Historias sobre ti y sobre mí


Disclaimer: Digimon pertenece a Akiyoshi Hongo.


Entre estaciones


Notas autora:

Este capítulo fue escrito para para el primer aniversario del topic Daikari para el foro "Proyecto 1-8" y se encuentra inspirado en el siguiente headcanon:

A Hikari le gusta la primavera porque hay muchos colores, el clima es fresco, y hay muchos lugares para salir a pasear y tomar fotografías. A Daisuke le gusta el invierno porque hay nieve y vienen más comensales a comer ramen a su restaurante (es un hit su ramen). Le encanta porque puede estar al lado de Hikari y apachurrarse juntos bajo una mantita por el frío, viendo la chimenea. Le gusta estar cerca a ella y sentir su calor, por eso le encanta el invierno.

Propuesto por: ShadowLights.

Genero: Romance/Amistad.


Hikari tomó su cámara fotográfica y trató de buscar un ángulo que le permitiera tener una mejor visión de los niños que corrían cerca de ella, dos de ellos se pasaban una bola de muchos colores mientras que el que estaba en el centro trataba de atraparla. Hikari no tenía idea de cómo se llamaba pero tenía la certeza de haberlo jugado en el pasado con grupo de adultos, probablemente los padres, los observaban, aunque algo preocupados, divertidos por la situación.

A Hikari le gustaba ver a tantas familias y amigos reunidos. Bastaba con dar un vistazo al lugar para comprobar lo bien que la estaban pasando. Las sonrisas y el olor de las comidas que habían llevado inundaban el lugar. Hikari amaba el Hanami, era una de sus celebraciones favoritas, adoraba el momento en que todo se veía cubierto de flores de sakura.

Había tomado varias fotografías, suficientes para llenar un álbum completo pero no le preocupaba el no poder tomar más fotografías o el perderse de algún momento especial pues días antes ella y Takeru se habían encargado de cubrir ese punto. Asistir al Hanami y tomar fotografías de los lugares que visitaba era prácticamente una tradición para ella.

Se alejó algunos pasos para que su cámara fotográfica pudiera capturar por completo el árbol frente a ella. Según la oficina de meteorología el florecimiento estaba por comenzar y ella quería tener una fotografía del árbol antes, durante y después de tan hermoso acontecimiento.

No había escogido ese árbol por casualidad ni por tratarse de uno de los más bonitos del parque sino por el valor sentimental que tenía para ella. Había vivido tantos momentos hermosos en ese lugar, fue en ese mismo árbol que había visto el florecimiento de los árboles de cerezo por primera vez junto a Tailmon. No fueron bajo sus ramas la primera vez que celebró un picnic junto a su camarada pero sí la primera vez que se reunió con todos sus amigos, incluso estuvo Mimi quien les dijo entre lágrimas que regresaría a Japón y sus lágrimas se volvieron contagiosas, aunque no habían perdido el contacto con ella no era lo mismo estando tan lejos.

Un flor cayó y a esta no tardó en unírsele otras. Pasó poco tiempo antes de que el suelo se viera cubierto de sakuras. Hikari no dudó en tomar varias fotografías del lugar. Una de las cosas que más le gustaba de la primavera eran los colores y el rosa era uno de sus favoritos pues le recordaba su lazo con Tailmon.

—Hikari —escuchó como la llamaban, volteo y se encontró con Daisuke y Tailmon —, si no te das prisa Agumon no dejará nada de comida.

—Si es que no lo ha hecho todavía —agregó Tailmon.

—Espera, Hikari —la detuvo Daisuke antes de acercarse a ella, Hikari se preguntó por el motivo de esa acción hasta que notó unas flores en sus manos, eso la hizo sentir un poco decepcionada y confundida al no entender por qué sentía lo primero.

A pesar de que había una gran cantidad de personas reunidas no tuvieron problemas en localizar a sus amigos. Los digimon eran llamativos pero ellos no habían sido los únicos en ir con sus camaradas. Lo que hacía al grupo destacar era Agumon que se estaba comiendo todo y a sus amigos tratando de detenerlo. Les tomó una fotografía, aquel momento le parecía demasiado divertido y único como para dejarlo pasar.

