Ohaioooo Minna-san! w

Waaaaa Gomen Gomen Gomen… sé que estuve algo desaparecida… pero es que este fic tomó casi un mes, y se hizo tan largo, que debo separarlo por capítulos D:

Dashie- Más te vale que esté bueno…

Lo prometo n3n. Bueno, primero que nada, por favor, en este fic, deben prestar bastante atención, ya que está relatado (en algunas partes) de una manera bastante confusa, y no sabría explicarles la situación n_nU

Bueno sin más merodeos, disfruten éste fic que tanto me costó xD

Capítulo 1

La vida está llena de situaciones en las que se debe elegir, debes optar por una opción, solo una, ni dos, ni tres, una.

Tantas veces me enfrente ante esa situación que ya ni me sorprende equivocarme con mis decisiones, una vez tomadas, no puedes volver el tiempo atrás.

Volver el tiempo atrás, si lo hiciera, sin duda volvería a elegir la misma opción, después de todo, no me arrepiento de nada. No me arrepiento de haberte elegido, a ti, como mi compañero de vida, la persona que más amé…pero que bah…son solo tonteras de un "niño" según tú, ¿No? Eso siempre me lo decías, y aunque yo te rogara que me escucharas, no había caso.

Sin embargo, aunque aparentaras ignorarme, yo sé que tú me escuchabas, y aunque esos ojos color zafiro estuvieran ocultos bajo tus párpados, también sé que podías sentir mis lágrimas derramarse sobre tu chaqueta, la cual estaba algo húmeda por ellas mientras la apretaba con fuerza. Te soltaste de mí abruptamente, pero te das vuelta y me dices que lo olvidara, que era inútil, al igual que yo.

Mis ojos tiemblan de la sorpresa, y seguido más lágrimas caen de ellos. ¿Acaso…acaso solo soy tu oponente y nada más? Realmente… ¿Nada más?

Siempre traté de seguir tus pasos, eres una persona a la que realmente admiro y respeto, y aunque cada vez que batallemos ninguno salga ganador, sigo pensado que tú eres más fuerte que yo en todo sentido, aunque yo si gano algo en cada encuentro, tu respeto.

Sé que tuviste una vida muy dura, Benkei me contó sobre ti, al parecer él ha sido tu único "amigo", si es que se le puede llamar así para ti, pues yo creo que él ha tratado de cumplir ése rol durante todos estos años.

Apenas me enteré de tu pasado, y como obtuviste esas horrendas cicatrices que reflejan venganza en tu rostro, sentí el deseo de acercarme a ti. Me costó muchísimo, hasta que logré que de alguna manera no me insultaras mientras me hablabas. Lamentablemente la única manera de hablar contigo es sobre beyblade…nunca de nada más.

Con el tiempo me hice más cercano a ti, cada vez quería saber más sobre tu pasado, tu presente…pero te resistías a contármelo por completo, al parecer, fue muy duro para ti, o simplemente no confiabas en mí lo suficiente.

No te obligaba a contarme nada, solo sonreía y seguía hablando sobre los combates grandiosos que tuve, y tú bufabas, al parecer te aburría, lo que me obligaba a cambiar de tema.

Tu alma parecía muy oscura, todo un pasado oculto tras esos ojos azules que, si veías bien, reflejaban tensión y miedo. Debo ser el único que se fijó en eso, no me había dado cuenta, pero cada vez me fijaba más en tus acciones, así como también en tus aspectos externos como internos.

Tardé en caer. Este sentimiento es nuevo, me lo han contado, pero no sabía que se sentía tan bien.

Empecé a verte más seguido, cada vez que te veía, corría hacia ti con una sonrisa, preguntando que había de nuevo con Leone o cosas por el estilo, a las cuales tú a veces no contestabas pensando que quería sacarte información sobre tus ataques y movimientos. Me mirabas algo molesto, pero sin embargo me escuchabas cuando hablaba, y eso me hacía muy feliz.

Pasaron los años, y sentí que ya estaba muy cercano a ti, sentí que ya era tu amigo, y al parecer llegó la hora de preguntarte lo que había pasado con tigo años atrás.

Claro, ya lo sabía, como dije antes, Benkei me lo había contado. Pero aún así, quería que tú mismo me lo contaras. Tan solo quería…ganar tu confianza.

