Hola a todos, bueno este es digamos mi "primer" (entre comillas porque estuve trabajando en otro a la par de este) fanfic de Villanos de Alan Ituriel, sobre mi ship favorito mi OTP, Black Hat x Demencia. Estaba pensado ser un oneshot, aunque sea uno un poco largo como el otro pero no lo sé, llegue a un punto de la escritura donde sentí que podría funcionar más como un two-shots, así que pues espero les guste, de momento no hay mucha acción romántica entre estos 2 pero bueno, por lo pronto les dejo esto.
UN TOQUE DE DEMENCIA.
Se encontraba Black Hat sentado detrás de su escritorio, mal humorado… para variar, golpeando con sus dedos esperando. Pronto la puerta se abre y era justo la persona que esperaba ver.
— ¿Qué tal Black Hat?— saludo alegremente Demencia.
—Sí, Demencia, toma asiento. —dijo el jefe en un tono severo de hastió.
—Flug dijo que querías verme… y pues ya estoy aquí. — La chica en un tono bastante coqueto.
Inmediatamente lanzándose al escritorio y con sus brazos se engancha al cuello de Black Hat quien rápidamente es tomado por sorpresa, una disgustada sorpresa.
— ¡Quítate de enzima!— exigió zafándose de Demencia tan pronto como pudo tirándola al suelo.
—Auch ¿entonces no me hablabas para eso?— la joven se levantaba y se sentó sin darle importancia a lo que había sucedido hace segundos.
—No Demencia querida, yo NUNCA te voy a hablar para eso — Black Hat soltó con una sonrisa malévola, habiendo recobrado la compostura. — te llame porque quiero avisarte algo.
Demencia tiene los ojos fijos en el villano con una genuina curiosidad por saber lo que le diría.
—me han estado llegando diversas quejas sobre ti de parte de otros miembros de la organización…—Black Hat decía calmadamente pero aun autoritario como el jefe que sentía que era.
—o sea ¿Flug y 505?
—sí, normalmente no me importan sus estúpidos reclamos… de no ser porque en realidad afectan mis ventas ya que apenas cubrimos la mitad de la demanda, ¿y sabes por qué es?
—no…
— ¡Porque la mayoría termina rota!— le dirigió una furiosa mirada al igual que un estruendoso grito, pero la chica permanecía despistada.
Black Hat se notaba frustrado, no entendía porque era tan amable con ella o bueno amable para los estándares del villano.
—sí, y una gran parte es porque tú la rompes…
— ¿Y la otra?— interrumpió Demencia.
Y la otra por 505 ¡o porque Flug es un maldito incompetente!
El grito de Black Hat resonó por todos lados y un "lo siento jefecito" se oía a la distancia. El villano suspira con enojo…
—En fin, tengo algo para ti. —dijo sacando una caja de cartón debajo de su escritorio.
—uuu que bonito, una caja.
—Sí, sí, muy bonito— él ya estaba harto. —estas despedida.
— ¿Qué?— Demencia dijo como si no hubiera escuchado.
— ¡ESTAS DESPEDIDA!— Grito haciendo retumbar las paredes y el suelo, obscureciendo todo el ambiente.
— ¡oye! eso no es justo. — se quejó la chica.
—sí, lo sé cuál es tu punto.
Demencia ya no discutió más, solo lanzo un "ay" un tanto triste, saliendo apenada con la caja, de la oficina del villano. Black Hat al ver la desilusión en la joven se llenó de un gran orgullo y satisfacción.
Demencia parecía aun anonadada y decaída cuando recorrió por última vez los pasillos de la mansión, afuera estaban Black Hat, Dr. Flug y 505; la chica ya iba saliendo mientras los otros tres presenciaban; como una especie de ritual de despedida. Por evidentes razones la expresión de Flug no se podía descifrar, mientras la del jefe era neutra tal vez algo molesta; los únicos que parecían tristes eran la joven y el oso, aunque de algún modo a 505 solo le parecía triste el ambiente y la forma de tratar la situación, en cualquier caso no la extrañaría a ella molestándolo.
