Los personajes de "La Leyenda de Korra" no me pertenecen, pero la historia si.
CAPÍTULO I: LA NOTICIA
Era martes por la mañana, los rayos de sol se colaban a través de las finas telas que cubrían la ventana de su cuarto. En una cama yacía una joven de aproximadamente 25 años, tez morena, cabello corto hasta los hombros, el cual se encontraba esparcido por la almohada que ocupada la cabeza de la chica. Se estiró perezosamente para despertar cada músculo de su cuerpo, se frotó los ojos con el fin de irlos acostumbrado a la luz de día.
-Hora de levantarse- se dijo a sí misma, dándose ánimos para empezar el día. Se puso de pie y caminó directamente al cuarto de baño, se lavó la cara y se miró al espejo. Uno hermosos ojos azules se reflejaban en él, y una cara muy cansada pero igualmente atractiva.
Se dirigió a la ducha, dejó que el agua se nivelara a una temperatura agradable mientras se cepillaba los dientes, después dejó que el agua caliente le relajara todos sus músculos, unos muy bien formados por cierto. Ella estaba muy orgullosa de ellos, los cuáles muchas veces eran objeto de cumplidos tanto por hombres como por mujeres. Los de mujeres eran los que más disfrutaba. Desde que era adolescente se había dado cuenta que su gusto por ellas, que el roce del cuerpo femenino, el tacto de las manos suaves de una mujer la volvía loca.
Salió de la ducha y se dirigió al armario para sacar unos pantalones deportivos azules, una camisa blanca sin mangas y ropa interior. Se cambió y se dirigió a la cocina, mientras calentaba el agua para prepararse un café, una bola peluda blanca se frotaba contra sus pies aún descalzos.
-Buenos días pequeña- se arrodilló y le acarició la cabeza a la pequeña cachorra. La perra le lamió la mano. – ¿Tienes hambre verdad?- Y se dirigió a un cajón de la alacena donde se encontraba la comida de la pequeña Nagga. Le cambió el agua y puso comida en su plato negro. Escuchó el pitido de la cafetera que indicaba que el agua a estaba lista. Se lavó las manos y apagó la estufa. Se hizo un café, se lo bebió poco a poco, disfrutando del sabor amargo recorriendo su garganta. Colocó la taza vacía en el fregadero, ya la lavaría después. Se dirigió a su dormitorio, regresó a la cocina en cuestión de minutos calzando unos zapatos deportivos, lo cuales utilizaba para correr y su inseparable NIKON, amaba la fotografía desde pequeña, y esa afición la llevó a desarrollar un talento nato para ello, no por nada era una de la fotógrafas favoritas de las revistas, las cuáles la buscaban para que capturara en imagen a sus modelos, celebridades, en fin, cualquier personalidad que enmarcaría la portada principal de las revistas.
Caminó a la puerta de entrada de su departamento y llamó a Nagga, tomó la correa que siempre colocaba en el perchero que se encontraba a un costado de la puerta y se lo puso. Se dirigió a las escaleras. Vivía en un modesto apartamento en un edificio de 5 pisos, el suyo se localizaba en el tercero, cuando se encontraba en el segundo piso, escuchó una puerta cerrarse y una voz llamándola.
-Korra, ¡Buenos días!- Un joven alegre se acercaba a ella. Korra le respondió con una sonrisa.
-¡Buenos días Bolín! Hace días que no te veía.
-Lo sé, es que he estado un poco ocupado. Ya sabes, chicas.- Respondió el chico con un guiño. Se escuchó un ladrido y Bolín dirigió la vista a los pies. –Hola Nagga, pero mira qué grande te has puesto. – Se agachó para acariciar a la cachorra. –
Bajaron las escaleras juntos mientras se podían al tanto de lo que había pasado éstos últimos días que no se habían visto. Bolín le contó que había conocido a una chica, que en palabras de él era "la mujer más hermosa que había visto en su vida", se llamaba Opal y el chico se veía muy ilusionado con ella. Salieron del edificio y se despidieron, Bolín se dirigía a su trabajo, era instructor de un gimnasio y Korra se encaminó al parque que quedaba a tan sólo 4 cuadras de su departamento.
