Un saludo a los nuevos lectores y a aquellos que seguían o siguen otras de mis historias y entraron por curiosidad. En esta ocasión vengo con un fic crossover de una de mis parejas favoritas. Para aquellos que siguen algunas de mis historias sabrán que me desaparecí un rato, el motivo fue esta pareja la cual me mantuvo leyendo fics en vez de escribirlos. Pero ahora si estoy de vuelta y recargado xD. Espero que les guste este nuevo aporte. Eso es todo y ahora si a leer este pequeño primer capitulo.
Había terminado por el día de hoy. El invierno había llegado a Arendelle, Jack Frost se había pasado la tarde y parte de la mañana tratando, como siempre, de que alguien se diera cuenta de su existencia. Pero como siempre, había fracasado.
Ya trataría al día siguiente. Después de todo, el invierno duraría un bien tiempo por ahí, además le agradaba el lugar; era tranquilo, rústico y la gente estaba alegre en todo momento.
Se recostó en una rama de un árbol en la afueras del Reino donde podía apreciar todo el lugar. Obviamente lo que más resaltaba era el gigantesco castillo, seguramente hogar de los reyes. Aún se podían apreciar iluminación proveniente de las habitaciones.
— Quizá haga una visita mañana- dijo para sí mismo. En su mente se imaginaba las travesuras que podría hacer en un lugar tan grande como ese.
Dentro del mencionado castillo, una joven pareja arropada a la menor de sus hijas dentro de la gigantesca habitación decorada infantilmente
— Dulces sueños querida — Un hombre de porte elegante al igual que su bigote besaba la frente de su hija acomodando las cobijas sobre ella
— Y nada de esperar despierta al hada de los dientes — agregó una mujer de cabellos castaños como los de la niña, por las similitudes era obvio que se trataba de su madre.
La pequeña sólo sonrió dejando ver un hueco en donde debería estar uno de sus dientes.
— Mamá — llamó la pequeña cambiando su sonrisa por un gesto de tristeza — ¿por qué Elsa ya no puede jugar conmigo? — Preguntó observando con ojos llorosos a sus progenitores.
Estos no sabían que responderle. Desde el accidente le habían dicho que su hermana sólo estaría un tiempo en su habitación, pero sabían que esa excusa no duraría para siempre, aun así no estaba lista para la verdad
— ¿Es que acaso ya no me quiere? — las lágrimas amenazaban con salir de sus lindos ojos
— Claro que no es eso cariño — respondió su padre
— Ella tiene que estar un tiempo a solas, pero ten por seguro de que ella te quiere. —Secundo su madre. — ¿Qué te parece si le mandas un regalo? - Pregunto sorprendiendo a su hija y a su esposo.
La pequeña no lo dudó ni un segundo y saltó de la cama dirigiéndose a su librero personal, se puso de puntitas para poder bajar un grueso libro con pequeños detalles, se notaba bastante antiguo pero aun así muy bien conservado.
— Es para Elsa — Se lo entregó a su padre y después regresó a la cama. Todo rastro de lágrimas se había esfumado como por arte de magia
Sus padres se miraron por un momento algo confundidos.
— ¿Hija de donde sacaste ese libro? — Preguntó su madre, le habían comprado y leído muchos libros, pero jamás habían visto ese.
— Me lo trajo Santa en la última Navidad — respondió alegré la pequeña.
Sin darle importancia a lo dicho por su hija, los reyes observaron detenidamente el libro; pasta gruesa color chocolate; detalles de colores rojo y verde en el contorno; y en el centro, con letras de color oro, el título. Seguramente lo había tomado de su biblioteca personal, pensaron los reyes
— ¿Esto es ruso? — Preguntó su madre al examinar las letras del título.
— Creo que sí — contestó la pequeña sin darle importancia. — pero el resto está en español. Oye papi, ¿tú sabes que dice el título? — Preguntó curiosa
El rey examinó por un momento el escrito, el ruso no era su fuerte pero la educación que había recibido lo había hecho un políglota. Aunque claro que la falta de práctica le había afectado. Aun así el título del libro no era una oración, sino una simple palabra. Tras hacer un pequeño esfuerzo de memoria, pudo descifrar la palabra.
