Capítulo 1: Navidad.
Ruby Toujo suspiró mientras se aceraba al portal, las chicas reían y los chicos sonreían, era claro que era una época de alegría y mucho entusiasmo por parte del cuerpo estudiantil. Ella por el contrario, se encontraba más callada de lo normal.
Cuando ella se encontró en la puerta, visualizó a los estudiantes que juntos formaban el club de periodismo de la escuela, los cuales también se les podría considerar sus más cercanos amigos en la escuela, o los únicos.
Estando presente, pero aun así, apartada, pudo ver como Mizore se despidió de Tskune, se acercó a él y le abrazó lascivamente mientras le susurró al oído algo, quizás cuanto ansiaba el volver a verle. Un enorme escalofrió recorrió el cuerpo del chico.
Kurumu, celosa, la apartó violentamente. Ella miró a los ojos del chico, los de ella se encontraban cristalizados por una fina cubierta de lágrimas que saldrían a la menor provocación, ella fue clara, le dijo que si de ella dependiera pasaría las fiestas con él, pero que su madre también le necesitaba. Le abrazó y sus pechos se restregaron contra el pecho del joven, provocando rubor en él.
Un poco aburrida del melodrama de la súcubo, Yukari la apartó a regañadientes, abrazo fuertemente la cintura del chico y le dedicó una sonrisa cálida, después haciendo un gesto con el brazo, se despidió de la, hasta ahora ignorada, Ruby, gesto al que ella respondió con el mismo vigor. La pequeña y cálida niña se apartó.
Moka, quien lloraba de tedio, entre los jaloneos de su hermana Kokoa se pudo despedir del joven. Para su tristeza, no tan cálidamente como las otras. Su hermana no se inmuto en despedidas, sólo siguió su camino a la parada de autobús, seguida por el resto de las chicas.
Antes de salir de la institución, Tskune se dio la vuelta y miró a la tan distante chica que admiró toda la escena desde el portal. Se aproximó hacia ella y le dirigió unas palabras.
-"¿Estas segura que no prefieres pasar las fiestas conmigo y mi familia? Estoy seguro de que no les molestara, hasta creo que ellos se alegrarían de tener una visita tan cordial."-
Los ojos de ella se abrieron abruptamente, para luego mirar al suelo en resignación.
-"No, creo que será mejor tener un tiempo a solas, será un poco melancólico pasar las fiestas de esa forma, pero bueno, durante el semestre me encontré muy ocupada, y los viajes siempre me logran agotar más. Aparte, odiaría ser una molestia para Tskune o su familia."- Dijo la chica, en un tono un tanto abatido.
Él sólo se limitó a comprender sin preguntar más -"¡Pero te digo que no serías molestia! Pero, si en verdad crees que es lo mejor, no creo tener nada que objetar."-
-"Agradezco el gesto, de cualquier manera"- Respondió ella esbozando una sonrisa, un tanto fingida.
-"Está bien. Ruby, espero disfrutes las fiestas"-
Tskune hizo reverencia a la que consideraba su más madura amiga, ella devolvió el gesto. Él siguió el camino de las otras chicas y se encaminó hacia la parada de autobús, perdiéndose en el ocaso.
El corazón de Ruby le reclamó por dejar pasar la oportunidad que ante ella se presentaba. Su sincero deseo era pasar las festividades acompañada de Tskune, puesto que tenía muy fuertes sentimientos por él, pero a su vez, su mente le hizo razonar y recordar su porqué.
Estas épocas solo la deprimían, debido a que estas fechas representaban un suceso que marcó su vida de manera definitiva; por eso ella decidió sopesar su luto en la academia, acompañada por sus memorias, libros, anhelos, y quizás algún profesor sin familiares.
Ruby entro al edificio, aún con su cara larga, pero para su sorpresa, y quizás molestia, alguien más se había quedado en la escuela, y ese alguien le miró y para pronto se aproximó.
-"¡Vaya, vaya! Pero si es Ruby. ¿Qué haces tú aquí, señorita?, Pensé que pasarías navidad junto a una chimenea acompañada de un montón de libros, tomando chocolate caliente y sumida en tus pensamientos, o algo por el estilo."- Dijo el chico, con su molesto humor de siempre.
-"Sólo me despedía de mis amistades, pero a todo esto, debería ser yo la que hiciera las preguntas aquí, ¿Qué te piensas que haces en la academia, Ginei Morioka?
¿Es que acaso buscas encontrar alguna prenda íntima que haya sido dejada atrás?, ¿O es que acaso buscas fotografías para tu colección?"- Dijo con una mueca, seria, un tanto molesta por la presencia inesperada del molesto personaje.
Gin se sobresaltó y sonrojó ante las fuertes acusaciones.
-"¡N-no, nada de eso!, de hecho tengo pensado pasar las festividades aquí, en mi casa no es que sea de lo más divertido, y ahora que veo que tú te quedarás creo que podemos matar el tiempo juntos, ¿No?"- Dijo mientras intentó acercarse a Ruby, a lo que ella respondió prosiguiendo con su andar, dando la espalda a el chico.
-"Siento el decepcionarte, pero yo no me quedo por gusto. Si me ves aquí es porque estoy cumpliendo con algún trabajo, ser la asistente del director no es cosa fácil ¿Sabes?, es un trabajo de 24 horas durante los 365 días del año, he de ahí que no es un título que muchos quieran llevar consigo."- Dijo, mintiendo, y dándole la espalda mientras proseguía, pensando que lo que él traía entre manos no era otra cosa que una jugarreta pervertida, como suele ser.
-"¡¿Ehh?!"- Chilló el chico- "¿Todo el día trabajando?, ¡Eso no se puede!"- dijo insistiendo
-"¿Ah sí?, pues, puedes explícaselo a mi jefe, pero mientras tanto me retiro a cumplir con mi labor. Con tu permiso, Morioka"- dijo durante su andar, aún sin mirarle a la cara.
-"¡Vamos, Ruby!, deja la máscara de hierro y los modales de damisela frígida para los otros. ¿Por qué no eres conmigo como lo eres con él."- dijo con curiosidad, pero sin seriedad alguna, mientras hacía un gesto nervioso de rascarse el cuero cabelludo. Lo que ella notó y respondió de manera cortante.
-"Una muy simple razón, Morioka: Él no es un pervertido como tú, él toma las cosas enserio, y a diferencia del resto de los hombres, estoy segura de que él no me decepcionaría"-Dijo alejándose, enojada, y dejando a Ginei más confundido aún.
