Título: Unbalanced na kiss o shite
Categoría: Crossover [Harry Potter + Yū Yū Hakusho]
Clasificación: T
Géneros: Sobrenatural. Drama. Familia. Dolor/Confort. Humor. Romance.
Advertencias: Posible ataques diabéticos. Diferencia abismal de edad. Almas gemelas. Trío. Spoiler. Entidad/Femenino/Maestro de la Muerte-Harry.
Descargo de responsabilidad: Este Fanfiction no persigue ningún afán lucrativo, todos los derechos de autor tanto de Harry Potter como de Yū Yū Hakusho son única y exclusivamente propiedad de J.K. Rowling y Togashi Yoshihiro, creadores de las franquicias.
Resumen: Momentos en la vida de Harriet Potter siendo una entidad femenina bajo el nombre de Haruka, compartiendo con amigos y un par de almas gemelas. / Historia contada en pequeñas partes. FemHarry
Unbalanced na kiss o shite
Por: Phaos-sama
Línea de tiempo: Después del torneo oscuro, antes del arco de Sensui.
I
Primer beso.
El ceño fruncido arruinó la inocua expresión dibujada en la bonita cara de Hiei. El joven yōkai de fuego giró la cabeza hacia su izquierda, topándose con los grandes ojos verdes de Haruka, nunca terminaría de acostumbrarse a la profundidad de aquellos ojos, tan abismales, tan verdes, tan místicos. Cualquiera quedaría aprisionado bajo la mirada embrujada. Humano, divinidad, yōkai, nadie lograría escapar, todos caerían rendidos como moscas a los pies de esos ojos verdes. Era una cosa temible.
El chico vio las gruesas y largas pestañas de la entidad femenina tocarse como el sutil aleteo de las alas de una mariposa. Hiei no comprendía cómo un roce espontáneo, algo tan inocente, podía transformarse en algo tan hechicero. Si fuera un kitsune, entendería, eran una raza seductora por naturaleza, pero no era el caso.
Él sopesaba las cosas así –por su bien mental–, si Yōko Kurama poseía una belleza etérea capaz de cautivar, Haruka poseía una belleza de otro mundo, una arrebatadora, capaz de enloquecer y generar una gran devastación sobre los reinos.
Tanto poder… era inquietante.
Hiei parpadeó.
─¿Qué? ─preguntó tras un largo silencio lleno de reflexiones.
Haruka sonrió. El joven yōkai sintió un estremecimiento erizarle los vellos de la nuca, esa sonrisa endemoniada, esa expresión que mostraba todos los perlados dientes como si el gato de tu casa se hubiera comido el canario del vecino, no presagiaba nada grato… para él. Seguro venía en camino un dolor de cabeza.
─Hiei… ─hizo una pausa dramática para luego soltar sin reparos ni tapujos─ ¿alguna vez te han besado?
Si el más joven estuviera degustando alguna bebida en ese instante, no cabría duda, se hubiera ahogado de una.
De pronto, Hiei comenzó a sentir un ardor extenderse por las mejillas, ¿acaso era normal padecer altos niveles de inquietud ante una pregunta tan simplona? Pensémoslo. ¿Si es con Haruka? A ver…
¡Por supuesto que sí!
Un destello rebosante de gusto bailó como brazas ardientes en los ojos de la entidad femenina cuando alcanzó a notar el tenue sonrojo en la cara del chico.
─¡¿Qué clase de pregunta es esa?! ─preguntó estupefacto, incorporándose en el suelo de manera brusca y repentina. Haruka entrecerró los ojos sin borrar esa endiablada sonrisa repleta de encanto.
─Eso es un no, entonces ─la expresión trazada en el rostro de la Maestra de la Muerte se dulcificó un poco─. Me lo esperaba, si te soy sincera, ¿cuántos años es que tienes?
─¡¿A qué viene esa pregunta tan repentina?! ─el rojo en las mejillas se intensificó un poco. Hiei rodó los ojos, incapaz de soportar el afecto en aquella mirada. Como si no lo supieras, pensó apenado, cediendo ante la pesada mirada cariñosa fija en él. El chico respondió con un tono de voz cerril, pero moderado─: Tengo noventa y seis. [1]
Haruka asintió como si acabara de comprobar una sospecha.
─Tu raza alcanza la mayoría de edad a los cien, si no mal recuerdo ─comentó desapasionadamente como si recitara las líneas de un párrafo en un libro de biología─. Aún eres un niño ─concluyó con cierto pesar marcado en el tono de su voz.
Hiei apretó los puños con fuerza.