—Llegaste a tiempo. Un poco más y Agumon te habría dejado sin comida —le dijo Takeru y los demás notaron su presencia. Agumon le dedicó una mirada avergonzada antes de seguir comiendo ramen.

—Me distraje tomando fotografías.

—No te preocupes —le dijo Sora mientras le pasaba a Hikari una bandeja con albóndigas —. Sabíamos que iba a pasar, por eso te guardamos comida.

—Gracias, Sora, amo tus albóndigas.

—Traje ramen —comentó Daisuke tratando de sonar casual, al notar las miradas posadas en él se apresuró en agregar —, esta vez seguí la receta, es solo cuestión de tiempo para que cree la mejor receta de ramen del mundo.


—¿Crees que sea buena idea usar wasabi? —le preguntó Daisuke a Veemon, su rostro mostraba una seriedad que únicamente mostraba en medio de una batalla o cuando cocinaba.

—¡Sí! —respondió Veemon emocionado —. Entre más mejor.

—Le pondré un poco, estas cositas son muy picantes, si agrego muchas podría hacer que quienes las comieran lanzaran fuego.

El rostro de Veemon adquirió una expresión incrédula por unos segundos. No sabía que los humanos pudieran escupir fuego como algunos digimon pero lo creía, si su camarada lo decía consideraba que esa debía ser una verdad absoluta. Sintió la tentación de colocar unas bolitas extras en la olla pero se detuvo recordando las palabras de su amigo.

—¿Res o pollo? —preguntó Daisuke mientras le mostraba las carnes de las que hablaba.

—¿Por qué elegir si se pueden usar las dos?

—Me parece razonable —respondió Daisuke imitando la voz de un chef que había visto en la televisión —. La miel la descarto, ya vimos que no tiene buenos resultados.

Pocos minutos después la sopa de ramen se encontraba preparada. Veemon y Daisuke se sirvieron grandes tazones pero solo una cucharada bastó para que salieran corriendo en búsqueda de agua.

—Demasiado picante —se lamentó Veemon después de haber terminado una botella de agua —. Siento haber sugerido el wasabi.

—¡Pero fue una buena idea! —le dijo Daisuke de manera incrédula —. ¡Ramen veraniego ultra picante! Hemos tenido peores fracasos.

Veemon arrugó la cara al recordar experimentos anteriores. No estaba seguro de cuál había sido esa receta pero sí recordaba que no había prestado atención realmente a los ingredientes que usaban, solo tomó los que estaban más cerca y los hecho dentro de la olla. No solo sabía mal, aquel ramen hizo que le doliera el estómago por mucho tiempo. Hikari y Ken se habían ofrecido como voluntarios para probar los inventos de Daisuke y habían tenido la mala suerte de estar ese día. Ese día Veemon descubrió que Hikari tenía un estómago de acero.

—Sera mejor que nos apuremos a limpiar —le dijo Daisuke mientras le extendía un paño —, no querrás llegar tarde al viaje de verano ¿Te imaginas algo mejor que la playa y Hikari?

—La playa, comida y Tailmon.


Hikari subió su bufanda para poder protegerse del frío. Los vientos del otoño comenzaban a sentirse e incluso varios de los árboles habían perdido las hojas en su totalidad. Vio un montón de hojas y no pudo resistir la tentación de correr hasta ellas y saltar como si se tratara de una niña. Tailmon la miró un tanto insegura pero eso no evitó que la imitara.

Daisuke le había dicho que tenía algo importante que mostrarle. Sospechó que se trataba de alguna receta de ramen, no era de lo único que solían hablar pero sabía que él había estado trabajando arduamente en la creación de un nuevo ramen. Ken también lo había apoyado dándole una opinión acerca de sus creaciones pero se había retirado después de necesitar un lavado de estómago.

En cuanto llegó se dirigió a la cocina, Daisuke le había entregado las llaves semanas antes asegurando que eso les ayudaría a perder menos tiempo. Fue fácil saber que se encontraba en ese lugar, el olor a ramen recién preparado lo delataba. Su estómago gruñó, ya había almorzado pero el olor era demasiado tentador.

