar. — se burló Uryu poniéndose de pie, al igual que el resto de amigos. Él tampoco estaba contento de que Llorens no hubiera ganado, pero no era tan efusivo a la hora de demostrarlo.
—Él merecía ganar. —murmuró Ichigo. —Y no es mi amado. —rebatió. Yoruichi sonrió dándole un vistazo al cuarto, que además de los posters tenía dos banderines verdes con el logo "Shinigami Team", puesto que a ese equipo de patrocinadores pertenecía el piloto Kuchiki, y otro que decía "Kuchiki Team".
Mizuiro caminó hacia la ventana pues recibió una llamada telefónica y quiso apartarse un poco del alboroto.
—Pues para no amarlo tienes muchas cosas de él. —comentó Yoruichi pues vio que en un rincón estaba un cesto de plástico que contenía varios posters enrollados, se imaginó que eran del hombre del que hablaban.
—Y eso no es nada. —comentó Uryu. — a Ichigo hasta le gusta una compañera que se apellida Kuchiki. —reveló con burla. —No sé si le gusta porque tiene el mismo apellido que el piloto, o le gusta el piloto porque así se apellida ella.
Uryu estaba encantado de fastidiar a Ichigo, quien lo veía con ganas de asesinarlo. Chad miraba serio y Keigo sonreía burlón.
—A mí no me gusta Rukia. —gritó enojado Ichigo. Que se le quedara mirando a veces en clases o que esperara despierto para verla llegar no significaba que le gustara, sólo tenía curiosidad por saber sobre su vida secreta.
—Qué bueno, porque acaba de llegar de la mano de un chico y ahora se están besando. —informó Mizuiro viendo por la ventana, ya había terminado su conversación.
—¡Qué! —exclamó sorprendido el chico de cabellera naranja y corrió a la ventana.
Al ver que no había nadie sintió arder la cara de vergüenza. Bueno está bien, lo admitía, le gustaba, pero sólo un poco.
Las risas de todos los presentes, excepto la de Chad, no se hicieron esperar.
Ichigo se quedó mirando por la ventana preguntándose por qué de tantas personas en el mundo a él le tenían que haber tocado amigos tan fastidiosos.
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El lunes Ichigo y sus amigos se encontraban en el patio de la facultad, sentados bajo la sombra de un árbol. Esta vez se le había unido Orihime, una muchacha de cabello largo naranja y ojos grises, hasta el momento la única chica del grupo de amigos.
A unos metros detrás de ellos y en una mesa de cemento con bancas a los costados estaban sentados los hermanos Kuchiki, uno frente a otro.
Ichigo había ocupado estratégicamente un lugar que le permitía verla de reojo de vez en cuando.
Tenían una hora libre antes de la última clase así que aprovechaban para platicar.
—¿Y cómo les fue en el examen de Anatomía Humana? —preguntó Orihime, quien cursaba contabilidad.
Keigo comenzó a llorar. Orihime entendió que había reprobado.
—El cuatro ojos aprobó con diez. —Ichigo señaló a Uryu quien lo miró molesto por el apodo. —Mizuiro, Chad y yo con ocho.
—Pero hablemos mejor de cosas interesantes. —interrumpió Keigo. —¿Ya saben que pronto habrá un circuito de motogp en Karakura? —preguntó emocionado.
—¡No! —exclamaron todos.
—Lo anunciaron en la radio hoy en la mañana, los boletos estarán a la venta en algunos días.
—Tenemos que conseguir boletos. —expresó Ichigo. Los demás asintieron.
—Tenemos que hacer lo que sea para conocer a Kuchiki. —declaró contentó Mizuiro, Ichigo y Chad apoyaron la moción.
Orihime no entendía nada pero igual se alegraba de que sus amigos pudieran tener una oportunidad de conocer a su motociclista favorito.
Byakuya y Rukia alcanzaron a escuchar su conversación y cruzaron miradas sorprendidas, pues no sabían que el circuito de motogp llegaría a Karakura.
En eso al grupo de amigos se le acercó una muchacha morena y de ojos dorados, con jeans azules y camisa de manga larga azul celeste.
—¡Yoruichi! ¿Qué haces aquí? —preguntó Ichigo muy sorprendido, alzando el rostro para ver a su prima que seguía parada.
