Cambio de Panorama

Capítulo I

Ahí estaba ella, frete a esos orbes negros que le hacían temblar las rodillas desde sus cortos seis años esperando la respuesta de su parte.

— Sasuke-kun —

— No —

— Pero —

— Me pediste una respuesta y mi respuesta es no —

Terminada la oración el pelinegro se dispuso a continuar su camino dejando a su pelirosada compañera atrás.

— Por favor…prometo no ser una molestia — suplicó una vez más la oji jade.

— ¿A caso sabes lo que estás pidiendo? —

— Si, Sasuke-kun por favor llevame contigo —

— No —

Ella le había interceptado en el parque, algo le decía que el pelinegro tomo la decisión que tanto temía. Salió de su casa y corrió lo más rápido que le fue posible casi confirmando su presentimiento y así era, él iría donde Orochimaru y ella sabía que no podría detenerlo por eso le pidió llevarla con él pero por supuesto el Uchiha no aceptaría tan fácilmente.

— Si me llevas contigo prometo hacerme más fuerte y juntos restauraremos tu clan —

El pelinegro la observo incrédulo, como una niña de doce años podía proponerle semejante cosa, sin embargo algo brillo en su interior e involuntariamente considero la propuesta de su compañera.

Pasaron largos minutos desde las últimas palabras que pronuncio la pelirosa y el pelinegro aún consideraba sus palabras, quizá algún día se maldiga por lo que estaba a punto de decir y de hacer.

— Bien, pero no te quiero como niña estúpida llorando por cualquier cosa y tampoco quiero que te la vivas detrás de mí como acostumbras —

— Si…si, lo prometo — respondió la pequeña pelirosa quien no cabía de la felicidad.

Salieron de la aldea con sumo sigilo y una vez fuera de la aldea se encontraron con los cuatro del sonido, quienes se encargarían de llevarlos donde Orochimaru.

— ¿Y ésta? — pregunta molesto Ukon.

— Viene conmigo — responde molesto el Uchiha.

— ¿Te crees que vas a una guardería niño? — pregunta Tayuya quien mira con desprecio a la oji jade la cual le devuelve la mirada.

— Los dos o ninguno —

— Calma niño, está bien — responde con furia la pelirroja.

Después de aceptar de mala gana a Sakura los seis toman camino a la guarida de Orochimaru, tardaron aproximadamente tres días en llegar al lugar indicado y en poco tiempo les llegó la noticia de la búsqueda de Sasuke y Sakura por parte de Konoha.

— Sabía que eres un niño inteligente Sasuke —

Estaba reunido con Orochimaru, quien le llamó al momento de su llegada mientras su compañera esperaba junto al resto.

— Debo decir que no me hizo muy feliz que trajeras a esa mocosa pero bueno de algo nos servirá, le he ordenado a Tayuya que se encargue de ella — responde maliciosamente con sus ojos viperinos.

— ¡No es posible que no los hayan encontrado aún! — los gritos de lady Hokage se escuchan por toda la oficina. — Maldita sea, no pueden haber ido tan lejos y no es posible que no haya un solo rastro de ellos.

— No es fácil, después de todo estamos hablando de Orochimaru, uno de los tres legendarios sannin — quien ha contestado es Asuma.

— Lo más extraño es que Sakura se haya ido también — ha comentado Kurenai.

— Sakura lo ha hecho solo por seguir a Sasuke pero lo que más me inquieta es que se hayan ido sin dejar ningún rastro —

En ese momento la voz de Kakashi se hizo presente llamando la atención de quienes se encontraban en la oficina de Tsunade.

— Tenemos que encontrarlos pronto, cueste lo que cueste — fue lo último que se escucho de la rubia antes de que un ambu apareciera frente a ellos.

— Maldita frentona, me lo esperaba de Sasuke pero de ella no — las lagrimas de Ino se hicieron presentes frente a la compañía del resto de los gennin.

— Ese Sasuke-teme aparte de traidor se llevo a Sakura-chan — la voz de Naruto se escucho con desgana.

Debían admitir que a todos les preocupaba la suerte de sus compañeros y en algunos casos…amigos.

— ¡Sakura, yo te traeré de vuelta! — grito Lee mientras sus ojos brillaban llenos de convicción.

— Bien, mocosa debes aplicarte no quiero tener que cargar con una debilucha como tú — le decía Tayuya mientras comenzaban con su entrenamiento.

— ¡Oye!, no me llames debilucha —

— Hasta que no me demuestres lo contrario, no retractaré mis palabras —

Los días pasaban y Sasuke entrenaba bajo la atenta mirada del sannin, Kimimaru se convirtió prontamente en el compañero de entrenamientos del pelinegro al ser el único que podía aguantar el ritmo y poder del Uchiha.

Las horas se transformaban en días, los días en semanas y las semanas en meses hasta que después de cuatro meses de duro entrenamiento, Orochimaru se cuestiono si era buena idea mantener al pelinegro cerca de su ex-compañera de equipo.

— ¡¿Qué?! — era imposible lo que la oji jade escuchaba…

— Es lo mejor… para Sasuke —

Después de haber escuchado aquello, decidió preparar sus cosas para largarse de una vez de aquel maldito lugar cuanto antes. Afuera de la cabaña en la que vivía le esperaban Tayuya y Kimimaro, quienes partirían con ella.

— Estoy lista — expresó la pelirrosa mientras veía a lo lejos al pelinegro entrenar, quien parecía no percatarse de su partida.

Antes de irse pasó a la cabaña del Uchiha para dejar una carta sobre su cama y después de ello; comenzó el viaje con la pelirroja y el albino.

Aquel viaje según le explico Orochimaru, se centraría en volverla más fuerte así podría servirle de alguna utilidad y por lo tanto volvería al lado del pelinegro.

Su primer destino era una pequeña aldea montañosa en Iwagakure, en aquel lugar comenzará su entrenamiento.

El pelinegro leía cada palabra escrita en aquella carta, algo en su interior no estaba bien y es que la partida de la pelirrosa no era algo que esperaba… mucho menos que deseara.

— ¿Por qué? — pregunto fríamente al hombre tras de él.

— La pequeña es muy débil, necesito hacerla fuerte… solo así podrá serme útil algún día y estando junto a ti; jamás lo será — dicho esto, Orochimaru salió de la cabaña.

—Maldición… Sakura —

Pasaron al menos siete días de viaje antes de llegar a una pequeña aldea a las afueras de Iwagakure, tal como lo pensó… el País de la Tierra estaba lleno de lugares rocosos y áridos. Se adentraron con sumo sigilo al lugar, tratando de no llamar la atención.

Después de andar unos minutos, se encontraron al pie de la imponente montaña que se encontraba al cruzar toda la aldea, ahí les esperaba un hombre musculoso de tez morena y melena castaña.

— Al fin han llegado —

— Niña, él es Metatsu y será tu entrenador en fuerza física a partir de hoy — Tayuya miraba al hombre retador, parecía más que obvio que se conocían de antaño.

— Vaya, que pequeña tan escuálida — denoto el hombre con jocosidad a lo que la pelirrosa solo respondió con un gesto de enfado. — Comencemos —

— Es hora de comenzar el entrenamiento… Matsuri —

Bien, al comienzo los personajes tendrán 13 :)