-¡Korra!- le gritó Bolín, lo que provocó que esta volteara en su dirección. – Que no se te olvide ir al gimnasio, debemos mantener esos músculo firmes- dijo esto flexionado su brazo, mostrando la musculatura de su propio brazo. – ¡Mañana, lo prometo! – contestó la morena, se dio la vuelta y comenzó su marcha al parque.
Le encantaba ir de vez en cuando a ese parque, veía a personas hacer ejercicio en los aparatos al aire libre que se encontraban en él, otras tantas sacaban a pasear a sus perros, y una que otra bella dama se encontraba en su camino. Si, le encantaba ir de vez en cuando a ese parque.
Soltó a Nagga de la correa y esta salió disparada, sacó su cámara y enfocó a su mascota, tomó unas cuantas fotos para añadirlas al álbum personal de la cachorra y la guardó. Pasaron aproximadamente una hora en el parque y regresaron a su hogar. Entraron al departamento, le quitó la correa a Nagga, y esta corrió hacia donde se encontraba su traste con agua. Korra se dirigió a su dormitorio para cambiarse de ropa cuando sonó su teléfono celular.
-Diga… - Korra respindió. – Hola Korra, buenos días, ¿estás ocupada?- La voz de una mujer se escuchó al otro lado de la línea. – Para nada Kate, dime ¿qué se te ofrece? – contestó con una voz un tanto seductora, podría jurar que con eso había hecho sonrojar a la chica.- Nos preguntábamos si estás disponible este próximo viernes, tenemos una sesión de fotos muy importante y Charlie ha cancelado de último minuto por problemas familiares, así que ¿qué me dices?.- Claro Kate, no hay problema, dime la hora y el lugar y ahí estaré.- contestó una animada Korra. - ¡Genial! No has salvado la vida mujer, esta sesión es muy importante para la revista, te envío todos los datos a tu correo electrónico para que sepas de quién se trata la sesión y estés lista.- dijo Kate – Me parece muy bien, entonces nos vemos el viernes linda, besos. – respondió. – Hasta el viernes Korra. – y colgaron el teléfono.
Media hora más tarde Korra se encontraba sentada en el sofá de la sala, con los pies sobre la mesa y su portátil en las piernas, estaba navegando en internet buscando nada en particular cuando recibe un correo, lo abre y se da cuenta que es el que Kate le había mencionado que mandaría.
-Muy bien, veamos de que se trata- dice para sí misma.
La sesión de fotos se llevaría en las instalaciones de la revista "Avatar" a las 9:00 horas, la cual publicaría un artículo conmemorando el 75 aniversario de la fundación de Industrias Futuro, se lanzaría una nueva línea de motocicletas para celebrar dicho acontecimiento y la persona a retratar sería el mismísimo CEO de la compañía.
-Seguramente es un viejo gruñón- pensó Korra. Siguió leyendo el correo hasta llegar a la imagen de una mujer de cabello negro, un rostro precioso y ojos hipnotizastes color verde, pasaron unos segundos y se encontró embelesada mirando la fotografía, le tomó minutos leer el pie de foto el cuál redactaba: Asami Sato, CEO de Industrias Futuro.
Korra abrió los ojos como platos, sorprendida por su nuevo descubrimiento, Asami Sato era una mujer que representaba su edad, 28 años cuando mucho pensó, se sorprendió aún más cuando en correo mencionaba que ella llevaba siendo CEO de Industrias Futuro 6 años. – Wow- salió de su boca. Terminó de leer el correo y decidió indagar un poco más sobre Industrias Futuro y Asami Sato. Se enteró de que la compañía es una herencia de generación en generación, el anterior CEO era Hirosi Sato, el cual hace 6 años decidió dejar a su hija Asami al cargo de la compañía, y por el crecimiento que ha tenido en este tiempo al parecer la chica lo estaba haciendo muy bien.