—Bueno—Hablo Demencia. — supongo que es todo, adiós chicos. Adiós Black Hat.
El tono de la chica se volvió un tanto más alegre, fue un poco extraño, pero se marchó sin mirar atrás, el cielo se ensombrecía, se oían truenos y una triste melodía de violín comenzaba a sonar mientras Demencia se iba perdiendo de vista…
— ¡grrr! ¡Dame eso!— Black Hat le arrebata el violín al oso azul y se pone a tocar él mismo (el trino del diablo de paganini, igualmente no había mucha diferencia en cómo se sentía la música en el ambiente) mientras camina de regreso para entrar a la casa. El científico y la criatura azul iban tras él.
—oiga…jefe ¿en serio va a correr a demencia?— nervioso Flug pronunció. — ¿o sea ya no va a volver, para nada?
—por supuesto que no ¡imbécil! — Regaño al científico— ¡y más te vale que te pongas a trabajar ya o vas a ser el que siga, basura!
—sí, sí, jefe señor.
Flug entro corriendo a su a su laboratorio y le sorprendió mucho la calma del lugar sin Demencia, le hizo sonreír bajo su bolsa, suspirar con alivio y ponerse a trabajar.
Los días ya habían pasado y la diferencia se notaba ya claramente. las ventas se habían elevado, los reclamos reducido; la casa en general más limpia y ordenada, no más cosas tiradas por doquier, ni ruidos raros en los ductos de aire, ni risas que vinieran de la nada; 505 dormía más y tardaba menos en recoger, no se oían sus gritos o llantos tan seguido. Flug evidentemente un poco más relajado y tranquilo sus inventos intactos con mayor frecuencia, ya que iba educando al osito a no tocar, e incluso se podía decir que iba a trabajar más contento. Y Black Hat caminaba en paz por su mansión, dirigiéndose su oficina oscura, fría y ordenada. Sentándose en su enorme silla revisando los papeles y números, constantes. Todo constante todo estaba tan callado.
Y al principio era agradable, más productivos, los únicos gritos de terror de Flug y 505 por culpa del jefe, lo cual lo complacía mucho, todo funcionaba como debía, todo estaba en orden y como debía de ser.
El tiempo pasaba, los resultados eran favorables. Todos estaban contentos y al menos un mes ya tenían así, en calma trabajando como una máquina de movimientos fríos y calculados. Todo quieto, organizado y perfecto… tal vez demasiado. Y por un buen tiempo se quedó así…
No más caos, ni descontrol, nada fuera de planes, todo parecía donde debía estar… en paz.
"En paz" a Black Hat le daban arcadas de pensar en ese concepto, pero lamentablemente eso era todo lo que existía desde que Demencia se había ido, quietud y equilibrio, era insoportable. En momentos como aquellos buscarían disturbar, torturar a 505, asustar prácticamente de muerte al Dr. Flug, empezar una tercera guerra mundial, liberar el infierno solo para distraerse un poco…
Pero no le hallaba sentido… y no entendía porque, la quietud era insoportable, pero se encontraba hundido en una enorme apatía, la cual no comprendía de donde se originaba, no había tenido ideas de que hacer o pedirle a Flug que inventara. Dentro del lugar de todo en general, sentía que algo faltaba…
Se encontraba en su oficina, tendido en el escritorio, completamente desmotivado y fastidiado; con la mirada perdida en la nada y no entendía. De repente escucha que alguien toca a la puerta.
— ¿Quién es?— contesta hastiado.
—s-soy yo, jefecito.
Se escuchó un "pasa" y entro Flug cargando un trípode y un montón de planos azules enrollados de forma algo torpe coloca todo eso enfrente del escritorio del jefe y aclara su garganta antes de hablar.
—bien. — Dice nervioso el científico. — ya ha pasado un tiempo desde que vendimos la mayoría del catálogo, nuestros números van excelentes… y como ya se acerca la temporada de otoño-invierno creía que sería una buena idea hacer nuevos inventos para poder venderlos.
