Una famosa, hermosa, sexy y rica abogada y detective no necesita absolutamente nada. Una mujer mundialmente reconocida por el sencillo trabajo de resolver casos antes totalmente imposibles para otros simples abogados –según ellos "muy buenos"- no le hace falta ni un gramo de azúcar.
Sakura Haruno es mi nombre, y yo soy esa famosa, hermosa, sexy y rica abogada de la que hablo. A mis simples 22 años de vida, yo era más famosa que Madonna. Ah, claro, también conozco a Madonna. Y a Brad Pitt, Angelina Jolie y a todos sus hijos. Conozco a Jennifer Aniston, Robert Pattinson, Selena Gómez, Hannah Montana, e incluso a la reina de Inglaterra. Y no es por presumir, pero todos ellos, incluso Barney el dinosaurio, han sido clientes míos. Y ya se imaginarán lo que es tenerlos a ellos de clientes.
Recompensa: Demasiada plata. Si algo me sobraba, además de amigos, era dinero. Claro que dicen "El dinero no es la felicidad", y es cierto, no lo es. Yo no me guío por el dinero. Mi fuente básica de felicidad son mis amigos, y mi madre ya difunta.
Su nombre era Akari Haruno y era una brillante veterinaria, obviamente amante de los animales. Ella era mi ídola y la única razón buena para ganar tanto dinero, pues cada centavo que ganaba se lo daba principalmente a ella. Desafortunadamente, un día fue a rescatar a un cocodrilo que tenían secuestrado en África y ella terminó muriendo, gracias a los habitantes y responsables del secuestro. Afortunadamente, esos imbéciles están pudriéndose en la cárcel, y yo me he encargado personalmente de que nunca en sus miserables vidas salgan en libertad.
Esa fue una de mis razones para ser abogada. En fin, regresando a todos los millones que ganaba por mes, en vez de ahorrarlo y nunca gastarlo como si fuera una mujer amante del dinero, lo uso sólo para lo que necesito y uno que otros lujitos para mi y mis amigos.
Una mansión que parecía hotel 5 estrellas con todo lo inimaginable para cualquier ciudadano, un auto Porsche, un tigre siberiano hembra –animal favorito de mi madre y mi actual mascota- un montón de amigos y unas cuantas empresas a mi nombre eran sólo las principales cosas de las cuales gozaba y estaba feliz de mi vida, además de que son razones para seguir haciendo lo que hago a diario: Buscar al responsable de cualquier acto que vaya en contra de la ley, defender víctimas falsas y reales de ser encerrados por siempre en una jaula como animales e inculpar a otros por actos que pudieron haber cometido o tal vez no.
En fin, así es mi trabajo, y lo crean o no, simplemente me encanta. No me hace falta nada, y, lo mejor de todo son mis amigos. Mi mejor amigo es Naruto Uzumaki, es como mi hermano y lo conozco desde que tengo memoria. Él es un detective, al igual que yo, pero el dice ser el mejor detective de todo el mundo. Y lo es, claro, después de mí. Trabajamos en la mejor compañía fiscal de Tokio y si que gana muy buen sueldo, al igual que yo. Naruto es una persona alegre y tiene razones para estarlo, pues sus padres son actores Hollywoodenses y su esposa es la mejor Psicóloga de Japón.
Su nombre es Hinata Hyuga, una doctora especialista en Psicología y mi mejor amiga. Ella tiene casi el mismo sueldo que su esposo, sólo que "El detective Uzumaki" –como le gusta que le llamen- le gana por unos cuantos EUROS a su amada esposa. Ellos se conocieron gracias a mí –si, soy todo una "cupido"- y pues por esa misma razón yo fui madrina de bodas. Hinata es una chica tímida que mayormente se ahorra cualquier comentario que pueda salir de su pequeña boca. Ella es amiga también de Ino Yamanaka.
Ino se especializa en la medicina forense. Sí, observa y analiza los cuerpos de personas mayormente asesinadas. Siempre le he dicho que es repugnante ver el cuerpo de una persona muerta, ella dice que simplemente es su trabajo, así como yo, por lo que dejamos el tema. Ella a sido mi amiga junto con Naruto, si más bien no recuerdo, sólo unos años después de haber conocido a mi rubio amigo la conocí a ella. Ella también está felizmente casada.
