Bueno ¿adivinen quién no puede dormir?
Revise mi basura de escritos y encontré este fragmento, esta bien, me gusta… así que aquí esta
Ford puede verlo más claro de lo que le gustaría.
Mientras Stanley sigue el juego obsceno de Bill, disfruta de sumergir en su boca los dedos del demonio y Bill lo mira complacido. Ambos fanfarronean de la seguridad que tienen, por un momento Ford piensa que Stan jamás seria manipulado por el demonio, todo debe ser una broma de mal gusto, tal vez el insomnio lo recompensa con una pesadilla. Así debe ser, es quizá un elaborado plan, Bill no puede tener el control sobre su hermano y por el contrario Stanley podría manipularlo con solo elegir las cartas correctas.
Esta celoso. Esta celoso porque ambos parecen una pareja perfecta.
La escenificación, apuesto a que impregnarían de caos y desesperación diferentes dimensiones, multiversos y líneas de tiempo, cada uno con objetivos ambiciosos. Son tan diferentes, sin embargo esa individualidad que comparten no es cercana o comparable a la individualidad que comparte con su gemelo. Una que sin duda sigue siendo co-dependiente.
Peor separados
Pero es la manera en la que Bill toma la apariencia de un humano lo que más aterra a Stanford, la forma en que Stanley parece satisfecho de tener un compañero con la misma fisonomía, para saber dónde colocar sus manos, arrancar la sonrisa de los labios humanos.
Y danzan. En una danza carnal que nunca antes ha presenciado, que hubiese querido disfrutar junto a la criatura y aun más, en sus muy renegados deseos junto a su gemelo.
