HOLA A TODOS! Ya empieza la temporada Navideña y a pesar de que muchos ya no les gusta estas fiestas, para mi siempre me trae bonitos recuerdos,así que les quise regalar esta corta colección de historias navideñas. No son muy elaboradas, ni muy largas, pero espero que les den un poco de alegría de aquí hasta Navidad, así que, habrá un capitulo diario hasta ese día n_n Ojalá les agraden y que los disfruten
***DOCE DÍAS DE NAVIDAD***
Día I. Adornos
El enojo la había invadido de tal manera que no lo podía contener y que, en cualquier otra situación la hubiera hecho estallar en furia contra todos, pero no lo hizo. Solo recogió los pedazos de cristal del adorno que se había quebrado, dio media vuelta y subió con tranquilidad a su habitación.
No fue sino hasta ese momento que los tres jóvenes en la sala se acordaron de que debían respirar. Ya se hacían condenados a los gritos y los golpes de la pelirroja, por eso al darse cuenta de que la reacción fue algo más pacifico, se sintieron aliviados.
- ¿Es algún milagro de Navidad? - Gary rompió el silencio, con un marcado tono de burla - ¿En verdad fuimos perdonados?
- Tal vez... Es decir fue solo un accidente, - razonó Brock - Además, solo rompimos ese adorno.
- No lo sé, todo me parece muy extraño. Aunque no esté molesta, de todas formas habría dicho lo tontos y torpes que somos...
- Querrás decir que te hubiera llamado a ti tonto y torpe, Ash.
- ¡Bueno solo a mi! pero en definitiva hubiera dicho algo.
- Yo creo que nos preocupamos de más, de todas formas es mejor salir de aquí por si se le ocurre cambiar de opinión.
- Gary tiene razón, demos una vuelta por la ciudad y aprovechamos para comprar algunos regalos
- Vayan ustedes yo... creo que me quedaré un rato.
- Quien lo diría, Ashy Boy no estará feliz hasta que le griten. Yo por el contrario...
Gary no dijo más y solo caminó con rapidez hasta la salida más cercana; lo mismo que Brock, quien tampoco era muy partidario de recibir los jalones en su oreja, cortesía de Misty, pero Ash... Sentía verdadera preocupación por el actuar de su amiga.
Recogió del piso una de las alas del ángel que culminaba el árbol en casa de las Waterflawer, o lo que quedaba del bonito adorno que ya solo era pedazos de vidrio. La observó con detenimiento, tratando de adivinar cual era el secreto que se ocultaba tras él.
- ¡NO PUEDE SER!
Un agudo grito casi lo hace caer al piso, tuvo que girarse muy rápido para ver quien estaba detrás de él, destrozándole los tímpanos. Se encontró con una muy asustada Daisy, apuntando justo al pedazo de ángel que tenía entre los dedos.
- Daisy, ¿Qué…?
- No, no, no, no puede ser que rompiste ese adorno. ¿Es el qué iba en la punta del árbol?
- Bueno, pues…
- ¡Claro que lo era! Es… ¡es una tragedia! Vas a tener que cambiarte el nombre y no pararte aquí nunca
- No se de qué estás hablando, es solo un adorno.
- No, es el adorno favorito de Misty y cuando se de cuenta de lo que hiciste te va a matar, así que dame eso mientras tu te escondes, ¡tal vez debas considerar mudarte a una de esas alejadas regiones a las que viajas siempre!
- Creo que exageras, Daisy. Misty ya se dio cuenta de que lo rompimos
- ¡¿Y sigues vivo?! Eso si es sorprendente.
- Yo no veo porqué tanto escándalo por un tonto ángel de cristal.
- Ese tonto ángel, lo compró mi madre para celebrar la primera navidad de Misty. – Daisy miró con severidad al entrenador que enseguida sintió una opresión en su corazón. – Obvio, ella solo era un bebé cuando eso pasó, pero en las siguientes navidades, mamá y ella ponían juntas ese adorno cuando decoraban la casa, hasta que… bueno creo que entiendes el punto.
Claro que lo entendía. La expresión en el rostro de Misty, la reacción tranquila. Ella no los golpeó porque no estaba molesta, estaba herida, tal vez en ese momento sintiendo verdadera tristeza y todo era su culpa. Su mejor amiga estaba sufriendo porque él hizo algo estúpido.
- Supongo que ya no se acuerda tanto de eso y por eso no se enojó, en fin, es una lástima que se rompiera – Extendió la mano, tratando de quitar el trozo que Ash sostenía, pero este retrocedió.
- Yo… ¿Puedo quedarme con esto?