Sai es el nombre que posee su marido. Debo admitir que lo eligió bien, pues es muy apuesto. Claro que soy buena amiga, por lo tanto veo a Sai simplemente como un amigo más. Él es policía fiscal y su zona son mayormente los casos con víctimas especiales –violaciones, asuntos sexuales, etc.- Al igual que los demás, su sueldo está más arriba de lo normal.
Gaara es el gerente de policías, se encarga de que los escuadrones de policía cumplan con todos los encargos de policías, una persona muy seria y nada agradable, eso es seguro. Su hermana Temari es su secretaria, y es demasiado celosa respecto a su hermano. Y el menor de ellos dos es Kankuro, que a diferencia de nosotros y al igual que Hinata, su área es la medicina infantil. Sí, Kankuro era médico pediatra.
Tsunade Senju es mi tía. Una mujer con dos senos grandes y a pesar de su edad, un cuerpo envidiable. Hermana de mi madre y mi tutora, pues desde la muerte de mi progenitora ella ha estado cuidándome, pues mi padre es un drogadicto que actualmente vive con mi madrastra, que es una mujer rica. Si, después de que mi madre murió tuvo el descaro de casarse con una anciana -50 años, con botox*y Silicon por todas partes.- millonaria. A mi me importa un pepino, pues después de la noticia de que iba a casarse yo ni loca me quedaba viviendo con el. Eso, y además nunca me ha pagado ni un chicle. En fin, Tsunade es dueña de una empresa mundial de Spa's, a donde acuden todos los famosos con más dinero. Además de ese trabajo, era también directora general de policías de Konoha, y estaba encargada de vigilar el trabajo de Gaara.
Mis demás amigos no tienen mucho que contar:
TenTen fue testigo de la muerte de un hombre y quedó en trauma, pero para su fortuna conoció a Neji, un hombre en su mismo estado. Se enamoraron y actualmente están casados. Yo fui abogada de ambos, por lo que por medio de mi –al igual que Naruto y Hinata- se conocieron. Kiba es hijo del mejor amigo de mi mamá, y actualmente él es veterinario también. Shino es ayudante de Kiba, muy callado y misterioso. Shikamaru es detective, al igual que Naruto y yo. Y Chouji es el hombre que nos trae el almuerzo a todos los que trabajamos en F.N.J. Fiscalía Nacional de Japón. Éramos reconocidos no sólo por todo el país, sino por todo el mundo.
Misterio o caso que no podamos resolver… Aun no existe. Todo en nuestro trabajo era perfecto. Incluso en nuestra vida. Bueno, en la de la mayoría, pues todos estaban dispuestos a sentar cabeza cualquier día de estos. Todos, excepto yo, que a pesar de tener un cuerpo envidiable y un extraño pero exótico color rosa en mi cabello, no tenía a alguien para prepararle la cena en las noches y decir te amo antes de dormir. Pero eso, todo eso, cambiaria dentro de muy poco.
//////////////////Narro yo. /////////////
-¡Sakura! ¿Dónde esta la abogada y detective Sakura Haruno?- gritaba una mujer rubia. Mejor conocida como Tsunade.
-¿Q-quiere que la llamemos, Tsunade?- preguntó una mujer de cabellos negros, su secretaria, mejor dicho.
-No, ¿Cómo crees, Shizune? ¡Solo estoy gritando como loca el nombre de mi sobrina para haber que persona preguntaba tal cosa! ¡¡Claro que sí, la quiero en mi oficina en este mismo instante!!- terminó de decir la mujer, antes de cerrar con una fuerza bruta la puerta de su oficina.