Black Hat apenas si le prestaba atención, cada que Flug hablaba para él era como oír a un chango sin cerebro, un insecto sin mucho valor, pero esta vez le importaba aún menos, simplemente rodo los ojos y no dijo nada.
—y b-bueno, como no me ha pedido que invente nada, s-se me ocurrieron diversas ideas y proyectos q-que podríamos llevar acabo; p-p-para poder venderlos.
El jefe solo lo miro alzando una ceja, evidentemente molesto, pero no tenía nada más por hacer
—estuve trabajando en un rayo neutralizador, que desactiva las armas de los oponentes, además si se le disparas al héroe hará que inmediatamente le deje de importar todo. — Flug mostraba un tanto orgulloso una pequeña pistola de rayos. Black Hat mantenía esa actitud.
—además estoy trabajando en un nuevo virus, que convierte a las personas en mortadela.
Flug notaba a su Jefe con una mano en la frente, resoplando un tanto frustrado, esa expresión que decía "estoy rodeado de tontos", no quería hacerlo enojar, pero a la vez tenía que impresionarlo y mostrarle algo, de algún modo le desespero que prácticamente no reaccionara…
—t-también estuve trabajando en algunas máquinas de tortura, sé que le gustan esas jefecito. ¿Qué le parece esta dama de hierro con púas de taladro giratorio?
Black Hat ya había tenido suficiente. "ahí esta esté imbécil" pensaba el jefe, lo podía sentir sonriendo nervioso y temeroso bajo la bolsa, pero sonriendo, eso lo enfureció demasiado.
—Si serás retrasado. ¡Si yo no te pido que inventes cosas, no inventas nada! ¡Me oyes! — dijo levantándose en una ráfaga violenta. — llévate tus porquerías lejos de mi cara antes de que te queme vivo con ellas.
Y como era de esperarse mientras gritaba el ambiente se envolvía en oscuridad, su rostro y cuerpo se volvían más y más monstruosos, desvaneciendo ese pequeñísimo grano de autoconfianza al que Flug se había aferrado para hacer su pequeña presentación asustándolo hasta el punto que temblaba mientras trataba de salir corriendo de ese lugar.
— ¡Maldito idiota, nadie con medio cerebro compraría tus cochinadas!— Black Hat grito a la puerta con toda la intención de que el científico lo escuchara. — además meterse con un clásico, ya no hay valores…
Eso último lo dijo para sí mismo y para volver a sentarse a su enorme silla y otra vez hundirse en una sensación que no comprendía, en esa paz, que tanto asco le daba, pero que no sentía motivación para hacer algo al respecto.
Ya habían pasado días y Black Hat no salía de su oficina. Simplemente no tenía ganas de hacer nada. Flug al principio lo encontró preocupante, no había inventado nada desde entonces. Aunque al cumplirse casi la semana de su "pequeña junta" comenzó a trabajar nuevamente en algunos proyectos propios. De hecho el Dr. Flug jamás se había sentido tan bien desde que había comenzado a trabajar para Black Hat; llegaba a su laboratorio y todo intacto, la casa limpia y todo en su lugar, silencio cuando deseaba tomar un tiempo para relajarse mientras tomaba una taza de café o se acercaba a 505 para acariciarlo mientras dormía, y últimamente el oso, igual no perdía tiempo para sacar a Flug para jugar con él, llevarlo por un helado o dibujar unas cuantas cosas juntos, los dos la estaban pasando muy bien sin Demencia…
Pero Black Hat, no podía evitar sentirse abatido, desmotivado y aburrido. Como si algo no fuera como debía ser, como si faltara algo.