—¡Hola, Hikari, Tailmon! —las saludó Daisuke mientras se quitaba el delantal.

Hikari y Tailmon le devolvieron el saludo. Veemon no tardó en aparecer vistiendo un sombrero de chef que se quitó en cuanto las vio. Inmediatamente regresó a la cocina y no tardó en regresar con cuatro grandes tazones de ramen recién preparados, la forma en que se movía resultaba un tanto peligrosa. Hikari y Daisuke tuvieron que quitarle unos cuantos tazones pues de lo contrario estos hubieran terminado en el suelo.

—Esta vez estoy segura de haber preparado el mejor ramen, aunque tampoco es que mis otros intentos estuvieran tan mal —comentó Daisuke orgulloso pero se detuvo en cuanto vio a Hikari, Tailmon y Veemon que parecían hablar en secreto —. Dejen de murmurar —agregó notablemente avergonzado.

—Si Ken estuviera aquí…

Veemon no terminó de hablar pues Daisuke lo interrumpió dándole una cucharada de ramen. Su camarada no se quejó por lo brusco y repentino de esa acción pues se encontraba más ocupado saboreando aquella porción.

—Parece que esta vez sí acertaste —le dijo Veemon con tono burlista.

—Me has ayudado mucho —agregó Daisuke orgulloso pero rápidamente cambió de expresión —, pero si lo dices de ese modo pareciera que no creerías que pudiera hacerlo.

—Buen provecho —dijo Tailmon antes de probar la nueva creación de Daisuke.

Hikari no se demoró en imitarla. Lo primero que hizo fue felicitarlo, ella había sido testigo de todo el esfuerzo que Daisuke había puesto en crear esa receta y de los muchos fracasos que había tenido antes de encontrar una nueva forma de prepararlo. Continuó comiendo, orgullosa de lo que había logrado y convencida de que llegaría muy lejos.

—Creo que alguien se merece un beso —le dijo Daisuke con una expresión orgullosa.

Días después Daisuke y Veemon recorrieron las calles con un pequeño puesto de ramen. Aquel era un pequeño negocio pero crecía con rapidez, quienes probaban el ramen que vendían la mayoría de veces regresaban con sus amigos.


A Daisuke le gustaban los kotatsus, eran calientes y prácticos. Solo tenía que estirar su mano y podría alcanzar algo de té caliente y de ramen pero lo que más le gustaba era el poder compartirlo con Hikari. Él adoraba el poder apachurrarse junto a ella y no tener que preocuparse por lo que ocurría afuera.

Retiró uno de los mechones de su cabello y deposito un pequeño beso en ese lugar. Ella lucía agotada y no le extrañaba pues sabía lo inquietos que podían ser los niños de preescolar más desde que se había permitido el que los digimon los acompañaran pero también sabía que Hikari lo prefería de ese modo, se habían necesitado de años de trabajo intensivo pero lo habían logrado, la paz entre ambos mundos era una realidad.

Él también había tenido un día agotador. Con la llegada del invierno las ventas aumentaban y él había tenido que contratar a varios empleados para poder dar abasto. No era algo que le molestara, al contrario, era feliz al ver que lo que empezó como un pequeño sueño se había convertido en algo grande.

Muchas cosas habían cambiado desde que se dedicaba a experimentar con distintos ingredientes con el deseo de conseguir crear el mejor ramen y gran parte de esos cambios se los debía a sus amigos, especialmente a Hikari, Tailmon y a Veemon. Veemon había sido su compañero de experimentos, juntos probaron gran cantidad de combinaciones hasta encontrar una que terminara por convencerlos, Tailmon con sus observaciones severas le había ayudado a entender en qué se equivocaba. Y Hikari, ella había sido su mayor motivación, la luz que le ayudaba a no rendirse aun cuando los resultados podían ser desalentadores.

A veces temía despertar y descubrir que todo había sido un sueño pero bastaba abrazar a Hikari para saber que lo que vivía era real y recordar que una tarde de invierno ella lo había elegido a él.