Ella sonrió enseñando su blanca dentadura y se sentó en medio de él y Uryu.
—Quiero conocer a la famosa Rukia. —comentó Yoruichi. —debe ser muy especial para que lograra hacer que mi asexuado primo reaccionara. —dijo más para los amigos de Ichigo que para él.
Orihime rió discretamente, los demás no tanto.
—¡Yo no soy asexuado! —gritó Ichigo furioso, logrando que Rukia y su hermano voltearan momentáneamente a verlo. Ichigo al darse cuenta se avergonzó y desvió la vista hacia sus amigos.
Rukia sonrió discretamente y regresó a su plática con Byakuya. En ese momento el celular del chico sonó y lo contestó. Mientras escuchaba a su interlocutor Byakuya se mostró preocupado y enfadado.
—Bueno en realidad creía que eras gay pero quise ser más sutil. —comentó Yoruichi.
Ichigo contó hasta diez para no saltar sobre su prima, no por ella, sino porque Rukia seguía en la banca y no quería dañar más su imagen ante ella.
—Pues es la chica de pelo negro que está sentada en la mesa detrás de nosotros. —Informó Uryu, pues él y Yoruichi les daban la espalda.—puedes mirar discretamente si quieres.
Pero la chica no conocía la palabra discreción y se giró de cuerpo completo.
—¡Oye Rukia! —la llamó la morena. Ichigo fue invadido por los nervios y el miedo de no saber qué haría su prima. Rukia volteó a verla con curiosidad. —Ya veo porque le gustas a mi primo. —gritó, Ichigo quiso ser avestruz para enterrar la cabeza en la tierra.
Byakuya, quien ya había colgado, volteó a ver a la mujer, que consideró escandalosa, con una mirada que la congeló por lo intensa que era.
—Vamos Rukia. —le indicó a su hermana parándose de la banca. Rukia en silencio se puso de pie y caminó tras él. —Tenemos problemas. —le susurró a su hermana. —comienzan a sospechar.
—¡Kurosaki- Kun! ¡Kurosaki-Kun! Despierta. —el llamado de Orihime regresó a la realidad a Yoruichi, quien giró su cuerpo de nuevo para ver a su primo que se había quedado blanco de la impresión.
Orihime estaba frente a él soplándole con una libreta.
Varios minutos después, cuando Ichigo recuperó su color y al fin cedió en su insistencia por querer ahorcar a su prima, la conversación prosiguió.
—Ya Ichigo cálmate, sólo quise ayudarte a expresar tus sentimientos. —comentó Yoruichi frente a él. Tuvo que cambiar lugar con Chad por su seguridad, pero su primo seguía viéndola con el ceño fruncido. —Esa chica es muy bonita, harían buena pareja.
—Pero hay un problema. —intervino Uryu acomodándose los lentes y con tono serio. —Se corre el rumor de que ellos mantienen una relación incestuosa.
—¡Qué! —exclamó Yoruichi sorprendida. Miró a Ichigo que ahora estaba serio.
—La gente tiende a hablar tonterías. —comentó el chico poniéndose de pie. —Ellos sólo tiene una buena relación de hermanos.
Se dio la media vuelta y comenzó a caminar a la facultad. Yoruichi miró de nuevo a Uryu con la curiosidad reflejada en los ojos.
—Ellos no tienen amigos y por eso siempre están solos. —comentó Orihime con tristeza. —nosotros los invitamos a venir con nosotros pero siempre ponen excusas.
—Pero ellos son muy atractivos, pensé que serían muy populares. —dijo la morena. —él se ve atlético, puede pertenecer a algún club deportivo.
—Podrían ser populares si quisieran.—intervino Chad. —pero han preferido mantenerse al margen. Varios clubes trataron de reclutar a Byakuya pero él se negó, rápidamente se corrió el rumor de que él no era bueno para deportes.
—Así que empezaron a burlarse de él los de grado más avanzado. —agregó Mizuiro. —pero él nunca quiso defenderse, simplemente los veía con seriedad y se daba la vuelta. Con Rukia pasó algo similar hasta que Ichigo comenzó a golpear a quienes la molestaban.
—Con él es con el único con el que conversa un poco. —comentó Keigo. —pero Ichigo es demasiado tímido como para confesarse.