Dos meses sin Demencia, en el cual Flug y 505 habían aprovechado bastante, a pesar de que seguían encerrados y vigilados, era lo más cercano que jamás habían tenido a vacaciones, el científico incluso retomo una de sus aficiones anteriores a trabajar en Black Hat inc. Construir modelos de aviones a escala…aunque también seguía con sus proyectos científicos personales… admitía estar preocupado por Black Hat quien últimamente no salía de su oficina, se la pasaba la mayor parte del tiempo ahí encerrado, raramente lo veía comer o beber y quién sabe si dormía, siendo honestos Flug desconocía si lo hiciera en absoluto…
Por otro lado 505 igual parecía contento, pero de algún modo extrañando a Black Hat había días en los que se quedaba dormido en la puerta de su oficina llorando un poco esperando verlo, el osito sabía que el villano no le importaría, que el jefe lo detestaba pero aun así el oso lo quería, era como su padre o familia también, y no quería que estuviera mal…
—Señor Black Hat. — dijo Flug entrando en su oficina. — ¿se encuentra usted bien?
— ¿y a ti que te importa? ¿Qué demonios quieres?
Parecía que el tiempo no hubiera pasado en lo absoluto dentro de su oficina, aun así era evidente que el villano no se encontraba bien, o bueno, en el sentido de que no se veía como normalmente, un tanto más desaliñado y para nada motivado…
—B-bueno 505 pensó que usted estaba sintiéndose mal y queríamos traerle algo para que se sintiera mejor. — Flug y 505 le mostraron unos regalos que le habían hecho al jefe el cual los miro con desdén.
— ¿Qué es esto?
—Bueno 505 le hizo un dibujo y yo le traje un modelo a escala del Enola Gay el primer avión en lanzar una bomba atómica. Espero le guste.
Black Hat, miro ambos, frio y con el ceño fruncido, ni 2 segundos pasaron y de la nada la parte superior del escritorio ardió en llamas consumiendo todo lo que había ahí, el jefe ni se inmuto, mientras los otros dos estaban temblando asustados… el oso sintió su corazón romperse y salió corriendo llorando de la oficina.
Flug por su parte estaba algo molesto, pues le había tomado mucho trabajo aquel modelo… sin embargo no podía decir nada al respecto. Simplemente se perdió para siempre, y otra vez Black Hat como muerto y más molesto de lo normal.
— ¿Está bien señor?— tuvo que preguntar de nuevo.
— ¿Qué demonios te importa?— contesto de nuevo.
—bueno, es que… la producción está detenida, se empiezan a acumular deudas y no ha salido de la oficina en semanas. ¿Está seguro que se siente bien?
— ¡que sí maldición! Si nada más viniste a molestar o tratar de psicoanalizarme, ya te puedes ir antes de que te cuelgue de las patas. — gritaba el jefe.
—Sí, sí está bien jefazo. — dijo apurado y asustado el científico a punto de salir corriendo.
—espera. —Dijo bajando el tono de su voz igual que su ímpetu. — hablando de eso, ¿tu cómo te has sentido? ¿No sientes como que algo falta?
—No señor. — y cerró la puerta tras de sí.
El villano se volvió a hundir en esa inmensa apatía, ese vacío que no lograba descifrar. ¿Por qué estos días se estaba sintiendo así? Y parecía ser el único, sabía que sus lacayos se la estaban pasando de lo lindo, mientras él se sentía tan miserable. No pasaron ni dos días cuando Black Hat cito al Dr. Flug en su oficina.
— ¿quería verme señor?
—sí… ¿recuerdas esa cosa del psicoanálisis?
Ambos entraron a otro cuarto muy distinto de la mansión, con la misma estética de todo el lugar pero con la diferencia de que esta era un poco más pequeña y lo que más destacaba era un diván de terciopelo rojo y al lado una amplia silla negra, el primero en estar completamente fue Black Hat acomodándose en una posición confortable en aquel diván. Mientras que Flug lo seguía tomando asiento en la silla de a lado, sosteniendo un bloc de notas.
El doctor suspiro un poco frustrado, era la primera vez que el jefe le pedía este tipo de servicios, por lo general era pedirle inventos y raras veces que lo entendiera por cuestiones de salud física… pero esto era nuevo, a pesar de la cierta preparación que Flug tenía, era inevitable sentirse temeroso…
—b-b-bien, ¿Cómo se siente señor?