Decidió googlear un poco a la mujer. – Muy bien veamos- Dio click en el buscador y al instante aparecieron artículos e imágenes relacionados con ella. – Wow- nuevamente soltó sin pensarlo, entró a un link el cual mencionaba su biografía, leyó en voz alta – Asami Sato, 26 años, soltera y CEO de Industrias Futuro. – Volvió a dar click, esta vez en las imágenes – Es muy hermosa – Korra pensó. – Tiene unos ojos realmente preciosos, pero sus gestos son un poco serios, supongo que se debe a todo el trabajo que realiza como responsable de una de las compañías más importantes e influyentes a nivel mundial.- Cerró el portátil, decidiendo que ya había investigado lo suficiente y fue a la cocina a prepararse algo de cenar.
Eran cerca de las 9:00 pm del día siguiente cuando escuchó que alguien tocaba la puerta, se dirigió a abrirla, era Bolín, quién se encontraba en el pasillo con su sonrisa característica, se hizo a un lado y lo dejó pasar.
-Y dime Bolín, ¿a qué debo el honor? – preguntó Korra, sentándose en el sofá de la sala.
- Sólo vengo a platicar con una amiga. – respondió Bolín sin dejar de sonreír, quién también se sentó.
- Y, ¿a qué se debe esa enorme sonrisa? – volvió a preguntar Korra.
- Opal- soltó Bolín.
- Debe ser una gran chica para tener al gran Bolín así – dijo Korra en tono burlón. - ¿quieres una cerveza'- dijo poniéndose de pie.
-¡Claro!- respondió con entusiasmo.
Korra regresó de la cocina con dos cervezas en la mano, entregándole una a Bolín y se volvió a sentar en el sofá.
- Entonces, esta Opal ¿cómo la conociste?- preguntó Korra.
- Fue algo muy gracioso en realidad, ¡me tiró un café encima!- respondió entusiasmado.
- Nunca creí conocer a alguien que se emocionada porque le derramaran café encima- dijo Korra riendo.
- Obviamente no estaba feliz Korra, iba a reclamarle pero luego vi su rostro sonrojado por lo sucedido y se me pasó por completo.- dijo Bolín – Además, gracias a ello, me invitó un café para compensar lo sucedido y ahora hemos salidos 2 veces.-
- Me alegro mucho por ti Bolín, te ves muy alegre más de lo normal en realidad- le dijo Korra.
- Y dime Korra, ¿algo emocionante que te haya pasado?
- Pues en realidad nada- respondió alcanzo los hombros.
-¡Vamos! Debe haber algo. – dijo Bolín mirándola a los ojos.
- Bueno, en realidad si hay algo, pero sólo es trabajo.- tomó un trago de su cerveza.- El viernes tengo una sesión de fotos, la revista "Avatar" hará un especial sobre los 75 años de Industrias Futuro y yo seré la encargada de fotografiar a su CEO.-
- ¡Fotografiarás a Asami Sato! – dijo Bolín casi en un grito, saltando del sillón. – ¿Sabías que es una de las personas más ricas del mundo?, lleva 6 años siendo CEO de la compañía y sus motocicletas son tan grandes y potentes, estoy ahorrando para comprarme una.
-Sí que conocer mucho sobre ella- dijo Korra.
- ¿Quién no conocería a Asami Sato? – dijo dirigiéndose a Korra - Además, Opal es su asistente personal, ¿no es genial eso?-
- Claro, supongo que si.- expresó Korra.
- Y dime, ¿es tan guapa como dicen? Sólo la he visto en fotos y se ve espectacular, no tanto como mi Opal, claro está.
- Pues se ve muy guapa en las fotos, supongo que sí, aún no la conozco en persona, hasta el viernes.- dijo un poco sonrojada.
Siguieron conversando cerca de 2 horas más, tomando cervezas, Bolín se disculpó por tener que retirarse, pero tenía que levantarse temprano porque al día siguiente le tocaba abrir el gimnasio. Se despidió de Korra no sin antes recordarle que había prometido ir al día siguiente a ejercitar los músculos, Korra le dijo que ahí estaría sin falta y cerró la puerta.
Fue a comprobar que Nagga tuviera suficiente agua y comida para en la noche, apagó la luz de la sala y se dirigió a su recámara. Se cambió la ropa por algo más cómodo para dormir y se metió bajo las sábanas. Apagó la luz de la lámpara a su izquierda y se rindió a Morfeo, con la imagen de Asami Sato muy presente.