—No creo que tengan una relación amorosa entre ellos, pero estoy seguro que esconden algo. —comentó el chico de lentes.
Los amigos de Ichigo se despidieron de Yoruichi y regresaron a clases.
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Yoruichi se quedó pensativa y con la curiosidad a flor de piel. Y como no tenía nada que hacer decidió quedarse para tratar de averiguar algo más de esos hermanos.
Al finalizar las clases vio que Byakuya salía solo de la facultad, así que decidió seguirlo y descubrir su secreto.
Ella caminaba alejada de él, escondiéndose detrás de árboles, de carros o botes de basura para no ser descubierta.
Byakuya caminaba lentamente tratando de perder a la mujer que lo seguía desde que salió de la facultad, por tuvo que desviarse de su camino, no podría arriesgarse a que descubriera lo que hacía por las tardes con su hermana. Lo único que lamentaba es que estaba perdiendo tiempo.
Byakuya se detuvo al llegar a un estacionamiento, ya se había cansado de ser perseguido.
—Quieres salir de una vez y decirme que pretendes. —habló enérgicamente pero dándole la espalda a la chica.
Yoruichi salió detrás de un carro, molesta por haber sido descubierta.
Byakuya volteó a verla. Miradas doradas y grises se encontraron. Yoruichi pudo percatarse de lo atractivo que era el joven.
—Quiero saber si es cierto que tienes una relación amorosa con tu hermana. —reveló con franqueza Yoruichi. Byakuya dio tres pasos hacia ella, ella los retrocedió hasta topar con el coche.
—¿Por qué? —le cuestionó. Odiaba que se metieran en su vida.
Alrededor se empezaron a escuchar motos acercándose a gran velocidad.
—Porque mi primo está enamorado de tu hermana y no quiero que salga lastimado. Así que es mejor que sepa cuanto antes si no tiene una oportunidad de conquistar a tu hermana. —informó Yoruichi. —dime ¿ese es tu secreto?
—Si es o no mi secreto, no es de tu incumbencia. —le dijo Byakuya.
Y con eso sólo logró aumentar la curiosidad de Yoruichi. No se rendiría hasta averiguar que ocultaban los hermanos Kuchiki.
Byakuya dio media vuelta dispuesto a irse pero se detuvo al ver que cinco motocicletas deportivas de color negro se estacionaron frente a ellos.
Los conductores se quitaron el casco y se bajaron de sus vehículos. Eran jóvenes de entre veinte y veinticinco años con pantalones de mezclilla y playeras.
El de en medio, de cabello y ojos negros se adelantó dos pasos.
—Byakuya Kuchiki, debes venir con nosotros, alguien quiere hablar contigo. —ordenó con voz fuerte.
Byakuya cerró los puños con enojo.
—No recibo órdenes. —respondió.
—Entonces tendremos que llevarte por la fuerza. —dijo el hombre tronándose los huesos de una mano.
Yoruichi veía la escena preocupada por el muchacho, pues según lo que escuchó de sus amigos él no era alguien que pudiera pelear.
Tres hombres avanzaron hacia Byakuya, que seguía inmóvil.
—No dejaré que se lo lleven. —dijo Yoruichi colocándose frente a Byakuya. Los hombres rieron.
—¿Qué haces? —preguntó Byakuya confuso.
Yoruichi giró hacia él y tomó una de sus manos entre las suyas.
— No te preocupes. —le dijo mirando la profundidad de sus ojos grises. —Yo te protegeré. —le declaró con sinceridad.
Y él quedó abrumado ante esa declaración.
Ella lo soltó y volvió a girarse hacia los hombres que intentaron arremeter contra Byakuya, pero Yoruichi intervino y comenzó a pelear con ellos.
El chico de ojos grises miraba como ella lanzaba golpes con los puños y patadas con gran maestría, mientras se preguntaba por qué se arriesgaba así por él, un hombre con el que apenas había cruzado palabras.
Los otros dos hombres que se habían quedado alejados intentaron sorprender a Byakuya por la espalda, pero él logró girar a tiempo para atajar un golpe.
Byakuya golpeó a uno en el rostro y luego agarrándolo de los hombros le dio un rodillazo en el abdomen, tirándolo al suelo. Al otro también pudo someterlo.
Y sin que Yoruichi se diera cuenta los arrojó debajo de un coche.