El villano sentía tantas ganas de partirle la bolsa y la cara, pero tenía que aguantar, la cosa no podía seguir así.
— ¡grr! No lo sé, no siento nada. — Explicó gruñendo, no quería seguir hablando, pero— todo es tan aburrido, tranquilo, no siento ganas de hacer nada… siento como que algo falta; y no tengo idea de que puede ser.
—mmm. Bueno jefe tal vez está pasando por un mal momento, se presiona demasiado, podría tratar de hacer algo más, y las ideas puede que fluyan.
— ¿tú crees? Sí tal vez funcione… —dijo un tanto aliviado.
Se retiró sin decir nada más, dirigiéndose a su estudio, planeando distraer su mente en otras actividades que encontraba agradables, la música y la pintura, igualmente paso muchos días encerrado ahí, pero Flug y 505 al pasar oían movimiento y una que otra palabra ahogada entre ominosa música de cuerdas, 505 comunicaba como podía que la comida que le llevaba la consumía, y de vez en cuando ordenaba más material de arte y lienzos cada vez más grandes. Después de unos días salió del estudio cubierto de pintura, aparentemente más alegre e inspirado, se limpió y entro a su oficina, esperando por fin se pusiera a trabajar. Y como una tonelada de concreto la apatía, el vacío y la calma lo volvieron a abrumar…
Otra vez pasaron días sin que se escuchara o viera al jefe, encerrado en su oficina, comenzó a ser preocupante. Flug decido acercarse a su estudio para ver si algo en las pinturas que estuvo trabajando pudiesen dar algún indicio de porque se sentía así. Al entrar noto varias pinturas de gran formato (nada fuera normal para Black Hat) pero se sorprendió al notar que ninguno de ellos era un autorretrato del villano, en sus típicas y solemnes poses o en hazañas de maldad, todo eran enormes manchas de pintura en movimientos gestuales. Pero sobre todo le sorprendió la elección de colores, aparte de su paleta habitual de colores sombríos, rojos y negros encontraba colores realmente vivos y saturados por encima, sobre todo magenta y verde. Una idea cruzo por su mente. Pero si insistía que algo faltaba, que era la quietud y el orden constante lo que le hacía sentir tanto desinterés y falta de inspiración para idear nuevos inventos para vender… Flug se daba una idea de lo que realmente sucedía. Y siendo honestos lo detestaba y temía. Pero no podía dejarlo pasar, si no todo el negocio se vendría abajo, y quien sabe que sería del mundo del mal sin Black Hat en el negocio.
Nervioso, más que en otras ocasiones entra a la oficina de Black Hat. Sin dejar las manos quietas, tembloroso, con la boca algo seca… el villano le dirigía una severa mirada desde el escritorio
—s-s-señor. — dijo después de aclararse un poco la garganta. —me estoy empezando a sentir un poco consternado por usted, por la naturaleza de sus pinturas…
— ¿Qué tienen las pinturas?— gruño Black Hat.
—nada, nada…solo, pues, son puras manchas, y los colores…
—Serás idiota, se nota que no sabes nada de arte. — alzaba la voz y luego volvía a ese estado indiferente. —no significa nada realmente.
—Y-y-y-yo creo que sí…—sentía su garganta secándose otra vez. — creo que ya sé porque se siente así.
El jefe alza una ceja, sinceramente intrigado por lo que fuera a decir el científico; sentía que estos días el sujeto se ponía un poco insolente, considerando su posición y el aparente miedo que aun mostraba ante él, pero siendo el caso de que pudiera en realidad tener la respuesta de porque sucedía esto, quería saberlo. Flug noto que esperaba una respuesta, y entre temblores, intentando controlar sus nervios hablo.
—c-creo que usted…extraña a Demencia.
— ¡¿QUEEEEÉ?!