Me gritaste diciéndome que no me incumbía, que me olvidara de ellos, te diste vuelta y seguiste tu camino…pero yo no te dejo y te sujeto de la chaqueta. Yo…quiero estar en tu camino, quiero ser otra opción para ti. Quiero que dejes de ser tan solitario, ¿Qué no ves que hermoso es el mundo? Sería el doble de hermoso con personas con quien compartir esa belleza, y esos sentimientos de tensión y venganza… ¿No pueden cambiar por amor y comprensión?

Como dije antes, me dijiste que lo olvidara, que era inútil, al igual que yo, y te sueltas. Rompo a llorar y me tiro de rodillas al piso…tu…en verdad no entiendes estos sentimientos…tu…en verdad no entiendes… que yo…quiero hacerte feliz….quiero ver tan solo una sonrisa en ese rostro tan lastimado, quiero iluminar ese corazón tan sombrío, yo… yo… quiero ser parte de tu vida.

Te frenas, pero no me miras. Levanto mi vista, el sol mandaba sus rayos sobre mis ojos del mismo color, pero no duraría mucho, pues ya estaba atardeciendo. Era una hermosa escena. Tonos de rojos y naranjas bailaban en el cielo haciendo un hermoso espectáculo, ¿Qué acaso prefieres disfrutar esto solo que con alguien más?

Me respondes que todo es mejor solo, que para qué se necesitan amigos, si al final te terminan fallando y abandonando. Te miro con tristeza y me reincorporo. Cuanto te han lastimado es inexplicable, y esas personas te han mostrado que el mundo es gris y aburrido, es evidente que necesitas algo de color en tu vida.

Saco mi lanzador, y lanzo a Pegasus hacia un charco de agua que estaba a unos metros de nosotros, se sumerge y hace un pequeño remolino para luego sacar el agua de ese hoyo y que luego se disperse alrededor nuestro.

Las maravillas de la vida…son tantas que son incontables, una de ellas, es la acción por la cual el sol hace que esas gotas de agua diminuta "cambien" su color a su luz, generando un mini-espectáculo sobre nuestros rostros.

Miras el rocío que cae en tu mano, y pierde su color, pues el sol ya no las ilumina. Dices que, al final, todo siempre termina en algo gris y triste, pierden sus colores una por una, volviendo a ser lo que eran.

No todo tiene que terminar así, yo…también eh estado cubierto de colores, hasta que un terrible acontecimiento me quitó a mi madre, una persona a la que nunca olvidaré y que siempre estará en mi corazón, pero por suerte mi padre se ocupó se cuidarme cuando era pequeño. Sí, lo sé, desapareció muchos años de mi vida, y es algo que lo tengo presente y nunca olvidaré, pero yo lo perdono, pues sé que no lo disfruté esos años, pero si no lo hago ahora que volvió, no lo podré hacer nunca más.

Bufas, y te despides de mí. ¿Por qué siempre tienes que despedirte? ¿Nunca has probado la frase "hasta luego"?

Grito tu nombre, pero me ignoras y sigues caminando, lo repito, y vuelve a pasar. Aprieto mis puños y voy corriendo detrás de ti, para ponerme enfrente tuyo y hacer que te detengas. Me lanzas una mirada fría, luego corres tu cara diciéndome que me mueva, que estaba en tu camino.

Era exactamente lo que quería hacer, todo este tiempo, estos 3 años desde que nos conocimos, desde que te conocí como una persona que destrozaba beyblade por placer, hasta ahora que sólo batallas limpiamente como un digno peleador. Te he acompañado todo este tiempo, aunque en el torneo mundial no quisiste entrar al equipo japonés, te he tenido presente en mí, te acompañé con mi espíritu blader…y mucho más también. Luego de derrotar a Némesis te fuiste, según tú, querías cambiar de aire, pero volviste a la ciudad un tiempo después, y fue lo único que me curó de la depresión que sentía al no tenerte cerca de mí.

Todo este tiempo, lo único que quise fue…estar junto a ti.

Ríes burlándote de mí con los ojos cerrados, lo que realmente me sorprendió, pero no te dejé hablar, pues mis palabras se interpusieron a las tuyas.