- Está bien – contestó la rubia tomando de nueva cuenta las bolsas de las compras hechas en ese día, dispuesta a seguir con sus deberes – Creo que ya no sirve de todas formas.
Solo de nuevo en la sala, Ash meditó lo que debía de hacer y todo resultaba muy obvio. Debía reparar su falta de algún modo, debía restablecer la alegría en el gimnasio de ciudad Celeste.
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Observaba con melancolía al ángel que de niña le generó tantos hermosos recuerdos. Se notaban las líneas que marcaban las partes donde había sido unido con pegamento, pero seguía incompleto. Faltaban partes del colorido cristal y aunque las encontrara todas, de todas formas no volvería a ser igual.
- Es solo un adorno Misty – se dijo a si misma por enésima vez ese día – No hay porqué sentirse mal.
Por más que se quisiera engañar con eso, la verdad es que sentía a su corazón igual de roto que esa figurilla de cristal. Estaba apunto de llorar cuando un ligero golpeteo a la puerta de su habitación la obligó a tragarse sus lagrimas.
- Ey Mist, - El entrenador saludó tímidamente a su amiga, apenas atreviéndose a mirarla al rostro cuando ésta apareció al otro lado de la puerta.
- Que quieres Ash – Dio un largo suspiro, aguantándose la tristeza para que él no lo notara.
- Yo… te traje esto – Puso sus manos juntas mostrando una pequeña figurita de ángel un tanto caricaturesco y lo puso frente a la pelirroja – Yo sé que no se compara al que tenías, pero…
- Eso no compensa nada, Ash.
- ¡Lo sé, lo sé! ¿Qué tal éste? – Pikachu brincó al hombro del entrenador, usando un halo y un par de alas. La imagen del sonriente roedor, arrancó una risita a la pelirroja que sin duda lo encontró divertido. – O tal vez prefieras este… - Extendió de nueva cuenta un estuche hacia Misty donde se veía un adorno muy similar al que pertenecía a la familia Waterflower y que él se había encargado de romper. Misty lucía sorprendida, sin decir nada lo tomó entre sus manos, deseando que eso fuera suficiente para recobrar su buen animo, pero no era así de simple.
- Es muy amable de tu parte, Ash, solo que ese adorno era especial y nada podrá reemplazarlo.
- Lo sé, Daisy me lo contó. No sabes cuanto lo siento, que perdieras algo así de preciado para ti solo por mis estupideces y sé que este no será el que… te regalo tu madre – al pronunciar esas palabras el rostro de Misty enseguida se llenó de melancolía, así que Ash hizo lo que le dictó su instinto y la abrazó con ternura – No creo que nada pueda reponer eso, pero… podrías empezar una nueva tradición, tal vez guardar éste nuevo para cuando tengas tus hijos y les cuentes como tu solías ponerlo con tu madre cuando niña.
- Ash… - Se separó de él de golpe. Ash solo cerró los ojos esperando el puñetazo que seguro se había ganado por su tonta idea – Es un bonito detalle, gracias.
- No… ¿Estás enojada?
- Claro que no, es solo que me entristece que lo único que tenga de mi madre sea un tonto adorno.
- Eso no es verdad, siempre la tendrás acompañándote, sobre todo porque… te pareces a ella.
- ¿Quién te dijo que…?
- Daisy. También me contó que tenía una fuerte temperamento, así que…
- ¿Qué estás tratando de insinuar, Ash?
- Nada, yo solo creí que es bueno que supieras que ese ogro que llevas dentro, es solo cuestión de familia
- ¡Eres un tonto! – Dicho eso con total exasperación le dio un fuerte golpe en el brazo, casi haciendo que perdiera el equilibrio. El violento ataque solo trajo alivio al joven que veía a su amiga ser la misma de siempre. – Vamos, Ash, ayúdame a poner este ángel en el árbol.
- ¿Eeeh? ¿De verdad te gusta?
- ¡Claro! Lo pondré cada navidad hasta que tenga a mis hijos y les explique como fue que el tarado de Ash…
- ¡Oye!
- Me regalo una bonita tradición.
Los chicos se dirigieron alegres hasta la estancia donde comenzó una nueva costumbre en el hogar de Misty, quien mantuvo su palabra. Cada año en diciembre, contaba a sus hijos, como su atolondrado padre le había regalado ese bonito adorno de navidad.
Bueno que les parece? Ya tengo escogidos mis doce temas, pero no los he escrito todos, así que si tienen alguna sugerencia, pueden decírmelo y tal vez los considere.
Que empiece la temporada navideña con mucha alegría para todos n_n