─No lo seré por mucho tiempo ─bajó la cabeza, ocultando la mirada aprensiva detrás del flequillo, Haruka logró observar los labios tensos en una apretada línea─. En cuatro años tendré edad suficiente y… ─cerró los ojos, suspirando, ¿continuamente iba a sentirse igual a una maldita colegiala humana enamorada delante de Haruka? Nadie lo preparó para eso.
¡Demonios!, el corazón le martillaba desbocado contra el pecho, Hiei no se sorprendería en lo más mínimo si la súper desarrollada audición de la mujer escuchara los fuertes latidos.
─Alcanzarás la madurez ─terminó la aclaración con voz maternal, provocando que Hiei levantara la cabeza súbitamente, mirándola estupefacto. Haruka sonrió, y el más joven creyó desfallecer ahí mismo─. Esperaré hasta entonces. El tiempo no es preocupación ─cerró los ojos. La sonrisa en su rostro no desapareció─. Tenemos una eternidad por delante.
Hiei se cubrió la cara con la mano, intentando desesperadamente ocultar el impetuoso bochorno arraigado a sus mejillas, no es como si Haruka no hubiera visto ese hecho.
─No permitas que nadie más te bese ─dijo de pronto. Con un movimiento fluido, la hermosa mujer se levantó del cojín, y con pasos elegantes, se aproximó a donde estaba sentado el más joven de los dos, arrodillándose frente a él, rodeando a la pequeña figura con sus pálidos brazos, escondiendo en su pecho vestido aquel rostro sonrojado─. Tu primer beso es mío, Hiei. De nadie más.
No era una petición.
Era una orden.
Sin saberlo Haruka, una diminuta, casi imperceptible sonrisa se deslizó por los labios del niño prohibido. Aquellos ojos rojos, tan rojos como el más sangriento de los rubíes, brillaron extasiados ante la idea de pertenecer, no más soledad ni oscuridad en su vida, porque había encontrado un lugar donde lo aceptaban sin dudas.
No hacía falta ordenar sobre algo tan banal, porque para Hiei, desde su nacimiento, él perteneció únicamente a ella. Prueba irrefutable se mostraba en el nombre tatuado en el reverso de su brazo izquierdo. Justo ahí, escrito sobre la piel blanca con una elegante letra rōmaji, [2] decía con el susurro de una promesa valiosa: Harriet Lily Potter.
Harriet.
El nombre real detrás de la mujer que lo estrechaba en un abrazo tan íntimamente.
Era ella.
Su salvadora.
N/A: Primero que nada, un cordial saludo, espero estén bien al otro lado del monitor, por mi parte, aprovecho al máximo las aguas de la inspiración para escribir una que otra cosilla como lo que estoy presentando hoy.
Sé que muchos estarán jalándose de los cabellos por no entender absolutamente nada de lo que está pasando, entiendo, pero pido paciencia. Me encantan las historias llenas de misterios, y las mías son tipo rompecabezas, buscar las piezas correctas para lograr ver la imagen armada. Cabe destacar que los escritos no tendrán ningún orden cronológico, más dejaré al comienzo de cada una, una especificación señalando el tiempo durante la historia original donde transcurre la escena, así nadie se perderá.
Si se preguntan por qué Hiei es tan abierto a sus emociones, si no han leído el manga, entonces déjenme informarles que en el manga tanto Hiei como Kurama son más expresivos que en el anime; el zorro incluso llora cuando Shiori está muriéndose. Asimismo, tomo en cuenta un comentario de Yūsuke, una vez comentó que Hiei sólo buscaba un lugar al cual pertenecer. Siempre trato de tomar características de todas las versiones que tenga a la mano para no desdoblar a los personajes.
Por cierto, acoto una cosa importante, Harriet, en esta historia tiene muchos años de edad, es incluso mayor que Kurama, y ese vejestorio ronda más allá de los tres mil años según Yoshihiro. Si se llegan a preguntar el porqué de ciertas actitudes del personaje, recuerden la edad, eso muestra una gran diferencia.
Ahora, ¿por qué razón cambié el nombre de Harriet por Haruka? Tengo motivos válidos, además, no tendría chiste vomitar todos los detalles de una, acá cada paso apela por una explicación lógica.
Los kanji tomados para Haruka se hicieron con la intención de marcar algunos aspectos asociados a Harry: 遥 (Haru) significa 'remoto, distante', 花 (ka) significa 'flor'.
Por ahora, me despido, hasta una próxima viñeta.
NOTAS A PIE DE PÁGINA:
[1] Hay especulaciones sobre la edad real que tienen tanto Hiei como Yukina, aproximadamente tienen noventa y nueve, ambos alcanzarán la madurez a los cien años. Acá reduje el rango de edad.
[2] Caracteres romanos. Alfabeto latino.