Los tres hombres fueron derrotados por Yoruichi y huyeron del lugar a bordo de sus motos. Ella regresó triunfante al lado de Byakuya.
—¿Y los otros? —preguntó.
—Huyeron al ver como derrotabas a sus compañeros. —le respondió Byakuya. —Eres buena. —elogió.
Yoruichi sonrió.
—Pero ¿por qué te has arriesgado así por mí? —preguntó Byakuya al ver que tenía una herida en el labio y algunos golpes marcados en rostro y brazos.
—No lo sé, quizá porque quiero que me digas tu secreto. —bromeó la morena.
En realidad no le gustaban las injusticias y ese chico le cayó bien.
—Te lo diré. —comentó Byakuya. Yoruichi abrió los ojos emocionada por conseguir tan fácilmente la revelación. —Sólo después de que finjas ser mi novia ante mi familia. —declaró. La morena abrió la boca pero la volvió a cerrar al no saber que decir. Byakuya la tomó de la mano y la jaló en dirección a su casa. —Ahora vamos a curarte esas heridas.
—Pero no te he respondido que sí. —dijo Yoruichi mientras caminaba, pues le pareció que Byakuya ya daba por hecho que aceptaba fingir ser su novia.
—Y yo no te he preguntado. —comentó de forma arrogante el muchacho.
Y Yoruichi supo que no tenía alternativa.
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Mientras tanto Rukia tenía acorralado a Ichigo contra un librero de la biblioteca.
—¿Qué has dicho? —preguntó nervioso.
—Que necesito que finjas ser mi novio durante una comida familiar. —volvió a repetir Rukia con los brazos cruzados.
Hacía algunas horas Byakuya recibió la llamada de su padre para informarles que el fin de semana le celebrarían a su abuela su cumpleaños y que por ningún motivo debían faltar, ni ellos ni sus parejas, pues la familia querían conocerlos.
Y es que para poder encubrir sus constantes salidas los fines de semana, Byakuya y Rukia tuvieron que mentirle a su familia y decirles que tenían pareja.
Por ello todo ese tiempo pudieron hacer lo que más les gustaba sin ser descubiertos, pero ahora se les complicaba, pues si no llevaban a nadie, sus padres sabrían que los habían vuelto a hacer aquello que tenían prohibido.
—¿Y por qué yo? —cuestionó Ichigo trayendo a Rukia a la conversación. En realidad quería decir que sí sin protestar, pero no quería dar la apariencia de ser tan fácil.
—Porque no creo que te cueste mucho trabajo convencer a mi familia que estás enamorado de mi. —respondió Rukia con aire arrogante. —De hecho no será actuación ¿ o sí? —preguntó con una sonrisa.
Ichigo tragó saliva.
—A cambio de que lo hagas, te enseñaré que es lo que hago con Nii-sama todas las noches. —le dijo en tono sugestivo mientras le acariciaba el pecho con un dedo.
Rukia no sabía porque confiaba en ese chico, estaba segura de que él no la traicionaría si le llegaba a revelarle su secreto.
—Está bien, acepto. —respondió Ichigo.
Rukia sonrió de nuevo, esta vez agradecida y estiró la mano, Ichigo estrechó su mano dando por cerrado el trato.
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Mientras tanto, en una gran bodega al lado del autódromo de la ciudad, un hombre alto de cabello rubio y con sombrero de rayas verdes terminaba de revisar el motor de una motocicleta de color verde.
—Al parecer estos muchachos no vendrán hoy. —comentó para sí mismo. Se le hacía extraño porque ellos no faltaban a su entrenamiento —En fin, creo que iré a pulir al pequeño monstruo. —dijo sonriente.
MotoGP: es la máxima categoría del Mundial de Motociclismo, considerado éste como el certamen internacional más importante en el ámbito de la velocidad del motociclismo.
Sé que tengo historias sin terminar, (que prometo terminar) pero la idea me rondaba la cabeza y como dijo alguien más, prefiero subir la historia antes de que a otra persona se le ocurra.
Siempre hay OoC en mis historias, pero creo que en esta estará un poco más marcado. Y para no variar va a haber ByaYoru.
Preguntaría ¿Qué secreto creen que tengan los hermanos Kuchiki?, pero el sumario es muy obvio :)
Saludos...