— Espíritus, dice espíritus — afirmó
— Hija, no son historias de terror verdad — su madre se alarmo al creer que su hija podría estar leyendo algo no acorde a su edad
— Nada de eso mami. De hecho trata de lo que tienen que hacer los amigos de santa como el conejo de pascuas, el hada de los dientes y uno llamado Sandman.
Se sentía más tranquila al saber eso.
El rey hojeo el libro viendo que estaba dividido en capítulos cada uno dedicado a un personaje imaginario como él creía.
— ¿Entonces lo leíste todo tu sola? — le sorprendía un poco que su hija, siendo tan joven, pudiera leer sin ninguna dificultad
— No todo. Me faltaron un par de capítulos, pero no importa. — La pequeña volvió a meterse en la cama, ahora si lista para dormir.
Sus padres le desearon buenas noches y salieron de la habitación, avanzaron un poco con el libro en manos hasta llegar a la habitación de su hija mayor, abrieron la puerta encontrándose con su primogénita recargada en su ventana observando la nieve adornando a la Luna llena; se notaba triste y confundida, era una escena que les dolía a sus padres.
— Elsa querida — le llamó su madre para que notará su presencia. La aludida volteo limpiándose el rastro de lágrimas de su rostro, poniendo una sonrisa fingida para no preocupar a sus padres.
Se metió en su cama, lista para ser cobijada y recibir su beso de buenas noches.
— ¿Qué es eso? — Se había percatado del libro en brazos de su padre. Tan metidos estaban en sus pensamientos que se les había olvidado entregárselo
— Es un regalo de Anna — le entregó el gran libro el cual recibió. Noto cierta mueca de tristeza, sabía que sus hijas se extrañaban mutuamente.
— ¿Quieres que te lea un poco? — su esposa también había notado la tristeza en su hija, así que creyó que sería buena idea leerle algo hasta que se quedará dormida.
Parecía funcionar ya que una sonrisa verdadera se posaba en su rostro, no sabía de qué trataba el libro, pero el simple hecho de poder pasar tiempo de caridad con sus padres le emocionaba
Los reyes se acomodaron junto a su hija, uno a cada lado, siendo el Rey el que ocupará menos espacio en la cama teniendo que hacer algo de esfuerzo para no caerse.
La reina abrió el libro justo en donde se encontraba el índice. Su hija menor no había mentido ya que lista de los capítulos se encontraba en su idioma.
— Bien hija, ¿que cuento quieres que te leamos?
La pequeña Elsa comenzó a leer uno a uno; eran bastantes en donde los que más le llamaban la atención se encontraban: Norte, Sandman, el hada de los dientes, el duende de San Patricio, el conejo de pascuas y muchos más. Sin embargo a todos ya los conocía, algunos ligeramente, pero había escuchado hablar de ellos; a excepción de uno. Casi al final se encontraba la historia de Jack Frost, nunca había oído hablar de él, por lo cual le indicó a su madre que esa historia quería escuchar
Su madre inmediatamente identificó el número de página, también tenía curiosidad ya que ella tampoco había oído hablar de Jack Frost, y con tan sólo ver a su esposo pudo darse cuenta de que ninguno sabía que historia les esperaba
Finalmente localizó la página casi al final del gran libro, el capítulo parecía ser algo corto. Se aclaró la garganta tosiendo un poco, haciendo reír a su hija en el proceso
— Está es la historia de Jack Frost — comenzó — conocido entre sus iguales como el... — se detuvo en seco sintiendo un nudo en su garganta. Observó a su esposo e hija mirándola con rostro curioso. Quería creer que era mera casualidad que su hija eligiera ese relato, pero con lo que habían vivido, la casualidad era poca cosa.