"No importa que te burles de mí, no me importa cuánto odio o rencor me tengas, no me importa nada en absoluto, pues estoy seguro, que lo lograré"

Abres tus ojos sorprendido, pero luego los relajas, y de pronto una sonrisa sale de tu cara, una sonrisa desafiante, pero una sonrisa al fin.

Me desafiaste diciéndome "¿Seguro? Y dime… ¿Cómo piensas lograrlo?"

Te miro algo confundido, y bajo mi mirada con algo de tristeza, pues no sé contestarte…pero…tal vez pueda hacerlo, sin necesidad de usar palabras. Levanto mi mirada y sonrío, luego rápidamente te tomo de la chaqueta, haciendo que no te quede otra opción que inclinarte, y así, poder unir mis labrios con los tuyos. Sé que soy inexperto en estas cosas, pues nunca me dieron o he dado ningún beso, sólo mis padres, pero obviamente ellos no cuentan.

Trato torpemente de tomar tu cuello y profundizar el beso. Mis sentimientos hacia ti son profundos, nunca te lo he podido decir, pero estoy realmente enamorado de ti…y trato de demostrártelo, con este beso. De repente algo que realmente no me esperaba sucedió, ciento que abres tu boca y metes tu lengua dentro de mi boca, haciéndome saborearte. Al principio me dio escalofríos, pues tu sabor era amargo…yo quiero encargarme de que eso cambie. Me separo de ti, pero automáticamente vuelvo a esos labios, y así una y otra vez, siento como mis mejillas arden, pero trato de no darles importancia. Tu sabor empieza a suavizarse, pero aún siento algo de amargura en ti.

Finalmente me separo, pues me quedé sin aire, y te suelto.

Te enderezas y cierras tus ojos, largando otra sonrisa, pero esta vez, pícara.

"Vaya vaya…no eres tan niño como pensé…"

Mis mejillas ardieron ante este comentario, pero me puse muy feliz, pues al fin pude demostrarte que no soy un niño.

Me dices que no es suficiente, que debía practicar más, que aún no soy un digno oponente para ti. Me sonríes igual que antes y te acercas a mí. Tomas mi barbilla haciendo que te mire.

"Así es como se hace"

Casi literalmente devoras mis labios, y automáticamente abres tu boca, empezando a lamerlos. Aprietas mi mandíbula con la mano que sostenía mi barbilla, obligándome a abrir mi boca, permitiendo que tu lengua pase. Juegas con ella dentro de mí y siento como mis mejillas se tornan del color de mi cabello, a la vez que cierro fuertemente mis ojos. Me sigues besando bruscamente, ahora te separas de mi para besar mi cuello y luego lamerlo, me vuelves a dar un salvaje beso…claro, eso refleja tu personalidad, eres el rey de las bestias, ¿Qué reflejará el mío?

Acaricias mi cuello con tu otra mano, y haces que otro escalofrío pase por mi espalda, luego vuelves a lamerme el cuello, pero esta vez doy un respingo de dolor, pues siento que me mordiste. Luego lames mi lóbulo unas cuantas veces, para esta altura mis ojos seguían cerrados, me daba vergüenza abrirlos y verte a los ojos, lo cual era la cosa que más me calmaba…esos ojos…más allá de todo lo que dije antes, reflejan tranquilidad, es por eso que tienes tanta determinación en tus batallas, estás tranquilo, y verte me tranquiliza, siento que estoy seguro, junto a ti.

Te separas de mí y limpias tu boca con el dorso de tu mano, para luego dibujar en tu rostro una sonrisa burlona. Abro mis ojos, esa imagen tuya…tan desafiante…me quedé embobado viéndote con esa mirada de "Nunca me superarás", tanto, que no me doy cuenta que el sol casi se oculta, pues ya no había ninguna luz ni colores hermosos, solo colores sombríos dispuestos a quedarse a esperar a la reina de la noche, la que nos ilumina con su hermosa pero a la vez deprimente luz blanca, la luna.

Llevo mis manos a mi boca…y me doy cuenta de lo que acaba de pasar, volviéndome a sonrojar.