/////////////////////////Narra Sakura////////////////
-Sakura-san, le señorita Tsunade quiere verla en su oficina en este momento.- escuché la voz de mi secretaria Tayuya en la contestadora, mientras revisaba unos papeles que contenían información del siguiente caso que tenía que resolver. Dejé los papeles para presionar el botón del teléfono para que Tayuya me escuchara.- ¿En este momento? Estoy algo ocupada.-
-Mm....…- lo pensó un momento.- Esta bien, puedo mandar a decir que irás en un rato, pero no te lo recomiendo. Se escuchaba enojada, y ya conoces a tu tía como se pone cuando se enoja de verdad. –
-Ah, esta bien, ya voy.-mencioné levantándome enseguida de mi cómoda silla. Abrí la puerta de mi oficina y enseguida estaba Tayuya en su escritorio señalándome la dirección de la oficina de la rubia.- ya se, ya se.- hablé antes de que mi amiga pudiera articular palabra.
Tomé el ascensor y presioné el botón que señalaba el 2do piso. Observé a las personas que estaban conmigo en el pequeño cuartito y sólo reconocí el rostro de una mujer de pelo castaño, secretaria de Naruto. Le saludé con una sonrisa y ella hizo lo mismo. Miré a la demás gente y solo era anciana probablemente una simple clienta y a otros hombres que me aseguraba haberlos vistos pero no los conocía.
-Vas con Tsunade, ¿No?- interrogó la mujer de pelo castaño, su nombre era Matzori.-
-Si, ¿Cómo lo supiste?- pregunté intrigada.
-Todo mundo lo sabe, anda gritando como loca tu nombre.- comentó haciendo ademanes con las manos y subrayando la palabra "loca".
-¿Qué te digo? Es mi tía.- sonreí, y escuché el abrir de las puertas del ascensor.
Conforme caminaba por los pasillos acumulados de gente muy ocupada, yendo de aquí para allá, me veían y mencionaban: "Sakura, tu tía te llama y está muy enojada" o se me quedaban viendo mientras me saludaban y yo les regresaba el saludo asintiendo y sonriéndoles, aunque seguía aumentando mi velocidad al caminar. Aunque era difícil, con unos zapatos de tacón siempre es difícil.
Al fin llegué a la oficina de mi tía Tsunade y vi a Shizune arreglando unos papeles, cuando escuchó el sonido de mis zapatos aproximarse levantó la vista y me miró con unos ojos preocupados.
-Sakura, que bueno que llegas. Tsunade está…-
-Ya se, ya sé, muy enojada.- interrumpí para complementar su frase.
Entré y vi a mi adorada tutora sudando y tomando muchísimo sake. OH, algo había sucedido.
-Tsunade sama me llama….-
-¡Sakura! ¡Bendito sea Kami-sama que estás aquí!- gritó al momento de interrumpirme.
-Ya, cálmese tía Tsunade, ¿Qué sucede?- dije sentándome en la silla que estaba enfrente de su escritorio para escucharla atentamente.
-Bueno, supongo que sabes lo que le ha pasado al jefe de los escuadrones de policía.- mencionó sentándose en su silla y colocando sus brazos encima de su escritorio acomodando unos papeles. Se había puesto en un estado tranquilo y sereno.
-Si, eso ya lo sé. Se drogaba en el baño y trataba de violar a las secretarias. Yo misma lo descubrí.- dije, afirmando la mención de Tsunade.- ¿Qué hay con eso?
-Mucho.- suspiró.- Estaba leyendo el reglamento de la F.N.J, y tiene que haber, forzosamente, un Líder General de los Escuadrones Policiacos. Pero desafortunadamente, aquí no hay nadie tan prudente para encargarse de tal trabajo, por lo tanto quisiera que investigaras un poco para ver quién podría ocupar ese lugar. Quien sabe, ve a otros lugares donde se manejen policías estatales, puede ayudarte. Lo bueno de esto es que tenemos 3 meses, así que no hay que apresurarnos.- terminó de decir.
-Entiendo Tsunade-sama, haré lo que pueda.- concluí.
-Perfecto, yo también te ayudare, ¿Esta bien? Eso es todo, puedes regresar a tu trabajo.-
-Arigatou, Tsunade sama. Me retiro.- dije haciendo una reverencia y saliendo de la oficina. Salí apresurada por los pasillos, y cuando al fin llegué a mi oficina, pequé mi cabeza contra el escritorio donde había bastantes papeles. Suspiré profundo.
-¿Y ahora qué?- dije para mí misma.