— ¿Puedes continuar? — la voz de su hija la trajo de nuevo a la realidad, no tenía muchas opciones así que opto por proseguir
— Como decía, Jack Frost es conocido como el espíritu del invierno — inmediatamente noto la mirada molesta de su esposo, aun así decidió continuar.— su deber es el de llevar el invierno a donde sea necesario y brindar de alegría y diversión a los niños que así lo necesiten. Tiene el aspecto de un joven lampiño de cabellos blancos, se dice que no le gusta usar ningún tipo de calzado y siempre lleva un pantalón antiguo junto a una sudadera de color azul, además de su bastón mágico el cual le permite manifestar sus poderes. Su carácter es alegre y divertido, le gusta hacer bromas a la gente mayor para librarlos del estrés, así como iniciar peleas de bolas de nieve entre los niños. A menudo intenta colarse en el taller de Santa, por lo cual lidera la lista de chicos malos. Poco se sabe de su pasado, ya que aseguran que ni el mismo lo conoce aún. Pero eso no impide que realice su labor con alegría y entusiasmo.
Al final del relato se podía apreciar un dibujo mal hecho del mencionado, estaba desproporcionado y mal detallado. Parecía hecho por un yeti, pero daba al lector una idea de la apariencia del personaje.
Terminó el relato, cerró el libro, lo dejó sobre la mesita a lado de la cama de su pequeña la cual aún no se había dormido. Sólo veía fijamente su ventana.
— Mami — por fin hablaba obteniendo la atención de sus padres.- ¿yo soy como Jack? — en toda su existencia era la primera vez que oía de alguien con poderes similares a los suyos
Los reyes no sabían que responder, como decirle a su hija que era la única con ese tipo de habilidades, no querían mortificarla aún más, pero tampoco querían darle falsas esperanzas
— Claro que no hija, tu eres real y una buena niña – le recordaron sus padres lo que siempre le decían, parecía bastar ya que la pequeña rubia sonreía lista para dormir
Al igual que su hermana, fue arropada y recibió su beso de buenas noches. Fingió dormir hasta que sus padres se fueron, una vez que se retiraron los reyes la pequeña rubia se levantó rápidamente hacia su pequeño escritorio, saco una hoja de papel junto a algunos colores de madera y comenzó a dibujar; para su suerte la luz de la Luna le brindaba suficiente visibilidad.
Después de unos minutos su dibujo estaba listo, lo alzó con orgullo para poder apreciarlo mejor. En ese pedazo de papel se encontraba un dibujo de Jack Frost, mucho mejor que el que venía en aquel libro, aunque claro que por su edad no era una obra de arte. Era un simple y sencillo dibujo de una niña de 8 años.
En el dibujo se hallaba el espíritu del invierno junto a su cayado haciendo nevar a su alrededor; lo coloco sobre su escritorio y regreso a su cama lista para ir a dormir.
Mientras tanto en las afueras del reino, un joven cubierto de escarchase relajaba sobre su cómoda rama, por alguna razón no lograba conciliar el sueño. Claro que no necesitaba dormir, pero que podía hacer toda la noche más que observar la arena dorada de Sandman hacer su trabajo
Justo en ese momento su atención se vio dirigida hacia una pequeña figura que volaba rumbo al castillo, inmediatamente la identificó como un hadita ayudante Tooth, por lo cual era obvio que alguien iba a recibir una sorpresa a cambio de su diente.
Se puso de pie sonriente, en aquel castillo vivían los reyes junto a sus hijos y era obvio que el trueque solo aplicaba para los niños, así que estaba seguro que el hadita visitaría al príncipe o princesa del lugar; alguien que seguramente tenía todo lo que quería por pertenecer a la realeza, y aun así estaba seguro que al día siguiente aquel pequeño o pequeña se llevaría una gran sorpresa. Eso era lo que le encantaba, ver el rostro de sorpresa en los niños, que, sin importar su estatus social, en su rostro el gesto de asombro y alegría siempre era el mismo.
Ahora ya tenía que hacer el día siguiente a primera hora. Iría al castillo solo para ver el rostro de sorpresa del príncipe… o princesa.
Eso es todo por ahora, espero les haya gustado. Buscare ser más constante en las actualizaciones de mis historias así que estén atentos. Nos vemos o leemos luego!