Pones tus manos sobre tu cadera y diriges tu mirada hacia la luna, me dices que ya es tarde, que los niños como yo no deberíamos estar fuera de nuestras casas a estas horas, pero te ignoro, pues aún no creo que lo acababa de pasar.

Te pregunto por qué seguiste el beso…tranquilamente podrías haberme empujado, o haberte movido antes de que me abalanzara sobre ti, pero de lo contrario, me ayudaste.

Cierras tus ojos, acercándote a mí.

"Soy tu rival, ¿No? Debo vencerte en todo lo que pueda, incluso fuera del beyblade"

Tomas mi bufanda y lanzas un tirón, haciendo que me acerque a ti de nuevo. Puedo sentir tu respiración sobre mí, mi corazón se acelera, pero esos penetrantes ojos zafiros me miran tranquilos, y siento como mi sonrojo aumenta, al igual que mi temperatura. Sonríes al verme así, y lames mis labios. Tan pronto como lo haces, abro mi boca, y saco mi lengua también. Tú sabor…no es el mismo, ahora es más dulce…y más posesivo. Cierro mis ojos y a la fuerza entro en tu boca de nuevo, quiero saborear esos labios aún…aprovechar que mi sueño se cumple, se hace realidad. Pero esta vez, no haces nada, me sigues el ritmo a mí, y esta vez, yo tengo el control.

Paso mis brazos por tu cuello, y me separo para poder respirar, pero apenas tomo algo de aire vuelvo a besarte, y devoro esos labios que tanto me cegaban hace años, que tantas veces los vi en mis sueños, imaginando que eran míos, y hoy, por fin, lo son. En un momento, sumergido en mis deseos, sin querer mordí uno de tus labios, al hacerlo, abrí mis ojos, sorprendido por lo que acababa de hacer, pero tu cara estaba tranquila, tenías los ojos cerrados y me sonreías cerio…descifré que querías que continuara. Volví a besarte, para luego, temblando, bajar a tu cuello, lamerlo y besarlo, tal y como tú lo habías hecho con migo, luego subo a tu rostro nuevamente y reparto besos pequeños por tu rostro.

"Te salteaste una parte"

¿Saltearme? ¿Algo me había faltado? Me separé y te miré, y pude ver como señalabas tu cuello.

"Pero…ya lo hice"

Te respondo, pero abres tus ojos y me miras fijamente.

"Te faltó algo"

Repasé mis recuerdos y no podía entenderte.

"Si lo haces…me quedará una marca" sonríes, "¿Qué acaso, no querías que fuera solo tuyo?"

Me sonreíste pícaramente, entonces lo recordé...yo...quiero que seas mío, solo mío, es un sentimiento muy egoísta que no va con migo…pero cuando se trataba de ti, no hay negocios. Me acerqué a tu cuello para poder lamerlo, y acto seguido, morderlo, dejándote una marca. Me disculpo, pues pienso que te debe haber dolido, y no quiero lastimarte, pero tú solo me devuelves una sonrisa en señal de aprobación. Luego lamo tu lóbulo, y vuelvo a besarte, pero con un beso corto y tierno, para terminar abrazándote, y darte la gracias, pero automáticamente mi mirada entristece, pues todo esto, viniendo de ti, no parece real…tarde o temprano…debo despertar.

"¿Por qué me agradeces? ¿No fuiste tú el que dijo que no importa lo que diga, lo lograrías?"

Abrí mis ojos tan grandes como la luna que se había posicionado sobre nosotros, iluminándonos, para no dejar que la oscuridad nos alcance. Nos envolvía con ahora una cálida luz blanca, aunque la noche empezaba a tornarse cada vez más fría.

"Acaso… ¿Acaso…lo…logré?"

Cierras tus ojos y cruzas tus brazos, con una mirada seria.

"Ahora soy tuyo, ¿No?" sonríes y me miras, alzando mi rostro con uno de mis dedos "Todo tuyo" me susurras "Pero…tú eres todo mío" acariciaste la marca que me hiciste en el cuello, haciendo que me sonrojara un poco.

"Todo tuyo" respondo, para poder darte un beso, muy suave, al cual respondes de la misma manera, y abrazas mi cintura haciendo que me pegue a tu cuerpo, mientras que yo abrazo tu cuello nuevamente, dándome cuenta… de que no es un sueño…esto, es real.