Black Hat se sorprendió demasiado, sugerir que él extrañaba a alguien era prácticamente un insulto, ¿Cómo un ser de pura maldad como él podría echar de menos a otra persona, y en especial a alguien tan destructiva e inconveniente como Demencia? Algo como eso ya hubiera ameritado que matara al sujeto insolente del cual habían salido esas palabras…
— ¡yo no extraño a Demencia! Esa es la mayor estupidez que te he oído decir. —Gritaba back Hat levantándose del escritorio y amenazando con la palma abofetear al científico que se encogía de miedo.
—Solo…solo era una hipótesis jefe. — Se explicaba Flug—lo siento, siento.
El villano atinó a golpear el rostro del joven con la bolsa en la cabeza, el cual salió corriendo de la oficina. Mientras él resoplo quedándose solo con sus pensamientos; simplemente tenía que ser imposible, como podría extrañarla cuando lo único que hacía era causar problemas, tal vez encargarse del trabajo sucio que él no quería hacer, una especie de guardaespaldas o sicario. Bien podría conseguir otro mejor en cualquier momento, alguien que no destroce su casa o los productos que vende. Alguien que no salté efusivamente hacia él cuándo apareciera en una habitación, que no se arrastrara por los ductos de ventilación y tratara de espiarle mientras duerme.
Definitivamente y sin ninguna duda no extrañaba a loca joven, no quería tenerla cerca, para admirarle, para decirle cosas obvias de sí mismo, para alterar la paz, para molestar a 505 o sacar de sus casillas a Flug… no la quería para nada, no la quería cerca… con ella solo ruido, caos y destrucción. Sin ella... todo era paz y tranquilidad.
Black Hat dejo salir lo que parecía un rugido de frustración, el cielo se oscureció, aclarándose solo por la luz de relámpagos verdes mientras la oficina de Black Hat se cubría por llamaradas. Después de unos segundos todo volvió a la calma (la odiosa y pacifica calma) con un ambiente frio y gris cubriendo los cielos.
Frustrado, con la misma mirada de furia y orgullo herido que tendría un tigre apresado. Black Hat salió de su oficina, arrastrando los pies y apretando los puños y los dientes; cualquier idiota que se atreviera a verle a los ojos podría decir que trataba de contener lágrimas. Paso por la puerta abierta del laboratorio, donde Flug trataba de concentrarse en alguna creación nueva, el joven científico no se había dado cuenta hasta que sintió a Black Hat a unos pasos de su espalda.
La sangre se le pone helada al oírlo suspirar lleno de frustración, balbuceando algo entre gruñidos… Flug temeroso se gira y ve a su jefe.
— ¿disculpe s-s-señor no entendí?— dijo el científico asustado.
—Tenías razón extraño a Demencia…— refunfuño solo un poco más claro, pero seguía sin entenderse.
— ¿Qué dijo?
— ¡QUE EXTRAÑO A DEMENCIA ANIMAL!— grito furioso… también sorprendido por lo que dijo. — Tenías razón, la extraño. — no dijo nada más. Todo quedo en silencio dándose cuenta de las implicaciones de sus palabras.
Flug noto algo que jamás había visto, a un Black Hat tratando de tragarse su ego…
– ¿y que sugieres que haga? ¿Qué la traiga de nuevo?
— ¡NO! Para nada, jefe—se apuró a decir esperando detener ese tren de pensamiento. —pero admitirlo es el primer paso. Ya vera que podemos encontrar una forma de superarla, solo tiene que ocupar su mente en algo más.
— ¿Y cómo qué?— soltó cansado, un tanto humillado y molesto, muy molesto.
De pronto se escuchan estridentes pisadas acercándose aceleradas y torpes. Era 505 quien se acerca alegre a Flug y le entrega una hoja de papel con un dibujo. El científico le dirige una mirada a su jefe. Black Hat no pudo evitar sentirse humillado, enteramente derrotado, hizo un gesto afirmativo.
Bueno eso es todo de momento espero pronto tener el capítulo de conclusión pronto gracias por leer :3
